Cap. VI: Not Friends

Counting Stars ☆

—¿Te das cuenta de que esa chica está celosa?

 

Sin saber cómo, Jungeun se encontraba completamente acorralada por Jinsol en la cocina del piso. Se había levantado particularmente temprano para tener algo de tiempo para sí misma —y porque no había podido conciliar el sueño desde que despertó a las 5 de la mañana—, pero pronto su compañera apareció a su lado. Sabía que lo había planificado. El día anterior, luego de llegar de su salida con Haseul, la morena había intentado por todos los medios acercarse a ella para bombardearla de preguntas, pero había sido capaz de escaparse varias veces, hasta que finalmente llegó la hora de irse a la cama. Agradeció el hecho de no compartir dormitorio con ella, y aún más el encontrarse compartiéndolo con Haseul, quien habló con ella desde su cama, en voz baja, hasta la madrugada, mientras Kahei y Hyejoo dormían ya. Disfrutaba gratamente esos momentos.

Pero la mañana había llegado y Jinsol apareció demasiado temprano para su comodidad. En primera instancia no le hizo preguntas, y solo le ayudó a preparar un desayuno para dos, pero cuando ambas se hallaban sentadas en la mesa, había iniciado el interrogatorio en voz baja. Jungeun sabía que no tenía escapatoria, así que antes de que su amiga iniciara a indagar en los detalles parte por parte, ella misma había optado por contarle todo lo ocurrido, o en su mayoría.

Y sí, ese había sido su primer comentario tras comentarle que Haseul había preguntado directamente sobre su relación con ella.

Tampoco supo cómo negar lo que la morena le decía. Después de todo, en el fondo, ella también quería pensar en eso de esa forma.

Por inercia, observó hacia el pasillo que llevaba a las habitaciones. A modo de estrategia, para evitar que cualquiera pudiese escuchar su conversación, había puesto un adorno con cascabel en las puertas de los dormitorios. Apenas alguna de las chicas se levantase, ellas lo sabrían por el sonido.

 

—Apostaría cualquier cosa a que hay algo más ahí, y creo que tú también lo sabes.

—Prefiero no pensar en eso de esa forma —respondió, aunque era consciente de que su mente ya la había traicionado a esas alturas y ya lo estaba haciendo.

—Tienes que invitarla a una cita —dijo esta vez la otra chica, apuntándole a la cara con una galleta de forma alargada. Jungeun la observó con pánico en sus ojos—. Una de verdad.

—¿Te volviste loca?

—¡Debes hacerlo! No necesariamente debes decirle que es una cita, pero sí debes organizarla como si fuese una. Llevarla a un lugar lindo, darle señales, pero nada explícito si no te atreves. Es momento de comenzar a tantear el terreno. No te va a decir que no.

 

La sola idea le aterraba. En un comienzo, había sentido miedo, y gracias Jinsol en algún punto aquello se había vuelto algo casi divertido o disfrutable para ella. Pero ya eso era distinto y estaba comenzando a entrar en otro terreno. Uno que le aterrorizaba pisar.

Sin embargo, era consciente de que había avanzado a un punto en el que no había vuelta atrás. Haseul le había dado señales, a su manera, que si bien eran bastante difusas, no podía hacer vista ciega a ellas. Existía la mínima y remota posibilidad de que tuviesen un sentido, y para descubrir si era así no podía hacer nada más que correr el riesgo, o perderlo todo sin siquiera haber dado un paso decisivo. Porque hasta ahora todo su avance había sido precavido, pero esto no. Este sería un salto real.

No estaba lista, pero tenía que aceptar.

 

—Bien… —asintió apenas—. Lo haré…

 

Mientras Jinsol aplaudía y hablaba emocionada algo que ya no escuchaba, pensó que, de todos modos, si no ocurría nada, podrían mantener su amistad sin problemas, mientras Haseul nunca se enterase de lo que ocurría.  Además, ¿si no ocurría nada? ¿Nada qué? ¿Qué se suponía que estaba esperando que ocurriese? Quizás su lazo de amistad podía llegar a volverse incluso más fuerte, si comenzaban a tener más salidas así y recuperar esa cercanía que solían tener cuando recién se habían conocido y Haseul le ayudó y enseñó a ser una buena líder.

Sin embargo, era consciente de que, si “nada pasaba” y su amistad se volvía más fuerte, también la situación sería más difícil para ella. Pero no estaría sola. Y quizás, podía, literalmente, valer la pena el soportar aquello, mientras pudiese tenerla cerca. No podía escapar de Haseul, serían compañeras de grupo por mucho tiempo más. No quería arriesgarse a perderla, pero confiaba en su propia capacidad de manejar la situación de forma que la otra chica no sospechase de ella.

O eso quería creer.

 

Repentinamente, el sonido de un cascabel captó su atención. Jinsol era una excelente estratega, y para que no se sintiera sospechoso que ambas dejasen de hablar de forma abrupta, comenzó a hablar con la misma emoción de las actividades que tenían planeadas para esa semana. Jungeun lo agradeció en silencio, y pronto escuchó aquella voz que estaba esperando, preguntar acerca del adorno de cascabel que colgaba de la manilla de la puerta. No tardó en aparecer el rostro de la líder al salir del pasillo e ingresar a la cocina, acompañada por Kahei.

 

—Buenos días —saludó animada, a lo que Jinsol respondió con el mismo ánimo. Jungeun podría jurar que algo cambió en el rostro de la chica luego de ver que eran ellas quienes se encontraban desayunando.

Juntas. Solas.

—Buen día —respondió ella también en voz baja y desvió la mirada para dar un sorbo más a su café, que ya estaba casi frío. Quizás su mente solo estaba predispuesta a ver cosas, luego de la conversación que habían tenido. La voz de Jinsol resonó en su cabeza: “¿Te das cuenta de que esa chica está celosa?

—¿Interrumpimos? —preguntó Kahei, con su tono de voz suave que transmitía calma—. ¿Podemos sumarnos?

—Pero por favor —a modo de respuesta, Jinsol se levantó y acomodó en la mesa los lugares para ambas chicas, pero al escuchar otra puerta abrirse en el pasillo y ver aparecer a Sooyoung y Yerim, se apresuró en poner más.

 

Gracias a la llegada de las demás, la situación no se volvió aún más incómoda. Haseul no se sentó cerca de ella, ni de Jinsol, y le dirigió una sonrisa pequeña, muy característica de ella, antes de comenzar a desayunar.

Le tenía mucho cariño a esa sonrisa. Más del que hubiese llegado a pensar tiempo atrás.

 

Aquella mañana coincidió que el equipo de “Not Friends”, la nueva canción en sub-unidad, fue citado a escuchar los arreglos musicales y comenzar a ensayar en el edificio principal, lo cual significaba que Sooyoung, Jinsol, Heejin y ella debían asistir. Sin embargo, frente a un día sin planes, Haseul, Hyunjin y Yeojin quisieron unirse, solo para curiosear en las actividades de las chicas. Jungeun decidió que era una buena oportunidad invitarla luego del ensayo. Le contó su plan a Jinsol cuando la siguió hasta su habitación y esta le dio su aprobación, comprometiéndose con intentar liberar o proteger el área cuando fuese el momento.

 

Para su sorpresa, al subir a la van luego del desayuno, Haseul sí se sentó a su lado, y se mostró particularmente charlatana durante el viaje. Ella disfrutaba esos momentos, y en ocasiones participaba activamente de ellos, pero ese día no tenía ánimos de responder. Sus nervios le traicionaban, así que se mantuvo mayormente como una escuchadora activa, algo que a la otra chica no pareció molestarle en absoluto. Conocía esa parte de ella, y siempre la había respetado, lo que no significaba que dejase de hablarle, sino solo que no le forzaba a hablar y se conformaba con sus monosílabos y silencios.

 

Una de las ironías de toda la situación de aquel día era que la canción que debían ensayar tenía una connotación bastante explícita de una relación entre chicas. Cuando Jungeun leyó por primera vez la letra y luego se les habló de la idea de la composición del videoclip, no pudo evitar pensar que la vida parecía estar jugándole una broma. Para su suerte, y realmente lo agradecía, la relación dentro de la historia incluía a Jinsol, pero no a ella. Aquello le aliviaba. Sin embargo, no dejaba de ser una coincidencia bastante inoportuna.

Cuando les permitieron ensayar a solas la melodía y la letra luego de mostrarles la idea principal, decidieron reunirse un rato todas juntas en el estudio de grabación. No se sentía incómoda ensayando la canción con sus amigas, y Haseul, presentes, pero por momentos Heejin y Sooyoung sacaban a la luz el tema del mensaje del video, y molestaban a Jinsoul, quien parecía ser la más avergonzada por su papel de villana obsesionada en la historia.

 

“Creo que mis sentimientos serán descubiertos.

Sigues jugando con mi corazón.”

 

Cantar esas letras era algo un poco incómodo teniéndola cerca. Sin embargo, lo más difícil para ella fue cuando, al llegar su parte del rap, que aún estaba en pañales puesto que apenas estaban buscando el tono preciso, Haseul lo cantó junto a ella, sin razón alguna.

 

“Te enamoras de mí por mi respiración y te vuelves loca.

No intento hablar, solo intento besarte. Quiero enamorarme de ti.

No estoy tratando de pensar esta noche.”

 

                —Creo que debes bajar un poco más el tono —le aconsejó la líder, sentándose junto a ella, cuando terminó su parte del rap. Jungeun sintió un escalofrío recorrer su espalda, y sabía que Jinsol la estaba observando. Sin necesidad de devolverle la mirada, podía saber exactamente que su amiga debía de estar sonriendo de una manera muy particular en ese momento. Intentó enfocarse en lo que Haseul le decía—. Toda la canción tiene un tono más bajo, ¿no? Vas bien, pero en el rap tienes que tratar de bajarlo aún más.

                —Estoy acostumbrada a los altos —dijo.

                —Lo sé. Pero acá tienes que intentar poner tu voz al nivel de la de las demás. Además, tu tendencia a cantar de forma más nasal puede ser ventajosa aquí. Intenta bajar un poco más el tono nada más, y debería salir bien.

 

                Jungeun estaba sonrojada, lo sabía. Cómo le encantaba verla en su papel de líder. Y cuando se trataba de estrategia vocal, todas solían escuchar lo que Haseul tenía que decir. Para su suerte, solo sus orejas habían adquirido un color carmín, y estaban cubiertas por su pelo, así que siguió las indicaciones de Haseul, mientras que las demás chicas seguían cantando, cuando llegó el momento de Sooyoung dear. Haseul movió la cabeza de manera afirmativa y le dio unos golpes en la mano, a modo de aprobación. Cuando volvieron a reproducir la canción, Jungeun sintió que efectivamente había encontrado el tono adecuado para ella. De todas era a la que más se le dificultaban los tonos bajos, pero las demás chicas también aprobaron cómo había resultado su parte en aquel momento.

                Le agradeció a la chica a su lado y esta solo respondió guiñándole el ojo.

 

                Continuaron por unos minutos más y finalmente decidieron dejar el ensayo hasta ahí y continuar estudiando sus partes en el dormitorio el resto del día, por lo que comenzaron a arreglar sus cosas para retirarse. Algunas de las chicas avisaron que pasarían al baño antes de regresar a la van, y en aquel momento Jungeun anunció que por su parte pasaría a buscar una chaqueta que se le había quedado en la sala de ensayo la vez pasada.  

 

                —¿Me acompañas? —le preguntó a Haseul. Se sorprendió de lo normal y casual que sonó su voz. La otra chica respondió afirmativamente y ambas se levantaron, siendo las primeras en salir de la sala de grabación y dirigiéndose al salón de ensayos.

 

                Jinsol las vio salir, contó hasta 10 mentalmente mientras las demás chicas hablaban de trivialidades, y le pidió a Hyunjin que se encargase de avisar a la van que tardaría un poco en bajar. La chica gato asintió y entonces Jinsol comenzó a subir lentamente la escalera, hasta llegar a la sala de ensayo. Las chicas habían dejado la puerta entreabierta, por lo que aprovechó la oscuridad del pasillo, el cual tenía todas las luces apagadas, para espiar desde una distancia prudente.

                Pudo ver a Jungeun buscando entre los cojines una chaqueta que pronto apareció y sonrió al ver que, al menos, la excusa había sido real.

 

                —Por cierto, quería preguntarte algo —escuchó decir a la rubia, y su propio corazón entonces empezó a latir—. Ah, primero, quería agradecerte por lo de recién…

 

                Ahí estaba. Kim Jungeun comenzando a dar vueltas innecesarias. Se mordió la parte interna de la mejilla frente al nerviosismo. No tenían mucho tiempo.

               

                —Ey.

 

                Se sobresaltó repentinamente al oír una voz tras de sí y en una reacción rápida emitió un “sssh”, sorprendiéndose y asustándose al ver a Sooyoung a su lado.

               

                —¿Qué pasa? ¿En qué andas metida? —preguntó esta en voz baja, poniéndose en cuclillas para estar a su altura y observando dentro de la sala de prácticas. Jinsol sintió en ese minuto que un balde de agua caía sobre su cabeza, y no encontró forma de salvar la situación. Jungeun iba a matarla.

                —Eh… —masculló unos pocos ruidos, pero nada salió de su boca.

                —Ah, ya entiendo —una pequeña sonrisa apareció en la comisura de los labios de Sooyoung, y observó a Jinsol con un brillo en sus ojos que a la morena le transmitió una confianza y tranquilidad enorme. Esa chica sabía. También lo sabía—. “Sssh.”

 

                Ambas dirigieron la atención de nuevo hacia el salón, justo en el momento en que Jungeun lograba articular las palabras correctas.

 

                —Me preguntaba si… Quisieras volver a salir conmigo un día de estos, para distraernos. Así como lo de ayer… las dos —añadió lo último, así como Jinsol le había recomendado, para dar una señal indirecta. Sin embargo, su sorpresa fue grande no solo por la respuesta afirmativa que llegó a continuación, sino…

                —¿Eh? ¿Una cita? —preguntó la líder. Jungeun, mentalmente, sintió como si su cuerpo diese un paso atrás frente a la sorpresa, pero sus piernas físicamente se mantuvieron clavadas al suelo. La sonrisa y los ojos brillantes de Haseul le hacían dudar si lo preguntaba de forma real, ingenua, como una broma, o si solo lo decía de forma natural, como una salida común.

                —Carajo —masculló Jinsol en voz baja, sabiendo que Jungeun debía de estar en un estado de shock en ese momento.

               

                Sin embargo, la chica respondió casi enseguida, haciendo un máximo esfuerzo interno por no tartamudear ni demostrar su nerviosismo. Lo mejor que podía hacer en ese momento era dejarse llevar por la honestidad. Nada le saldría más natural que aquello y esa era la única forma en que podría salvar la situación.

 

                —Una cita, sí —intentó sonreír con naturalidad—. ¿Tengamos una cita?

               

                La mirada de Haseul cambió en ese momento y se quedó observando fijamente a la rubia, casi como intentando leer su rostro y su mente. Jungeun mantuvo su sonrisa, a modo de evitar que la otra chica pudiese darse cuenta de sus nervios y comprendiera el sentido detrás de aquella invitación. No quería que lo supiera en ese momento.

                Ojalá nunca.

 

                —Di que sí, di que sí, di que sí, di que sí… —musitaba Jinsol, y escuchó a su lado a Sooyoung decir algo similar a un “vamos…”. Si bien su tarea era apoyar a Jungeun, también tanto Sooyoung como ella eran amigas muy cercanas a Haseul, por tener la misma edad. Ambas se sentían ansiosas frente a esa situación.

                El momento duró solo un instante, corto, pero tortuoso tanto para Jungeun como para sus espectadoras.

 

                —Suena bien —respondió entonces la líder, y ambas chicas escondidas reprimieron un sonido de alegría, pero Sooyoung golpeó repetidamente el hombro de Jinsol a modo de compartir su emoción—. ¿Pero cuándo? No tienes ya muchos días libres.

               

                Jungeun pensó rápido y entregó una respuesta en cuestión de dos segundos, felicitándose a sí misma por su idea express, puesto que no iba preparada para eso.

 

                —¿Y si vamos a almorzar hoy? No tenemos nada que hacer el resto del día, y puedes ayudarme a ensayar esta noche, si no te molesta…

                —Una genia, Kim Jungeun —dijo Jinsol, y Sooyoung asintió enérgicamente con la cabeza, producto de la adrenalina.

                —Suena bien. Vayamos a dejar las cosas al dormitorio y salimos en un rato, ¿sí?

 

                Jungeun aceptó la idea y Haseul dijo que se adelantase a la van por su cuenta, pues ella quería pasar primero al baño. Aquella fue la alerta para Jinsol y Sooyoung, quienes rápidamente retrocedieron dando pasos silenciosos hasta cubrir sus cuerpos totalmente con una puerta abierta de una bodega de limpieza en aquel pasillo. Haseul salió de la sala de ensayos y bajó la escalera sin percatarse de su presencia en lo absoluto. 

               

                Apenas desapareció, Jinsol ingresó rápidamente a la sala de ensayos, donde Jungeun mostraba un rostro pálido y apenas y parecía ser capaz de mantenerse en pie.

 

                —¡Lippie! —gritó nada más ingresar, sobresaltando a la rubia. La envolvió en un abrazo corto pero firme, y se apartó, sacudiéndole los hombros levemente—. ¡Sí pudiste! ¡Ya está! —exclamó. Pero Jungeun tenía su vista puesta en la puerta del salón, donde Sooyoung se había detenido. Jinsol se giró a verla y comprendió la expresión de la rubia enseguida—. Ah, no te preocupes por ella…

                Pero Sooyoung la interrumpió e ingresó también a la sala.

 

                —Por fin me entero de esto. Sabía que algo estaba ocurriendo, y moría por saber qué era, pero se han estado escabullendo demasiado bien ustedes —dijo con una sonrisa. Jungeun se sonrojó instantáneamente.

                —Por favor, no divulgues esto… —dijo en voz baja, sintiéndose repentinamente más ansiosa que antes, pero esto se disipó enseguida, en cuanto Sooyoung se aproximó a ella y la rodeó en sus brazos.

                —Eres una boba, sabes que puedes contar conmigo… —se apartó y la miró a los ojos. Confió en ella enseguida y sin ninguna duda—. Estaré ansiosa esperando a ver qué ocurre… Me hace muy feliz saberlo.

 

                Jungeun le sonrió, mostrando sus ojos brillantes, y se permitió envolver en aquel abrazo. Le hacía falta. Sentía un poco más de confianza cada vez y sus nervios se encontraban en un estado neutro entre total florecimiento y calma tras la tormenta.

                Pero no era momento aún de calmarse. El día apenas comenzaba.

 

 

                Cuando se encontraba en el dormitorio se sintió extrañamente incómoda y lamentó por una vez el hecho de que Haseul y ella compartiesen habitación. Ambas se estaban arreglando al mismo tiempo para su cita, en completo silencio, y agradeció que Hyejoo estuviese jugando con su teléfono en la cama superior, lo cual evitó que la castaña tocase el tema en todo ese tiempo. Finalmente, no pudo más con la presión y tras cambiarse rápidamente de ropa, huyó en dirección al baño, para poner su cabello decente. Quería verse bien. Había escogido una camiseta negra un poco holgada y jeans azul oscuro. Dejó su cabello suelto, algo revuelto, y se maquilló de forma ligera, enfatizando el delineado de sus ojos. Se sintió bien al verse en el espejo y entonces cayó en la cuenta de que nunca había tenido una cita y que no tenía idea de qué hacer o a dónde ir luego de comer.

                Bueno, había llegado el momento de aprender. Sabía que Haseul no la juzgaría si cometía algún error, y ni siquiera tenía claridad de si la chica era o no consciente de que se trataba de una cita real. Pero, fuese como fuese, daría lo mejor de sí para que el día acabase siendo agradable para ambas.

 

                —¿Jungeun? —escuchó decir a Haseul al otro lado de la puerta—. Ya llegó el Uber.

 

                Se miró al espejo una última vez y se dio ánimos a sí misma internamente.

 

                Vamos, Kim Lip.

 

-------☾✩☽-------

 

 

 

 

 

 

 

—¿Te das cuenta de que esa chica está celosa?

 

Sin saber cómo, Jungeun se encontraba completamente acorralada por Jinsol en la cocina del piso. Se había levantado particularmente temprano para tener algo de tiempo para sí misma —y porque no había podido conciliar el sueño desde que despertó a las 5 de la mañana—, pero pronto su compañera apareció a su lado. Sabía que lo había planificado. El día anterior, luego de llegar de su salida con Haseul, la morena había intentado por todos los medios acercarse a ella para bombardearla de preguntas, pero había sido capaz de escaparse varias veces, hasta que finalmente llegó la hora de irse a la cama. Agradeció el hecho de no compartir dormitorio con ella, y aún más el encontrarse compartiéndolo con Haseul, quien habló con ella desde su cama, en voz baja, hasta la madrugada, mientras Kahei y Hyejoo dormían ya. Disfrutaba gratamente esos momentos.

Pero la mañana había llegado y Jinsol apareció demasiado temprano para su comodidad. En primera instancia no le hizo preguntas, y solo le ayudó a preparar un desayuno para dos, pero cuando ambas se hallaban sentadas en la mesa, había iniciado el interrogatorio en voz baja. Jungeun sabía que no tenía escapatoria, así que antes de que su amiga iniciara a indagar en los detalles parte por parte, ella misma había optado por contarle todo lo ocurrido, o en su mayoría.

Y sí, ese había sido su primer comentario tras comentarle que Haseul había preguntado directamente sobre su relación con ella.

Tampoco supo cómo negar lo que la morena le decía. Después de todo, en el fondo, ella también quería pensar en eso de esa forma.

Por inercia, observó hacia el pasillo que llevaba a las habitaciones. A modo de estrategia, para evitar que cualquiera pudiese escuchar su conversación, había puesto un adorno con cascabel en las puertas de los dormitorios. Apenas alguna de las chicas se levantase, ellas lo sabrían por el sonido.

 

—Apostaría cualquier cosa a que hay algo más ahí, y creo que tú también lo sabes.

—Prefiero no pensar en eso de esa forma —respondió, aunque era consciente de que su mente ya la había traicionado a esas alturas y ya lo estaba haciendo.

—Tienes que invitarla a una cita —dijo esta vez la otra chica, apuntándole a la cara con una galleta de forma alargada. Jungeun la observó con pánico en sus ojos—. Una de verdad.

—¿Te volviste loca?

—¡Debes hacerlo! No necesariamente debes decirle que es una cita, pero sí debes organizarla como si fuese una. Llevarla a un lugar lindo, darle señales, pero nada explícito si no te atreves. Es momento de comenzar a tantear el terreno. No te va a decir que no.

 

La sola idea le aterraba. En un comienzo, había sentido miedo, y gracias Jinsol en algún punto aquello se había vuelto algo casi divertido o disfrutable para ella. Pero ya eso era distinto y estaba comenzando a entrar en otro terreno. Uno que le aterrorizaba pisar.

Sin embargo, era consciente de que había avanzado a un punto en el que no había vuelta atrás. Haseul le había dado señales, a su manera, que si bien eran bastante difusas, no podía hacer vista ciega a ellas. Existía la mínima y remota posibilidad de que tuviesen un sentido, y para descubrir si era así no podía hacer nada más que correr el riesgo, o perderlo todo sin siquiera haber dado un paso decisivo. Porque hasta ahora todo su avance había sido precavido, pero esto no. Este sería un salto real.

No estaba lista, pero tenía que aceptar.

 

—Bien… —asintió apenas—. Lo haré…

 

Mientras Jinsol aplaudía y hablaba emocionada algo que ya no escuchaba, pensó que, de todos modos, si no ocurría nada, podrían mantener su amistad sin problemas, mientras Haseul nunca se enterase de lo que ocurría.  Además, ¿si no ocurría nada? ¿Nada qué? ¿Qué se suponía que estaba esperando que ocurriese? Quizás su lazo de amistad podía llegar a volverse incluso más fuerte, si comenzaban a tener más salidas así y recuperar esa cercanía que solían tener cuando recién se habían conocido y Haseul le ayudó y enseñó a ser una buena líder.

Sin embargo, era consciente de que, si “nada pasaba” y su amistad se volvía más fuerte, también la situación sería más difícil para ella. Pero no estaría sola. Y quizás, podía, literalmente, valer la pena el soportar aquello, mientras pudiese tenerla cerca. No podía escapar de Haseul, serían compañeras de grupo por mucho tiempo más. No quería arriesgarse a perderla, pero confiaba en su propia capacidad de manejar la situación de forma que la otra chica no sospechase de ella.

O eso quería creer.

 

Repentinamente, el sonido de un cascabel captó su atención. Jinsol era una excelente estratega, y para que no se sintiera sospechoso que ambas dejasen de hablar de forma abrupta, comenzó a hablar con la misma emoción de las actividades que tenían planeadas para esa semana. Jungeun lo agradeció en silencio, y pronto escuchó aquella voz que estaba esperando, preguntar acerca del adorno de cascabel que colgaba de la manilla de la puerta. No tardó en aparecer el rostro de la líder al salir del pasillo e ingresar a la cocina, acompañada por Kahei.

 

—Buenos días —saludó animada, a lo que Jinsol respondió con el mismo ánimo. Jungeun podría jurar que algo cambió en el rostro de la chica luego de ver que eran ellas quienes se encontraban desayunando.

Juntas. Solas.

—Buen día —respondió ella también en voz baja y desvió la mirada para dar un sorbo más a su café, que ya estaba casi frío. Quizás su mente solo estaba predispuesta a ver cosas, luego de la conversación que habían tenido. La voz de Jinsol resonó en su cabeza: “¿Te das cuenta de que esa chica está celosa?

—¿Interrumpimos? —preguntó Kahei, con su tono de voz suave que transmitía calma—. ¿Podemos sumarnos?

—Pero por favor —a modo de respuesta, Jinsol se levantó y acomodó en la mesa los lugares para ambas chicas, pero al escuchar otra puerta abrirse en el pasillo y ver aparecer a Sooyoung y Yerim, se apresuró en poner más.

 

Gracias a la llegada de las demás, la situación no se volvió aún más incómoda. Haseul no se sentó cerca de ella, ni de Jinsol, y le dirigió una sonrisa pequeña, muy característica de ella, antes de comenzar a desayunar.

Le tenía mucho cariño a esa sonrisa. Más del que hubiese llegado a pensar tiempo atrás.

 

Aquella mañana coincidió que el equipo de “Not Friends”, la nueva canción en sub-unidad, fue citado a escuchar los arreglos musicales y comenzar a ensayar en el edificio principal, lo cual significaba que Sooyoung, Jinsol, Heejin y ella debían asistir. Sin embargo, frente a un día sin planes, Haseul, Hyunjin y Yeojin quisieron unirse, solo para curiosear en las actividades de las chicas. Jungeun decidió que era una buena oportunidad invitarla luego del ensayo. Le contó su plan a Jinsol cuando la siguió hasta su habitación y esta le dio su aprobación, comprometiéndose con intentar liberar o proteger el área cuando fuese el momento.

 

Para su sorpresa, al subir a la van luego del desayuno, Haseul sí se sentó a su lado, y se mostró particularmente charlatana durante el viaje. Ella disfrutaba esos momentos, y en ocasiones participaba activamente de ellos, pero ese día no tenía ánimos de responder. Sus nervios le traicionaban, así que se mantuvo mayormente como una escuchadora activa, algo que a la otra chica no pareció molestarle en absoluto. Conocía esa parte de ella, y siempre la había respetado, lo que no significaba que dejase de hablarle, sino solo que no le forzaba a hablar y se conformaba con sus monosílabos y silencios.

 

Una de las ironías de toda la situación de aquel día era que la canción que debían ensayar tenía una connotación bastante explícita de una relación entre chicas. Cuando Jungeun leyó por primera vez la letra y luego se les habló de la idea de la composición del videoclip, no pudo evitar pensar que la vida parecía estar jugándole una broma. Para su suerte, y realmente lo agradecía, la relación dentro de la historia incluía a Jinsol, pero no a ella. Aquello le aliviaba. Sin embargo, no dejaba de ser una coincidencia bastante inoportuna.

Cuando les permitieron ensayar a solas la melodía y la letra luego de mostrarles la idea principal, decidieron reunirse un rato todas juntas en el estudio de grabación. No se sentía incómoda ensayando la canción con sus amigas, y Haseul, presentes, pero por momentos Heejin y Sooyoung sacaban a la luz el tema del mensaje del video, y molestaban a Jinsoul, quien parecía ser la más avergonzada por su papel de villana obsesionada en la historia.

 

“Creo que mis sentimientos serán descubiertos.

Sigues jugando con mi corazón.”

 

Cantar esas letras era algo un poco incómodo teniéndola cerca. Sin embargo, lo más difícil para ella fue cuando, al llegar su parte del rap, que aún estaba en pañales puesto que apenas estaban buscando el tono preciso, Haseul lo cantó junto a ella, sin razón alguna.

 

“Te enamoras de mí por mi respiración y te vuelves loca.

No intento hablar, solo intento besarte. Quiero enamorarme de ti.

No estoy tratando de pensar esta noche.”

 

                —Creo que debes bajar un poco más el tono —le aconsejó la líder, sentándose junto a ella, cuando terminó su parte del rap. Jungeun sintió un escalofrío recorrer su espalda, y sabía que Jinsol la estaba observando. Sin necesidad de devolverle la mirada, podía saber exactamente que su amiga debía de estar sonriendo de una manera muy particular en ese momento. Intentó enfocarse en lo que Haseul le decía—. Toda la canción tiene un tono más bajo, ¿no? Vas bien, pero en el rap tienes que tratar de bajarlo aún más.

                —Estoy acostumbrada a los altos —dijo.

                —Lo sé. Pero acá tienes que intentar poner tu voz al nivel de la de las demás. Además, tu tendencia a cantar de forma más nasal puede ser ventajosa aquí. Intenta bajar un poco más el tono nada más, y debería salir bien.

 

                Jungeun estaba sonrojada, lo sabía. Cómo le encantaba verla en su papel de líder. Y cuando se trataba de estrategia vocal, todas solían escuchar lo que Haseul tenía que decir. Para su suerte, solo sus orejas habían adquirido un color carmín, y estaban cubiertas por su pelo, así que siguió las indicaciones de Haseul, mientras que las demás chicas seguían cantando, cuando llegó el momento de Sooyoung dear. Haseul movió la cabeza de manera afirmativa y le dio unos golpes en la mano, a modo de aprobación. Cuando volvieron a reproducir la canción, Jungeun sintió que efectivamente había encontrado el tono adecuado para ella. De todas era a la que más se le dificultaban los tonos bajos, pero las demás chicas también aprobaron cómo había resultado su parte en aquel momento.

                Le agradeció a la chica a su lado y esta solo respondió guiñándole el ojo.

 

                Continuaron por unos minutos más y finalmente decidieron dejar el ensayo hasta ahí y continuar estudiando sus partes en el dormitorio el resto del día, por lo que comenzaron a arreglar sus cosas para retirarse. Algunas de las chicas avisaron que pasarían al baño antes de regresar a la van, y en aquel momento Jungeun anunció que por su parte pasaría a buscar una chaqueta que se le había quedado en la sala de ensayo la vez pasada.  

 

                —¿Me acompañas? —le preguntó a Haseul. Se sorprendió de lo normal y casual que sonó su voz. La otra chica respondió afirmativamente y ambas se levantaron, siendo las primeras en salir de la sala de grabación y dirigiéndose al salón de ensayos.

 

                Jinsol las vio salir, contó hasta 10 mentalmente mientras las demás chicas hablaban de trivialidades, y le pidió a Hyunjin que se encargase de avisar a la van que tardaría un poco en bajar. La chica gato asintió y entonces Jinsol comenzó a subir lentamente la escalera, hasta llegar a la sala de ensayo. Las chicas habían dejado la puerta entreabierta, por lo que aprovechó la oscuridad del pasillo, el cual tenía todas las luces apagadas, para espiar desde una distancia prudente.

                Pudo ver a Jungeun buscando entre los cojines una chaqueta que pronto apareció y sonrió al ver que, al menos, la excusa había sido real.

 

                —Por cierto, quería preguntarte algo —escuchó decir a la rubia, y su propio corazón entonces empezó a latir—. Ah, primero, quería agradecerte por lo de recién…

 

                Ahí estaba. Kim Jungeun comenzando a dar vueltas innecesarias. Se mordió la parte interna de la mejilla frente al nerviosismo. No tenían mucho tiempo.

               

                —Ey.

 

                Se sobresaltó repentinamente al oír una voz tras de sí y en una reacción rápida emitió un “sssh”, sorprendiéndose y asustándose al ver a Sooyoung a su lado.

               

                —¿Qué pasa? ¿En qué andas metida? —preguntó esta en voz baja, poniéndose en cuclillas para estar a su altura y observando dentro de la sala de prácticas. Jinsol sintió en ese minuto que un balde de agua caía sobre su cabeza, y no encontró forma de salvar la situación. Jungeun iba a matarla.

                —Eh… —masculló unos pocos ruidos, pero nada salió de su boca.

                —Ah, ya entiendo —una pequeña sonrisa apareció en la comisura de los labios de Sooyoung, y observó a Jinsol con un brillo en sus ojos que a la morena le transmitió una confianza y tranquilidad enorme. Esa chica sabía. También lo sabía—. “Sssh.”

 

                Ambas dirigieron la atención de nuevo hacia el salón, justo en el momento en que Jungeun lograba articular las palabras correctas.

 

                —Me preguntaba si… Quisieras volver a salir conmigo un día de estos, para distraernos. Así como lo de ayer… las dos —añadió lo último, así como Jinsol le había recomendado, para dar una señal indirecta. Sin embargo, su sorpresa fue grande no solo por la respuesta afirmativa que llegó a continuación, sino…

                —¿Eh? ¿Una cita? —preguntó la líder. Jungeun, mentalmente, sintió como si su cuerpo diese un paso atrás frente a la sorpresa, pero sus piernas físicamente se mantuvieron clavadas al suelo. La sonrisa y los ojos brillantes de Haseul le hacían dudar si lo preguntaba de forma real, ingenua, como una broma, o si solo lo decía de forma natural, como una salida común.

                —Carajo —masculló Jinsol en voz baja, sabiendo que Jungeun debía de estar en un estado de shock en ese momento.

               

                Sin embargo, la chica respondió casi enseguida, haciendo un máximo esfuerzo interno por no tartamudear ni demostrar su nerviosismo. Lo mejor que podía hacer en ese momento era dejarse llevar por la honestidad. Nada le saldría más natural que aquello y esa era la única forma en que podría salvar la situación.

 

                —Una cita, sí —intentó sonreír con naturalidad—. ¿Tengamos una cita?

               

                La mirada de Haseul cambió en ese momento y se quedó observando fijamente a la rubia, casi como intentando leer su rostro y su mente. Jungeun mantuvo su sonrisa, a modo de evitar que la otra chica pudiese darse cuenta de sus nervios y comprendiera el sentido detrás de aquella invitación. No quería que lo supiera en ese momento.

                Ojalá nunca.

 

                —Di que sí, di que sí, di que sí, di que sí… —musitaba Jinsol, y escuchó a su lado a Sooyoung decir algo similar a un “vamos…”. Si bien su tarea era apoyar a Jungeun, también tanto Sooyoung como ella eran amigas muy cercanas a Haseul, por tener la misma edad. Ambas se sentían ansiosas frente a esa situación.

                El momento duró solo un instante, corto, pero tortuoso tanto para Jungeun como para sus espectadoras.

 

                —Suena bien —respondió entonces la líder, y ambas chicas escondidas reprimieron un sonido de alegría, pero Sooyoung golpeó repetidamente el hombro de Jinsol a modo de compartir su emoción—. ¿Pero cuándo? No tienes ya muchos días libres.

               

                Jungeun pensó rápido y entregó una respuesta en cuestión de dos segundos, felicitándose a sí misma por su idea express, puesto que no iba preparada para eso.

 

                —¿Y si vamos a almorzar hoy? No tenemos nada que hacer el resto del día, y puedes ayudarme a ensayar esta noche, si no te molesta…

                —Una genia, Kim Jungeun —dijo Jinsol, y Sooyoung asintió enérgicamente con la cabeza, producto de la adrenalina.

                —Suena bien. Vayamos a dejar las cosas al dormitorio y salimos en un rato, ¿sí?

 

                Jungeun aceptó la idea y Haseul dijo que se adelantase a la van por su cuenta, pues ella quería pasar primero al baño. Aquella fue la alerta para Jinsol y Sooyoung, quienes rápidamente retrocedieron dando pasos silenciosos hasta cubrir sus cuerpos totalmente con una puerta abierta de una bodega de limpieza en aquel pasillo. Haseul salió de la sala de ensayos y bajó la escalera sin percatarse de su presencia en lo absoluto. 

               

                Apenas desapareció, Jinsol ingresó rápidamente a la sala de ensayos, donde Jungeun mostraba un rostro pálido y apenas y parecía ser capaz de mantenerse en pie.

 

                —¡Lippie! —gritó nada más ingresar, sobresaltando a la rubia. La envolvió en un abrazo corto pero firme, y se apartó, sacudiéndole los hombros levemente—. ¡Sí pudiste! ¡Ya está! —exclamó. Pero Jungeun tenía su vista puesta en la puerta del salón, donde Sooyoung se había detenido. Jinsol se giró a verla y comprendió la expresión de la rubia enseguida—. Ah, no te preocupes por ella…

                Pero Sooyoung la interrumpió e ingresó también a la sala.

 

                —Por fin me entero de esto. Sabía que algo estaba ocurriendo, y moría por saber qué era, pero se han estado escabullendo demasiado bien ustedes —dijo con una sonrisa. Jungeun se sonrojó instantáneamente.

                —Por favor, no divulgues esto… —dijo en voz baja, sintiéndose repentinamente más ansiosa que antes, pero esto se disipó enseguida, en cuanto Sooyoung se aproximó a ella y la rodeó en sus brazos.

                —Eres una boba, sabes que puedes contar conmigo… —se apartó y la miró a los ojos. Confió en ella enseguida y sin ninguna duda—. Estaré ansiosa esperando a ver qué ocurre… Me hace muy feliz saberlo.

 

                Jungeun le sonrió, mostrando sus ojos brillantes, y se permitió envolver en aquel abrazo. Le hacía falta. Sentía un poco más de confianza cada vez y sus nervios se encontraban en un estado neutro entre total florecimiento y calma tras la tormenta.

                Pero no era momento aún de calmarse. El día apenas comenzaba.

 

 

                Cuando se encontraba en el dormitorio se sintió extrañamente incómoda y lamentó por una vez el hecho de que Haseul y ella compartiesen habitación. Ambas se estaban arreglando al mismo tiempo para su cita, en completo silencio, y agradeció que Hyejoo estuviese jugando con su teléfono en la cama superior, lo cual evitó que la castaña tocase el tema en todo ese tiempo. Finalmente, no pudo más con la presión y tras cambiarse rápidamente de ropa, huyó en dirección al baño, para poner su cabello decente. Quería verse bien. Había escogido una camiseta negra un poco holgada y jeans azul oscuro. Dejó su cabello suelto, algo revuelto, y se maquilló de forma ligera, enfatizando el delineado de sus ojos. Se sintió bien al verse en el espejo y entonces cayó en la cuenta de que nunca había tenido una cita y que no tenía idea de qué hacer o a dónde ir luego de comer.

                Bueno, había llegado el momento de aprender. Sabía que Haseul no la juzgaría si cometía algún error, y ni siquiera tenía claridad de si la chica era o no consciente de que se trataba de una cita real. Pero, fuese como fuese, daría lo mejor de sí para que el día acabase siendo agradable para ambas.

 

                —¿Jungeun? —escuchó decir a Haseul al otro lado de la puerta—. Ya llegó el Uber.

 

                Se miró al espejo una última vez y se dio ánimos a sí misma internamente.

 

                Vamos, Kim Lip.

 

-------☾✩☽-------

 

 

 

 

 

 

 

 

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
_sullpeach_
#1
Chapter 6: Me enganchó totalmente la historia ^^, muchas gracias por escribirla, esperare con ansias el próximo capítulo
beachuXchoo #2
Chapter 4: Hace mucho tiempo una fic Lipseul no me enganchaba como ésta T-T

No puedo esperar al próximo capítulo🥺