La fiesta (Toma dos)

Si no despierto

 Aquí el segundo capitulo de hoy. Espero que os esté gustando y agradecería que comentaraís lo que pensaís acerca de esto. Muchas gracias por leerlo.

 

—Así es como comienza una película de terror —dice Kai—. ¿Estás seguro de que es el número cuarenta y dos?

—Estoy seguro. —Mi voz sonó como si viniera desde muy lejos. El inmenso temor aplastante ha vuelto. Puedo sentirlo presionándome desde todas las direcciones, quitándome el aliento.

—Será mejor que esto no arruine la  pintura —dice Kris mientras una rama pasa raspando la puerta del pasajero haciendo el sonido de una uña siendo arrastrada contra una pizarra.

El bosque se abre un poco, y la casa de Luhan se asoma fuera de la oscuridad, blanca y reluciente, como si estuviera hecha de hielo. La forma en que simplemente aparece allí, rodeada de negro por todos lados, me recuerda a la escena de Titanic donde el iceberg aparece en el agua y destripa al buque.

Todos nos quedamos en silencio por un segundo. Pequeñas gotas de lluvia suenan al chocar contra el parabrisas y el techo, y Kris apaga su iPod. Una vieja canción nos llega calladamente desde la radio. Apenas si logro entender la letra: "He estado intentando llegar a lo esencial del asunto..."

—Es casi tan grande como tu casa, Baek—dice Kris.

—Casi —dice Baekhyun.

En la casa, Jay—Z ruge por los altavoces: "Soy un estafador, nena, sólo quiero

que lo sepas". Las escaleras vibran debajo de mí. Cuando llegamos arriba,

Kris quita la botella de vodka de mi mano, riéndose.

—Más despacio, niño ebrio. Tienes negocios que atender.

—¿Negocios? —comienzo riéndome un poco, riendo en pequeños jadeos.

Está tan lleno de humo que apenas puedo respirar—. Pensé que era hacer el amor.

—El negocio de hacer el amor —él se inclina y su cara se hincha como una luna—. No más vodka por un rato, ¿bueno?

Asiento y su cara retrocede. Él  observa alrededor del cuarto.

—Tengo que hallar a Tao. ¿Vas a estar bien?

—Perfecto—digo, tratando de sonreír. Pero no puedo hacerlo: es como que los músculos de mi cara no responden.  Comienza a girarse y yo le tomo

de la muñeca—. ¿Kris?

—¿Sí?

—Voy contigo, ¿sí? Se encoge de hombros.

—Sí, seguro. Como sea. Él está en la parte de atrás en algún lugar... acaba de enviarme un mensaje de texto.

Empezamos a empujar a las personas al pasar. Kris grita atrás hacia mí. “Esto es como un laberinto ”. Las cosas pasan por delante de mí en forma borrosa (retazos de conversaciones y risas, la sensación de los abrigos rozando mi piel, el olor a cerveza y perfume y gel de ducha y sudor) todo moviéndose y girando a mí alrededor.

Todos se ven como en los sueños, familiares pero no demasiado nítidos, como si pudieran transformarse en otra persona en cualquier segundo. Estoy soñando, pienso. Todo esto es un sueño: todo este día ha sido un sueño, y

cuando me despierte le diré  a Kris cómo el sueño se sentía verdadero y pareció durar horas, y  pondrá sus ojos en blanco y me dirá que los sueños nunca duran más que treinta segundos.

Es gracioso pensar en decirle a Kris, quien me sostiene de la mano y tira de su pelo hacia atrás impacientemente delante de mí, que yo sólo estoy soñando con él, que no está realmente aquí, y yo me río tontamente, empezando a relajarme. Es todo un sueño; puedo hacer lo que quiera. Puedo besar a quien quiera, y mientras pasamos grupos de chicos, yo los registro en mi cabeza. Yo podría besar a todos y cada uno de ellos si quisiera. Veo a Luhan parado en el rincón hablando con HimChan y pienso que podría estar allí besándole. No sé de dónde salió la idea. Yo nunca besaría a Luhan, ni siquiera en sueños. Pero podría hacerlo si quisiera. En algún lugar, yo estoy extendido bajo una tibia manta en una gran cama rodeado de almohadas, con las manos dobladas bajo mi cabeza, durmiendo.

 Me inclino hacia delante para decirle a Kris esto, que estoy soñando con el día de ayer, y que quizá ayer fue también un sueño, cuando veo a

YongGuk de pie en una esquina con un brazo alrededor de la cintura de

Zelo.  Se está riendo y él se agacha para acariciar su cuello con la nariz.  Mira hacia arriba en ese momento y me ve mirándolos. Entonces, toma su mano y lo arrastra hasta mí, empujando a otras personas fuera del camino.

—él lo sabrá —dice sobre su hombro a él, y entonces se gira para sonreírme. Sus dientes son tan blancos que resplandecen—. ¿La Profesora  repartió las tareas de ensayo hoy?

—¿Qué? —Estoy tan confundido que me toma un segundo darme cuenta de que está hablando de la clase de inglés.

—Las tareas de ensayo. ¿Para Macbeth?

Le da un codazo a Zelo y él dice:

—Me perdí el séptimo período. —Encuentra mis ojos y entonces mira hacia otro lado, tomando un trago de cerveza.

Yo no digo nada. No sé qué decir.

—Así que, ¿los repartió? —YongGuk luce igual que siempre: como un perrito esperando su premio—. Zelo tuvo que faltar. Tenía una cita con el doctor. Su mamá le hizo poner una inyección como para prevenir la meningitis.

¿Cuán triste es eso? Quiero decir, cuatro personas murieron de ello el año pasado. Tienes más posibilidades de ser atropellado por un auto que...

—Debería ponerse una inyección para prevenir herpes —dice Kris, ocultando su risa, pero lo dice tan calladamente que sólo yo le oigo porque

estoy junto a él—. Aunque probablemente sea demasiado tarde.

—No lo sé —le digo —. Me salté esa clase.

Miro fijamente a Zelo, observando su reacción. No estoy seguro de si nos

vio a Kris y a mí parados afuera hoy, mirando hacia adentro. No lo parece.

Él y Zico habían estado apiñados sobre su vaso de bubble tea,  justo como había esperado que lo estuvieran. Kris había querido entrar y molestarlos, pero yo había amenazado con vomitar.

Ellos no fueron atrapados hoy.

Y YongGuk no sabe dónde realmente estuvo durante el séptimo período.

De repente, las cosas empiezan a hacer clic en su lugar, todos los temores que he estado guardando (uno tras otro, caen como fichas de dominó). No puedo negarlo más. La chica que consiguió la plaza de aparcamiento porque nosotros llegamos tarde. Es por eso que ella todavía está en las semifinales.

Zelo y Zico no tuvieron una pelea porque convencí a Kris para que siguiera caminando. Eso es por lo que estoy atrapado en el salón de fumadores, y es por eso que YongGuk está colgado de Zelo en lugar de estar llorando en el baño.

Esto no es un sueño. Y no es un déjà vu.

Realmente está sucediendo. Está sucediendo de nuevo.

Se siente como si todo mi cuerpo se congelara en ese instante. El balbuceo

de  YongGuk sobre que nunca ha interrumpido una clase y Kris asintiendo con la cabeza y pareciendo aburrido, y Zelo bebiendo su cerveza, y entonces realmente no puedo respirar, el miedo se abraza a mí como un tornillo de banco, me siento como si pudiera romperme en un millón de piezas en ese mismo momento. El frío me perfora. Quiero sentarme y poner mi cabeza entre mis rodillas, pero me preocupa que si me muevo, o cierro los ojos, o hago algo.

Empezaré a desentrañarme desprendiéndose mi cabeza de mis hombros, todo yo flotando en la nada.

El hueso de la cabeza se desconecta del hueso del cuello, el hueso del cuello se desconecta de la columna vertebral.

Siento que unos brazos me envuelven desde atrás y la boca de Suho está en mi cuello. Pero incluso él no puede hacerme entrar en calor. Estoy temblando incontrolablemente.

―y  Sehunnie ―canta, girándome hacia él―. ¿Dónde has estado toda mi vida?

―Suho―Realmente me sorprendo de que aún pueda hablar, que aún pueda pensar―.En realidad, necesitaba hablar contigo.

―¿Qué pasa, ? ―Sus ojos están llorosos y rojos. Quizás se deba a que estoy aterrorizado, pero ciertas cosas me parecen más nítidas que nunca, más claras.

―No puedo hacerlo aquí. Nosotros  necesitamos  ir a algún lado. Una habitación o algo. Algún lugar privado.

Él sonríe y se inclina hacia mí, respirando alcohol en mi cara mientras intenta besarme.

―Lo entiendo. Es ese tipo de conversación.

―Es en serio Suho. —Sacudo la cabeza―.No me estoy sintiendo bien.

―Nunca te sientes bien ―Se aleja frunciendo el ceño―.Siempre hay algo ¿Sabes?

―¿Qué quieres decir con eso?

Se balancea un poco sobre sus pies y me imita

―Estoy cansado esta noche. Mis padres están escaleras arriba. Tus padres

Podrían oírnos.―Sacude la cabeza―. Llevo esperando un mes para esto sehun.

Las lágrimas vienen. Mi cabeza palpita fuertemente por el esfuerzo de contenerlas.

―Esto no tiene nada que ver con eso, te lo juro yo

―¿Entonces, con qué tiene que ver? ―Se cruza de brazos.

―Sólo que realmente te necesitaba ahora―Apenas dejé salir las palabras.

Me sorprendí incluso de que él me hubiera oído.

Suspira y se frota la frente.

―Está bien, está bien, lo siento―Pone una mano en la parte superior de mi cabeza.

Asiento. Las lágrimas empiezan a salir y él limpia dos de ellas con su pulgar.

―Hablemos, ¿de acuerdo? Vamos a algún lugar tranquilo.―Él sacude su vaso de cerveza vacío hacia mí―. Pero ¿puedo conseguir otra antes?

―Sí, claro ―digo, a pesar de que quiero rogarle que se quede conmigo, que ponga sus brazos alrededor de mí y nunca se vaya.

―Eres el mejor ―dice, agachándose para besar mi mejilla―. No llores.

Estamos en una fiesta, ¿recuerdas? Se supone que debes divertirte. ―Él comienza a irse y levanta la mano, extendiendo los dedos—. Cinco minutos.

Me apoyo contra la pared y espero. No sé que más hacer. La gente pasa a mi lado, tengo el pelo  sobre la cara, para que nadie pueda darse cuenta que estoy llorando. La fiesta es ruidosa, pero cada ruido que oigo es distante.

Las palabras se distorsionan y la música suena de la manera en que lo hace en un carnaval, como si todas las notas estuvieran fuera de tono y sólo chocaran unas con otras.

Pasan cinco minutos, luego siete. Pasan diez minutos, y me digo a mi mismo que esperaré cinco minutos más y entonces iré a buscarlo, incluso aunque la idea de moverme me parezca imposible. Después de doce minutos, escribo un mensaje, “¿Dónde estás?” Pero entonces recuerdo que ayer él me dijo que había dejado su teléfono en algún lado.

Ayer. Hoy.

Y esta vez, cuando me imagino a mí mismo acostado en algún lado, no es durmiendo. Esta vez me imagino a mí mismo tendido en una fría losa de piedra, con la piel blanca como la leche, los labios azules, y las manos cruzadas sobre mi pecho como si hubieran sido colocadas allí.

Tomo aire fuertemente y me fuerzo en enfocarme en otra cosa. Cuento las luces de Navidad que brillan en el poster de la película de ET sobre el sofá, y luego cuento las brillantes colillas rojas de los cigarros que tejen en medio de la oscuridad, de alrededor como luciérnagas. No soy un genio de las matemáticas ni nada, pero siempre me han gustado los números. Me gusta cómo puedes acumularlos, unos encima de otros, hasta que ellos llenan cualquier espacio, cualquier momento. Yo les dije eso a mis amigos un día, y Kris dijo que yo me iba a convertir en el tipo de anciano que memoriza las guías telefónicas y mantiene aplanadas las cajas de cereales y apilados los periódicos desde el suelo hasta el techo de su casa, buscando mensajes en los espacios de los códigos de barras.

Pero unos pocos meses después, estaba durmiendo en su casa, y  me confesó que algunas veces cuando está disgustado recita esa oración católica para antes de dormir que memorizó cuando era pequeño, a pesar de que  no cree en Dios, de todos modos.

Ahora me acuesto para dormir,

Te ruego, Señor, que guardes mi alma.

Si muero antes de despertar,

Te ruego, Señor, que tomes mi alma.

 Había visto eso bordado en un cojín en la casa de su profesora de

piano, nosotros nos habíamos reído sobre lo poco convincente que era lo de los cojines bordados. Pero hasta que no me dormí aquella noche, no pude quitarme una frase de mi cabeza. Esa línea se repetía una y otra vez en mi mente: Si muero antes de despertar.

 

Debería haber sabido que Suho no iba a volver. Pensé en el día de hoy, cuando me dijo que confiara en él, cuando dijo que nunca me decepcionaría.

Debería haberle dicho que él estaba lleno de eso.

Necesito salir. Necesito estar lejos del humo y la música. Necesito un lugar para pensar. Aún me estoy congelando, y estoy seguro de que me veo horrible, aunque no siento que vaya a llorar más. Una vez vimos este video de salud sobre los síntomas del shock, y soy el símbolo clásico de esos afiches.

Respiración dificultosa. Manos frías y pegajosas. Mareos.

Saberlo me hace incluso peor.

Lo cual sólo demuestra que nunca debes poner atención en las clases de salud.

La fila para ambos baños es cuatro veces profunda y todas las piezas están ocupadas.

Son las once en punto y todos los que habían planeado mostrarse están aquí.

Un par de personas dicen mi nombre. A mi izquierda hay una puerta cerrada, esa con todas las pegatinas pegadas. Tomo la manija y la agito.

No se abre, por supuesto.

—Esa habitación es la VIP.

Me giro y Luhan está parado detrás de mí, sonriendo.

—Tienes que estar en la lista. —Él se inclina contra la pared—. O deslizarle

al guardia veinte dólares. Cualquiera de esas dos.

—Yo… yo  estaba buscando un baño.

Luhan inclina su cabeza hacia el otro lado del pasillo.

—De verdad tengo que orinar.

Luhan me da la espalda y eleva sus cejas.

—Mi mal —digo, y trato de pasar junto a él.

—¿Estás bien? —Luhan no me toca exactamente, pero mantiene su mano elevada como si estuviera pensando en hacerlo—. Te ves...

—Estoy bien. —La última cosa en el mundo que necesito ahora es la

piedad  de Luhan y paso empujándolo hacia el pasillo.

Justo he decidido salir y llamar a Kris desde el pórtico. Le diré que

necesito irme tan rápido como sea posible, tengo que irme, cuando Chanyeol

irrumpe en el pasillo, tirando sus brazos a mí alrededor.

—¿Dónde demonios has estado? — chilla, besándome. Esta sudando, y

pienso en HyeSun trepando en mi cama y poniendo sus brazos a mi alrededor, tirando de mi collar. Nunca debí haber salido de la cama hoy.

—Déjame adivinar, déjame adivinar. —Chanyeol deja sus brazos alrededor de

mí y comienza a agitar sus caderas como si nos estuviéramos moviendo en la

pista de baile.  Hace rodar sus ojos hacia el cielo y comienza a gemir—. Oh,

Suho, oh, Suho. Sí. Justo así.

—Eres un ertido. —Le empujo lejos de mí—. Eres peor que Kai.

Él ríe y toma mi mano, y comienza a arrastrarme hacia la parte de atrás de la habitación.

—Vamos. Todos están aquí.

—Me tengo que ir —digo. La música acá está más fuerte y estoy gritando—. No me siento bien.

—¿Qué?

—¡No me siento bien!

Él apunta a su oído como diciendo, “No puedo escucharte”. No estoy seguro de si es verdad o no. Sus palmas están húmedas y trato de soltarme, pero en ese segundo Kris, Kai y Baekhyun me ven, y comienzan a gritar, saltando alrededor mío.

—Te he estado buscando por años —dice Kris, agitando sus cigarrillos.

—En la boca de Tao, quizás —resopla Baekhyun.

—Ella estaba con Suho. —Chanyeol me señala, balanceándose en sus pies—.

Mírale. Se ve culpable.

—¡Desvergonzado! —Kai grita.

Baekhyun se une con...

—¡Ramera!

Y Chanyeol suelta un:

— ¡Prindongo! —Esta es una broma vieja entre nosotros: Kris decidió

que perra era demasiado aburrido el año pasado.

—Me voy a casa —digo—. No tienes que llevarme. Ya me las arreglare.

Kris debe pensar que estoy jugando.

—¿Irte a casa? Llegamos, como, hace una hora. — se inclina hacia

delante y susurra—. Además pensé qué tú y Suho iba a sabes.

Como si él no lo hubiera gritado en frente de todos que ya lo había hecho.

—Cambié de idea. —Hago mi mejor esfuerzo de sonar como que no me importa, y el esfuerzo que toma es agotador.

Estoy enfadado con Kris y no sé por qué, por no irse de la fiesta conmigo, supongo. Estoy enfadodo con Chanyeol por arrastrarme hasta aquí y con Kai y Baekhyun por siempre son tan despistados. Estoy enfadado con Suho por no preocuparse de cuan triste estoy, y estoy enfadado con Luhan por preocuparse. Estoy enfadado con todo y todos, y en ese segundo fantaseo con el cigarrillo que Kris está agitando, agarrando las cortinas, en el fuego creciendo en la habitación y consumiéndolos a todos. Luego me siento inmediatamente culpable. La última cosa que necesito es transformarme en uno de esos que siempre usan negro y dibujan armas y bombas en sus cuadernos.

Kris está mirándome boquiabierto como si pudiera ver lo que estoy pensando.

Luego me doy cuenta que está mirando sobre mi hombro. Kai se pone rosado.

La boca de Baekhyun comienza a abrirse y cerrarse como la de un pez.

Hay una disminución en el ruido de la fiesta, como si alguien hubiera justo apretado pausa en la canción.

Kim Minseok. Sé que será él antes de darme la vuelta, pero estoy aún sorprendido cuando le veo, aún golpeado con la misma sensación de asombro.

Él es bonito.

Hoy, cuando le vi vagando en la cafetería se veía como siempre, con el cabello cayendo sobre su cara, su ropa holgada, encogido en sí mismo como si pudiera ser cualquiera, estar en cualquier lugar, ser un fantasma o una sombra.

Pero ahora  está de pie, erguido, su cabello está acomodado hacia atrás y sus ojos están brillantes.

Camina a través de la habitación hacia nosotros. Mi boca se seca. Quiero

decir “no”, pero él está delante de Kris antes de que pueda decir una palabra. Veo su boca moverse, pero lo que dice me lleva un segundo en entenderlo, como si lo estuviera escuchando desde debajo del agua.

—Eres un hijo de puta.

Todos están susurrando, mirando nuestro pequeño grupo:Kris, Kai, Chanyeol, Baekhyun, Minseok y yo. Siento mis mejillas incendiarse. El sonido de voces comienza a aumentar.

—¿Qué dijiste? —Kris está apretando sus dientes.

—Un hijo de puta. Un chico ruin. Una mala persona. —Minseok se gira hacia

Baekhyun—. Tú eres un hijo de puta. —Hacia Kai y Chanyeol—. Sois unos cabrones.

Finalmente, sus ojos se clavan en los míos.

—Eres un hijo de puta.

Las voces son un rugido ahora, la gente está riendo y gritando

“Psicópata”.

—Tú no me conoces —grazno al fin, encontrando mi voz, pero Kris ya

ha avanzado y me quita.

—Prefiero ser un hijo de puta que un psicópata —gruñe  y pone sus manos

sobre los hombros de Minseok y le empuja. Minseok  se tambalea hacia atrás, agitando sus brazos, y todo es tan horrible y familiar. Todo está sucediendo de nuevo; está realmente sucediendo. Cierro mis ojos. Quiero rezar, pero todo lo que puedo pensar es: por qué, por qué, por qué, por qué.

Cuando abro los ojos, Minseok  está caminando hacia mí, empapado, con los brazos extendidos. Levanta la mirada hacia mí y juro por Dios que es como si

lo supiera, como si pudiera ver a través de mí, como si esto fuera de alguna manera culpa mía. Siento como si hubiera sido golpeado en el estómago y el aire saliera de mí, y arremeto contra él sin pensar, empujándolo y enviándolo hacia atrás. Colapsa en una estantería de libros y luego gira, agarrándose del marco de la puerta para estabilizarse.

Entonces, desaparece por el pasillo.

—¿Puedes creerlo? —alguien está chillando detrás de mí.

—Minseok está adquiriendo algo de cojones.

—Maldito loco.

La gente se está riendo y Kris se inclina sobre Chanyeol y le dice: “Fenómeno”.

Kai está riendo tontamente, con la botella vacía de vodka colgando de su mano. Debe haber vertido el resto sobre Minseok. Empiezo a abrirme paso a empujones para salir de la habitación. Parece como si incluso más personas hubieran entrado y fuera imposible moverse. Estoy realmente empujando, usando mis codos cuando tengo que hacerlo, y todos me están dando extrañas miradas.

No me importa. Necesito salir. Finalmente, llego a la puerta y allí está

Luhan, mirándome con la boca convertida en una línea. Él se mueve como si estuviera a punto de bloquearme.

Levanto mi mano.

—Ni siquiera lo pienses. —Las palabras salen como un gruñido.

Sin emitir sonido, se mueve de manera que yo pueda pasar. Cuando estoy

a mitad del pasillo, lo escucho gritar:

—¿Por qué?

—Porque... —grito en respuesta. Pero en realidad me estoy preguntando lo mismo.

¿Por qué me está pasando esto a mí?

¿Por qué, por qué, por qué?

 

 

 

 

 

 

—¿Cómo es que Sehun siempre consigue el asiento delantero?

—Porque tú siempre estás demasiado borracho para reclamarlo.

—No puedo creer que hayas dejado a Suho así —dice Kai. Se ha enrollado el abrigo en las orejas. El coche de Kris está tan frío que nuestros alientos son un vapor de un color blanco uniforme—. Vas a estar en muchos problemas mañana.

Si hay un mañana, casi digo. Me fui de la fiesta sin despedirme de Suho, quien estaba tumbado en un sofá, con los ojos entrecerrados. Yo había estado encerrado en un baño vacío en el primer piso durante media hora antes de eso, sentado en el duro y frío borde de la bañera, escuchando la música pulsando a través de las paredes y del techo.  En cierto punto, tu cerebro deja de tratar de racionalizar las cosas. En cierto punto se da por vencido, se aísla, se cierra. Aún así, mientras Kris hacía girar el coche (conduciendo sobre el césped de Luhan para hacerlo, con los neumáticos patinando en el lodo) tengo miedo.

Los árboles, tan blancos y frágiles como huesos, están danzando salvajemente en el aire. La lluvia está martillando sobre el techo del coche, y las capas de agua en la ventana hacen que el mundo parezca estarse desintegrando.

El reloj en el tablero está brillando: 12:38.

Estoy apretando mi asiento cuando Kris  acelera sobre el camino de entrada, con las ramas azotándose a cada lado a nuestro paso.

—¿Y qué hay del trabajo de pintura? —digo, con el corazón martilleando en mi pecho. Trato de decirme a mí mismo que estoy bien, que nada va a suceder. Pero no me hace ningún bien.

—Que se joda —dice —. Los coches se descomponen de todos modos.

¿Has visto el parachoques?

—Quizá si dejaras de golpear coches aparcados —dice Chanyeol con un bufido.

—Quizá si tuvieras un coche. —Kris quita una mano del volante y se inclina, tratando de agarrar la bolsa a mis pies. Mientras se inclina, le da un tirón al volante, y el coche se acerca un poco a los árboles. Baekhyun se desliza en el

asiento trasero y colapsa sobre Chanyeol, y ambos comienzan a reír.

Yo me inclino y trato de agarrar el volante.

—Jesús, Kris.

 Kris  se endereza y me da un codazo. Me lanza una extraña mirada y luego empieza a enredarse con una caja de cigarros.

—¿Qué pasa contigo?

—Nada. Yo... —Miro fuera de la ventana, conteniendo las lágrimas que repentinamente amenazan con venir—. Sólo quiero que pongas atención, eso es todo.

—¿Sí? Bueno, quiero que te mantengas alejado del volante.

—Vamos, chicos. Sin pelear —Baekhyun dice.

—Dame un cigarrillo, Kris. —Kai se reclina en el asiento trasero y

agita su brazo salvajemente.

—Solo si tú enciendes uno para mí —Kris dice, lanzando su mochila al asiento trasero. Kai enciende dos cigarrillos y le pasa uno a Kris. Kris abre un poco la ventana y exhala una nube de humo.

Chanyeol dice a gritos:

—Por favor, por favor, no abras las ventanas. Estoy a punto de caer

muerto por neumonía.

—Estás a punto de morir cuando yo te asesine —Kai dice.

—Si vas a morir —exclamo de repente—, ¿cómo te gustaría que fuera?

—No quiero morir —Kris dice.

—Hablo en serio. —Las palmas de mis manos están húmedas por el sudor

y las limpio en el cojín del asiento.

—Mientras duermo —Baekhyun dice.

—Comiendo la lasaña de mi abuela – Chanyeol dice

—Teniendo o — Dice Kai.

—En un avión —Kris dice—. Si voy a morir, quiero que todo el mundo muera conmigo.

 Hace una señal de clavado con su mano.

—Sin embargo, ¿crees que lo sabrás? —De repente es importante para mí hablar de esto—. Quiero decir, ¿crees que tendrás una idea de ello antes?

Baekhyun se endereza y se inclina hacia adelante, enganchando sus brazos a lo largo del espaldar de nuestros asientos.

—Un día, mi abuelo despertó y juró que vio un hombre todo de blanco a los pies de su cama, con una gran capucha y sin cara. Él estaba sosteniendo una espada o como sea que esa cosa se llame. Era la Muerte, ¿sabes? Y entonces, más tarde ese día, él fue al doctor y lo diagnosticaron con cáncer de páncreas. El mismo día.

Chanyeol entrecierra los ojos.

—Sin embargo, él no murió.

—Pudo haber muerto.

—Esa historia no tiene ningún sentido.

—¿Podemos cambiar de tema? —Kris frena por sólo un segundo antes de que el carro tirara con fuerza por fuera de la carretera mojada—. Esto es demasiado insano.

Kai suelta una risita.

Kris estira el cuello hacia atrás y trata de soplar humo en la cara de Kai.

—No todos nosotros tenemos el vocabulario de un niño de doce años.

Kris gira en la Ruta 9, la cual se extiende frente a nosotros, y con una gran elocuencia pareciera que un colibrí está batiendo sus alas en mi pecho— levantándose,  revoloteando dentro de mi garganta.

Quiero regresar a lo que estaba diciendo (Quiero decir: Lo sabías, ¿cierto?

Lo sabías antes de que ocurriera), pero Chanyeol empuja a Kai y se inclina hacia adelante con el cigarrillo colgando de su boca y dice:

—¡Música! — agarra el iPod.

—¿Tienes el cinturón puesto? —digo. No puedo evitarlo. El terror está ahora en todas partes, oprimiéndome, haciendo difícil mi respiración y pienso:

Si no respiras, morirás. El reloj marca las 12:39.

Chanyeol  ni siquiera responde, sólo empieza a buscar en el iPod.  Encuentra “With or Without You”, Y Kai le da una bofetada y dice que debería ser el turno para que él escogiera la música. Kris les dice que paren de

pelear y trata de quitarle a Chanyeol el iPod, quitando las dos manos del volante, sosteniéndolo con una rodilla. Yo lo agarro de nuevo y grita:

—¡Aléjate! —Ahora está riendo.

Chnanyeol  quita el cigarrillo de las manos de Kris y cae sus muslos. Las llantas se deslizan un poco en la carretera mojada y el carro se

llena con el olor de algo quemado.

Si no respiras…

Entonces, de repente, aparece un destello blanco frente al auto. Kris

grita algo, palabras que no puedo diferenciar. Y de repente…

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Comments

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layzy81
#1
Seems interesting....
Nini_LoverChan
#2
Chapter 4: Ohh esta genial *-* continua subiendo mas capitulos por favor, ya me gusto ^O^
Taiga07 #3
Chapter 1: HOLA :) MUY INTERESANTE LA TRAMA, ME GUSTO! POR FAVOR SIGUE LA HISTORIA
peacebadman #4
Muchas gracias ^^ Tengo listo el primer capitulo pero no se si subirlo ahora, o mañana.
DontDropThatKpop #5
Bueno! Me gusta mucho, continuas escribiendo porfavor <3