No llores esta noche

Las lágrimas no son solo agua salada. También son sentimientos. Pueden expresar amor, dolor, tristeza, felicidad, soledad… Todo a la vez o algo en concreto. Expresan el dolor de una perdida, la alegría por una buena noticia. Pueden expresar mil y más sentimientos. Incluso la persona más fría, alguna vez en su vida ha dejado escapar esas lágrimas llenas de sentimiento.

Sentimiento

Una simple palabra que define como te sientes. A los ojos de la gente, es una buena palabra, bonita, pero para Jongin carecía de sentido. Era solo una palabra más. Él no estaba hecho para sentir, amar, odiar. O eso creía. Solo era un chico de diecinueve años, al que le habían enseñado que los sentimientos no eran nada. El poder era el premio en la vida, y para eso debía dejar los sentimientos atrás.  No tenía a nadie con quien mostrarlos. Sus padres, dos personas insensibles, no reían, no amaban, no odiaban. Solo fingidas sonrisas de vez en cuando. ¿Amigos?  En su mundo, el que habían creado sus padres, no tenía de eso. Solo gente interesada y aprovechada.

Jongin nunca había ido al colegio ni nada parecido. Desde casa le enseñaban todo. No le dejaban relacionarse con la gente común, o plebeyos, como les llamaba su padre. Su círculo social se limitaba a los hijos de los socios de sus padres. Jongin no llevaba su vida. Se dejaba llevar por sus padres. No conocía otra forma de vida. Vivía bien, no le faltaba de nada. ¿Qué más podía pedir? Pero a pesar de no tener ninguna pega con su forma de vida, no podía evitar preguntarse si le faltaba algo. Repasaba  en una lista mental todos sus bienes materiales. Tenía todo lo que quería. Entonces ¿Por qué se sentía vacio? ¿Por qué todas las noches mientras miraba por una de las ventanas de su cuarto, se hacía la misma pregunta? Siguió mirando por la ventana, mientras lágrimas saladas,  cargadas del sentimiento que creía que no tenía se  deslizaban por su mejilla.

 

 

Kyungsoo podía ver desde el jardín como Jongin lloraba. Otra vez. No podía apartar la mirada. No había dejado de observarle desde que, debido al trabajo de su madre, tuvieron que irse a vivir a esa casa. Jongin nunca le había dado señales de que supiera que existía. ¿Cómo alguien como él, se fijaría en alguien como yo? Kyungsoo río sarcástico por su pensamiento.

No podía sacarle de su mente, por lo que todas las noches iba al jardín y se quedaba observándolo. Le gustaría tanto poder decirle que dejase de llorar, aunque no sabía la razón, quería decirle que todo iba a estar bien, pero los del servicio tenían prohibido hablarles.

Kyungsoo le mandaba todo el apoyo y amor desde aquel rincón el jardín.

Jongin apagó las luces y Kyungsoo supo que era hora de irse.

 

Kyungsoo ayudaba a su madre a fregar los platos. Kyungsoo y su madre eran muy cercanos. Siempre le contaba todo y ella intentaba ayudarle. Se miraban con un brillo especial, eso veía Jongin desde la puerta. Había bajado a por un vaso de agua y se había encontrado esa escena. Verla le había hecho sentir  calidez. Se trataban con cariño, con amor. Por primera vez en toda su vida sonrió de verdad. ¿Quién era ese chico? Era muy afortunado. Pensó

Cuando la mujer se fue, Kyungsoo se sentó en una silla y suspiró. ¿Estará durmiendo bien Jongin? ¿Seguirá llorando? Se preguntaba. El aura cálida todavía seguía en el aire. Jongin quería sentir más. ¿Estaría bien si hablaba con aquel chico?

-¿Quién eres? Le preguntó mientras se acercaba.  Kyungsoo abrió más sus enormes ojos por la sorpresa, cosa que le pareció muy tierna a Jongin.

-Em…Kyun-..Kyungsoo. Me llamo Kyungsoo ¿Le estaba hablando a él? Le temblaban las manos por lo que decidió guardarlas en los bolsillos de la sudadera.

Jongin soltó una risita. Este chico cada vez le parecía más interesante. Se fijo en su piel. ¿Por qué tenían todos que ser tan blancos? Quería agarrarle la mano. Le sorprendió ese pensamiento. Sonrió. ¿Así que esto es sentir?

Se llevó la mano al lado izquierdo del pecho- Esto es sentir. Dijo son una sonrisa.

Kyungsoo cada vez estaba más confundido por su comportamiento.

-¿Pe…Perdón?

-Kyungsoo, eres intrigante. Dame la mano. Le exigió Jongin.

Kyungsoo  miró sus manos y luego a Jongin. Así varias veces. Jongin le tendió la mano –Por favor. Le suplicó Jongin.

¿Cómo le iba a decir que no a él? Le dio la mano y Jongin la sujetó con fuerza. Se miraron durante varios segundos, sin emitir palabra. Kyungsoo estaba medio muerto. Su corazón había dejado de latir hacía un tiempo, o así se sentía.

-¿Tienes frío? Le preguntó Jongin

-¿Q…-Qué? Nn no

-Estás temblando. Kyungsoo se sonrojó y Jongin se preocupó más. No quería que le pasara nada. Sonaba extraño, pero quería proteger aquel cuerpo tan frágil. Le midió la temperatura pero no estaba caliente.

-Nn no estoy enferm.. mo, Nno te preo..Preocupes. Kyungsoo se sentó de su mano y se alejó un poco. No se había dado cuenta de que estaban tan cerca. Jongin sintió un pinchazo en el pecho.

-¿Por qué te apartas? Le preguntó. Sentía que tarde o temprano se pondría a llorar.

-No llores. Le dijo Kyungsoo y le volvió a coger la mano.

Jongin se levantó y arrastró a Kyungsoo a su cuarto. Kyungsoo no sabía que iba a pasar pero se dejaba llevar. Se tumbaron en la cama frente a frente.

-No llores esta noche. Le dijo Kyungsoo agarrando fuertemente su mano.

-No me sueltes esta noche, ni ninguna.

Kyungsoo no sabía cómo había pasado esto, pero no se iba a quejar. Era como un bonito sueño. No le soltaría. Ni hoy ni nunca. Ya no vería a Jongin llorar desde la esquina del jardín, ahora le cogería la mano y le apoyaría.

Juntaron sus labios y Jongin saboreó el sabor de sus lágrimas. No era un sabor amargo. Sabían a amor.