Aqui de nuevo, dejando un capitulo más =3

~~~~~

Tal y como lo esperaban, fue díficil ponerse en contacto. Ham estaba dando todo de si en aquella Universidad, que contaba con tanto renombre. A veces, los celos se apoderaban de Jiyeon al pensar, que Ham se encontraba justo en la llamada “ciudad del amor”. ¿Alguien como Eunjung, podria permanecer impasible? Park estaba convencida que su querida “Jam”, era realmente una persona sumamente atractiva, tanto de manera física -y es que sin duda, las piernas de la chica eran de infarto- como de carácter, ya que era divertida, tierna y espontánea, pero al mismo tiempo, con una dosis de sensualidad natural, que le hacian una buena rompecorazones. ¿Cuantos chicos y chicas, andarían tras su Ham? Otras veces, se reprendía al pensar en esas cosas. Eunjung habia prometido que Jiyeon siempre sería la única. Pero mientras la pequeña Dino, se hacía un lío con el paso de los meses, claramente, ella también crecía. Y dejaba de ser una jovencita de rasgos redondeados e infantiles, para adquirir facciones más afiladas, y unas curvas cinceladas con verdadero esmero por los dioses.

Pasaron siete años desde que Eunjung se marchara. Sus padres se habian mudado a Busan, y con ello, perdió del todo el contacto. Al mismo tiempo, su vida se volvía más agitada. Y el mantener una promesa hecha cuando era una jovencita tan inexperta y soñadora, se iba quedando olvidada. El polvo se acumula y comienzas a poner tu atención en cosas más recientes. Tal vez, es una manera de alejarte de las cosas que te duelen. Una manera de autoprotegerte. Cual fuera el motivo, lo cierto es que si bien, no olvidaba aquel último beso, en algún punto, dejó de creer en que Eunjung realmente hubiera pedido un deseo a las estrellas.

Si, se olvidó de la promesa. Ya eran siete años, y no creía que Eunjung fuera a regresar. ¿Por que atarse entonces, a un recuerdo, uno de lo que fue y pudo seguir siendo? Estaba decidida, tenía que seguir adelante y dejar de pensar en esas tiernas e inocentes promesas.

Esa noche, se alistó como nunca antes. Llamó a Ji Eun, una de sus mejores amigas, preguntando si la invitación de ir a aquel exclusivo club en el pleno corazón de Gangnam, seguía en pie. La joven, a pesar de no ser en realidad muy dada a ese tipo de ambiente, llevaba semanas intentando convencerla. Luna con suerte habia logrado conseguir una reservación para ese día. Sabían que Jiyeon, si bien era una chica alegre, también cargaba con una “pena” que le hacia retraerse como un animalito abandonado. No decían mucho al respecto, pues ese tema no lo tocaban jamás. Pero la conocían tan bien, que era imposible no preocuparse por ella. Querían verla sonreir ampliamente a todas horas. “Vamos, dale una oportunidad a YYY-oppa, se muere por tí y es realmente muy atento” “XXX-unnie ha dicho que le pareces una chica interesante y quiere conocerte, porque no sales con ella alguna vez? Tal vez tengan algo en común...” Eran frases que a veces soltaban para intentar captar el interés de la chica, que solía sonreir de manera tenue, para declinar tales ofrecimientos. Ya estaban dando por hecho, que Park no aceptaría ir, alegando cualquier cosa, y eso, porque justamente, era durante el otoño, esa estación cuando las hojas se teñían de colores dorados y se dejaban ir, mecidas por el viento, en una danza efímera, cuando se mostraba más desganada.

Por eso, la joven apenas pudo dar crédito a lo que escuchaba - “¿Jiyeon? ¿Eres tú? ¿De.... de ver... verdad vendrás?”-

Eran cerca de las once cuando la joven Park, hizo acto de presencia, descendiendo de su automóvil para reunirse con su grupo de amigas. No tardaron en llenarse de halagos y entre risas, entraron de una vez al local.

Pronto quedó comprobado porque aquel lugar era tan famoso. Fueron conducidos hasta la zona VIP, y enseguida ordenaron la primera ronda de bebidas. Conforme pasaba el tiempo, algunos comenzaron a irse a la pista de baile, otros a seducir de otras maneras, a las mesas alejadas. Como fuera, Jiyeon estaba bebiendo de una manera que no le habian visto antes. Pero al parecer aun conservaba sus cinco sentidos más o menos bien, pues se puso de pie, y se dirigió a la pista de baile. Aquel corto vestido rojo, hacia resaltar sus atributos muy bien. El cabello caía por su espalda y ondeaba a cada movimiento que daba. El hechizo de aquella mirada, pronto atrapo a varios de aquellos que le rodeaban, pero, una persona, tuvo el valor de dar el primer paso.

Una chica con curvas de perdición, que llevaba unos ajustadisimos jeans... su vientre plano asomaba debajo de la playera que llevaba. Comenzó a moverse de manera sumamente sensual, mientras rodeaba a la pequeña Dino, aquella sonrisa pronto capturo la atención de la menor. Para que negarlo, aquella muchacha era en verdad una diosa. Le sorprendia la facilidad con la que se acercaba, ya que ahora, la tenía justo detrás suyo. Y en ese preciso momento, cuando terminaba aquella canción vertiginosa para dar paso a una más tranquila, los brazos de la chica rodearon su cintura, apegandole en un abrazo que quizás en sus cinco sentidos solo le hubiera permitido a sus amigas cercanas, y no a aquella atrevida desconocida.

La voz de aquella, le llego a pesar del ruido: Le hablaba directamente al oido. - “No te he visto antes... Una belleza como tu, no me pasaría desapercibida...” - acto seguido, dejo un suave beso sobre su mejilla y se alejo, hacia la barra. Jiyeon esbozó una media sonrisa. Vaya que tenía suerte. Esa noche daría vuelta a la página, o mejor aún, ocultaría el libro de su pasado para nunca jamás encontrarlo. Si olvidarse de los cuentos que le dieron felicidad en su día, puesto que ahora, solo le daban un peso doloroso que le sofocaba. Con paso seguro, se acercó hasta la chica, colocándose a su derecha. No pensaba ingerir más alcohol, quería conocerla bien. La otra chica, sin embargo, ya sostenía un vaso con una bebida de llamativo color azul. El primer paso, estaba dado. Y el resto de la velada, lo paso al lado de aquella chica. Al despedirla, en la entrada del club ya entrada la madrugada, supo su nombre. Park Sun Young. O mejor conocida, como Hyomin, famosa modelo y fotógrafa.

Pronto, comenzaron a citarse para desayunar o comer. Salir al cine o al parque de atracciones. Otras, simplemente para quedarse en casa, Hyomin incluso le pedía que le ayudara a escoger sus mejores tomas. Jiyeon estaba pendiente del móvil y saltaba de puro gusto al recibir un solo mensaje de la otra joven. Sus amigas estaban realmente sorprendidas de lo rápido y bien que se estaban dando las cosas entre ambas. Era algo... increíble, pero se alegraban de ver a Jiyeon mucho más llena de energía. Si, todo iba perfecto, hasta el día en que su primer amor, regreso.