Capítulo II

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Desde que recibí la desgarradora noticia de que mi hermana había muerto, mis días simplemente no volvieron a ser los mismos. 

He pasado noches sin dormir, se podría decir que el insomnio era mi nuevo amigo. Pero no pasa nada. No poder dormir me ayudaba a aliviar mi dolor, ya que cada vez que cerraba los ojos los recuerdos de Gahyeon y los pensamientos acerca de su muerte volvían a mí sin tener piedad de mi fragilidad mental. 

Han pasado unos dos meses desde que ocurrió, ¿Cuánto tiempo más seguiría así?. No tenía ni la menor idea. Lo único que sí sabía era que probablemente no terminaría nunca...no al menos hasta que descubra la verdad y haga justicia por mis propias manos. 

Vi la hora en el despertador, marcaba las 4 de la mañana. Me levanté de la cama y me duché. Cuando terminé volví a mirar la hora, 4:30 am. Vaya, el tiempo no termina nunca.... 

Me vestí con ropa sencilla y poco llamativa. Muy diferente a lo que solía vestir antes de lo ocurrido; luego me sequé el pelo. Cuando terminé con todo lo anterior, fui a la cocina a buscar algo para comer, aunque como se había convertido en una costumbre, se me había quitado el apetito; así que simplemente no comí nada. Llevaba así varios días, tal vez incluso semanas o meses; pero para ser sincera nada de eso me importaba. 

Me dirigí a la sala de estar y eché un último vistazo a la hora en el reloj que colgaba de la pared, marcaba las 5 de la mañana. Cogí el teléfono junto con las llaves de casa y salí preparándome para dar uno de mis paseos matutinos, cuyo fue adquirido entre mis nuevos hábitos para despejar mi mente durante un breve periodo de tiempo. 

El aire era fresco y había una notable falta de gente alrededor lo cual era perfecto para mí. Me gustaba estar sola y tener esos momentos de tranquilidad, aunque a veces pudieran ser tan efímeros. Mientras caminaba me detuve frente a una tienda de dulces que aún estaba cerrada debido a la hora, ver esa tienda hizo que se formara una sonrisa en mi devastado rostro. Esa tienda me hizo recordar muchos de los buenos momentos que compartí con Gahyeon en ese mismo lugar, ya que de niñas era un sitio al cuál solíamos frecuentar; las tardes de juego eran interminables allí. Echo mucho de menos esos tiempos.
De repente, mi sonrisa comenzó a desvanecerse y volví a tener el mismo rostro demacrado de antes.

A medida que reanudaba mi paseo las horas pasaban con él. Primero fueron las 6, luego de repente las 7, para finalmente detenerse alrededor de las 8 de la mañana. Debido a la hora, la gente ya empezaba a aparecer en las calles y junto con ello mi tranquilidad se desvanecía. Después de meditar un par de segundos opté por ir a descansar en los asientos que había bajo unos grandes árboles que adornaban el parque. Me senté allí en silencio durante unos largos y solitarios minutos... o quizás fueron sólo segundos, no lo sé. Fue así hasta que sentí que alguien se sentaba a mi lado. 

- Es una bonita mañana, aunque hace un poco más de frío de lo habitual, ¿no crees? 

La persona que estaba a mi lado empezaba a hablar con la intención de establecer una posible conversación conmigo, pero claramente yo no tenía la misma intención o las ganas de hacerlo, así que sólo me limité a ignorarla. 

- Hmm bueno, parece que no sólo el clima es frío a esta hora. Aunque no me importa, siempre es interesante descubrir qué hay más allá de todo ese frío. 

Y ahí va de nuevo. Hablando y hablando. ¿No entendiste que no tenía interés en hablar? 

- Lo entiendo. Puede parecer un poco inapropiado aparecer de la nada y luego hablar sin más contigo, así que empezaré presentándome. Soy Kim Sua.

La persona que estaba a mi lado se identificó como una chica, de unos 26 años quizás. Ésta extendió su mano de forma amistosa en mi dirección. 

- No me interesa. 

Eso fue todo lo que murmuraron mis labios antes de levantarme y empezar a caminar de nuevo, dejando a una joven muy sorprendida con la mano extendida. 

A las 10 de la mañana mi teléfono sonó insistentemente. Era Handong, sin embargo no contesté la llamada, y no porque no quisiera saber de ella sino porque simplemente no quería hablar con nadie. Cuando llegué a casa, para mi sorpresa Handong me esperaba en la puerta. 

- No respondiste a mis llamadas, así que preferí venir personalmente.

Handong fue la primera en hablar tras mi llegada para entonces tomarme de la mano mostrándome una radiante sonrisa.
...Ojalá pudiera sonreír como ella. 

- Bien, como quieras. 

Rápidamente retiré su mano de la mía. Handong, por su parte se quedó atónita ante mi respuesta y acto desinteresado. De todos modos, estoy segura de que se estaba acostumbrando a ello.

Me dirigí a la puerta y entré. En consiguiente le permití el acceso a Handong para que entrara. Colgué las llaves, me quité los zapatos y me dirigí directamente al sofá para tumbarme en él. 

- ¿Cómo has estado?, me he enterado de que has dejado tu trabajo, supongo que la decisión que tomaste fue la mejor. Por cierto, siento si no he podido estar en contacto constante contigo, he tenido demasiado trabajo últimamente. 

- No tienes que disculparte, estoy viva como puedes ver. Además, no necesito que te preocupes por mí y mucho menos que pretendas que seguimos manteniendo una amistad. 

- Siyeon...no digas eso, se

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choronggetmarried2 #1
Is there an English version??