Mis encuentros con SungYeol empezaron de manera casual. Como ya había contado anteriormente, él y yo trabajábamos en el mismo piso, nuestros escritorios estaban uno junto al otro. No éramos precisamente amigos, pero manteníamos algunas conversaciones, compartíamos café o nos dividíamos el trabajo.

                El día que nos acostamos por primera vez fue una noche lluviosa a mediados de junio. Esa noche me quede hasta tarde para terminar unos papeleos y luego partí en mi coche, en dirección a casa. Pero, frente al edificio de mi trabajo, SungYeol esperaba el bus, protegiéndose de la lluvia con ayuda de su portafolio. Claramente me ofrecí a llevarlo. Aquel viaje fue un tanto incomodo, SungYeol miraba fijamente al frente y yo igual, de vez en cuando rojeándolo.

                Sí una persona normal lo piensa es gracioso, pero si se encuentra en esa situación lo considera casi normal, me refiero a terminar en una habitación de hotel con un compañero de trabajo. Cosas que simplemente pasan, SungYeol y yo tuvimos…

-No, no, no –El pelinegro llevo las manos a su cabeza, despeinándose en señal de desesperación.- Esto está quedando horrible.

Resoplo con ganas y hecho una mirada a su reloj.  Las 3:45 de la mañana.  Volvió la vista a su escrito.

-“SungYeol y yo tuvimos…”-Volvió a colocar los dedos sobre su teclado y escribió sin dejar de mirar la pantalla con el ceño fruncido.- “… unas inexplicables ganas de acostarnos juntos. Fácil, practico, sencillo.” Y…. ¡punto final!-Agrego con un poco de alegría en su voz, mientras guardaba lo que había escrito y apagaba la maquina.  Debía apresurarse a terminar su capítulo, ya que las lectoras de su fanfic estaban apresurándolo de hace una semana.

En cuanto se acostó en su cama, garabateo pequeñas ideas que se le venían en su cuaderno y cerró los ojos, esperando dormirse.  La molesta e irritante campanilla del reloj sonó tres horas y media después. No podía quejarse de continuar con sueño por la hora en la que se había acostado, sin embargo insulto la alarma y se revolcó en la cama, hasta levantarse y caminar soñoliento al baño. Le esperaba una ardua jornada de siete horas en el colegio.

MyungSoo era un chico relajado, serio y reservado con personas que no conocía, pero hablador y bromista con sus amigos, en sí con su amigo SungJong, el único que tenía desde primaría.  Cabello azabache, rebelde a la hora de peinar.  Su rostro era delgado, de correctas proporciones, ojos rasgados de color café opaco, grandes,  bellos e inexpresivos. Una boca pequeña, rojiza. La piel de su rostro estaba excesivamente cuidada, en su cutis no se percibía ni rasgos de un futuro grano ni nada parecido. Era alto, de espalda ancha, aun así su cuerpo carecía de excesos de músculos. Caminaba, pausado, manos en sus bolsillos delanteros,  a ritmo de las canciones de su Ipod, mientras en su cabeza continuaba escribiendo su historia.

Ya para él era costumbre entrar al colegio y que algunas chicas juntaran sus cabezas para hablar sobre él, llevarse las atenciones y las miradas de algunos, era guapo, quizás no tanto, pero lo suficiente para gustarle a una amplia cantidad de personas. A pesar de mostrarse serio y reservado, MyungSoo era un soñador, le gustaba mantenerse como el cliché de alguna historia y amaba que la gente le subiera la autoestima, sin embargo, no mostraba interés sentimental en nadie. A excepción de alguien, una muy difícil excepción. Lee SungYeol. Mordió su labio con nervios y felicidad interna, mientras cruzaba la puerta de su salón. Correcto, allí estaba SungYeol, sentado en el banco frente al suyo, metido completamente en su tomo de Naruto, nuevo seguramente.

“Tan friki”, pensó MyungSoo, dejando salir sin miedo su sonrisa de alegría y algo de ersión, con sus ojos sobre su compañero.

-¡Eh, nerd!-Exclamo a modo de saludo, posando su mano sobre los cabellos castaños claro de SungYeol, y despeinándolo, a la vez que pasaba a sentarse a su banco.

-¡Mierda!-Habló SungYeol, dando un pequeño respingo y volviéndose a él- No hagas eso, ya te lo dije. NO LO HAGAS.-Remarcó las últimas palabras, intentando hacer que su voz no se quebrará. MyungSoo siempre lo molestaba con que aun no había cambiado su voz.

-“No lo hagas”-Lo imito el pelinegro, con sonidos graciosos. Luego se inclino hacia adelante, apoyando los codos en la mesa y el rostro sobre sus manos, mirándolo con una ligera sonrisa de lado- Dime, ¿Soñaste conmigo hoy?

-¿Por qué habría de soñar contigo? Qué raro eres, Kim.-SungYeol chasqueo la lengua, e hizo amague de volverse.

-Por que la mitad de los que están aquí seguramente sueñan conmigo.- Bromeo MyungSoo, mostrándose engreído. Sabía, internamente, que no era ni un cuarto de importante ni guapo para eso.

-Por favor, deja de ser tan creído, MyungSoo-Dijo, con fastidio, retornando la lectura.

Capitulo tres

MyungSoo

La primera vez que vio a SungYeol fue en primero de terciario. Era uno de los nuevos. Alto, de mejillas regordetas, pelo corto al reglamento  de color negro, lentes de armazón ancha y aumento. Vestía correctamente y sin una arruga, el uniforme de la escuela. Le provoco risa, y lo encontró como el espécimen más interesante de todo el curso.

-¿Has visto a SungYeol Lee? Ese que es nuevo-Le comentó a SungJong en el descanso.

-El “nene de mamá”.- Preguntó este, con la vista en su nuevo horario. MyungSoo soltó una carcajada, aplaudiendo divertido.

-Es un nene de mamá, tienes razón. Seguro lloró antes de entrar al colegio-Dijo, entre más risas, imaginándose toda la situación.

-Esa maldad…-Murmuro el otro, más interesando en sus clases. Luego guardo el horario en su cuaderno, y levanto el rostro, corriéndose su largo flequillo de sus ojos. – ¿Será tu victima?

- ¿Doy apariencia de chico bullying? –Se señalo, dejando de reír. SungJong se encogió de hombros.- Quizás lo moleste un poco. Es tan cliché de nerd y friki. Seguro le gusta el anime y se pasa los fines de semana en su habitación jugando al Starcraf…

-O escribe novelas de amor…-Sonrió con malicia.

-ESO es mi trabajo. Es mi deseo y futuro… Y no lo digas tan alto-MyungSoo miro a ambos costados, comprobando que aun continuaban solos.-  Quizás me guste escribir cosas de chicas, pero también tengo una vida. SungYeol no parece tenerla.

-Te diste cuenta que estás sacando todas estas conclusiones de haberlo visto solo una vez ¿No?

-Es por experiencia, resultado de estudiar personas. Ya, deja de interrumpirme, SungYeol llama mi atención…

Al pronunciar eso, SungJong se volvió a él, alzando las cejas con sorpresa.

-Ah, no…  Al “príncipe” falso del colegio le llama la atención alguien más-Exclamo, alzando las manos.

-¿Celos?- A MyungSoo le fastidio aquella reacción.

-¿De qué hasta el momento solo yo llame tu atención? No me jodas, MyungSoo.  No me gusta lo popular.

MyungSoo sonrió de lado y se inclino a él, acercando su rostro lo más posible al contrario. SungJong, por su lado, se mostro estático, ni un ápice de nervios o sorpresa. Al pelinegro le fascinaba eso.

-Yo estoy seguro de que te encanto-Murmuro, para luego dejar un pequeño beso en los suaves labios del contrario, volviendo a separar tras su pequeña travesura. SungJong suspiro.

-No me gustas, MyungSoo. No tengo tiempo para andar detrás de un chico… Y no me vuelvas a besar acá, alguien nos puede ver.-Miró a todos lados, pasando la palma de sus manos sobre sus labios, como quitándose el beso.- Continua sobre SungYeol.

MyungSoo mordió con suavidad su labio inferior, pensando un poco más.

-Voy a acercarme a él. Me interesa mucho y quiero conocerlo. Quizás me deje de interesar.

Como se lo había propuesto, MyungSoo conoció más a SungYeol. Un día, al entrar a su sala, se sentó junto a él.

-Hola-Saludo con energía, tratando de borrar su seria apariencia. SungYeol, que estaba metido en su libro de matemática, levanto con timidez su mirada, suponiendo que no era a él quien le hablaba.

-¿Yo?-Pregunto, tontamente. MyungSoo puso los ojos en blanco, conteniendo una risa.

-No, a la ventana. Sabes, me encanta saludar a objetos inanimados. Algunos expertos dicen que es bueno para la salud.

Esta vez, SungYeol puso los ojos en blanco. Sabía un poco de MyungSoo y de sus comentarios repletos de sarcasmo.

-Qué inmaduro…-Murmuro, volviendo la mirada a su libro. La risa de Myungsoo fue más de estupefacción.

-Siendo que tú hiciste la pregunta estúpida ¿El inmaduro soy yo?

-¿Qué tiene que ver que me haya sorprendido por tu saludo con que tú hayas hecho un comentario fuera de lugar?- SungYeol cerró su libro, ya que a estas alturas sabía que sería imposible volver a concentrarse.

-¡Sólo intentaba ser amable contigo! Quizás podías dejar de ser el nerd asocial y finalmente tener un amigo.- A MyungSoo empezaba a fastidiarle el nene de mamá.

-No soy un nerd asocial-Se defendió.

-¡Ah, perdón! ¿Eres el señor popular entonces? ¿Dónde está tu camada de amigos falsos?

-Yo… No estás siendo amable ni social con esos comentarios idiotas. Déjame, tengo que estudiar. -volvió a abrir su libro con violencia. Fácilmente, MyungSoo podría haber tomado sus cosas y marcharse, pero encontró algo divertido de esto, inconscientemente se dio cuenta.

-Tú empezaste… ¿Estudiar qué? Es el tercer día de clases, no hay nada que estudiar… Ni siquiera tuvimos matemáticas aun-Comento, riendo divertido. SungYeol mordió su labio, conteniendo una risa él también.

-Déjame… Para saber que tendremos este año y no atrasarme.

-Eres un nerd, no podrías atrasarte ni aunque quisieras… De todas maneras, qué veremos este año-Apoyo los brazos en la mesa y recostó su cabeza sobre estos.

-No lo sé, estaba leyendo sin leer hasta que llegaste.-Lo miro de reojo- ¿Te sentarás acá? Choi se…

-Le cambie de lugar- Le interrumpió, secamente, bostezando. -“Leyendo sin leer”, eso es… interesante. Pensabas, entonces.

SungYeol asintió lentamente.

-¿Por qué te cambiaste de lugar?

-Quería hablar contigo-Respondió MyungSoo con sinceridad.

-¿Por qué?

-Porque llamas mi atención.

-¿Y por qué?-Volvió a preguntar, curioso.

-¿Por qué preguntas tanto? Solo quédate en que quiero hacerme amigo del chico nuevo y punto. Mierda, me ponen de mal humor las preguntas tan temprano.-SungYeol asintió y volvió la mirada a su libro.- Soy MyungSoo, por cierto.

 -Ya lo sé. Creo que eres ligeramente popular por aquí…

-Sólo un poco… un poco.

SungYeol sonrió, amplio, tenía una gran sonrisa, la cual hacía que sus oscuros ojos brillaran.

Con el pasar de los tiempos, la relación de SungYeol y MyungSoo no varió demasiado de aquella primera conversación, sin embargo, su amistad había crecido. Así como la atención de MyungSoo sobre su amigo. Su primera impresión había sido en mayor parte errónea, SungYeol no era ningún nerd, en cambio, era tonto, se vivía quejando de las cosas, hablaba de forma graciosa y chillona, casi nunca entendía el sarcasmo de MyungSoo. Sus largas piernas eran casi siempre protagonistas de sus torpes tropiezos.

Sin embargo, todo aquello a lo que SungYeol consideraba como “defectos propios”, para MyungSoo, de a poco y sin darse cuenta, comenzaban a ser motivos para enamorarse.