Cap. I: Los preparativos.

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Cap. I: Los preparativos.

 

            Ya fuese por falta de tiempo o circunstancias adversas, hacía más de un año que el grupo no había tenido el tiempo ni la oportunidad para divertirse a lo grande o celebrar algo juntas. La última vez había sido posterior a su primer trofeo, obtenido en M! Countdown con So What, ocasión en la que Haseul solo había podido participar a través de videollamada, debido a su descanso. Aquello le había dejado a todas un sentimiento agridulce. Por supuesto que aquella vez habían explotado en felicidad, pues no era sino el objetivo al que habían estado remando durante años, y por lo que habían sacrificado tanto. Pero, en el fondo, algo no se sentía del todo bien. Algo se sentía simplemente vacío. Y había sido la misma Haseul quien, aferrada a su personalidad optimista y centrada, les había dicho que sus victorias también eran de ella, estuviese o no presente, y que, a forma de felicitarlas, ella costearía una celebración para todas. Algunas habían aceptado sin reparo, mientras que otras intentaron convencerle de no invertir esa cantidad de dinero en ellas. Pero todo reclamo fue instantáneamente suprimido cuando Haseul les pidió que le permitieran hacerlo, pues era su forma de sentir que también participaba en aquel logro y que podía hacerlas feliz a pesar de su ausencia.

            La fiesta resultó de maravilla, pero verla a través de la pantalla no había sido suficiente. Nunca hubiese sido suficiente sin su presencia física.

            Y por lo mismo, en esta ocasión la emoción compartida por todas al interior del dormitorio era indescriptible. Celebraban un nuevo trofeo, esta vez obtenido en The Show, y por fin habían podido abrazarse todas juntas. Este sí era el momento más importante en sus vidas. La situación ameritaba una fiesta, había dicho Heejin, quien a su vez había hecho uso de su personalidad extrovertida y carismática para convencer al CEO de otorgarles un viernes por la noche para poder celebrar. Tras varias insistencias, finalmente había cedido, y las chicas planificaron la fiesta en una de las salas de ensayo más grandes de la compañía, la cual yacía en el quinto piso y tenía acceso al balcón trasero del edificio, lo que favorecía la ventilación. Era el lugar perfecto, debido a que habían invitado también a sus bailarinas y managers, por lo que el espacio era el adecuado.

            Debido a que se trataba de su celebración, habían decidido prescindir de la ayuda de sus managers, decidiendo que serían ellas mismas quienes prepararían todo. Por ello, para llevar a cabo todas las tareas, se habían dividido en 3 grupos. El primero (compuesto por Heejin, Yeojin, Sooyoung y Hyejoo), se encargaría del viaje al supermercado para comprar todo lo necesario para la fiesta en sí. El segundo grupo (Haseul, Vivi, Yerim y Chaewon), estarían a cargo de preparar la habitación, como también estar atentas a la comida, bebida y atención de los invitados durante el evento mismo, manteniendo el orden y atendiendo las dudas o necesidades de todos. Por último, el grupo 3 (Hyunjin, Kimlip, Jinsol y Jiwoo) estarían a cargo de dejar todo lo más limpio y ordenado posible luego de que todos los invitados se retiraran. En otras palabras, eran el equipo de limpieza. Igualmente, otras personas también se quedarían a apoyar, pero ellas eran las principales encargadas. Por lo mismo, la fiesta solo duraría hasta la 1 de la madrugada a lo sumo, para evitar que significase una carga demasiado grande para ese grupo, a pesar de que se habían ofrecido voluntariamente.

 

            —¿Bastará con las 10 bolsas de snacks, 3 de pan y 4 botellas de jugo? —preguntó Sooyoung, marcando en su lista lo que llevaban escogido. Previamente, Hyejoo no había dejado pasar la oportunidad de reírse de ella por hacer uso de una lista de papel, como hacía su abuela, en lugar del teléfono “como la gente normal”, broma que le había costado su castigo y había acabado a cargo de llevar el carro por el supermercado.

            —Piensa que algunas chicas también llevarán unas galletas y que de todos modos empieza después de la cena, solo será un rato, no van a morir de hambre —respondió Heejin, echando en el carro una caja de huevos. De alguna forma, habían terminado aprovechando el viaje para comprar algunos suministros extras que a ellas les hacían falta en el dormitorio también. En aquel momento Yeojin apareció con 3 barras de chocolate y cajas de yogurt.

            —¿Qué tan esencial dirías que es el chocolate en una escala del 1 al 10? —preguntó Hyejoo a la menor, observando la cantidad de cosas que yacían ya en el carro, el cual comenzaba a costarle empujar.

            —Veinte —respondió la aludida, ni siquiera dignándose a observarla, sabiendo perfectamente de qué forma Hyejoo la estaba mirando—. ¿Solo 4 botellas de jugo? ¿No es muy poco para toda esa gente? —preguntó, intentando desviar el tema. Debía aprovechar la oportunidad, pues cuando acompañaba a Haseul a las compras, no solía permitirle llevar demasiados dulces.

            —Está bien. La mayoría no querrá beber jugo precisamente. ¿Podrías traer también una barra de chocolate amargo, por favor? —solicitó Heejin, no mostrando objeción alguna ante el capricho de la maknae, quien giró sobre sus pasos y volvió a encaminarse al pasillo de dulces. Hyejoo solo entornó los ojos y Sooyoung no pudo evitar sonreír ante aquel gesto, dándole un pequeño golpe en el hombro—. ¿Tú no quieres ningún capricho, pequeña cachorra? —dijo a modo de broma, sabiendo que a Hyejoo no le gustaba que le tratasen como una maknae, a diferencia de Yeojin, quien sacaba provecho de ello constantemente. Sin embargo, la chica no respondió con un gruñido, como esperaba la mayor.

            —Yo estoy esperando a llegar al pasillo de alcoholes —respondió. Sooyoung alzó una ceja con una sonrisa instantánea.

            —Realmente, ¿en qué te he convertido? Si te embriagas será mi responsabilidad, ¿lo sabes? —dijo. Hyejoo solo respondió con una sonrisa silenciosa. No hacía más de un año que había aprendido a beber (de manera responsable, aseguraba ella misma), y había sido Sooyoung a quien había escogido como mentora para ello. Estando distanciada de su familia, tampoco era tan orgullosa como para querer aventurarse sola, sabiendo el riesgo que podía significar. Sooyoung había accedido sin problemas, y frente a todo pronóstico acabó siendo una experiencia divertida y agradable para ambas, por lo cual en algún punto habían llegado a convertirse en compañeras de bebida, lo cual hacían de forma moderada algunos fines de semana o cuando realizaban actividades divertidas en el dormitorio.

            —Vayamos a ver eso ahora, que muero de hambre y las chicas nos iban a esperar para almorzar—. Zanjó Heejin, dejando caer varios paquetes de servilletas en el carro.

 

            Para suerte de todas, su manager se hallaba fuera del supermercado estacionado al momento en que salieron con las bolsas. Yeojin agradeció estar acompañada por 3 de las chicas con más fuerza física, debido a que a ella solo le habían dejado cargar la bolsa de las servilletas.

            Aquella tarde, el segundo grupo, como era de esperar por sus integrantes, no tardó en dejar todo preparado. El reloj marcaba las 19.54 cuando Haseul aplaudió tres veces, expresando total satisfacción por la forma en que todo había quedado dispuesto y ordenado en la sala. La mesa yacía con mucha comida, había vasos de sobra y adornos sobrios pero lindos por doquier, que habían sido cortesía de Yerim. Hyejoo también se encontraba con ellas, pues le habían solicitado que se encargase de la música y todas las preparaciones tecnológicas, algo que Haseul reconocía como una debilidad personal, además de apoyar con algunas tareas que requerían algo de fuerza bruta. Lejos de molestarle, la chica mostraba orgullo cuando recurrían a ella para ese tipo de cosas. Aunque quizás dependía un poco de su humor del momento.

 

            —Confíen en mi playlist, las haré volar —dijo con confianza el cachorro de lobo, cuando todo estuvo preparado. En aquel momento sonaba una versión remixada de Faded de Alan Walker, y Choerry ya bailaba, moviéndose de un lugar a otro con un vaso de jugo en la mano.

            —No te acabes las provisiones antes de que empiece siquiera —dijo Gowon, quitándole el jugo de las manos, tratando de evitar potenciales accidentes. Lo último que quería era tener que limpiar una mancha pegajosa del suelo. Sin embargo, igualmente aprovechó de beber un sorbo, a modo de verificar que el jugo fuese de buen sabor y porque tenía la garganta seca—. Nada mal. No es tan dulce. Pero no saques más, ¿vale? —le dijo a la más joven.

            —Lo siento. ¡Estoy ansiosa! —exclamó la chica—. Es la primera fiesta en mucho tiempo, y con Haseul-unnie… Me siento tan feliz que todo mi cuerpo quiere expresarlo.

 

            Haseul le dedicó una mirada cálida con una sonrisa agradecida. Desde el día que había vuelto, no había recibido sino muestras y expresiones de cariño a por doquier, sobre todo de las miembros que destacaban por su energía y brillo personal, como lo eran Yerim, Yeojin, y, por supuesto, Jiwoo.

 

            —Será una celebración humilde, pero lo pasaremos bien —respondió la líder con simpleza, para posteriormente alejarse hacia una esquina, con el objetivo de tener una visión más panorámica del lugar y dar el visto bueno a su trabajo en equipo.

 

El balcón había quedado adornado de una forma elegante, con luces que simulaban velas, y cojines de colores sobre la banca, además de una pequeña mesa con adornos y su propia fuente de galletas. En el interior, la mesa central, que finalmente habían optado por poner a un costado y apoyada en la pared para no interrumpir la pista de baile, se encontraba cubierta en comida y bebidas tanto alcohólicas como normales. Las paredes también brillaban con luces de neón y diversos colores, las cuales se lucirían aún más al caer la noche; y los parlantes sonaban de maravilla, incluso causando que el cuarto vibrase ante la música EDM. Probablemente luego de la primera hora la mayoría caería hipnotizada por el ambiente, a pesar de los humildes preparativos.

           

            —Ahora volvamos al dormitorio a cambiarnos y cenar algo, que no podemos venir con el estómago vacío o será peligroso —dijo Haseul, acercándose para ayudar a Kahei a descender de la escalera en la cual se encontraba subida, posicionando las últimas luces en el techo.

            —¿Pasamos a comprar algo para llevarle a las chicas? —preguntó la mayor, con su tono de voz suave, el cual solo Haseul pudo oír debido a la música. Aprovechó aquello para hacerle un gesto a Hyejoo de que cortase ya su playlist, y la chica obedeció enseguida, dejando los auriculares sobre la mesa y dejando el equipo en suspensión.

            —No, mejor le diré a Jungeun que pidan algún delivery, así empiezan a comer ellas en caso de que tardemos. Hay que administrar el tiempo lo mejor posible.

 

            Mientras sus amigas guardaban sus cosas y tiraban a la basura los envases de alimento, Haseul sacó su teléfono y buscó entre sus contactos a la segunda líder al mando. No se sorprendió al ver que la chica se encontraba online en ese momento.

 

            “Lippie, ¿pides algo para comer? Estamos por volver.” Escribió directamente, sin saludar. A Jungeun le solía ser indiferente si la llamaban por su nombre real o artístico, por lo que en muchas ocasiones usaban su apodo para referirse a ella, incluso en los dormitorios.

            La aludida respondió de forma prácticamente automática, lo que le hizo pensar a Haseul que, si estaba escribiéndole a otra persona en ese momento, probablemente había dejado el mensaje a medias al ver la miniatura del suyo aparecer en la pantalla.

            “A la orden.” Dijo, incluyendo el punto final, algo que no solía hacer, y luego de unos segundos, añadió: “¿Hay algo especial que quieras comer tú? Digo, como para no pedir eso y pedir otra cosa.” Le dijo a modo de broma. Haseul no se extrañó en absoluto.

            “Muy divertida.” Sonrió. “Mejor no te digo nada y pides lo que quieras comer tú, así, si a las demás no les gusta, tendrás que asumir la responsabilidad.” Fue su contraataque. Sabía que Jungeun odiaba asumir responsabilidades de ese tipo.

            “Golpe bajo.” Escribió con un emoji de calavera. “Dime qué comprar, lo pido ya mismo”. Añadió ya hablando en serio.

 

            Haseul sonrió victoriosa y buscó en su galería de fotos el menú del restaurante que sabía que era el favorito de la mayoría. Tenía destacados en la imagen los platos que solían pedir siempre, por lo que solo le reenvió las fotografías a la chica.

 

            “¿A qué hora vienes?” Le preguntó la rubia. A Haseul no le llamó la atención el hecho de que la pregunta fuese dirigida solo a ella, y no un ¿A qué hora vienen? “Salimos ahora, así que supongo que en menos de 30 estaremos allá.” Respondió con rapidez y apagó la pantalla.

 

            Guardó su teléfono antes de que la chica respondiese, y cogió su abrigo para dirigirse a la salida, donde Kahei le esperaba, sujetando la puerta del salón. Las demás chicas ya habían descendido. Quizás no lo demostraba mucho, pero ella también se sentía tremendamente feliz y ansiosa por ese día, y la sonrisa especial en el rostro de su amiga en ese momento le daba a entender que ella lo sabía perfectamente. Kahei la conocía muy bien. Le dio unas pequeñas palmadas en el hombro y esa pequeña forma de cariño solo aumentó su nivel de emoción. Sabía que una fiesta no era nada especial, pero para ella significaba mucho.

           

            Del otro lado del teléfono, Jungeun prefirió obedecer las instrucciones de Haseul apenas esta dejó de estar en línea, por temor a olvidarse. Solía ser demasiado despistada para algunas cosas y aquello le había costado varios regaños. Escribió un mensaje al restaurante y su orden se confirmó enseguida. Calculando, las chicas llegarían antes que la comida, así que se dirigió a avisar a las demás, para que esperasen para cenar todas juntas.  

            Las demás no lo sabían, pero precisamente el día anterior había tenido una pequeña discusión con Haseul, razón por la cual aquella conversación había bordado la extrañeza. No era nada grave, realmente, pero una discusión nunca es algo agradable para nadie. Haseul la había encontrado pasando por un momento de mal humor, y aunque Jungeun no solía ser alguien que lo expresara demasiado, precisamente en ese instante estaba un poco sensible, debido a que su madre le había hecho sentir culpable por cosas que ella encontraba injustas, relacionadas al contacto que mantenía con ella, algo que se escapaba de sus manos, y Haseul había entrado a su habitación para regañarle por no haber hecho la cama ni estar lista para usar la ducha en su turno justo cuando lo que menos deseaba era escuchar más regaños. Entendía que tenían actividades que hacer, y que se había retrasado, y que con eso retrasaba también a las demás, pero su madre le había demandado muchos minutos. Era consciente y asumía que había sido ella quien respondió de una forma seca y con voz innecesariamente alta, y que tampoco supo cómo disculparse al respecto. Sintió que algo dolía en su pecho cuando Haseul le dedicó una mirada inmutable, dejando sus toallas sobre el escritorio, y girándose antes de salir por la puerta solo para dedicarle una última mirada acusatoria, diciéndole: “Este tipo de cosas son las que no extrañaba”, para luego desaparecer.

            No había querido ir tras ella porque sabía que se le había pasado la mano, y porque estaba emocionalmente agotada y no sentía deseos de tener ningún tipo de conversación. Tampoco le respondió más a su madre. De alguna forma, aquello le había afectado incluso más. Conociendo a Haseul, el enojo se le pasaría rápido, incluso si ella no se acercaba primero, así que optó por esperar.

            Y efectivamente así parecía ser. Se sintió extrañamente incómoda cuando vio el mensaje de Haseul solicitándole aquel favor, y sintió que una broma sería una buena forma para tantear terreno, y sí, todo parecía normal. Incómodamente normal. Odiaba estar así con cualquiera de las chicas, pero últimamente que ocurriesen discusiones con Haseul le afectaba de manera especial, precisamente por el tiempo que la chica no había estado con ellas. Sabía que su regreso debía ser algo alegre, y en el fondo solo quería transmitirle, al igual que todas, que ella también estaba ahí para brindarle apoyo, y que no estaba sola.

            Pero Jungeun siempre se caracterizó por ser socialmente torpe. Y con Haseul no era la excepción, aunque ella fuese diferente. Deseaba poder mejorar, pero no sabía cómo.

            Su mente dejó de divagar cuando Yeojin apareció en la puerta para avisarle que era su turno para usar el baño y prepararse para la fiesta. Sacó una nueva muda de ropa que usaba solo para este tipo de ocasiones y decidió afrontar la situación a su manera. Hablaría con Haseul, pero luego de un par de vasos de soju que le dieran más valor para entregar una disculpa apropiada.

            Disimuladamente intentó evadir a la chica desde el momento en que cruzó la puerta junto a las demás, aunque no pudo evitar el cumplido que le dedicó por haber hecho la orden correctamente cuando la comida también arribó. Por suerte, evitar a alguien no es algo tan difícil en un grupo de 12 personas. Yeojin estaba especialmente demandante con su unnie favorita (como se autoproclamaba Haseul), lo cual favorecía aún más a Jungeun, quien optó por cuidar a su propia niña a cargo, Yerim, quien, para su suerte, fue capaz de escoger su ropa y maquillaje por sí sola y solo recurrió a ella para el visto bueno final.

            Por su parte, igualmente solicitó a Jinsoul su opinión, quien levantó ambos pulgares efusivamente cuando la vio vestida y peinada. Había escogido un estilo un poco oscuro, con jeans negros rotos y una malla debajo que se lucía por los agujeros del pantalón. Llevaba botas estilo comando, y arriba una camiseta blanca tradicional, cubierta con una camisa gris oscura con detalles rojos, con los botones abiertos, dejando ver la camiseta debajo. Había añadido a su conjunto un collar sobrio, un par de pulseras y un anillo en cada mano. Llevaba el cabello suelto y semi ondulado. En el pasillo, Jiwoo le había dicho que parecía una rock star. Ella sonrió sonrojándose apenas. No es que no le gustasen los cumplidos, y además era consciente de que ese estilo le iba bien a ella.

            Al igual que ella, Hyejoo, Yerim y Hyunjin habían optado por estilos más rudos o con colores oscuros, llevando camisetas grandes, pantalones rotos, chaquetas de cuero o similares; Jinsol, Heejin, Chaewon y Kahei habían optado por algo más elegante, aunque sobrio, con jeans, vestidos o camisas finas (la corbata de Jinsol había recibido elogios), y Yeojin, Sooyoung y Jiwoo llevaban ropa de tonalidad más clara y que se caracterizaba por verse cómoda: Camisetas o pantalones holgados, zapatillas converse (aunque Sooyoung llevaba botas) y algún que otro detalle como abrigos o gorros.

            Pero quien jamás decepcionaba era Haseul. Algunas de las chicas no pudieron evitar dejar salir algunas bromas en alusión a las marcas favoritas de la chica, quien había escogido unos jeans ajustados, botas con un taco muy pequeño y una camiseta blanca que llevaba dentro del pantalón, resaltando su cintura, con una chaqueta marrón encima. Además, adornaba su cuello con un chocker oscuro y para esa ocasión se había puesto unos aros que hacían brillar su rostro, a pesar de llevar el cabello suelto.

           

            —Tienes el pelo tan largo y te ves tan linda así —le había dicho Heejin, acariciando un mechón de su cabello castaño, mientras esperaban a que Jiwoo y Yerim salieran de sus habitaciones para bajar juntas a la camioneta.

            —¿Sí? He estado pensando en cortarlo otra vez, ¿no se me veía mejor antes, como en Butterfly?

            —Te ves bien con lo que sea, siempre perfecta —había interrumpido Sooyoung la conversación—. ¿Verdad?

 

            Esa última pregunta iba dirigida a todas las chicas, quienes estaban amontonadas a la salida del piso, esperando a que la puerta se abriera, pero por alguna razón Jungeun se sintió especialmente presionada debido a que los ojos de Sooyoung, que al hacer la pregunta habían pasado por encima de todas, se posicionaron finalmente sobre ella.

            Quizás solo había sido algo azaroso, o probablemente Haseul le había contado sobre la discusión, pensó, y trataba de darle paso a una oportunidad de darle un comentario positivo. La tomó sin dudarlo.

           

            —Totalmente —respondió con completa honestidad. No era mentira el confirmar que Haseul se veía brillante esa noche.  Sin embargo, su voz aparentemente sonó un poco más fuerte que la del resto, que igualmente habían respondido de forma afirmativa, por lo que Haseul se giró a verla especialmente a ella al momento de agradecer el gesto. Sus mejillas estaban teñidas de rojo. A veces podía ser una líder mandona y centrada, pero en otras ocasiones era torpe y…

            —Te ves adorable sonrojada —dijo Jinsol, pellizcando suavemente la mejilla derecha de la chica. Jungeun agradeció que su amiga llamase la atención de Haseul y la alejase de sí.

            —¡Ya estoy! —gritaron en ese momento las dos chicas más efusivas del grupo, apareciendo a la vez por el pasillo, como si se hubiesen coordinado para ello, y alcanzando a las demás.

            —Bien —cuando Haseul habló, todas guardaron silencio instantáneamente. Aquellos momentos eran muy agradables de ver. Ella siempre había dicho que no se consideraba la líder del grupo completo, sino solo de su sub unidad correspondiente, y que el grupo contaba con tres líderes. Sin embargo, tanto Sooyoung como Jungeun siempre le habían dado a entender que presentaban un grado de respeto especial hacia ella. Desde hacía mucho que todos la consideraban y trataban como a su líder, y aquello, aunque le sumaba una responsabilidad enorme sobre sus hombros, también le transmitía una enorme felicidad—. Está de más decir que deben ser cuidadosas y responsables. Hoy disfrutemos, porque lo merecemos, y riamos como nunca, porque nos lo ganamos. Y saben que cualquier cosa que ocurra pueden recurrir a mí, Sooyoung o Lip —entonces abrió la puerta y se hizo a un lado, pero nadie se movió—. Idal-ui sonyeo, en fila.

 

Solo entonces todas obedecieron formando una línea, no en sus posiciones numéricas oficiales, pero sí de manera ordenada, y su líder les permitió el paso para salir una a una, encargándose ella de cerrar con llave tras de sí.

Y así sin más comenzaba su noche de celebración.

 

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Comments

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_sullpeach_
#1
Chapter 6: Me enganchó totalmente la historia ^^, muchas gracias por escribirla, esperare con ansias el próximo capítulo
beachuXchoo #2
Chapter 4: Hace mucho tiempo una fic Lipseul no me enganchaba como ésta T-T

No puedo esperar al próximo capítulo🥺