Nota del autor: Te aconsejo que te prestes especial atención en las fechas, ya que es importante para no perderse en la historia. 

Los capítulos serán cortos pero intentaré actualizar tan seguido como me sea posible. Dudas, comentarios, o correciones los leo en los comentarios:) ¡espero lo disfrutes!

5 de Mayo del 2016

El reloj que se encontraba colgado en la pared de un color azul petróleo, que contrastaba con las otras blancas de la habitación, marcó las 3:30 am; pero aun así ambas chicas no se encontraban durmiendo. Se habían pasado el tiempo hablando, sincerándose, riendo. Era algo que ambas necesitaban. El semestre en la universidad había estado muy ajetreado y no habían tenido la oportunidad de hacer esto en un par de semanas. Usualmente Wendy iba a la casa de su prima a pasar el rato, o viceversa, eran muy unidas y desde que Joy regresó de su viaje en el extranjero quedaron en pasar más tiempo juntas para compensar el tiempo en que no se vieron.

-Lo juro, cuando salí de aquel vestidor sólo podía escuchar las burlas de los demás jugadores del equipo. Creo que al final fue punto para mí.

-Ya puedo imaginar cómo lo asolearán en la universidad, de verdad dejó ir a la soltera más codiciada – Soltó una risa.

A Wendy siempre le había causado gracia el efecto que tenía la menor con los hombres. Desde la pubertad Joy atraía las miradas de todos, chicos y chicas sin importar edades. Era como un imán de personas, pero ella sabía que Joy era una chica que va más allá de lo físico, realmente ella no le daba la importancia que pretendía darle a esas cosas; por lo tanto, al ver que los chicos sólo se le acercaban superficialmente decidió esperar a la persona adecuada, a la que de verdad le importara ir a tomar un café con el único propósito de charlar y conocerla.

Wendy no encontró una respuesta a su comentario, así que miró hacia el sillón en el que se encontraba recostada su prima. Esta estaba mirando al techo, parecía estar en un trance.

–Joy, ¿lo querías?

-No es eso…- Suspiró – En realidad, ugh, lo que me duele es que ni siquiera estoy segura de qué es lo que sentía, y aun así confié en él. Y todo para que al final me traicionara, después de haberme jurado amor eterno y no sé qué tantas cosas más. Supongo que todo eso eran sólo palabras vacías.

-Yo sí podía notar que le gustabas, pero no es lo mismo gustar, una simple atracción a querer. Supongo que se le hizo fácil, los hombres no suelen pensar con la cabeza.

-¿Crees que algún día encuentre un hombre que de verdad me quiera? Así como tú y Seulgi se quieren.

-La persona que está destinada a quererte llegará, tenlo por seguro.

-¿Y de verdad crees que exista el destino?

-Ay Dios, el otro día Yeri y Seulgi pelearon por más de 2 horas acerca del tema, involucraron sus leyes y ecuaciones físicas y de partículas. Me provocaron dolor de cabeza. En fin, yo creo que sí existe, no les entendí mucho a ambas porque usaban sus conceptos raros y peleaban entre la clásica y la cuántica, pero creo que desde el punto de vista científico hacía lo practico que nos concierne a nosotras, es muy probable que exista. Además yo lo viví con Seulgi, no creo que haya sido coincidencia el cómo nos conocimos; de una u otra forma nos íbamos a conocer, tarde o temprano. Si no era en el aeropuerto aquel día, de todos modos Yeri la conocía de tiempo atrás y la hubiera conocido gracias a ella; y si no era gracias a ella hubiera sido en la obra de teatro. Así que estoy segura de que nada de eso era coincidencia, ni el que nos hayamos enamorado.

-Si te soy honesta, cuando volví y me contaste sobre tu nueva relación con una chica, me sorprendió. No me lo esperaba, y aunque no tenía problema alguno con el hecho de que fuera una mujer, creo que no lo entendí por completo al principio. Fue hasta que pasó el tiempo y vi la manera en la que ella te mira, la cara de idiota que pone cuando te ve en el escenario, la manera en la que se preocupa por ti, la manera en la que se comporta, todo lo que hace por ti. Ahí fue cuando entendí la manera en la que te quiere.

-Yo nunca me imaginé que me enamoraría de una mujer, pero cuando me di cuenta que me enamoré de Seulgi, mi mejor amiga, no era tan complicado entenderlo. Fue algo natural, algo que simplemente sucedió y siento que debía de ser así.

- Son muy afortunadas de tenerse, incluso podría decir que me da algo de envidia.

-No te preocupes, Joy. El amor llegará, incluso podría ser de la manera más inesperada posible.

Sábado 11 de Junio del 2016

-¡Maldita sea! – Joy alzó las manos al aire.

No le molestaba el hecho de que tendría que tomar más alcohol como castigo, le molestaba el hecho de que estaba perdiendo, contra las perdedoras más grandes. ¡¿Cómo era posible que el WenSeul le ganara en ese estúpido juego?! Si fuera contra Yeri tendría más sentido.

Las dos chicas mayores reían sin parar, la situación era bastante graciosa en sí misma. Joy se resignó y con un bufido tomó la botella de alcohol.

-Ustedes dos… Ese par me las pagará – Sintió el alcohol bajar por su garganta, ardía.

-No es mi culpa que entre más alcohol tomes más mala te vuelvas en el juego – Seulgi reía, la sonrisa jamás dejó su cara. Estaba pasando un gran momento.

Las cuatro chicas habían estado pasando una linda y tranquila noche, acompañadas de películas, juegos, pizza y alcohol hasta que repentinamente las luces de toda la casa se apagaron y la oscuridad de la noche inundó por completo la casa de Wendy. Probablemente no debieron dejar que Yeri intentará reparar el viejo sistema de audio de los padres de Wendy cuando éste comenzó a fallar a mitad de la comedia romántica que se proyectaba en la sala. Justo cuando el audio falló decidieron jugar en lo que Yeri arreglaba el asunto.

-¡Yeri! – Wendy gritó.

Probablemente tampoco debieron permitir que la menor ingiriera alcohol. Cumplió los 18 años hace unos meses, y aunque aún es muy joven siempre pareció estar adelantada a su edad. Desde sus primeros años escolares solía aburrirse en clases, todo lo que le enseñaban en aquellos pizarrones lo entendía a la primera y no comprendía por qué los demás niños a su alrededor tardaban tanto en captar lo que para ella era obvio. Tendía a retar a los maestros, a llenarlos de preguntas, siempre fue muy inquieta. Al aburrirse y no obtener la atención que anhelaba, solía planear travesuras, y eso es exactamente lo que a sus profesores les estresaba. Así que como única solución, decidieron adelantarla unos años escolares, de esa manera ambas partes ganarían; Yeri recibiría la educación que necesitaba y sus profesores se desharían de ese pequeño diablillo.

-Yo no hice nada – La gran inteligencia de Yeri hacia los estudios no aseguraba que su madurez fuera la suficiente para todos los escenarios en los que se veía envuelta. Así que muy probablemente no debieron permitir que tomara alcohol mientras reparaba aquellos viejos aparatos. Ya que de alguna manera había conseguido que la luz de la casa completa fallara.

-Ajá, y yo no me llamo Park Sooyoung.

Con ayuda de las lámparas de sus teléfonos celulares, las cuatro chicas decidieron ir a reparar la iluminación al sótano. Seulgi decidió hacerse cargo para evitar que Yeri cometiera un error y todas terminasen electrocutadas.

-Wendy, ¿qué son estas cajas en el fondo? – Joy estaba lo suficientemente aburrida y ebria como para ponerse a hurgar en aquella habitación.

-No lo sé, tienen años en ese lugar.

-Vamos a descubrirlo – Dijo Joy entre pequeñas risas.

Las cajas parecían tener en su interior algo de ropa que por su aspecto lucía antigua, era de mujer. Iba acompañada de recuerdos, unas medallas y un par de diarios; pero había uno, uno de color rojo y cubierta de cuero. Había algo en él, algo que le decía a Joy que lo tomara, algo que parecía atraerla como si de un imán se tratara.

-Oh, parecen ser cosas de mi abuela.

-¿Tu abuela?

-Sí. Mira, en ese diario que sostienes está grabado su nombre, Seungwan – Señaló la parte de debajo de la portada y ahí estaba, con letra cursiva y tinta negra.

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