Let the game begin
Pasado o Futuro?Lunes 7 de Septiembre 2014
POV Jiyoung
Los días parecían transcurrir como siempre. Las horas pasaban monótonamente entre ensayos, presentaciones, tareas, escuela, más ensayos y muchas más presentaciones. Todo parecía normal aunque el grupo sabía que esto no era del todo cierto. Las chicas parecían cada vez mas estresadas y nerviosas conforme el estado de salud de Young empeoraba, su dificultad para realizar actividades con normalidad nos preocupaba de sobre manera.
Su energía al bajar del escenario era cada vez menos con forme transcurría el tiempo. Su piel siempre era extremadamente pálida.
Y lo peor era observar sus cambios de ánimo ya que por lo general siempre estaba deprimida cuando regresábamos a casa, lo único que hacía era encerrarse en nuestra habitación y dormir o por lo menos eso es lo que parecía.
-¡Young debes comer algo!-como últimamente siempre sucedía, Gyuri unnie hacia el intento de que Young probara bocado.
-¡No quiero! No tengo apetito-ella hizo el además de levantarse de la mesa pero unnie la tomo de la muñeca.
-¡Basta! Esto es todo lo que puedo soportar-Gyuri parecía realmente molesta-¡Estoy harta de tu forma de sobrellevar las cosas!
-Gyuri…-Nicole intento hablar pero otro grito de unnie la interrumpió.
-¿Por qué? ¿Por qué quieres morir ahora? Es tu vida y lo entiendo, pero no te dejare morir, no en mi presencia.
Se levanto de la mesa y se retiro a su habitación dejando detrás un silencio espeluznante.
-En media hora iremos al hospital, tienes unos estudios que hacerte, prepárate.
Nicole se retiro al igual que Gyuri, dejándonos solas e incomodas. Young se levanto sin mencionar palabra y entro a nuestra habitación.
-Intentare hablar con ella.
Entre en nuestra habitación sin avisar, la encontré dándome la espalda con la vista perdida en la pared frente a ella. Me acerque en silencio hasta poder sentarme a su lado.
-Lo saben ¿Cierto?-su vista parecía totalmente concentrada en observar la blanca pared frente a ella. Su voz sonaba tan frágil pero dura a la vez.
-Sí. Nos lo dijo tu medico la última vez que te llevamos al hospital.
Su silencio me hizo impacientar durante varios segundos, mi mente divagaba intentando descifrar sus pensamientos o sentimientos. Siempre había querido entenderla, a veces lograba hacerlo, pero otras tantas veces me era imposible si quiera intentarlo. Soltó un largo suspiro antes de girarse para mirarme.
-Lamento no haberlo dicho antes-fue extraño escucharla disculparse, hubiese esperado cualquier otro tipo de respuesta menos ese-Ya he causado suficientes problemas con mi enfermedad mental. No es fácil aceptar que otra cosa mala puede sucederme-nunca antes la había escuchado hablar de sus problemas.
-Para nosotras nunca será un problema cuidarte. Young todas te queremos y por eso queremos verte bien, puedes confiar en nosotras-acaricie su rostro, ella miro mi mano y la retiro.
-Lo sé pero aun así no es fácil hablar de esto. No es fácil el aceptar que soy una maldita loca bipolar y no solo eso sino que también sufro de androfobia, y para terminarla de joder ahora tengo anemia perniciosa. Genial una enfermedad más para sumar-me sentí mal al escuchar aquello, no esperaba que la estuviese pasando tan mal.
-Lo lamento, no pensé que la estuvieses pasando tan mal, es inusual escucharte hablar de tus problemas. No sé que es androfobia pero debe ser terrible-ella volvió a agachar la mirada, parecía avergonzada.
-Es un miedo anormal a los hombres, me lo dijo mi psicólogo la última vez que lo vi.
-¿Por qué tienes androfobia?-trago en seco.
-No es un tema del que me agrade hablar, hablar de ello requiere recordar mi niñez y no es algo que me guste-froto sus piernas ansiosa.
-Está bien, no quiero incomodarte pero si algún día te apetece hablar de ello o de cualquier otra cosa… siempre estaré aquí. Como en los viejos tiempos.
Me encogí de hombros. Y me levante de la cama para buscar en el armario algo de su ropa. Tome un suéter azul, un pantalón negro y un saco que combinaba, se lo lance a la cara.
-Cámbiate, no queras que todos te vean con esas fachas-ella se rio de mi comentario cosa que me hizo sentir contenta con migo misma.
-¡OYE!-se quito la blusa y me la lanzo, me sorprendí al mirarla cambiarse ante mis ojos, me gire instantáneamente dándole la espalda.
-Jiyoung te has vuelto muy tímida. Actúas como si nunca me hubieras visto en ropa interior.
-Solo en los camerinos y en general estoy tan ocupada en vestirme que no te observo en ropa interior.
-Como digas. Ya puedes mirar.
Di vuelta sobre mis talones para observarla acomodándose el suéter, esa ropa le quedaba realmente bien. Extrañaba como era antes. Aquello me hizo preguntarme si le seguía amando como antes
-Tu cabello es un desastre.
Tome el primer cepillo que encontré, me acerque y comencé a peinarle el cabello. Pude mirar de mejor manera su rostro, definitivamente la niña que conocí hace unos años había desaparecido, ahora era una mujer, aunque apenas tuviese 16. Siempre había admirado aquello de ella, su manera de parecer tan fuerte y madura a pesar de su corta edad.
-Listo ahora eres la Young de siempre.
Acaricie su rostro y le bese con suavidad la mejilla, mi corazón latió con rapidez y me regañe en silencio por tener aun este sentimiento por ella.
-Gracias Jiyoung.
Se separo de mí y se retiro, pero antes de salir por la puerta giro un poco su cabeza para mirarme.
-Te quiero.
Musito antes de desaparecer y entonces entendí que mi corazón seguir latiendo como antes por ella. Porque tal vez después de todo lo sucedido le seguía amando, aun aunque saliese con Hara no lograba olvidarla.
…
-¿Cuándo estará aquí?-la mujer miraba con desespero su reloj, mientras sostenía en la mano su celular.
-No seas impaciente Kim, por cierto tengo otro trabajo para ti.
-Usted dijo que solo debía presentarlas-la mujer removió su cabellera con frustración.
-Sé lo que dije, y como se lo que dije no recuerdo haber mencionado que era todo lo que harías.
-¿Qué quiere que haga?
-Consigue a una chica y has que se acueste con Young Soo.
-¿QUÉ? ¿Cómo pretende que haga eso?
-Es tu problema. Mi sobrina debe de estar llegando, trátala bien.
Y antes de que la castaña pudiese protestar el hombre había colgado. Suspiro con fastidio revolviéndose en el incomodo asiento de espera del aeropuerto.
-Disculpa-una joven idéntica a la de la foto enviada por el señor Akimoto apareció frente a ella-Mi tío me dijo que una mujer de cabello castaño, chaqueta roja y mascada negra me estaría esperando aquí, y usted parece ser esa persona-hablo la joven con un cierta complicación al pronunciar algunas palabras en coreano.
-Debes ser Watanabe Mayu-la castaña hablo en japonés para que la muchacha pudiese entenderla mejor.
-Sí, mucho gusto. ¿Quién es usted?
-Mi nombre es Kim…
…
Tokio, Japón
-¿Qué harás con la chica? No cambiara de opinión respecto a encontrar a su hermana perdida, y por las investigaciones que ha estado realizando aquel investigador que contrato no tardara mucho en encontrarla.
Dos hombres se encontraban charlando, disfrutando de una lujosa comida por supuesto que en un caro restaurante. Para el señor Akimoto nunca había sido un problema el conseguir dinero y mucho menos invitar a uno de sus mejores amigos a comer con él, sobre todo si el asunto a tratar eran negocios.
-Sabes que esas cosas no se preguntan amigo mío-Akimoto le mostro una media sonrisa.
-¿No pensaras en asesinarla, cierto? Te m
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