Encuentro versión A

Tabi got married

 

Capítulo 1 “El día que conociste a T.O.P”

(Versión A)

Estabas a punto de pasar al mostrador para dejar tu maleta en el aeropuerto, mirabas que la persona en frente tomaba sus cosas y se despedía de la jovencita que los atendía. Comienzas a tomar tus cosas y checar tus papeles en tu bolsa, cuando algo de alboroto llama tu atención, alguien tomó tu lugar en la fila y está siendo atendido, realmente te molestas, pero vez al alto joven voltear, trae lentes obscuros y gorra, viste muy bien pero lo que realmente llama tu atención es lo apuesto que es. Cuando voltea hace un gesto con la cabeza como disculpa, así que lo dejas pasar, tampoco es que fueras a armar un lio en el aeropuerto.

Finalmente has subido al avión, un amable joven te indica cuál es tu asiento, que resulta estar entre la ventanilla y el pasillo, no es tu lugar favorito, la ventana es tu lugar predilecto aún cuando sufres mareos en los aviones, y el pasillo hubiera sido cómodo para ir al baño, puesto que un vuelo de Seúl a Los Ángeles es uno de los vuelos más largos.

Curiosamente te acercas a donde el joven te señala, y para tu sorpresa se encuentra el mismo joven allí, él ocupa el lugar de la ventanilla. Ambos se miran perplejos, hasta que interrumpe el aeromozo para ofrecerte subir tus pertenencias, lo cual te hace sentir incomoda, puesto que tu no-gran-altura queda evidenciada, pero lo debe hacer por cortesía, así que aceptas y silenciosamente te sientas.

Aún cuando creías que estabas pasando el momento más incomodo de tu vida, empeora cuando tu compañero de viaje voltea y te dice “¿tienes asignado ése lugar?” No sabes si sentirte ofendida pero por la misma sorpresa, por un estremecimiento al escuchar la voz profunda y hermosa de aquél hombre sólo contestas “Si, este es mi lugar”.

Esperas a que el avión sea abordado por más personas, y constantemente volteas a los lados del pasillo, no buscas a alguien en especial, al menos no aún. Cuando el avión parece casi lleno preguntas a una azafata si se puede acercar. En inglés le das a entender que tienes curiosidad por saber si el asiento del pasillo está ocupado aunque no haya llegado su dueño, con una sonrisa dice que verá en el registro pero quiere saber con qué motivo quieres saberlo. Con voz baja y deseando que el chico, obviamente coreano, no comprenda lo que dices, pero le dices que él parece incomodo con tu presencia y quieres darle su espacio. Ella voltea a verlo y va a buscar la información que le pides.

Cuando regresa te afirma que el asiento no fue comprado y que si lo deseas te puedes sentar allí, la noticia te deja aliviada, tomas tu bolsa y te dispones a recorrerte, cuando sientes un roce en el brazo, al voltear vez al joven sin el sombrero y te dice “no quise molestarte, por favor no te cambies de lugar por mi culpa”. Una vez más el poder hipnótico de su belleza y su timbre de voz te dejan desarmada, por lo que te vuelves a sentar y simplemente dices que todo está bien.

Comienza el despegue y tú no te sientes tan tranquila, sacas de tu bolsa unos audífonos de diadema, los conectas a tu iphone y tratas de relajarte, funciona por un rato, pero escuchar la música con gran fidelidad y con alto volumen hace que tu cabeza duela, por lo que te quitas los audífonos por un rato. Aún así quieres mantenerte ocupada puesto que la persona de tu lado no parece estar pendiente de otra cosa más que de ti, -debe ser mi imaginación-, piensas, pero ciertamente tienes la sensación de estar siendo observada.

Buscas en tu bolsa por algo que hacer, no puedes jugar en tu teléfono, tampoco leer, porque te mareas fácilmente, pero al menos encuentras una bolsa de dulcecillos que compraste en el aeropuerto. Es perfecto ya que no sólo te distraerás, sino que los necesitas por el cambio de altura que hace que se te tapen los oídos y por si fuera poco son muy ricos. Antes de probarlos se te hace agua la boca y al masticarlos te sientes mucho mejor, los oídos, que no creías tener tapados por estar escuchando música, se liberan casi inmediatamente y escuchas todo con mayor claridad. Pero para tu desgracia, lo primero que oyes es esa voz de nuevo. “¿Me regalas uno?” instintivamente inclinas la bolsa para que ponga su mano debajo, él así lo hace y agitas levemente la bolsa, salen varios dulces, pero entre ellos tu color favorito, te debates mentalmente entre tomarlo y dejarlo, pero en cuestión de dulces no puedes permitir que alguien más coma tu favorito.

Escuchas el “gra…” cuando con gran habilidad tomas el caramelo, él parpadea un poco sorprendido y te sientes apenada, pero sólo dices “Es mi color favorito”. Él comienza a reír y aún riendo dice “Era el que más se me antojaba”. Te sientes un poco mal y buscas otro en la bolsa para no darle el que ya agarraste, pero el chico te detiene y sonriendo dice “era una broma, gracias por los dulces”.

No te hace tanta gracia su broma pero al menos sientes que hay menos tensión, pasa el tiempo y no sientes que las horas pasen muy rápidamente, así que tomas tu laptop para ver alguna película, la escogiste precisamente para eso, por su gran  pantalla, pero temes que se incomode tu acompañante, por lo que tomas los audífonos antes de reproducir la película, pues los efectos especiales pueden molestar a más de uno.

No quieres voltear, pero sabes que él te está viendo, sientes su mirada dolorosamente clavada en ti, aún así volteas y efectivamente te miraba, entre tu laptop y tu rostro se movían sus ojos, -¿lo hace a propósito?- te preguntas, -quizás insinúa que quiere ver la película- volteas al monitor, -debí escoger una de romántica, tal vez estaría menos interesado- A pesar de lamentarte por voltear, lamentas más por lo que le dices “¿Quieres ver la película?” Él no contesta, solamente sonríe y afirma con la cabeza, al mismo tiempo que se va quitando los lentes obscuros, cosa que te deja sin aliento por una milésima de segundo, tras los lentes unos hermosos ojos oscuros, con unas pestañas pobladas que parecían delinear sus ojos, y unas cejas bellamente alineadas. Era un ser más que hermoso, él era el símbolo de la perfección. Y más con la tierna sonrisilla con la que afirmaba que te espiaba y que esperaba que le ofrecieras ver la película.

La pantalla de la computadora era suficientemente grande, pero aún así sentías que tus hombros rosaban alguna parte de su brazo, eso te hacía sentir nerviosa, pero por alguna razón te sentías feliz, más que feliz, es como sentirte afortunada, por cosa del destino o algo similar estabas disfrutando un gran momento.

Gracias a la película todo termino por relajarse más, ambos reían al mismo tiempo, o comentaban cosas de la película, escenas que recordaban otras películas, o diferentes cosas, se la estaban pasando bien, aunque era un poco triste el final y eso a ti te derrota por completo, pero trataste lo mejor posible por contenerte, sabes que él se dio cuenta pero amablemente fingió que no, por otra parte te sentías un poco harta de estar sentada, de ver la pantalla e incluso de comer dulces, era un poco temprano pero también la temperatura estaba bajando. De tu bolsa sacas un pants y una sudadera, no era el juego pero ambos eran lindos, el pants era negro y de la parte de abajo tenía un resorte ancho, mientras que la sudadera era lisa gris, con gorro y cordones, vas al baño y te cambias, los jeans, la blusa y el suéter largo te los quitas, las botas negras afelpadas las conservas y vuelves a ir a tu lugar, después de estirar las piernas y caminar un poco.

Al regresar te sientas como si nada, pero volteas a tu lado, él te mira con una ceja alzada “¿Es en serio?”, tú por tu parte le preguntas “¿Qué sucede?”, él te contesta“No son ni siquiera las 5 y ya te has puesto la pijama”  te miras instintivamente y con tono herido le respondes “No es que ya me vaya a dormir, los jeans me dejan marcas y son otras 9 horas de vuelo a Los Ángeles, de allí yo tomo otro vuelo a México”

“Ok,  que bueno porque necesito con quien platicar mientras viajo, sino comienzo a hacer locuras” te responde él con una sonrisa Si me lo imagino “What?”   “Nothing” contestas riendo.

Hablan de mil cosas, la mayoría sin sentido pero estas feliz, no sólo porque el camino era de lo más tedioso y con él lo estas pasando genial, sino porque al verlo sabes que él pasa por lo mismo, está disfrutando el momento. En una de esas miradas en las que lo observas de reojo al hablar, te descubre viéndolo y te pregunta –Do you know who I am?- Lo miras un segundo, incrédula.

-Excuse me? I am sorry, Mr. Top of the world!-

Él ríe un poco pero se ve confuso, tú continuas –Mi nombre es Taline, mucho gusto- le ofreces tu mano en forma de saludo. –Mi nombre es Choi SeungHyun, es un placer conocerte- se dan la mano y se ríen más, hablan acerca de las manos, de el tono de uñas, de relojes, de tantas cosas que siguen sin tener sentido pero lo entretiene, hasta que ambos van cayendo bajo el poder del sueño, acuerdan dormir un rato y ambos terminan dormidos.

Al despertar te das cuenta que estas recargada en su brazo, es muy alto para que alcances su hombro, y al moverte él también se mueve, crees haberlo despertado por el brusco movimiento pero él se ve bastante despabilado, miras rápido tu reloj y notas que no has dormido más que una hora y 20 minutos.

-¿Qué tal la siesta?-

-Bastante bien, hasta que un oso se recostó en mí, no pude dormir después-

Te tomas la libertad de darle un pequeño golpe en el hombro ofendida –No peso lo que un oso, exageras, pudiste haber seguido dormido, o ¿Insinúas que ronco? ¡No ronco!- Lo vuelves a golpear, el chico sólo se encoge de hombros y sonríe.

-Estaba preocupado por moverme mientras dormía y que eso te despertara- Contesta él estirándose, como restándole importancia.

Te sientes un poco avergonzada, sientes tu corazón palpitando e incluso lo oyes en tus orejas –Perdón por dormirme encima de ti, y gracias por no despertarme- Procuras que se oiga bien lo que dices pero unas palabras atropellaron a otras y unas iban muy lento –Te toca dormir, yo estaré despierta- quieres arreglar la impresión que le dejaste, pero aquel joven con una mirada de niño te dice:

-No es necesario, si dormí un rato, aparte temo terminar tan despeinado como tú- Esas palabras te asustan, sacas tu teléfono y pones la cámara frontal, ves tu cabello suelto y largo mal acomodado, recuerdas que te habías puesto el gorro de la sudadera. Acomodas tu cabello con los dedos mientras escuchas su risa varonil, acercas la cámara para ver tu maquillaje y la alejas para volver a verte por completo.

-Sonríe- Dice el apuesto joven acercándose a ti y tocando la pantalla para tomar una foto. Sorprendida y no en tan perfectas condiciones, pero la foto salió bastante bien, claro que él salió perfecto pero es un milagro que una foto te guste a la primera toma.

-Está muy bien, ¿Quieres que te la envié?- Le ofreces, pero de inmediato deseas no haberlo dicho. Lo volteas a ver y parece incómodo, incluso arrepentido. –Ok, entonces será sólo mía- Guardas tu teléfono y piensas qué hacer o decir.

Está claro que querías insinuarle que nadie la vería pero no sabes si él lo entendió.

Por suerte llegan las jovencitas a ofrecerles algo de comer y de beber, aceptas pues quieres escapar un poco del incómodo sentimiento que les quedó, él también acepta, ambos se desean buen provecho pero estas segura que él también lo acepto para evitarte.

Escuchas a muchas personas hablando entre ellas, comen alegres, la mayoría deben de venir juntos pero ves algunos que como ustedes no se conocía y se hablan muy bien -¿Cómo puede ser que estábamos tan bien que nos tomamos hasta una foto juntos y ahora ni siquiera nos miramos?- Eso te pone un poco triste pero no crees que haya algo que puedas hacer.

Después de que recogen las charolas de comida y los vasos te acomodas y te pones los audífonos, encima de la diadema de los mismos pasas el gorro de la sudadera, cruzas los brazos (esperando mantenerte así) y cierras los ojos, debe ser que con el estomago lleno, la posición o el calor, pero sientes sueño y vuelves a quedarte dormida.

Abres los ojos de golpe, ahora si es realmente noche, por las ventanillas no entra gran cantidad de luz, sólo ves negro, algunos puntos e imaginas que la luna se asoma por unas ventanillas alejadas por las que se ve un poco de más luz.

Tienes un nudo en la garganta y los ojos un poco llorosos, subes los pies a la silla y se haces bolita, recargas la cabeza en las manos y sientes unas pequeñas lágrimas resbalarse por tus mejillas.

Con la frazada que tenías en las piernas te cubres la cabeza, pero notas algo -¿Desde cuándo tengo esto?- Te preguntas refiriéndote a la delgada cobija. Tal vez todas las personas recibieron una, volteas a ver a tu acompañante y él no trae ninguna. No estás segura, pero casi podrías jurar que él está despierto, con los ojos abiertos y mirándote, pero está muy oscuro, aún así, volteas rápido y dándole la espalda limpias tus lágrimas.

Una vez tu cara está seca volteas a verlo nuevamente, ves la frazada, -¿Será de él?- la extiendes, pues estaba doblada a la mitad y alcanzas a cubrirlo también. Su rostro tiene dirección a ti, pero por la oscuridad y las sombras no sabes si está despierto o no.

Te acomodas y te quedas pensativa, no logras conciliar el sueño, ya sea porque has dormido largo rato o porque no puedes dejar de pensar, tanto en el sueño, como en el chico que está sentado a tu lado. De cualquier manera tomas tu teléfono, bajas todo el brillo y vas al blog de notas, y empiezas a escribir acerca de lo que soñaste, no quieres olvidar los detalles, así que escribes aunque el poco brillo que queda te lastima los ojos.

-¿Por qué estas triste?- La voz te sorprende, pero sonó suave, será por su tono grave y profundo o porque lo dijo muy bajito, pero te gustó cómo sonó.

-Es por mi hurón, a veces tengo sueños tristes y no me puedo despertar- Le dices con voz apagada, quizás por la oscuridad no te da vergüenza hablar de eso.

-¿Por qué? ¿Qué pasa con él?- Entre las cosas que habían hablado la mayoría eran cosas acerca de ti, de porqué te habías ido a Corea, cuánto tiempo llevabas allá, de cómo no has aprendido el idioma, de tu hurón, pero no le habías dicho algo importante acerca de él.

-Ella, está enferma, está en tratamiento pero… pues me pone triste- Contestas y recargas tu cabeza en las rodillas, ni la oscuridad del lugar, ni la voz del joven podrían quitarte lo triste, aunque avergonzada no estés.

-¿Está sufriendo? ¿Tiene cura?- Pregunta aún más quedito.

-No, no sufre, incluso vive como cualquier otro hurón pero no tiene cura, su tratamiento es para el resto de su vida- Le respondes.

-Entonces todo está perfecto, ella no sufre, mientras esté en tratamiento todo va a está bien ¿verdad?- Dice y se queda en silencio un momento –Aunque debe seguir siendo difícil y triste- Agrega más para él que para ti.

-Sí, aún así es difícil y triste- Dices, igualmente más para ti que para él.

Sientes que él te toma de los hombros, hace fuerza en ti para que reclines contra él, no sientes que tu cuerpo ponga resistencia, así que conforme él te jala tú te mueves, hasta quedar recargada en él, todavía el chico se acomoda para que uno de sus brazos queden rodeándote y con él te acaricia la cabeza. Te reconforta ese gesto, sino fuera porque estuviste bastante tiempo dormida podrías volverte a quedar, pero no puedes, solo sientes como te acaricia, lentamente, muy lentamente va bajando la frecuencia de las caricias hasta que simplemente recarga su brazo en tus hombros.

Después de que despiertó las cosas andan un poco incomodas, no es que te preocupes mucho y seguramente él no perderá el sueño sólo porque una desconocida que compartió asientos con él no quedaron en tan buenos términos, tampoco es como si se hubieran peleado, pero es algo que mañana no va importar y quizá en un mes o antes olviden que paso.

Ya cuando comienzan a hablar acerca de que pronto aterrizaran es cuando te sientes un poco arrepentida, si antes pensabas que no importaría, ahora piensas que pudo haber sido mejor y que la oportunidad se perdió, pero de reojo lo miras y él no parece importarle, incluso recuerdas que se había estado levantando muchas veces y tardaba bastante tiempo en regresar –Probablemente ya no quería estar conmigo- Pensaste pero te preocupas un poco más por el aterrizaje, los movimientos del descenso siempre te hacen sentir mal.

Ya que dicen que está bien que se quiten los cinturones y que pueden ir preparándose para bajar. Tú tomas tus cosas con calma, tu apenas conocido amigo parece  no quererse mover de su asiento, no es que tú esperes que él se levante, te abrace y se despidan, pero al menos te imaginas que es porque no es bueno con las despedidas y no porque te odie o algo por el estilo.

Metes cosas en tu bolsa, sacas otras que utilizarás pronto pues aún te espera otro vuelo. Ya no hay nada más que puedas hacer en el avión, miras por un segundo al chico, dudas si darle la mano o simplemente decirle adiós. Optas por la segunda.

-Me voy primero Tabi- Te inclinas como es costumbre en Corea para no verlo a la cara y cuando te levantas casi inmediatamente te das la vuelta, aún de espaldas agregas –Me la pase muy bien, sigue trabajando duro y mándale saludos  a los demás chicos y la foto será un tesoro que no compartiré, no te preocupes- Giras la cabeza para verlo y despedirte agitando la mano, pero lo ves levantarse y sientes un poco de pánico. -Adiós- Dices y empiezas a avanzar.

Sientes que te agarra del brazo, está muy cerca de ti, la diferencia de alturas hace que él se vea imponente y su voz grave al hablarte hace que te de un pequeño escalofrío -¿Entonces realmente si sabías quien era?- Es lo único que dice, sabías que no haría todo eso para simplemente decirte adiós o algo similar.

-He estado en Corea casi seis meses, era imposible no saber de Big Bang o de TOP- Le contestas mirándolo a los ojos.

-¿Por qué no me lo dijiste?- Pregunta, por su tono de voz sientes que está molesto y tienes remordimiento, tanto por no habérselo dicho antes como por haberle revelado que lo sabías.

-Creí que por un rato te gustaría que alguien no te tratara de forma especial por ser un idol, que las chicas te rodeen pidiendo una foto y un autógrafo- Respondes, es cierto lo que le dijiste pero por la situación parece que estuvo mal lo que pensaste –De cualquier forma, me tengo que ir, tengo otro vuelo, ya lo sabes- Agregas y tratas de soltarte de su mano, él comprende y te suelta delicadamente –Por cierto, tienes que hacer que vuelvan a vender los audífonos Beats de GD&TOP, igual que la sudadera- Le dices un poco más tranquila, ahora si piensas salir rápidamente de allí antes de que otra cosa te quite la respiración, pero al parecer no eres tan veloz, puesto que ahora te detiene del hombro, con mucho más cuidado que hace rato.

-Puedo hacer algo por ti- Dice un poco más sonriente, aunque no completamente alegre. Top camina unos pasos hasta quedar a tu lado, y sujetándote-abrazándote del hombro comienza a caminar a la salida del avión –Vamos por nuestras cosas- Agrega ayudándote a bajar las escaleras del avión.

-¿Qué haces?- Le preguntas de nuevo alarmada.

-Nada, de todas maneras tenemos que ir al mismo lugar por las maletas- Te sonríe amablemente, una sonrisa que te reconforta, no es por todo lo que han pasado pero TOP siempre fue tu idol favorito, no crees que él sea capaz de hacer algo malo.

Llegan a la banda que distribuye el equipaje, buscas a tu mascota y a tu equipaje por todas partes, por un segundo vez que Top se aleja un momento, te imaginas que ya vio su maleta, sigues buscando la tuya, cuando sientes al apuesto joven a tu lado, abre su maleta, busca algo Estará revisando que todas sus cosas estén, que no le falte nada- No le dices nada, alcanzas a ver tus cosas y vas por ellas, bajas con cuidado a Lolli y empiezas a arrastrar tu maleta hasta dónde está tu “acompañante”, el cual trae algo en las manos.

Cuando llegas a él te extiende lo que trae. Sostienes las cosas y te das cuenta de lo que es. Los audífonos de GD&TOP y la sudadera roja.

-Toma, te los regalo, wow nunca había visto uno de estos tan cerca- Te dice el sonriente mientras se asoma a ver a Lolli –Los audífonos están un poco desgastados y la sudadera puede estas sucia pero no estaba preparado- Te dice enseñándote algunas imperfecciones pequeñas de los audífonos y extendiendo la sudadera.

-No, ¿Cómo crees? Esto es tuyo- Le respondes inmediatamente y le quieres devolver las cosas.

Él levanta las manos para evitar que se las des –No, es un regalo ahora es tuyo- Sigue sonriendo.

-Pero los audífonos ya no hay y la sudadera me va a quedar enorme- Sólo le dices excusas para que se quede sus cosas.

-Bueno entonces sólo te las presto, cuando ambos hayamos regresado a Corea me los devuelves- Dice él aún sonriendo y tomando su maleta –Se te va a hacer tarde, todavía tienes que viajar a México.

-Top, no- Le dices pero él comienza a caminar y sólo se despide con la mano.

Va desapareciendo entre la gente, si fueras más alta no pasaría porque él es muy alto pero como eres tan pequeña las demás personas lo cubren.

Miras lo que traes en la mano y a tu hurón, buscas sus cosas, agua y comida, aún no lo puedes sacar y te lamentas por eso, pero esperas pronto llegar a tu casa así que simplemente tomas tu maleta y comienzas a caminar a la terminal indicada.

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Comments

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karolina #1
Me muero que lindo que es tabi este capitulo me gusta mas <br />
y no puedo creer que ya no haiga mas capitulos no me dejes<br />
con esa intriga POR FAVOR te lo pido suplicando de rodillas<br />
CONTINUALO tu fices realmente hermoso el mejor que e leido y merece terner mas<br />
capitulos y claro terminarlo POR FAVOR SUBE MAS CAPITULOS (PLEASE UPLOAD MORE CHAPTERS)
karolina #2
que linda la señora es un amor igual que taline y porsupuesto tabi jeje
karolina #3
que bien porfin se casaron .. =)<br />
sigue subiendo capitulos
karolina #4
waaaaaa...!!! le dio un beso (kiss kiss) dios mio me desmayoo sique subiendo mas capitulos... porfavor!!
karolina #5
wouu no puede ser que suertuda quedarse con los audifonos de GD & TOP y la sudadera .esta muy bueno el fic sigue subiend mas capitulos
karolina #6
ohh esta realmente hermoso porfavor continualo porfavor te lo pido