Three

Don't Step on My Grave (Please)

 

La empresaria se masajeó las sienes, cansada.

—Siento interrumpirla, Miss Bae, pero el investigador privado acaba de llegar.

—Hazle pasar, Joy.

Irene organizó los documentos que tenía regados sobre el escritorio para hacerlo más presentable.

El hombre entró, inclinándose levemente como cortesía, y prosiguió a sentarse.

—Buenas tardes. —Saludó la chica.

—Señorita, antes de que me pida cualquier cosa, le dije a su asistente que estaba retirado desde hace ya varios años.

—Lo sé, aun así gracias por acceder a esta reunión. Lo contacté porque necesito cierta información que usted podría tener.

El hombre entornó los ojos. —No hablo sobre mis antiguos clientes, es una cláusula de confidencialidad. Espero que lo entienda.

—Es sobre su último caso. —Prosiguió Irene, sin prestar mucha atención a lo que el hombre decía—Son Seung Wan.

El hombre palideció.

—¿Quién es usted? ¿Por qué está interesada en ese caso?

—Digamos que… conocía a la chica. Y quiero encontrarla, cueste lo que cueste.

—Señorita Bae, eso es imposible. La buscamos por mucho tiempo, todas las pistas que teníamos eran falsas y es poco probable que esté viva. Solo estaría perdiendo su tiempo.

—No esperaba encontrarla viva, señor Kim. Solo quiero saber qué le pasó y así poder seguir adelante, pero para hacerlo necesito encontrarla. ¿Me va a ayudar?

El señor Kim lo meditó unos segundos.

—Está bien, lo haré. Solo quiero advertirle que no tengo nada sobre el caso, la última que tenía era un callejón sin salida.

—¿Qué pasó? —Preguntó.

El hombre suspiró.

—Todo el caso lo trataron sin tener en cuenta la confesión del testigo. Buscaban un cuerpo, no a alguien herido.

—¿Qué está tratando de decir?

—Puede que tal vez en ese entonces la chica no hubiese muerto. Nadie buscó en hospitales porque a la policía le pareció ilógico que un criminal fuese tan tonto como para dejarla en un lugar así.

—¿Cree que pueda encontrarla? —Preguntó Irene.

—No lo sé, pero pienso intentarlo. —Contestó.

—Espere. —Pidió Irene, buscando en uno de los cajones de su escritorio—Por dios, ¿dónde lo dejé? Ah sí, aquí está.

Irene extendió su brazo hacia el investigador, entregandole un pedazo de papel con unos garabatos.

—Preste especial atención a estos tres sitios, por favor.

—Con gusto.


⤖⤖⤖


 

Seulgi rodó los ojos por quinta vez, acomodándose sobre el sofá.

—Apenas hemos hablado veinte minutos y ya tienes que irte. No puedes seguir yendo a ese lugar, te hace daño Irene.

Irene suspiró.

—No voy por lo que crees.

—¿No vas a visitarlo? Sí claro, últimamente has empeorado. Al menos antes tenías tiempo para tus amigas.

—Conocí a alguien. —Dijo Irene simplemente—Me ha ayudado mucho en estas semanas y ya no estoy tan… deprimida.

Seulgi se sorprendió.

—¿Lo conociste en el cementerio? Cuéntame, cuéntame. ¿Quién es?

—No quiero que nadie lo sepa, ¿okay? Solo es una amistad y ya. —Dijo Irene con poca convicción.

Seulgi rió. —Vas todos los días, a todas horas. Aunque, pensándolo bien, siempre ha sido así. ¿No me estarás mintiendo?

Fue el turno de Irene de reír.

—No, solo… es complicado. Te contaré llegado el momento. Te compensaré en la cena, pero ahora me tengo que ir.

—Está bien, solo no llegues tarde o comeré sola.




—Te extrañé. —Murmuró Wendy, con el ceño ligeramente fruncido.

—¡Pero si estuvimos juntas todo el fin de semana! —Irene rió, fingiendo toser cuando notó que estaba siendo observada.

La anciana le miró extrañada, negó con la cabeza y siguió su camino.

Las dos chicas rieron.

—Te ves muy linda hoy. —Dijo Wendy, viendo como se sonrojaba Irene. —¿Algún motivo en especial?

—No exactamente. Quedé en cenar con una amiga más tarde, pero por el momento me escapé para venir.

Wendy se molestó un poco, por múltiples razones, pero lo último que quería era molestar a la otra chica.

—¿Cómo estuvo el trabajo?—Preguntó.

—Bien. —Mintió, pues no quería decirle nada de su muerte hasta que no conociera la verdad.

—No sé por qué tengo la sensación de que me estás mintiendo. —Dijo Wendy, acercándose a Irene. —Si te pasó algo me puedes contar, ¿sabes?

Irene sonrió al notar la preocupación de Wendy.

—Lo sé. —Murmuró, sintiendo más que nunca que la distancia entre ellas era abismal. —Estoy bien, ¿okay? Solo… no me gusta verte aquí, así.

El ánimo de Wendy decayó.

—¿Ya no te gusta visitarme? —Dijo en voz baja, rehuyendo la mirada de Irene.

—Claro que sí me gusta, me encanta, solo que tú estás aquí sola todo el tiempo esperando mi llegada. Es solo que...—Las palabras se atoraron en su garganta.

¿Para qué hablar de amor? ¿Qué sentido tenía ya? Cada vez que miraba a Wendy sentía algo indescriptible. Un sentimiento, tal vez. Pensaba que si no lo decía en voz alta no se haría real, que pasado un tiempo dejaría de sentirlo y podría ver a la chica como una gran amiga y nada más.

—¿A qué hora tienes que irte? —Dijo Wendy, prefiriendo cambiar el tema. No quería incomodarla.

—Pronto, pero no quiero. —Dijo, haciendo un puchero.

Wendy rió.

—Para ser tan mayor, pareces un bebé. —Dijo. —Si estuvimos juntas todo el fin de semana, como tú dijiste.

Irene frunció el ceño. —No creí que lo usarías en mi contra. Múdate conmigo, por favor. Voy a morir.

Wendy se sonrojó. Irene le parecía tierna, además de muy linda. Le gustaba desde hacía mucho tiempo. Sentía que en esos dos años de visitas y de observarla a escondidas se había enamorado de su personalidad, a pesar de estar triste la mayoría del tiempo. ¡Qué fácil serían las cosas en otra situación! Hay obstáculos que simplemente no se pueden superar.

—Está bien, lo haré.

—¿De verdad? —La chica saltó de alegría, reteniendo el impulso de abrazar a Wendy. —¡Pues vámonos ya mismo!

—Te recuerdo que tienes una cita, Joohyun. —Dijo, sin querer sonando celosa.

—No es una cita, cariño. —Explicó—Además tengo una idea. Deberías venir conmigo a verla.

—Por más que quisiera, sabes que no es así de simple.  —Comentó Wendy tristemente.

Irene le miró. —Lo sé, pero me encantaría que me acompañaras. Así no tengo que separarme de ti y tú no tienes que estar incómoda. Ella no te va a ver.  ¿Sí? ¿Por favor?

Wendy lo pensó. —¿Estás segura que tu amiga no notará nada extraño? No quiero causarte ningún problema.

—No lo harás. Dí que sí, por favor.

La chica menor dudó, pero al final respondió: —De acuerdo.

 

 


¡Holaa! Este cap estaba listo desde anoche (solo, como siempre, la añadí un par de cosas más que hacían falta), sin embargo no lo subí anoche porque era la 1am y pensé que tal vez es más difícil que a esa hora alguien lo vea. También comunico que a partir de aquí no tengo escrito, así que mientras escribo el resto yo creería que a más tardar mañana o pasado actualizo. 

Como siempre, upvotes, subscripciones y comentarios son bienvenidos. 

¡Gracias por leer!

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
ReinaVashti
#1
Chapter 7: Estoy algo confundida pero el final simplemente me calmó, me ha gustado muchísimo tu fic y sí que me encantaría leer más trabajos tuyos^^
ReinaVashti
#2
Chapter 6: Ahhhhhhhhh! Nunca me había sentido así por un fic ay es demasiado estoy sorprendida y con esperanzas y las cortas de un tajo OMG sigamos
ReinaVashti
#3
Chapter 5: Esto fue sumamente triste y ah excelente elección de canciones ❤️ son de mis favoritas
ReinaVashti
#4
Chapter 4: Chales, se que está historia está terminada pero ojalá encuentren el modo de ser felices juntas
ReinaVashti
#5
Chapter 3: Esto es muy bello TuT
ReinaVashti
#6
Chapter 1: Me está encantando no es nada común<3
Favebolous #7
Chapter 6: Wendy vuelve a su cuerpo.
Favebolous #8
Chapter 5: ¿Se fue? No estoy llorando
Favebolous #9
Chapter 4: Esto es lindo
Favebolous #10
Chapter 3: ¿Mostrará Wendy su forma frente a Seulgi?