So Eun tenía muchas cosas en que pensar, se acercaba la fecha de su cumpleaños y como todos los años su padre y su hermano le harían una celebración en su honor, además de cumplirle un deseo, sonaba un poco extraño pero cierto, ellos se esforzaban en ser sus magos, cumpliendo cada capricho que pudieran. Y había pensado mucho en que pedirles, nunca pedía regalos costosos, solo cosas que para las chicas de su posición social eran insignificantes como un día de campo, un paseo a la paya… un pastel preparado por ellos dos. Se sonreía de solo recordar aquel pastel, tenía un sabor horrible pero la crema hacia todo pasable.

Cuando llego a casa, suspiro… hoy era el último día para decir que deseaba. Escucho un par de voces y supo que su familia estaba reunida esperándola, ¿Por qué otra razón Hyung Joon no la habría acompañado?. Encamino sus pasos lentamente hacia el salón, ni siquiera había un sirviente… solo estaban ellos cuatro. Cuando entro a la sala sus padres y su hermano se levantaron para recibirla, ¿Por qué tenían esas caras?... parecían preocupados y felices, ¿se podía estar feliz y preocupado al mismo tiempo?. Tuvo ganas de preguntar que sucedía pero su madre fue a su encuentro y le dio un abrazo… ¿Por qué?.

-cariño… siéntate…- le pidió a su hija, estaba tan hermosa… pronto cumpliría un año más.-

-¿pasa algo omma?...- le pregunto al verla tan contrariada.- si es por mi cumpleaños…-

-no se trata de eso…- le dijo a su hija. Había estado esperando para hablar con ella.-

-¿entonces?...- le dijo a su padre.-

-So Eun.- cruzo sus manos y la miro seriamente.- mis negocios en New York han tenido un éxito inesperado, tanto así que nos quedamos a vivir aquí más de lo planeado…-

Era cierto, cuando su madre le hablo del trabajo en el extranjero dijo que sería durante un año o dos máximo pero ya habían pasado varios años desde que llegaron y nunca hablaron de volver a Corea.

-Ha surgido un problema…- esperaba resolverlo desde aquí pero no se dieron las cosas.- necesitan que regrese a tomar el control.-

So Eun se quedo con la información… ¿había dicho que regresarían?. Su familia se quedo en silencio al ver la expresión vacía en su rostro, los tres habían hablado del tema y quedaron en no decirle nada a ella hasta que fuera definitivo. Hyung Joon tocio para llenar el silencio, tenía un poco de miedo por su hermana, a veces le preguntaba si deseaba regresar a Corea pero ella nunca le daba una respuestas, solo se quedaba en silencio y ya.

-¿cariño?...- le llamo su madre.-

-¿Cuándo?... ¿Cuándo volveremos?...- le pregunto. La noticia le cayó de golpe, no sabía que sentir… ahora entendía porque tenían esas caras cuando llego. Cerró los ojos, sus últimos recuerdos de Corea eran dolorosos, era una niña… pero aun así…-

-dos días…- le dijo su padre, sabía que esto molestaría a cualquier persona, mucho más a sus hijos.- sé que no es mucho tiempo…-

-¿puedo retirarme?...- le pregunto a sus padres. No podía quedarse en el salón con ellos, todo se estaba contrayendo, todo se hacía pequeño.-

-¿te sientes bien?...- le dijo a su hermanita, era imposible que estuviera más pálida.-

So Eun se levanto sin esperar el permiso de sus padres y salió corriendo, su habitación estaba en la segunda planta, hizo mucho ruido al subir las escaleras y más cuando cerró la puerta de golpe. Se tiro a la cama y apretó la almohada sobre su rostro, quería gritar, todo era repentino, todo se vino de cabeza. Pero su soledad duro segundos, ya que su hermano entro tras ella, la conocía… sabia que necesitaba de un hombro para llorar. Se sentó a su lado en la cama, ella no despego su rostro de la almohada, no quería reconocer que el cambio le asustaba. Entonces Hyung Joon toco su cabeza, su cabello era sedoso y amaba enredar sus dedos, pero esta vez no disfrutaba de eso, solo quería darle un poco de tranquilidad.

-¿crees que pueda quedarme?...- le pregunto a su hermano.-

-sabes que nuestros padres no te dejarían…- si ella se quedaba él también.-

-no quiero volver…- le dijo asustada.-

-¿Por qué?... es por tú…- a él le dolía la muerte de su madre, y a ella le sucedía lo mismo.-

-sí… tengo miedo… de que algo malo ocurra.- Corea tenia tantos dolores, era un lugar que no quería volver a recorrer.-

-te prometo que no será así… nada malo va a pasarte, a ti… ni a nadie.- le aseguro, él se encargaría de cumplir su palabra.-

Luego de hablar un poco más con su hermano, ella termino por sonreír. Hyung Joon era bueno calmando las angustias, era casi como un salvador, venía a rescatarla cuando se estaba ahogando en un vaso de agua. Luego de eso ambos se tomaron de las manos y bajaron, sus padres seguían en el salón, estaban preocupados por ella. Al ver que venía tomada de la mano de su hermano, su madre suspiro, ese chico le era tan querido como a su propio hijo.

-omma… appa…- le dijo más fuerte su mano.- lo siento… -

-cariño…- su madre se acerco para abrazarla.- no tienes que disculparte…- frotaba su espalda cariñosamente.-

-So Eun, no queremos obligarte a nada.- le dijo su padre.- pero… desearíamos que la familia retornara junta.-

-lo sé…- le dijo ella y bajo la mirada.- no voy a separarme de ustedes…- levanto la vista sonriendo.-

Le daba miedo volver, su padre seguía allá, en un lugar que nunca visitaba, que significaba dolor y tristeza, sabía que ya no estaba con ella pero no visitarlo también le causaba una suerte de esperanza, de que algún día… caminando por la calle podría verlo, una cosa imposible pero en su mente algo real. So Eun subió a su cuarto, luego de hablar un par de detalles más quedaron claras las nuevas direcciones de su vida, en dos días para volver a Corea, en eso habían quedado. Tiempo suficiente para trasladar los estudios de ella y preparar su llegada a la antigua casa de la familia Kim.

Ella tomo su teléfono y marco el primer número de la lista, sorprendentemente ese numero no pertenecía a su hermano. Hyung Joon era como una sombra no necesitaba contactarlo porque siempre estaba cuando ella giraba su cabeza, en cambio él.

-So Eun, ¿paso algo?...- le dijo extrañado de recibir una llamada tan tarde.-

-Bummie….- le dijo aguantando las ganas de llorar, no quería preocuparlo de más.- nosotros…- se cubrió la boca con la mano libre apretando sus ojos.-

-Eunnie, ¡¿Dónde estás?!, ¡voy enseguida!...- le dijo tomando sus llaves para ir a buscarla, ella estaba mal… lo sentía en su voz.-

-no…- dijo meneando su cabeza.- estoy en casa…- respiro profundo, acomodándose en la cama.- solo… tengo miedo…-

-¿Por qué?... – no sabía qué hacer estaba con la mano en la puerta, deseaba y abrazarla, calmar ese miedo y susurrarle que todo estaría bien.-

-volveré… a Corea…- le termino de decir.-

-¿Qué?...- soltó el pomo de la puerta y su cuerpo pareció ganar diez kilos en solo un segundo.-

-omma y appa… todos volveremos a Corea.- una silenciosa lágrima cayó sobre las sabanas.-

-¿Qué?...- repitió incrédulo y apoyo su espalda en la pared.- ¿Cuándo?...- le dijo apurando la noticia.-

-dos días…- sentía que iba a perderlo, que aparte de tener que volver a enfrentar el dolor, dejaría a Sang Bum abandonado.-

-tan pronto…- cuando vino a New York, pensó que no tendría que volver a dejarla ir.-

-sí…-

So Eun miraba la pantalla que constantemente cambia sus letras, los destinos e itinerarios de los aviones cambiaba según pasaban los minutos. Su vuelo no aparecía en la pantalla, ya que viajarían en el avión privado de su padre, aun así no le importaba eso, ella miraba la pantalla por el reloj que estaba en el costado. Sang Bum se había despedido de ella el día anterior, porque hoy no podría ir a dejarla, tenía una reunión de trabajo que era impostergable, aun así So Eun esperaba verlo en los minutos antes de partir, era difícil dejarlo a él, más sabiendo que podría tardarse en ir a encontrarlos.

-ya tenemos que irnos…- le dijo a su hermana. Pobre… seguía un poco turbada con el nuevo cambio.-

-sí…- le dijo ella mientras retocaba con sus manos los ojos, se humedecían con tanta facilidad.- voy… quiero…-

-¿lo estas esperando?...- le dijo antes de que ella terminara la frase, su amigo debía sentirse en el cielo al saber que ella sufría tanto por dejarlo.-

-Hmm…- no dijo nada solo bajo la cabeza.-

-te esperaremos en el avión… pero no puedes tardar mucho…-

SoEun asintió con la cabeza ante las palabras de su hermano, sabía que era tonto esperarlo pero aun así… miro una vez más la pantalla, iban a ser las 6 de la tarde… su avión partiría en 15 minutos. Suspiro y se llevo la mano al pecho, era tiempo de decir adiós… se giro sobre los tacones y comenzó a caminar, la puerta de entrada estaba a unos metros, segundos para dejar New York.

-¡SoEun!...-

Se giro al instante y pudo ver como el mar de personas se abría por culpa de un hombre, daba algunos manotazos al aire, si no fuera porque el trafico de la cuidad estuvo ligero, jamás hubiera alcanzado a llegar, pero allí estaba a solo metros de su querida SoEun… ¿Cómo no iba a luchar por llegar a ella?.

-Bummie…- dijo al reconocerlo en su traje de oficina. Olvidándose de todo se fue a su encuentro.-

-Eunnie…- le dijo al salirse de la última trampa humana, había cruzado edificios, calles y gente, solo por ella y haría más si se lo pidieran.-

-viniste…- le dijo lanzándose a su cuerpo, lo iba a extrañar, no quería irse sin él…-

-So… Eun…- dijo lentamente mientras la estrechaba por la cintura, su delicada figura le hacía hervir la sangre, tenerla así de cerca, con el aroma de su perfume… dulce y sus cabellos seduciéndolo con ese brillo. Cerró los ojos para grabar este momento.- cuídate…- le dijo apretándola contra él, tenía miedo de perderla.-

-sí…- le dijo aguantando el llanto, quería ser fuerte para no preocuparlo. Soltó sus manos y lo dejo escapar. A medida que esto ocurría descubría sus ojos, esos brillantes y coquetos ojos, que con una mirada la sonrojaban.- voy a extrañarte…- le dijo al sentir que sus mejillas se sonrojaban. Estaban demasiado juntos.-

-no por mucho tiempo…- le dijo sintiendo que su corazón le gritaba.- SoEun…-

El resto ocurrió naturalmente, ella cerro sus ojos justo al momento de sentir las manos de Sang Bum en su mejilla, era como una fantasia, ¿Cuántas veces había soñado con este momento?... mil veces en los últimos años. Tocar sus labios, tersos y suaves, con un dulce brillo que los hacían más apetecibles… ¿Por qué no podía durar para siempre?. Intento recorrer un poco sus apetitosos labios pero un sobresalto y la obvia reacción de ella los separo. So Eun se aparto y lo miro completamente roja, esto… ¿Cómo paso esto?... su primer beso… con su amigo…

-So Eun…- le dijo alargando su mano hacia ella, notaba en su mirada que el beso había sido más que nada accidental.-

-¿Bum?...-

Hyung Joon apareció sonriendo y abrazo a su amigo, este palideció un poco al sentir que estuvo a punto de ser atrapado por el hermano de ella… ¿Cómo hubiera reaccionado al verlos juntos?. Soltó el aire e intento sonreír.

Fue un intercambio corto de palabras, estaban contra el tiempo y Hyung Joon los apuros, So Eun y Sang Bum se miraron hasta que se perdieron de vista. Él intuía que algo pasaba entre esos dos, pero omito las preguntas y llevo a su hermana al avión, donde sus padres los esperaban. So Eun se quedo mirando por la ventana del avión, sentía que sus labios le ardían con el beso… un beso de Bummie.

Las cosas eran… diferentes. La casa era inmensa, mucho más grande que la de New York, le parecía que estaba tan vacía. Su cuarto era como el de una princesa, era del tamaño de su antiguo departamento. Llevaban solo dos días en Corea y no dejaba de extrañar a Bummie, no había hablado con su hermano del beso, tampoco con él… ni él con ella, cuando lo llamaba él se dedicaba a contarle de su día y ella se conformaba con escucharlo. Bajo las escaleras haciendo un eco con los tacones. Sentía que el cuento de la cenicienta se hacía realidad con ella… solo que no estaban las hermanas o la madrastra para impedirle su final feliz.

-¿Qué pasa?...- les dijo a su familia al verlos reunidos.-

-cariño…- le dijo su madre sonriendo.- estábamos hablando de tu fiesta de cumpleaños…- le dijo su madre llamándola a su lado.-

-appa nos decia que era buena idea hacer una fiesta de presentación…-le dijo su hermano.- yo digo que es la peor idea que se pudo ocurrir.-

-es tradicional…- le dijo su padre al ver como su hijo intentaba desechar la idea sin plantearla correctamente.-

-¿fiesta de presentación?...- le dijo ella mientras tomaba asiento al lado de su madre.-

-en nuestra patética sociedad elitista…- le dijo a su hermana.- la familia debe presentarse en sociedad… como una venta de autos, te muestras y los demás se quedan viéndonos.-

-no es así…- le dijo a su hijo y dirigió su mirada a ella.- es una fiesta de presentación, invitamos a nuestros amigos y familiares, los atendemos y disfrutamos de la mutua compañía.-

-¿Cuándo?...- le dijo ella mirándolo.-

-pensamos…- dudo un poco, esto era demasiado pero.- para tu cumpleaños…-

-¡no!, definitivamente no…- él se levanto del sofá.- eso es decisión de So Eun, no puedes oblig…-

-estoy de acuerdo…- le dijo a todos.- creo que… es perfecto…-

-¿estás segura?...- le pregunto a su hija.-

-¿estás loca?... ¿Qué te paso?...- le dijo a su hermana.-

-creo que es perfecto…- les volvió a decir.- así celebramos las dos cosas al mismo tiempo… nunca… he tenido una fiesta así, creo… va a ser una nueva experiencia.-

Ante los reclamos de su hermano y la mirada atónita de su madre, opto por retirarse, pero a sus pasos le siguieron otros. Se giro a ver de quien se trataba y de los tres era el que menos esperaba.

-appa…-

-¿podemos hablar?...- le dijo a su hija menor.-

Ella asintió con la cabeza, y amablemente la condujo hacia su oficina. La casa tenía salas para toda clase de usos, pero este era el lugar más cálido, con fotos de la familia sobre el escritorio y una decoración cálida y con materiales naturales. La miro con una semi sonrisa en los labios, recordaba la primera vez que la vio… una niña hermosa y con ojos grandes, ahora era una de las jóvenes más atractivas que él conocía.

-quiero que seas completamente sincera conmigo…- había aprendido a quererla como a una hija propia.- ¿estás cómoda con la idea de la fiesta?…-

-…- se quedo callada ante la pregunta. Él era un buen hombre… ahora... ya lo consideraba un padre, pero… seguía teniendo miedo de ser franca, a veces pensaba que él nunca podría entenderla.- sí…-

-¿Por qué no puedes hablarme con tranquilidad?...- le pregunto nuevamente a su hija.- sé que no soy tu padre verdadero, pero quiero que sepas que jamás haría algo para dañarte y eso incluye mis decisiones. No quiero que temas hablar conmigo, quiero que vengas a mi cuando tengas problemas.-

-no es eso…- le dijo ella. Apretó sus manos y reunió fuerzas para verlo.- usted… se ha convertido en mi padre, y lo siento como tal… es solo.- desvió la mirada.- volver aquí… es difícil.-

Como todo padre se acerco a ella y la abrazo, no lo hacía desde hace mucho tiempo, ella se merecía un fuerte abrazo, algo que le hiciera recordad porque él se convirtió en su padre. So Eun soltó unas lágrimas al sentirse protegida por él, extrañaba a su padre… pero Dios le había enviado uno para ayudarla a seguir en el camino.

-creo que la idea de la fiesta será para más adelante… cuando estés preparada.- le dijo a su pequeña niña.-

-no… - le dijo repasando sus ojos con las manos.- de verdad… quiero hacerla.-

-pero acabas de decir…- se quedo callado al ver esa mirada fuerte en sus ojos.-

-la tristeza y el dolor son parte de la vida…- lo había aprendido.- eso no quiere decir que no puede disfrutar de ella, quiero tener muchos momentos felices.- se sonrió.- junto a las personas que amo…-

-¿Cuándo te convertiste en una mujer fuerte?... recuerdo que a la pequeña niña de mirada triste.- era como ver una metamorfosis.-

-gracias appa…- le dijo ella sonrojándose un poco.-

Volvió a su cuarto y salió al balcón, esa hermosa vista de la noche y las luces de la ciudad… todo eso la estremecía. En medio del cielo negro de la noche, las estrellas y la luna se quedaron bañándola, ella solo deseaba liberar todos sus miedos. La fiesta… quedaban tres días para que llegara.

En la mañana tomo su bolso y salió sin decirle a nadie a donde iría. Su destino estaba pensando mucho antes de llegar a Corea y no deseaba ir acompañada de nadie… especialmente de su familia, esto era algo que deseaba hacer sola. La entrada del cementerio se dejo ver a través del cristal del taxi, ella se bajo con un ramo de flores blanca y sintió que sus pasos pesaban diez veces más de lo normal. Su primera visita a su padre… ¿Por qué sentía tanto dolor?, ya había pasado mucho tiempo… pero su corazón seguía herido por su perdida. Al ver el nombre de su padre sobre la lapida sintió el golpe del pasado, sus ojos se llenaron de lagrimas y dejo caer su cuerpo… lo amaba tanto, ¿Por qué tuvo que dejarla?.

-appa…- llora sin poder frenar las lagrimas.- lo siento… lo siento…- le pidió. Tantos años… y ella no se digno a verlo.- pero es… tan doloroso…- bajo la mirada y cubrió su rostro con las manos.-

Estuvo de rodillas hasta que dejo de llorar, no pudo hablar con su padre… tenía tantas cosas que decirle, tantos recuerdos que se perdió. Pero no importaba, de ahora en adelante vendría a verlo seguido, estaría al pendiente de él. Se levanto y dejo las flores, fue entonces que vio algo curioso… en un costado de había un jarrón en forma de estrella con pequeñas flores decorándolo. Se pregunto si su padre era responsable de tan hermoso adorno y sonrió. Seguro se trataba de él. Se encamino hacia la salida cuando alguien la pasó a llevar con su hombro.

-lo siento.-

-no se preocupe…- le dijo ella mientras seguía su camino, ni siquiera le dedico una mirada, ella… necesitaba un poco de aire para calmar su corazón.-

El joven estaba apurado y siguió caminado con pasos largos. Llego a verlo a él… y para su asombro, encima de su tumba había un ramo de flores blancas, frescas y hermosas. En todos estos años de visitarlo, nunca había visto flores de ese tipo. Levanto la mirada hacia la derecha y luego a la izquierda… sentía que podría ser ella… ¿ya estaba perdiendo la razón?, era mejor que dejara el pasado en el pasado.