Viejas "amistades"

If That Was You [Sunmi x ChungHa]

—¿Sooyoung?

La risa de la bebé poco a poco inundaba los oídos de Sunmi. Intentaba con todas sus fuerzas abrir los ojos o siquiera ponerse de pie, pero no lo lograba pues sentía su cabeza explotar.

—¿Así que te llamas Sooyoung? Al menos tienes un lindo nombre.

—¿Qué demonios? —y sin importar el dolor que podía sentir en aquel momento, Sunmi abrió los ojos y se incorporó del sofá donde aparentemente había estado inconsciente por quién sabe cuántas horas. La mujer tardó varios segundos en adaptar su mirada por la luz, pero al percatarse de su entorno, nuevamente se dejó caer. 

—Oye, ¿estás bien? ¿Quieres que llame a un doctor?

—No, solo, deja a mi hija, ¿quieres?

—¿Qué pequeño es el mundo, no? —la joven compañera de piso de Sunmi dejó a la bebé en su carrito a pedido de la mayor. —No cambiaste en nada, ¿ni siquiera me vas a agradecer?

Sunmi rodó los ojos y suspiró fuertemente, no podía creer que el mundo jugara en su contra de tal manera. En efecto, su compañera no era nadie más que aquella asiática maleducada con la que se topó aquella mañana y, para su mala suerte, también era la joven de sus recuerdos. Aunque la mala suerte era para ambas.

—Kim Chanmi, que sorpresa —. La voz algo burlona de Sunmi logró perturbar la paz de la bajita. 

—Soy Chungha, y no quiero problemas, es solo una terrible coincidencia, pero ten cuidado, estuviste así por dos horas —Para aquella joven tampoco era fácil, cuando Chungha despertó, producto del  incansable llanto de un bebé, salió casi corriendo de su habitación. Si, podía ser poco tolerante con ellos, pero no era indiferente o mala. Así que cuando abrió la puerta de su habitación, todo su cuerpo se paralizó, frente a ella yacía una joven en el suelo y claro, la bebé que lloraba desesperadamente desde su coche no ayudaba a calmar la situación. 

Chungha se las arregló para cargar a la joven y llevarla hasta el sofá, parecía estar bien pues incluso balbuceaba cosas sin sentido, así que no se molestó en llamar a alguna ambulancia o a la señora Parker. Más al ver el rostro de la mujer, la menor palideció. No podía tratarse de ella, de Lee Sunmi, aquella adolescente que le hacía la vida imposible en la secundaria y que, por desgracia, siempre tenía que  presenciar sus delirios o desmayos.

El silencio reinó en el lugar, Sunmi se colocó de pie y, como solía hacerlo cuando era adolescente, ignoró a la bajita para ir directamente hacia su hija quien no dudó en elevar los brazos para ser cargada.

—Mi princesa, ¿te asustaste? ¿Estás bien? Mami ya está mejor, perdón por dejarte sola —. Sunmi empezó a hablar con la bebé quien se sujetaba con mucha fuerza de su cuello, todo bajo la atenta mirada de Chungha.

La menor sonrió de lado cuando la bebé posó su mirada curiosa en ella, estaba agradecida que fuese una niña tranquila, al menos esas dos horas en las que intentó cuidarla. Pero no podía estar ahí, sentía incomodidad, miedo y una extraña sensación de melancolía, Sunmi nunca fue buena con ella en la secundaria y a cómo de lugar quería evitar pasar lo mismo ahora, por lo que poco a poco caminó fuera de la pequeña sala, se encerraría en su habitación hasta la mañana siguiente si era posible. Tenía ya suficientes problemas como para enfrentar su pasado en una ciudad que ni siquiera conocía bien.

—Chungha —la voz de Sunmi detuvo a la nombrada y sus planes por salir huyendo. —Prepararé la cena, quédate en la sala.

La joven no sabía si era una orden o una pregunta, pero tampoco quería averiguarlo así que, sin titubear, caminó a paso rápido hasta la sala y tomó asiento en silencio. No podía confiar en Lee Sunmi.

El ambiente era muy tenso, Chungha no quería mover ni un solo dedo por temor a Sunmi y la joven solo se dedicaba a cocinar en silencio, aunque de vez en cuando miraba a su hija quien se encontraba sentada sobre una alfombra especial en medio de la sala, esa era la gran ventaja de tener una cocina abierta, así que estaba bien vigilada por Sunmi y Chungha.

—La cena está lista

Informó la joven pelinegra mientras se acercaba a su hija para tomarla en brazos. Sooyoung era todo un caso cuando estaba sola con su madre, siempre balbuceaba como si le estuviese contando alguna historia, gateaba de un lado a otro y no dudaba en llorar para obtener la atención de su madre, pero al estar Chungha presente, era todo lo contrario, muy callada y solo se centraba en sus juguetes. Sunmi había descubierto algo, su hija era tímida con personas nuevas.

Chungha tomó asiento una vez Sunmi dejó sus platos sobre la pequeña mesa. —Muchas gracias por la comida.

—Es un agradecimiento, ya sabes, por cuidar de mi y de Sooyoung.

—No hay de qué —Chungha sonrió de lado dispuesta a comer, pero había algo que quería preguntar y no se iba a quedar en silencio. —No sabía que tenías una hija.

—No era algo que tuvieras que saber —comentó Sunmi con una suave sonrisa, a pesar de haber tenido aquel desmayo y de todo lo que vivió en su adolescencia junto a Chungha, estaba tranquila, había aprendido a manejar lo que sea que le pasaba cada vez que veía a Chungha.

—No, claro que no, pero muchas veces me topé con Sohee y...

—Cierto, ustedes se hicieron muy cercanas.

—Pensé que te habías recuperado por completo de los desmayos, ¿algún doctor te ha visto?

Sunmi soltó una pequeña risa dejando desconcertada a Chungha. —Deja de preocuparte, estoy bien, mejor dime por qué estás aquí.

—Ah, si, si, yo... —Chungha titubeó un poco al hablar, aún no se creía que su compañera de piso sería Sunmi. —Estudiaré Derecho.

Sunmi casi escupe su comida al oír a la adolescente. —¿Qué? Oye, no somos amigas ni nada, pero yo te conozco y sé que tú pasión es el baile.

—¿Cómo sabes eso? —Chungha dejó su comida a un lado, nadie en el mundo sabía que eso, todo el mundo la veía bailar y disfrutar de ello, pero de ahí a saber que esa era su pasión, era muy diferente.

—Yo, solo lo sé —y como si su hija hubiese leído su mente, Sooyoung de inmediato empezó a llorar.

—Gracias por la comida, te dejo con Sooyoung.

Chungha llevó los platos y ollas al lavadero, una vez dejó todo limpio, no dudó ni dos segundos en correr a su habitación, no podía permanecer ahí, no quería estar junto a la extraña de Lee Sunmi y su hija.

—¿Cómo sabía que ella amaba bailar? —murmuró la joven mientras cambiaba el pañal de Sooyoung quién solamente miraba confundida a su madre, aún no entendía bien que alguien más viviría con ellas, pero tampoco entendía por qué su mami se veía tan triste a veces, todo parecía ir tan bien, ¿por qué mami miraba tanto la puerta de Chungha? 

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