“Lo lamento.”

Giré mi cabeza para verla al mismo tiempo que ella lo hizo, y la miré con curiosidad. “…No haberte dicho antes.” Concluyó.

Y me sentí tan torpe, tan pequeña. Pero le mostré una sonrisa. No me malinterpreten, era una sonrisa genuina, después de todo, que no me lo hubiera dicho era la menor de mis preocupaciones, el menor de mis dolores. Y de todos ellos, no había ninguno por el que ella tuviera que pedirme disculpas.

“Está bien.”

Esa noche fue una pesadilla. Me acosté en mi cama usando mi pijama de verano y me quedé mirando el techo «La cama de Luna unnie que está arriba de la mía». Las imágenes de lo que ese día había visto aparecían en mi mente una y otra vez. La expresión de Soojung cuando estaba con Jongin, y las palabras que me dijo cuando estábamos en la van.

De repente mi cabeza quiso jugar conmigo, inventando escenas. Comencé a imaginar a Krystal y Jongin, hablando, mirándose, tomados de la mano, y mi cordura llegó a su límite cuando los vi en mi mente besándose. Envidia recorrió mi cuerpo de punta a punta, enterré mi rostro en mi almohada e intenté calmarme, porque, otra vez, no había nada que yo pudiera hacer. Pero no podía dejar de pensar en eso, odiaba el hecho de que alguien más llegaría a probar esos labios de ella… y yo no. Eso era insoportable. Yo la amo, él no. Yo… eso, según buda sería egoísmo, y vaya que estoy siendo egoísta. Pero después de todo yo tampoco puedo tenerla, yo tampoco puedo saber cómo se siente tener mis labios sobre los suyos.

Al menos que…

Jinri se levantó abruptamente de su cama, salió de la habitación y fue directo al baño. Abrió la canilla y con sus manos, dejó que su cara sintiera el agua helada penetrándose en su piel. Estaba pensando tonterías. No, ni siquiera eran tonterías, sus pensamientos eran demasiado absurdos y peligrosos, Jinri sabía que necesitaba calmarse y limpiar las lágrimas que comenzaban a formarse en sus ojos. Y lo hizo, porque no debía llorar.

Despertó la mañana siguiente ante la voz de la hermosa mujer china a quien las cuatro pequeñas de F(x) solían llamar “mamá.”  Sulli estaba exhausta, y como si no hubiera pensado lo suficiente sobre una cierta persona la noche anterior, fue también su primer pensamiento apenas abrió los ojos esa mañana. El pensar que en pocos minutos estaría viendo a Krystal de nuevo, le provocó repentinamente querer quedarse en su cama y no ver si quiera la luz del sol.  

Pero muy tristemente para ella, hoy era solo otro día de rutina normal, llena de compromisos para F(x).

La puerta del apartamento se abrió revelando a la chica de piel blanca y largo cabello oscuro, aunque no tanto como sus ojos, sus ojos son tan oscuros, y tan hermosos al mismo tiempo que es casi imposible de creer. Pero yo lo creo, yo lo sé, yo he sido encantada por esos ojos mucho tiempo atrás. Sin embargo, hoy no quiero mirarlos, no me atrevo a verlos y arriesgarme a pensar en cómo alguien más será el afortunado en ver esos ojos sabiendo que su cuerpo entero y corazón le pertenecen. Y no hablo de Jongin, sino de cualquiera que obtenga ese privilegio. Jamás lo había pensado… yo nunca seré esa persona. Un día, ya no podré nunca más tenerla entre mis brazos, no podré acariciar su rostro como si mis manos tuvieran todo el derecho, un día no podré abrazarla mientras dormimos, un día la ilusión de besar sus bellos labios no será más que una mera fantasía y un sueño que nunca cumpliré, un día miraré sus ojos y sentiré cómo ella no me pertenece y nunca, nunca lo hizo.

“Yah ¿Estás molesta conmigo? ¿Qué hice?” preguntó con ese tono preocupado suyo, que sigue teniendo esa brisa de frialdad, típica Jung. Solté un suspiro antes de darme vuelta y mirarla directamente por primera vez en el día. Había estado ignorándola todo este tiempo. Soy una idiota ¿Verdad? Ella no merece eso, no es su culpa que yo esté sufriendo como lo hago al no dejar de pensar en cosas que nunca antes había pensado y torturarme una y otra vez.

“No, no lo estoy. No has hecho nada.” Hablé con calma, sintiendo como un sentimiento de culpa de formaba dentro de mí. “Lo siento Krys.”  Fail. Gran fail.

“¿Krys?” me miró confundida. Por supuesto, jamás la llamo por su nombre americano. Ohh, torpe, torpe Sulli. “¿Ocurre algo, Ssul?” Preguntó esta vez preocupada e intenté mostrarle mi mejor sonrisa, pero ella llevó su mano a mi mentón y alzó mi rostro, como si fuera necesario, teniendo en cuenta que soy más alta que ella. Pero lo hizo, con su ceño fruncido examinó mi rostro y yo, tanto como no quería, me perdí en sus ojos. ¿Ya les mencioné que sus ojos son hermosos?  “Estás cansada ¿Verdad? No has dormido bien.” Comentó con suavidad, deslizando delicadamente su dedo índice derecho sobre mis facciones. Esa caricia, por alguna razón, necesitaba tanto de sus caricias, que inconscientemente cerré mis ojos… y en ese momento dejé de sentir su tacto. Abrí nuevamente mis ojos, temiendo que las reacciones de mi cuerpo me hayan causado un problema. Entonces encontré de nuevo su mirada, pero esa mirada… era tan… no puedo encontrar las palabras para describirla. Como si ella hubiera cometido un error, como si comprendiera lo que yo estaba sintiendo.  Y ya no quería seguir viendo aquella mirada, me dolía. “Estoy bien.” Hablé precipitadamente, enseñándole una sonrisa más convincente… que obviamente no la convenció, pero fue suficiente para ganarme una suave sonrisa de su parte, al tiempo que asentía muy ligeramente con su cabeza un par de veces. No quiero que se preocupe por mí, jamás podría decirle lo que está pasándome, solo quiero que sea feliz.