Cap. V: Antes del atardecer

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Cap. V: Antes del atardecer

 

                La líder propuso pasar por un K-market para comprar un par de sándwiches y café de máquina. A Jungeun le pareció adorable la forma en que Haseul se tomaba todo el tiempo necesario para leer las etiquetas, los ingredientes y las características de los productos que eran nuevos para ella, razón por la cual tardaron en salir del local.

Finalmente, cogieron un par de cajas de galletas y comenzaron a caminar en dirección a un parque. Utilizando sombreros de pescador para cubrir sus identidades, avanzaron a paso lento, en el que Haseul pasó su brazo por el de Jungeun, quien llevaba las manos en los bolsillos de su chaqueta oscura, la cual combinaba a la perfección con sus jeans rotos. Por su parte, Haseul llevaba una camisa cuadrille color crema y esos jeans ajustados que parecían ser sus favoritos. Un leve sonrojo adornaba las mejillas de la rubia, pero pasaba desapercibido por su sombrero. Caminaban a paso lento para disfrutar del ambiente. Haseul amaba la naturaleza, aunque no las aves, por lo que caminaron por debajo de los árboles, pero evadiendo a todas las palomas o gorriones que se cruzaban por el camino de piedra.

Luego de avanzar un trayecto largo, encontraron un lugar tranquilo para sentarse, bajo las largas ramas de un árbol alto y frondoso en una esquina distante del parque. A esa hora la mayor parte de la población se encontraba trabajando, por lo que ese sector de la ciudad estaba bastante vacío y tranquilo, no había niños cerca, sino algún que otro deportista que trotaba alrededor o adultos mayores que descansaban o leían en silencio.

Concordaron en que ese lugar era la mejor terapia al estrés de la última semana. Dejaron sobre la mesa de picnic las cajas de galletas y los sándwiches, y Haseul lo acomodó todo. Ya casi no les quedaba café, pues lo habían bebido en el trayecto, y ambas tenían hambre.

Las palabras de Sooyoung resonaron en la mente de Jungeun: Que disfruten su cita, había dicho. No podía negar que, muy en el fondo, no podía evitar considerar ese momento como una cita con Haseul. Claramente no se lo diría, pero para ella era así. Su capricho silencioso.

                Finalmente, comenzaron a comer, siendo Haseul quien más hablaba, y aunque solo se trataba de cosas rutinarias, la rubia disfrutaba escuchándola u opinando de vez en vez. Por su parte, no había dado un solo indicio de querer mencionar algo relacionado a lo que la conllevaba ahí, y la forma de hablar de Haseul, cada vez más rápida, demostraba su ansiedad. Aquello le hacía gracia. Parecía querer ocultarlo, pero la chica solía encender la turbina de su lengua cuando se encontraba ansiosa o preocupada. Y desde hacía un rato ya que no había parado de hablar.

                Finalmente, mientras comían, la líder no pudo mantener su grado de impaciencia y sacó el tema antes que Jungeun lo hiciera.

 

                —Me intrigas —dijo—. Lo que quieres decirme, ¿es algo serio?

                —Para mí lo es —respondió Lippie, dejando de lado la galleta que tenía en su mano. Había llegado el momento de ponerse seria—. No sé por dónde empezar… En realidad, no es algo tan importante, pero…

                —Si para ti lo es, entonces también para mí.

 

                Jungeun frunció los labios, tratando de reprimir un sonrojo. Asintió lentamente con la cabeza. Debía ordenar sus ideas lo mejor posible y evitar que sus nervios, por ninguna razón, la traicionaran.

                Aquello no era una declaración, en lo absoluto. Eran otras cosas las que quería decirle, por lo que no se sentía tan ansiosa. Nada más debía mantener en control su lado tsundere y sería capaz de expresarse bien y con honestidad.

 

                —Dijiste que soy una amiga importante para ti, ¿no? Que me aprecias…

                —No fue exactamente lo que dije, pero sí. Por supuesto que sí. Eres una de mis amigas más importantes… ¿Por qué? —la chica la observó intrigada.

                —Me conoces, y sabes muy bien que soy de pocas palabras —continuó—, pero quiero decirte esto, al menos una vez —sonrió un poco—. Y quizás nunca vuelva a decirlo, así que valóralo, eh.

               

                De no ser porque Haseul también le sonrió, se hubiese sentido extremadamente boba por decir aquello. Pero, de alguna forma, esa chica siempre respondía a sus bromas, por muy malas que estas fuesen. Igualmente, una de las razones por las que odiaba tener conversaciones serias era el inevitable temor al rechazo o a la vergüenza, a sentir que sus palabras no eran importantes o que quedaban en el aire, o, como había pasado muchas veces con sus amigas, que estas no fuesen tomadas con seriedad y se minimizaran o utilizaran para bromas. Jungeun era muy sensible a ese tipo de cosas y prefería evitar el riesgo de exponerse a ese tipo de situaciones. Incluso con sus amigas más cercanas.

                Pero con Haseul, hasta el momento, nunca se había sentido así. Incluso cuando la chica le respondía con alguna broma, siempre solían retomar el rumbo de la charla de forma seria, y también se preocupaba mucho no solo por las cosas que le decía, sino también por cómo se sentía y sus pensamientos. Jinsol también era un poco así, pero con Haseul era diferente. Hablarle le daba confianza. Todo era diferente con ella, sin excepción. Y ahora entendía y aceptaba el porqué. En silencio, quería acercarse más a ella y que Haseul la llegase a conocer bien, o casi completamente, si podía ser codiciosa. De igual forma, ella quería llegar a conocerla también, incluso más que otras personas. Ese pensamiento egoísta se había vuelto muy recurrente en su mente últimamente. Haseul era, en aquellos días, una de las personas más importantes para ella. Y, en el fondo, también quería ser así de importante para ella.

                Pero si quería llegar a eso debía empezar con lo básico.

                Sinceridad y transparencia.

               

                —Te extrañé —dijo finalmente, dejando salir aquellas palabras que llevaba mucho tiempo atoradas en la garganta. Aun así, no fue capaz de mirarla de frente al decirlas, y sus labios formaron una línea, tensa, mientras mordía internamente su labio interior. Para aumentar su ansiedad, no hubo ninguna respuesta automática de parte de la otra chica. Sus palabras quedaron flotando. Era su mayor temor volviéndose realidad con Haseul. Sentía que quería decir algo más, algo como “Te eché de menos todo este tiempo; Me hiciste falta; Eres importante para mí; Me di cuenta de que te necesito”. Esas frases surgían en su mente una tras otra, cual metralleta, mas no salían por sus labios.

 

Se sintió frustrada y esperó a que la chica frente a sí reaccionara. Entonces notó cómo Haseul alcanzaba su mano libre, pues con la otra sujetaba, con bastante tensión y presión, el vaso vacío de café, y la acarició con extrema suavidad, como si tuviese miedo de tocarla. Entonces dejó de lado su vergüenza y levantó la cabeza, encontrándose con la mirada más dulce que jamás había visto en Haseul, o al menos dedicada a ella. Le sonreía con extrema ternura. La caricia en su mano se sentía suave y cálida.

 

—Jungeun… —los ojos de la chica repentinamente brillaban con rastros de lágrimas que comenzaban a acumularse. La rubia se sobresaltó y por fin pudo abrir la boca.

—Oye, no… Tampoco es para que te pongas así —dijo con voz temblorosa.

—Es que es la primera vez que me dices algo así, sin que las demás chicas te obliguen —una de las lágrimas no pudo continuar aferrándose a sus pestañas y cayó por su mejilla. Jungeun tuvo que morderse con más fuerza el labio inferior a modo de contenerse y no alzar la mano para secarla. Por suerte, Haseul lo hizo enseguida con su mano libre, mientras la otra continuaba aferrada a la suya y acariciaba sus dedos, para disfrute de la rubia. Haseul inspiró profundo y continuó hablando—: No he hablado de esto con nadie… Estar sola fue incluso más difícil que lidiar con mis responsabilidades, y ahora sé que puedo contar con todas. No volverá a pasarme nada así, lucharé por ello, y me apoyaré en ti, ahora más que nunca. Yo también las extrañé bastante, pero diría que a ti un poquito más que bastante.

 

Jungeun sonrió y para evitar que Haseul continuase llorando (pero también para evitar potenciales situaciones vergonzosas para ella o sonrojos incontenibles) optó por desviar un poco el tema y preguntarle a la chica por su familia, por sus mascotas y decir cualquier cosa que la hiciera reír. Necesitaba escuchar el sonido de su risa, era lo único que le faltaba para que aquel día fuese perfecto.

Tras varios minutos de conversación, en los que no se habían soltado de la mano y sus dedos continuaban entrelazados mientras reposaban sobre la mesa de madera, Haseul volvió a dirigir la conversación. Justo en ese momento, Jungeun dejó ir finalmente su mano y comenzó a ponerse de pie para encaminarse de regreso a los dormitorios, por mucho que su cuerpo y mente quisieran quedarse.  Los colores en el cielo demostraban que comenzaba a atardecer.

 

—Por cierto —dijo la líder, llamando la atención de la rubia al instante—. Hay una última cosa que quisiera preguntarte.

—¿Mh? Dime… —volvió a tomar asiento. Se sentía relajada. Ya a esas alturas su mente se encontraba mucho más tranquila con respecto a sus sentimientos por la chica frente a sí, y se estaba permitiendo dejar de bloquearlos, y solo limitarlos de forma que no fuesen extremadamente notorios.

—El otro día, en el parque… —notó que Haseul no la miraba directo—. Cuando ustedes, Jinsol y tú, iban a la cafetería, ya sabes, nosotras nos sentamos cerca, y eh… Las chicas estuvieron… hablando —Jungeun le escuchaba atenta—. Jinsol y tú estaban charlando cerca, no quisimos molestarlas, pero ellas mencionaron algo… ¡No te vayas a sentir incómoda! —Jungeun alzó una ceja—. No te enojes tampoco…

—Unnie, solo dilo —la rubia dejó salir una risa pequeña, ante lo cual la chica por fin pudo mirarla directo a los ojos. Haseul parecía genuinamente nerviosa, así que trató de que su mirada le diera a entender que podía hablar con confianza.

—Ellas se preguntaban si quizás tú y ella tienen una relación más allá de la amistad. Ya sabes a lo que me refiero…

—No —Jungeun respondió de forma automática, ante lo cual Haseul se sobresaltó—. Digo… sí, entiendo a lo que te refieres… Pero no, no —negaba también con la cabeza—. No hay nada de eso entre ella y yo. De verdad.

—Entiendo… —dijo Haseul, aunque no se notaba del todo convencida—. Es que últimamente se han visto muy unidas, y realmente pareciera que…

—¿Y si fuera así? —la pregunta surgió sin que pudiera siquiera filtrarla o evitarla, por lo que intentó hacer uso de esa conversación a su favor. Era una oportunidad para conocer la postura de Haseul frente a ese tema—. Si ella y yo sí tuviésemos algo, ¿qué pensarías tú? ¿Te… causaría algún tipo de rechazo? ¿Cambiaría la forma en que nos ves? Sé que tu familia tiene sus creencias y…

—Claro que no —si bien su respuesta interrumpió el hablar de Jungeun, su voz era suave y baja—. Independiente de muchas cosas, yo tengo mis propias creencias, mi propia forma de pensar, y no lo vería como algo malo. Sé que muchas de las chicas piensan igual. Espero que todas, pero al menos las que estaban ese día conmigo estaban dispuestas a apoyarlas mucho.

 

Haseul sonrió, ante lo cual Jungeun también lo hizo, aunque la suya no fue del todo genuina “¿También tú nos apoyarías?” Pensó. Pero se tragó la pregunta. Analizó la situación por unos segundos, recordando quiénes estaban ese día en el parque: Sooyoung, Hyejoo, y Jiwoo. Se preguntó si quizás sería ya momento de tocar ese tema con su mejor amiga, pero conociendo su personalidad, supuso que aún no era una buena idea. Por mucho que la chica pingüino se molestase con ella después, prefería ser precavida. Se alegro, en parte, al conocer el pensamiento de esas tres chicas.

 

—¿Entonces sí… hay algo? —volvió a preguntar Haseul, probablemente pensando que Jungeun se lo había negado inicialmente por temor a encontrarse ante una postura de rechazo de parte de la líder.

—No —repitió con mayor naturalidad esta vez—. No hay nada, solo quería conocer tu forma de pensar sobre el tema, en caso de que alguna de nosotras alguna vez quisiera… abrirse a eso.

—Entiendo. En ese caso, dudo mucho que haya problema, y no hablo solo por mí. Gracias por aclararme la duda. De todos modos, hubiesen hecho una pareja muy visual.

 

Nuevamente Jungeun volvió a sonreír por compromiso, y asintió con la cabeza. Lo que menos deseaba era causar que Haseul pudiese sospechar de algo más. No estaba lista para eso, no por el momento. Quiso saber por qué había surgido esa duda en la otra chica, pero sintió que quizás podía hacerle sentir incómoda si indagaba en ello. En cambio, optó por aclarar un poco más el tema.

 

—Ella solo me ha estado ayudando con algunos temas personales, cosas que me han pasado y me han tenido un poco distraída… Me he apoyado mucho en ella por eso estos días, pero no te preocupes, no es nada grave.

 

Haseul la observó con una leve expresión de sorpresa. Asintió con lentitud mientras bajaba la mirada hacia algún punto de la mesa y permaneció ahí unos segundos más. Sintió entonces a Jungeun ponerse de pie, lo cual era una señal para encaminarse a la empresa, sin más retrasos. Escuchó de fondo a la rubia llamar por teléfono a su manager y darle indicaciones para que fuese a buscarlas cerca. Al oírla terminar, también se levantó y tiraron las cosas a la basura antes de ponerse a caminar nuevamente por el camino de piedra, esta vez sin tener contacto físico.

 

—Ey, estás callada de repente —le dijo la rubia—. ¿Te sientes mal?

 

Haseul negó con la cabeza. A diferencia de Jungeun, Haseul no era el tipo de chica que se quedaba callada cuando alguna idea cruzaba su mente, o al menos no siempre, y cuando necesitaba hablar algo o aclarar alguna duda, insistía hasta obtener lo que necesitaba, o al menos no se quedaba con la simple intención.

 

—Solo quiero saber algo…

—¿A ver?

—Eso que dices que te pasó… ¿Por qué no lo hablaste conmigo también? Sé que Jinsol es tu mejor amiga, o Jiwoo… Pero tú y yo siempre nos hemos apoyado mucho también. ¿Es por la discusión que tuvimos? ¿Ya no confías en mí de la misma forma?

 

Para sorpresa de la líder, Jungeun dejó salir una pequeña risa. Se detuvo en el camino y se giró hacia ella, dando un paso más cerca y acariciando su cabeza con ternura, aprovechándose de la pequeña diferencia de estatura entre ambas.

 

—Por hoy ya hablamos suficiente. Te prometo que la próxima vez te lo diré, ¿sí? Pero no, unnie… Aún confío plenamente en ti.

 

Haseul respondió a ello con una sonrisa muy pequeña, pero sincera, y volvió a sujetarse con fuerza del brazo izquierdo de la rubia antes de emprender la marcha hacia el lugar donde las recogerían. No volvieron a hablar en el camino más que simples trivialidades.

Esta vez Haseul sí se sentó junto a Jungeun en el vehículo, y a mitad del trayecto apoyó la cabeza en su hombro, expresando sentirse cansada. La rubia desvió la vista hacia la ventana, para observar el paisaje de la ciudad, y evadir así estar demasiado cerca de su rostro, lo cual le ponía sumamente nerviosa.

Se sentía feliz. Realmente feliz.

 

Cuando finalmente cruzaron la puerta del dormitorio, reían por algo que habían escuchado en la radio. Al interior todo parecía tranquilo, con algunas de las chicas comiendo, otras viendo televisión y el resto encerradas, así que fueron directo al dormitorio que compartían con Hyejoo y Kahei. Jungeun se sentó en su escritorio, disponiéndose a leer una novela y poniéndose los auriculares para concentrarse. Haseul, desde su posición, observó su espalda por unos segundos. Luego se dirigió hacia su cajón personal y extrajo de él la libreta extraviada de la chica. Se acercó a ella en silencio y la posó sobre la mesa. Jungeun tuvo que mirar dos veces para comprender lo que había ocurrido, y luego se giró a verla. Haseul solo le sonrió en silencio e hizo abandono de la habitación sin emitir palabra, dejando a la rubia congelada en su posición. Al despegar su vista de la puerta, rápidamente abrió la libreta, avanzando hasta la última hoja, encontrando ahí su paloma, y a su lado, dibujado, un pequeño búho.

 

Debajo de ambas figuras, yacía escrita una pequeña frase:

 

“La próxima vez espero que me dibujes más linda. HS.”

 

 

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Comments

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_sullpeach_
#1
Chapter 6: Me enganchó totalmente la historia ^^, muchas gracias por escribirla, esperare con ansias el próximo capítulo
beachuXchoo #2
Chapter 4: Hace mucho tiempo una fic Lipseul no me enganchaba como ésta T-T

No puedo esperar al próximo capítulo🥺