Mundo de sombras

Si no despierto

Siento haber tardado tanto, pero no tenía internet y cada vez que conseguia wifii no me dejaba subirlo. Como me siento un poco mal por haber tardado, subiré otro más.

 

 

En mi sueño, sé que estoy cayendo, aunque no hay un arriba y abajo, no hay paredes o lados, ni techos, sólo la sensación de frío, y oscuridad en todas partes. Estoy tan asustado que podría gritar, pero cuando abro la boca, no pasa nada, y me pregunto, si caes por siempre jamás y nunca tocas tierra: ¿Es eso seguir cayendo?

Pienso que voy a caer por siempre.

 

Un ruido puntualiza el silencio, un pequeño sonido haciéndose más fuerte cada vez hasta que es como una hoja de metal cortando el aire, cortándome. Luego despierto.

Mi alarma ha estado sonando por 20 minutos, son las 6:50 am.

Me siento en la cama, deshaciéndome del cobertor, estoy empapado en sudor aunque mi habitación esta fría. Mi garganta está seca y estoy desesperado por agua, como si hubiera estado corriendo un maratón.

Por un segundo, mientras miro alrededor de  mi habitación todo se ve borroso y un poco distorsionado, como si no viera mi habitación si no un acetato de ésta que ha sido puesto incorrectamente y las esquinas no coinciden con la real. Luego la luz cambia y todo se ve en su lugar de nuevo.

 

Todo regresa de una a mí, y la sangre empieza a golpearme la cabeza: la fiesta, Kim Minseok, la pelea con Luhan...

 

—¡Sehunni! —Mi puerta se abre, chocando contra la pared y HyeSun  atraviesa la habitación corriendo, pisando mis cuadernos y mis pantalones sucios.

Algo parece estar mal, algo está en los límites de mis recuerdos, pero luego desaparece y HyeSun salta a mi cama, poniendo sus brazos alrededor de mí. Están calientes. Ella apuña su mano alrededor del collar que siempre uso, una cadena delgada de oro con un pequeño talismán de un pájaro colgando de ella, un regalo de mi abuela, HyeSun tira ligeramente.

—Mamá dice que tienes que levantarte. —Su aliento huele a mermelada, y no es hasta que la quito de encima de mí que me doy cuenta que estoy temblando.

—Es sábado —digo. No tengo idea de cómo llegué a casa la noche anterior. No tengo idea de que les pasó a Kris, Chanyeol, Baekhyun o Kai. Y sólo pensarlo me hace sentir mal.

HyuSun empieza a reírse como loca y se baja de la cama de un salto.

—¡Mami, Sehun  no se quiere levantar! —dice mi nombre como

“Thehun”.

—¡No me hagas subir, Sehun! —La voz de mi madre hace eco desde la cocina.

Pongo los pies en el suelo. Sentir la madera fría me hace sentir más seguro.

Cuando era menor, me acostaba en el piso todo el verano cuando padre se negaba a encender  el aire acondicionado; era el único lugar que permanecía frío.

Estoy tentado a hacer lo mismo ahora. Me siento afiebrado. Suho, la lluvia, el sonido de botellas rompiéndose en el bosque...

Mi teléfono suena haciéndome brincar. Lo alcanzo y lo abro. Hay un nuevo mensaje de Kris.“Estoy afuera. ¿Dónde estás?”

Cierro mi teléfono rápido, pero no antes de ver la fecha parpadeando,

viernes 14de febrero. Ayer. Otro sonido, otro texto.

“¡No me hagas enfadar en el día de San valentín, perra!”

De repente, me siento como si me moviera bajo el agua, como si no pesara nada, o viéndome a mí mismo desde lejos. Trato de levantarme, pero cuando lo hago el fondo de mi estómago se quiere salir y tengo que correr al baño del pasillo, con las piernas temblando, seguro voy a vomitar. Me encierro y me pongo sobre el excusado. Mi estómago se contrae pero no sale nada. El coche, la volcadura, los gritos...

Ayer.

Oigo las voces en el pasillo, pero el agua está haciendo un ruido tan fuerte que no puedo oír lo que dicen. No es hasta que alguien empieza a tocar la puerta que me enderezo y grito:

—¡¿Qué?!

—Sal de la ducha, no hay tiempo. —Es Kris, mi madre le dejó entrar.

Abro la puerta un poco y ahí está , su gran abrigo acolchado cerrado hasta la barbilla, se ve enfadado. Estoy feliz de verle aún así. Se ve tan normal, tan familiar.

—¿Qué pasó ayer en la noche? —pregunto.

Él  hace un gesto raro.

—Sí. Siento eso, no pude llamarte de nuevo. No colgué el teléfono con

Tao como hasta las 3 a.m.

—¿Llamarme de nuevo? —Sacudo la cabeza—. No, quiero decir...

—Está molesto porque sus padres van a China sin él. —Rueda los

Ojos.

—Se acerca un poco—. Hablando de eso, ¿estás emocionado por esta noche?

—¿Perdón? —Ni siquiera sé de lo que está hablando. No entiendo sus  palabras, se mezclan. Me estoy sosteniendo del toallero, por miedo a caer. La ducha está muy caliente y hay un vapor denso en todos lados que empaña el espejo, condensándose en los azulejos.

—Tú, Suho, sus sábanas de franela. —Se ríe—. Muy romántico.

—Tengo que bañarme. —Trato de cerrar la puerta, pero él interpone su codo en un segundo y entra al baño.

—¿Aún no te has bañado? —Sacude la cabeza—. Oh, oh, de ninguna manera. Vas a tener que salir sin bañarte.

Se acerca a la regadera y cierra la llave de agua, luego me toma de la mano

y me saca al pasillo..

De repente siento la necesidad de sentarme y reír, y tengo que aguantarme para

no montar un episodio ahí mismo mientras Kris me mete a mi habitación.

—Vístete —dice, y saca su celular, probablemente para mandar un

mensaje a Chanyeol diciéndole que llegaremos tarde. Me ve por un segundo y luego suspira dándose la vuelta.

—Espero que a Suho no le importe —dice y lanza una risita, empiezo a ponerme mi ropa. De nuevo.

 

 

Cuando Chanueol entra al auto, se inclina para agarrar su café, y el olor de su

Perfume es tan real, agudo y familiar que tengo que cerrar los ojos, abrumado.

Mala idea. Con los ojos cerrados, veo las hermosas y cálidas luces de la

casa de Luhan, alejándose en el espejo retrovisor, y los suaves y brillantes árboles oscuros amontonándose a cada lado de nosotros como esqueletos. Huelo a quemado. Escucho a kris gritar y siento mi estomago salirse mientras el

coche se tambalea a un lado, los neumáticos chirriando...

—Mierda.

Abro mis ojos de golpe cuando Kris se desvía para esquivar a una ardilla. Tira su cigarro por la ventana y el olor a humo es extrañamente doble: no estoy seguro de si estoy oliéndolo, recordándolo, o ambos.

— realmente eres el peor conductor —Chanyeol se ríe tontamente.

—Ten cuidado, por favor —murmuro.

Estoy agarrando los costados de mi asiento sin querer.

—No te preocupes. —Kris se inclina y le da palmaditas a mi rodilla—.

No dejaré que mi mejor amigo muera virgen.

 

Estoy desesperado por revelarle todo a kris y a chanyeol en este momento, de preguntarles qué me pasó (qué nos pasó) pero no puedo pensar en ninguna manera de decirlo.

Estuvimos en un accidente automovilístico después de una fiesta que todavía no ha sucedido.

Pensé que morí ayer. Pensé que morí hoy.

Chanyeol debe pensar que estoy callado porque estoy preocupado por Suho.

Él enrolla sus brazos alrededor del respaldo de mi asiento y se inclina hacia delante.

—No te preocupes, Sehun. Estarás bien. Es sólo como montar en bicicleta — dice Chanyeol.

Trato de forzar una sonrisa, pero apenas puedo concentrarme. Parece como si hubiera pasado mucho tiempo desde que fui a la cama imaginando estar lado a lado con Suho, imaginando la sensación de sus frescas y secas manos. Pienso en él causándome dolor, y mi garganta amenaza con cerrarse.

Repentinamente, no puedo esperar para verlo, no puedo esperar para ver su tramposa sonrisa y su gorra de los Yankees.

—Es como montar a caballo —Kris corrige a Chanyeol—. Serás un campeón de listón azul en poco tiempo, Sehun.

—Siempre olvido que tú solías montar a caballo. —Chanyeol abre de un tirón la tapa de su café y sopla el vapor.

—Cuando tenía, como, siete años —digo, antes de que Kris pueda convertir esto en una broma. Creo que si él empieza a divertirse a costa mía ahora, realmente lloraré. Nunca podría explicarle la verdad : que montar a caballo era mi cosa favorita en el mundo. Amaba estar solo en los bosques, especialmente a finales de otoño, cuando todo es crujiente y dorado, las hojas son del color del fuego, y huele como si todo se convirtiera en tierra. Amaba el silencio de ello, el único sonido es el constante golpeteo de las pezuñas y la respiración de los caballos.

Sin teléfonos. Sin risas. Sin voces. Sin casas. Sin autos.

Bajo la visera para mantener el resplandor fuera de mis ojos, y en el espejo

puedo ver a Chanyeol sonriéndome. Quizá le diré lo que me está pasando, pienso, pero al mismo tiempo, sé que no lo haré.  Pensaría que estoy loco. Todos lo pensarían.

Me mantengo callado y miro afuera de la ventana. La luz es débil y de aspecto acuoso, como si el sol se hubiera derramado sobre el horizonte y estuviera demasiado cansado para limpiarse. Las nubes son tan nítidas y puntiagudas como agujas. Observo a tres cuervos negros irse simultáneamente de un cable de teléfono, y deseo poder irme yo también, elevarme, hacia arriba, arriba, y ver el suelo alejarse de mí de la manera en que lo hace cuando estás en un aeroplano, doblándose y comprimiéndose como una figura de origami, hasta que todo estuviera plano y brillantemente coloreado, hasta que el mundo entero fuera un dibujo de sí mismo.

—La canción, por favor —dice Kris, y yo rebusco hasta encontrar el de

Mary J. Blige, entonces me reclino y trato de no pensar en nada excepto en la música y el ritmo.

Y mantengo mis ojos abiertos.

Para cuando entramos al camino que rodea el área superior del estacionamiento y baja hacia el terreno de la facultad y el callejón de los de último año, estoy sintiéndome realmente mejor, aunque Kris está echando maldiciones y Chanyeol quejándose de que otra llegada tarde le hará ganarse un viernes de detención y ya han pasado dos minutos después de la primera campana.

Todo se ve tan normal.

Ver todas estas cosas me hace sentir mil veces mejor, y empiezo a creer

que tal vez todo lo de ayer (todo lo que sucedió) fue sólo una especie de extraño

y largo sueño.

Kris circula por el callejón de los de último año, aunque hay cero oportunidades de encontrar un lugar. Es una religión para él. Mi estómago se hunde cuando pasamos el tercer sitio de la cancha de tenis, y ahí está el Chevrolet marrón de la chica con su estampilla del equipo de natación.

Pienso: ella consiguió el último lugar porque nosotros estamos muy retrasados, y tengo que apretar las uñas en las palmas de mis manos y repetirme a mí mismo que únicamente he estado soñando, que nada de esto sucedió antes.

—No puedo creer que tengamos que caminar 350 metros —dice Chanyeol, haciendo pucheros—. Ni siquiera tengo una chaqueta.

—Tú eres el que salió de su casa semidesnudo —dice Kris—. Es febrero.

—No sabía que estaría afuera.

Pasamos por los campos de soccer a nuestra derecha mientras damos la vuelta de regreso al terreno superior. A estas alturas del año, los campos están todos revueltos, sólo con lodo y unas cuantas áreas de césped marrón.

—Siento como si estuviera teniendo un déjà vu —dice Chanyeol—. Escenas retrospectivas de primer año, ¿sabes?

—Yo he estado teniendo un déjà vu toda la mañana —digo impulsivamente antes de poder detenerme. Instantáneamente, me siento mejor,

seguro de que de esto se trata, de un déjà vu.

—Déjame adivinar. —Kris se lleva una mano a las sienes y frunce el ceño, fingiendo concentrarse—. Estás teniendo retrospectivas de la última vez

que Chanyeol estuvo así de irritante antes de las nueve de la mañana.

—¡Cállate! —Chanyeol se inclina, golpea el brazo de Kris y ambos empiezan a reír. Yo sonrío también, aliviado de haber dicho las palabras en voz alta. Tiene sentido

.

—¡Ooo! —Chanyeol chilla y empieza a buscar en su mochila. Saca un paquete de cigarros.—. Casi olvido tu obsequio.

Arroja el condón al asiento delantero, y Kris aplaude y da saltitos en su asiento cuando yo lo agarro.

—¿Sin condón no hay amor? —digo, arreglándomelas para sonreír.

Chanyeol se inclina y me sacude el hombro.

Salimos del auto y el aire es tan frío que siento escozor en los ojos y se me comienzan a humedecer. Ignoro la mala sensación que zumba a través de mí, y pienso. Este es mi día, este es mi día, este es mi día, de manera que no pueda pensar en nada más.

Leí una vez que tienes un déjà vu cuando las dos mitades de tu cerebro

procesan las cosas a velocidades diferentes: la mitad derecha unos segundos

antes que el de izquierda, o viceversa. La ciencia probablemente es mi peor

asignatura, por lo que yo no entendí el artículo entero, pero eso explicaría la

doble sensación que te deja, como si el mundo o tú, estuviera dividido en dos

partes. Es así lo que yo siento, por lo menos: como si hubiera un verdadero yo y un reflejo de mí, y no tengo forma de saber cuál. Al igual que el día tiene una sombra.

La cosa sobre el vu del déjà es que siempre pasa muy rápidamente, treinta segundos, un minuto a lo sumo.

Pero esto no pasa.

Todo es lo mismo: Minah chillando sobre sus rosas a primera hora y

L joe inclinado y canturreando: “Realmente te amo”. Las mismas personas pasando de largo por los pasillos, al mismo tiempo.

―Tengo que admitir que es bastante divertido, aunque sea la segunda vez. Incluso me siento como si estuviera loco, y aun así siento ganas de gritar.

Paso por delante de la chica que tenía puestas en su coche las pegetinas de natación, y puedo captar un poco de su conversación.

 

―...Muy emocionada. Quiero decir, el entrenador dice que aún podría bajar mi propio tiempo todavía medio segundo más.

―Aún faltan dos semanas antes de las semifinales. Puedes hacerlo totalmente.

 

Me detengo en seco cuando la oigo. Ella me ve mirándola y se siente muy incómoda. Se alisa el pelo y se tira de la falda que está montada en su cintura.

Entonces, ella se gira.

—¿Eh, S Sehun? —ella dice. Tirando de nuevo de su falda.

—¿Eras tú? —Tomo una respiración profunda para impedir tartamudear

como un idiota—. ¿Qué, estás hablando de semifinales? ¿Para el equipo de

natación?

—Sí. ―La cara de la chica se ilumina―. ¿Vas a venir?

Aunque me estoy volviendo loco, todavía se me ocurre que esta es una pregunta realmente estúpida. Nunca he ido a una competición de natación en mi vida y la idea de sentarme en un suelo de azulejos viscosos y ver gente chapotear en traje de baño es muy poco atractiva.

—Pensaba que no estabas compitiendo. —Me esfuerzo por parecer casual—. He oído algunos rumores... como que tal vez llegaron tarde y el entrenador se extrañó...

—¿Oíste un rumor? ¿Sobre mí? —Sus ojos se ensanchan y me mira como si acabara de entregarle un billete de lotería ganador. Supongo ella tiene como filosofía de vida "la prensa no es mala prensa."

—Supongo que estaba equivocado. —Creo que de ver su coche el tercero comenzando-por-el final y siento el calor inundando mi cara. Claro que ella no llegaba tarde hoy. Por supuesto, aún está compitiendo. Y no tuvo que caminar hasta el terreno superior hoy. Ella llegaba tarde ayer.

Mi cabeza empieza a golpear y de pronto sólo quiero salir de allí.

Me mira raro.

―¿Estás bien? Te ves muy pálido.

―Sí. Bien. El sushi me sentó mal.―Pongo una mano sobre las taquillas para no perder el equilibrio. Empieza a balbucear sobre una vez que se intoxicó con la comida rápida del centro comercial, pero yo ya me estoy alejando, mientras siento cómo el pasillo está girando y está tragándome hacia abajo.

El déjà vu. Es la única explicación.

Si repites algo lo suficiente, puedes casi creértelo tú mismo.

Me siento tan sacudido casi me olvido de que Baekhyun me está esperando en el baño en el ala de ciencias. Entro en el sitio y giro la tapa de un inodoro, me siento allí mientras balbucea, sólo le escuchaba a medias. Recuerdo algo que dijo una vez la profesora  de una de sus tangentes locas en inglés: que

Platón creía que el mundo entero, todo lo que podemos ver, era como sombras sobre la pared de una cueva. En realidad, no podemos ver realmente las cosas lo que vemos es la proyección de la sombra, como si estuviéramos viendo la impresión de la cosa antes que la propia cosa.

Déjame decirte algo: esto es lo que no tienes que estar pensando cuando tu vida entera está desmoronándose. 1º- En locos profesores de inglés que son siempre aleatorios y 2º- en los filósofos griegos.

—¿Hola? ¿Por casualidad me escuchas?

Baekhyun repiquetea la puerta y miro hacia arriba, sorprendido. Veo que en la pared pone ZM= FS.

Por supuesto no estaba escuchando de verdad. No esta vez, de todas formas.

Me pregunto, vagamente, ¿por qué Kris ha venido hasta aquí para

escribir en la pared del baño?, ¿por qué era importante para él?, quiero decir.

Ya había escrito una docena de veces en los compartimentos al otro lado de la cafetería, y ese es el baño que todo el mundo utiliza. Ni siquiera estoy seguro de

por qué no le gusta a Zico, y me recuerda que aún no sé cuando tampoco empecé a odiar tanto a Kim Minseok. Es extraño cómo puedes conocer a alguien sin saberlo todo. Creía que a algunos, habían llegado a conocerlos bien.

Me levanto y giro la puerta que abierta, mientras apunto el grafiti.

―¿Cuándo hizo esto Kris?

Baekhyun rueda sus ojos.

―No lo hizo. Un imitador.

―¿En serio?

―Uh—huh. Hay una en el vestuario de los chicos también. El imitador.

―Se repasa los ojos con eyeliner—. Es inútil. No podemos hacer nada en esta escuela sin que todos hagan lo mismo.

―Inútil.―Paso mis dedos encima de las palabras. Son espesas y negras, hechas con marcador permanente, como gusanos. Me pregunto, en pocas palabras, si Zico usa este baño.

Suena la campana y Baekhyun grita:

—¡Ooh! Vamos a llegar tarde.

Una vez más ese pozo se abre en mi estómago. Una parte de mí está tentada de ocultarse todo lo que resta de día en el baño, pero no puedo. Sé que sabes lo que sucede después. Que llego al final de la clase de química. Que tomo el último asiento al lado de la chica cuyo nombre no recuerdo. El profesor pasa una prueba con tres preguntas. ¿Sabes qué es lo peor? Que ya he visto el cuestionario antes y sigo sin saber las respuestas.

Pido prestado un bolígrafo. La chica comienza a susurrarme, quiere saber si el bolígrafo funciona bien. El profesor ruge.

Saltan todos menos yo.

Clase. Timbre. Clase. Timbre.

Loco. Voy a volverme loco.

En el momento en que las rosas deben ser entregadas en la clase de matemáticas me tiemblan las manos.

Trago una bocana de aire profunda antes de abrir la tarjeta que me envió

Suho. Me imagino que dirá algo increíble, algo sorprendente, que hará que todo

sea mejor. Algo como: eres tan hermoso, Sehun, o, estoy tan feliz de estar contigo, o te

quiero Sehun.

Levanto la esquina de la tarjeta con cuidado y le echo un vistazo.

I Luv...

Cierro la tarjeta rápidamente y la meto en mi mochila.

—Vaya. Es hermoso.

Miro hacia arriba. La muchacha vestida como un ángel está de pie, mirando la rosa que acaba de poner en el escritorio: pétalos de color crema, arremolinados juntos, como un helado. Ella todavía tiene la mano tendida y pequeñas venas azules se entrecruzan en su piel como una telaraña.

—Hazle una foto. Durará más tiempo —le comento. Ella se sonroja tanto como las rosas que está sosteniendo y tartamudea una disculpa.

No me molesto en leer la nota adjunta a éstas, y durante el resto de la clase mantengo los ojos pegados a la pizarra para evitar cualquier signo de Luhan.

Estoy tan concentrado en no mirarle que casi me pierdo cuando el profesor kim me guiña el ojo y sonríe.

Casi.

Después de la clase, Luhan me alcanza, agitando las rosas color crema que yo había dejado deliberadamente en mi escritorio.

—Olvidaste esto —dice. Como siempre, su cabello le cae sobre uno de los ojos—. Está bien, ya puedes decírmelo: son increíbles.

—No las he olvidado. —Estoy luchando por no mirarle—. No las quiero.

Le echo un vistazo y veo cómo su sonrisa desaparece por un segundo.

Entonces, de nuevo se abre a plena potencia, como un puto rayo láser.

—¿Qué quieres decir? —Trata de pasar por delante de mí—. ¿No se trata de que quien recibe más rosas en el Día de san valentín, es el más popular?

—No creo que necesite ninguna ayuda al respecto. Especialmente tuya.

Su sonrisa se desploma entonces definitivamente. Una parte de mí odia lo que estoy haciendo, pero todo aquello en lo que soy capaz de pensar es en el recuerdo, o sueño, o lo que quiera que sea; de pronto se inclina y creo que va a darme un beso, pero en lugar de ello susurra:

Puedo ver a través de ti.

Tú no me conoces. Tú no sabes nada de mí.

Gracias a Dios.

Me clavo las uñas en las palmas de las manos.

—Nunca dije que las rosas fueran mías —dice.

Su voz es tan baja y seria que me asusta. Me encuentro con sus ojos, son de color  brillante.

—Sí, bueno. Es bastante obvio.

Sólo quiero que deje de mirarme así.

Él toma una respiración profunda.

—Mira. Voy a celebrar una fiesta esta noche...

Ahí es cuando veo a Suho galopando hacia la cafetería. Normalmente, esperaría a que él se fijara en mí, pero hoy no puedo.

—Suho —grito.

Se vuelve y me ve, me lanza un medio—saludo y empieza a darse la vuelta otra vez.

—¡Suho!

—¡Espera!

Empiezo a medio correr por el pasillo.

—Ehhhh, Sehunnie. ¿Dónde está el fuego?

Suho pone sus brazos alrededor de mí y yo entierro mi nariz en su polar.

Huele un poco a pizza vieja, que no es el mejor de los olores, especialmente cuando se mezcla con bálsamo de limón, pero no me importa. Me tiemblan las piernas tanto que creo que van a ceder. Yo sólo quiero quedarme allí para siempre, aferrándome a él.

—Te extrañé —le digo a su pecho.

Por un segundo, sus brazos se tensan a mí alrededor. Pero cuando gira mi cara hacia la suya, está sonriendo.

—¿Te llegó mi Valograma? —pregunta.

Asiento.

—Gracias. —Mi garganta está apretada y me preocupa comenzar a llorar.

Me siento tan bien con sus brazos a mí alrededor, como si eso fuera lo único que

me mantuviera arriba—. Escucha, Suho. Sobre lo de esta noche

Ni siquiera estoy seguro de lo que voy a decir, pero él me corta.

—Muy bien. ¿Qué pasa ahora?

Me aparto un poco para poder mirarlo.

—Q—quiero yo sólo, hoy las cosas son una locura. Creo que podría

estar enfermo o, o algo así.

Se ríe y aprieta mi nariz con dos de sus dedos.

—Oh, no. No te vas a escapar esta vez. —Pone su frente junto a la mía y

susurra—. He estado esperando para esto durante mucho tiempo.

—Lo sé, yo también< —Lo he imaginado muchas veces: la forma en que la luna se sumergirá en los árboles y entrará a través de las ventanas, creando triángulos y cuadrados en las paredes; la forma en que su manta de lana se sentirá contra mi piel desnuda cuando me haya quitado la ropa.

Y luego me imagino el momento de después, después de que Suho me haya besado y me haya dicho que me ama y se haya dormido con su boca un poco abierta, me escaparé al baño y mandaré un mensaje de texto a Chanyeol, Kris, Kai y

Baekhyun.

“Lo hice”.

Es la parte del medio la que es más difícil de imaginar. Siento que mi teléfono vibra en mi bolsillo trasero: un nuevo mensaje. Mi estómago se mueve dando un vuelco. Ya sé lo que dirá.

—Tienes razón —le digo a Suho, apretando mis brazos alrededor de él—.

Quizá deberíamos ir directos después de la escuela. Nosotros podríamos hacerlo toda la tarde, toda la noche.

—Eres lindo. —Suho se aparta, se ajusta su gorra y su mochila—. Sin embargo, mis padres no se van hasta la hora de la cena.

—No importa. Podemos ver una película o algo

—Además. —Suho mira por encima del hombro ahora—. He oído algo sobre una fiesta de cual—sea—el nombre—del tipo .

—Luhan —digo de forma automática. Voces suenan por el pasillo, y la gente comienza a pasarnos. Puedo sentir sus miradas fijas. Probablemente esperan una pelea.

—Sí, Luhan. Puede que me pase un rato. ¿Nos vemos allí?

—¿De verdad quieres ir? —Estoy tratando de luchar contra la sensación de pánico que brota dentro de mí. Bajo la cabeza y miro hacia él de la manera en que se lo he visto hacer a Kris con Tao cuando está realmente

desesperado o algo—. Eso significaría menos tiempo conmigo.

—Vamos a tener tiempo de sobra. —Suho besa sus dedos, y los pasa, dos veces, contra mi mejilla—. Confía en mí. ¿Alguna vez te he defraudado?

Me defraudarás esta noche. El pensamiento viene a mí antes de que lo pueda detener.

—No —digo demasiado alto. Sin embargo, Suho no está escuchando.

Saco mi teléfono para comprobar mi mensaje, aunque no es realmente necesario.

“Esta noche fiesta en casa de Luhan. ¿Vas?”

Mis dedos están adormecidos cuando escribo de vuelta. “Obvio”.

Entonces, entro al almuerzo sintiendo cómo el sonido de trescientas voces, espesado, como un viento sólido que me lleva arriba, arriba y lejos.

 

—¿Así que, estás nervioso? —Kris levanta una pierna en el aire y la

gira de nuevo a los lados, admirando los zapatos que acaba de robar del armario de Baekhyun.

La música golpea en la sala. Kai y Chanyeol están ahí cantando con sus

Cabezas como si “estuvieran orando”. Kai no está siquiera cerca de la nota.

Kris y yo estamos recostados en la cama de Baekhyun.  Se siente bien estar acostado ahí: Bien y normal. Pienso en todas las veces que hemos estado acostados en el mismo sitio, esperando a que Chanyeol y Kai estén listos, esperando para salir, esperando a que algo pasara (el tiempo corriendo y luego yéndose, perdido para siempre) y de improvisto deseo poder recordarlos singularmente, como si de alguna manera, si los recordará todos, los podría tener de vuelta.

—¿Tú estuviste nervioso? La primera vez. Quiero decir. —Me da vergüenza preguntar, así que lo digo en voz baja.

Creo que la pregunta deja a Kris con la guardia baja. Él se sonroja y comienza a coger una trenza del cobertor de la cama de Baek, y por un momento hay un silencio incómodo. Estoy muy seguro sobre lo que está pensando, aunque, nunca lo diría en voz alta. Todos somos muy

cercanos, pero aún hay cosas de las que nunca hablaríamos. Por ejemplo,

aunque Kris dice que Tao fue su primero y único, esto no es técnicamente verdad, su primero fue un chico que conoció en una fiesta cuando

 estaba visitando a su hermanastro en La Universidad de Canada. Ellos fumaron marihuana, se dividieron un paquete de seis, y después tuvieron o,

y él nunca supo que  no lo había hecho antes.

Nunca hablamos de eso. No hablamos del hecho de que nunca podemos pasar por la casa de Chanyeol antes de las cinco, porque su madre estará en casa, y borracha. Nunca hablamos del hecho que  Baekhyun nunca come más que un cuarto de lo que esté en el plato, aunque  está obsesionado con cocinar y mirar The Food Network desde el principio hasta el final. Nosotros definitivamente nunca hablamos de que Kris era el único que   lo había hecho.

 

—No estuve nervioso. —dice suavemente. Luego suelta un profundo suspiro y su cara vuelve a una sonrisa—. Fue caliente—dice en un falso acento Británico y luego salta encima de mí y empieza a hacer movimientos, hacia arriba y hacia abajo.

—Eres imposible —le digo, empujándole.  Gira en la cama, carcajeando.

—Me amas. —Apoya en sus rodillas y sopla su flequillo lejos de su cara.

 Se inclina hacia adelante y pone sus codos en la cama. De repente se pone

serio.

—¿Sehun? —Sus ojos se ensanchan y baja su voz. Tengo que sentarme para

poder oírle por encima de la música—. ¿Puedo contarte un secreto?

—Por supuesto. —Mi corazón empieza a aletear. Él sabe que lo que me pasa a mí, le pasa a él también—. Tienes que prometerme no decirle a nadie.

Tienes que jurar que no te vas a asustar.

Lo sabe, él lo sabe, no soy sólo yo. Mi mente se aclara y todo se agudiza a mí alrededor. Me siento totalmente sobrio.

—Lo juro. —Las palabras apenas logran salir.

 Se inclina hacia adelante hasta que su boca está a una pulgada de mi oído.

—Yo

Luego gira su cabeza y eructa, fuertemente, en mi cara.

—Jesús, Kris. —Yo ventilo el aire a mí alrededor con mi mano. Él se hunde nuevamente en su espalda, levantando las piernas al aire y riendo histéricamente—. ¿Qué pasa contigo?

—Debiste haber visto tu cara.

—¿Alguna vez eres serio? —digo bromeando, pero mi cuerpo completo se siente pesado con desilusión. No lo sabe.  No entiende. Lo que sea que esté pasando, me está pasando sólo a mí. Un sentimiento de completa soledad me abruma, una niebla.

Kris toca las esquinas de sus ojos con su pulgar y luego salta a sus pies.

—Seré serio cuando esté muerto.

Esa palabra manda una corriente directo a través de mí. Muerte, tan final, tan desagradable, tan corta. El sentimiento cálido que había tenido desde que me había tomado los tragos se drenó fuera de mí y me levanté para cerrar la ventana de Baekhyun, temblando.

—Así que vamos, ¿o qué? —Chanyeol aparece en la habitación junto con Kai y Baekhyun.

Los tres están sin respiración.

—Vamos . Kris toma su bolsa y se la pone en un hombro.

Kai empieza reír.

—Son sólo las nueve y media —dice—. Y Sehun ya luce como si fuera a vomitar.

Me levanto y espero un segundo hasta que el suelo se estabiliza debajo de mí.

—Estaré bien, estoy bien.

—Mentiroso —Kris dice y sonríe.

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Comments

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layzy81
#1
Seems interesting....
Nini_LoverChan
#2
Chapter 4: Ohh esta genial *-* continua subiendo mas capitulos por favor, ya me gusto ^O^
Taiga07 #3
Chapter 1: HOLA :) MUY INTERESANTE LA TRAMA, ME GUSTO! POR FAVOR SIGUE LA HISTORIA
peacebadman #4
Muchas gracias ^^ Tengo listo el primer capitulo pero no se si subirlo ahora, o mañana.
DontDropThatKpop #5
Bueno! Me gusta mucho, continuas escribiendo porfavor <3