One

Don't Step on My Grave (Please)

Irene se sentó nuevamente frente a la tumba de su difunto esposo, respirando profundamente. Ya había pasado un tiempo desde su muerte, unos dos años; sin embargo, ella aún no lo superaba.

Estuvo un rato hablando sin obtener respuesta, pero al menos le ayudaba a sentirse mejor.

—Te extraño. —Murmuró. —Ya tengo que irme, pero regresaré mañana.

Se puso de pie, perdiendo el equilibrio y cayendo sobre la tumba adyacente a la de su esposo.

—Ouch. —Gimió.

—¿No ves dónde pisas? —Dijo una voz malhumorada.

Irene se sobresaltó, mirando a su alrededor desde su lugar en el suelo.

—Estoy enloqueciendo...—Balbuceó, intentando ponerse de pie.

—La que está enloqueciendo soy yo. Llevo escuchándote hablar y me he aguantado tus pisotones por dos años ya, sin contar los de otras personas. —Habló la voz con tono fastidiado.

Irene miró frenéticamente por todas partes, pero era incapaz de ver a la persona que le hablaba.

—Estoy aquí abajo, tonta. ¿Quieres quitarte de encima, por favor?

Miró la lápida sobre la tumba en la que había caído.

—¿Son Seung Wan? —Irene ladeó la cabeza, pronunciando el nombre en voz alta.

—Prefiero Wendy, pero sí. Ahora por favor párate.

—Sí, sí, lo siento.

Irene logró por fin ponerse en pie con mucho esfuerzo, llena de lodo.

—Gracias. Muestra un poco de respeto por los difuntos.

—Jajaja, eso te podría decir yo a ti. Sal de donde te estés escondiendo, esto es algo ofensivo, quién quiera que seas.

—Ya te dije que soy Wendy y estoy aquí abajo. En realidad, estoy en todos lados en todos los tiempos.

Irene se sintió mareada.

—¿Por qué no puedo verte? —Preguntó, buscando a la persona en cuestión—¿Estás detrás de ese árbol?

Wendy dijo algo en voz baja, llena de frustración.

—No me escondo, yo no elegí estar aquí abajo. Además creí que si me mostraba te desmayarías.

—Tal vez ya me desmayé o estoy delirando. ¿Cómo podría estar hablando con una persona… muerta si mi esposo nunca me ha respondido?

—No lo sé, él tuvo más suerte que yo, supongo. Yo soy la que ha tenido que escucharte por dos años. Sé prácticamente todo de ti.

—Estoy… no puede ser. —Irene se alejó, negando con la cabeza.

—Oyeee, ¡espera! ¿Vas a volver? —Gritó Wendy. —¡Noooo, vuelveeee!

Pero Irene ya se había marchado.

 

⤖⤖⤖

 

—...y me fui. ¿Cree usted que estoy loca, Doctor?

El psicólogo se quedó viéndola por un momento.

—Creo que su problema es solo estrés, señorita Bae. No le hace bien ir todos los días al cementerio, ya se lo había dicho.

Irene quería refutar, pero prefirió quedarse en silencio. Igual siempre hacía lo que quería, así le recomendaran lo contrario.

—Tiene razón, dejaré de ir por un tiempo.

El psicólogo dio por terminada la sesión e Irene se apuró para llegar a tiempo a su trabajo.

 



Irene suspiró, golpeando su cabeza contra el escritorio. Levantó el teléfono y marcó el número de su asistente.

—¿Joy?

—Si, Miss Bae.

—Necesito que investigues un nombre. Es Son Seung Wan.

—¿Es para contratación, Miss Bae? ¿Debo preparar los papeles también?

—No, solo investigala y dime que encuentras sobre ella. Gracias.

Colgó y marcó el número de su chofer, avisándole que estuviera listo.

 

⤖⤖⤖

 

Estando a menos de cinco metros de la tumba de su esposo, escuchó sollozos.

—¿Wen...—Se sentía extraña hablándole a un producto de su imaginación. —dy?

Los sollozos pararon inmediatamente, siendo reemplazados por silencio total.

—Wendy, ¿eres tú? —Preguntó nuevamente, sintiéndose un poco mal por la chica.

—Creí que no volverías… —Murmuró una voz acusadora, confirmando que en efecto era ella.

Irene se sentó en medio de la tumba de su esposo y de la de Wendy.

—Me dijiste que estabas cansada de mí y yo creí que estaba loca. Tuve que ausentarme un par de días. Lo siento. —Dijo—Además creí que podías estar en todos lados a todas horas.

Wendy rió, aún sin mostrarse ante la empresaria.

—Eso no significa que me guste ir detrás de personas que apenas conozco a acosarlas en esta forma en la que me encuentro.

—Disculpa, no pensé bien en lo que dije. ¿Hace cuánto estás aquí? Digo, errr, ¿qué te pasó?

—No te preocupes. —Le restó importancia—Llegué aquí casi al mismo tiempo que tu esposo. Unos meses antes, tal vez. ¿No lo dice mi lápida?

Irene contempló la lápida en busca de su fecha de defunción.

—No realmente o al menos no la veo. Creo que se borró. Solo veo tu fecha de nacimiento. Eras muy joven.

—Sí…, tuve un accidente, creo. No recuerdo mucho sinceramente. Accidente de auto, según escuché el día que me pusieron aquí.

—¿Por qué no habías hablado antes?

—No lo sé, antes no me sentía tan sola como ahora. Tenía un par de amigos que, como yo, estaban estancados en esta especie de… limbo. Pero un día dejaron de hablar. Supongo que descubrieron su propósito y pudieron irse, pero yo no he podido. —Contó Wendy—Además no todas los vivos pueden vernos o escucharnos. Eres una de las pocas que puede escucharme.

Irene frunció el ceño.

—Eso es muy… triste. ¿Algún día podré verte? —Preguntó.

—¿Quieres verme?—Wendy rió nuevamente. —Quedarías ciega de tanta belleza.

Irene sonrió sinceramente por primera vez en dos años.

—Sí, me gustaría ver a quién le hablo. —Respondió—Además estoy acostumbrada a la belleza. Tengo una compañía de moda.

—Vaya, parece que sí hay cosas que no sé de ti. —Se burló Wendy—¿Eres CEO? Pareces más bien la modelo.

Irene se sonrojó por el cumplido.

—Gracias, pero no soy la modelo.

—Cierto, jamás podrías ser modelo con ese equilibrio que tienes; pero sí eres muy bonita.

—¿Me estás viendo en este momento? —Preguntó Irene, buscando alguna señal de la muchacha.

—Sí, —Respondió—estoy justo frente a ti.

La empresaria se quedó viendo al espacio vacío, sintiendo la presencia de la otra chica. De repente, vio una silueta formarse. Se quedó perpleja, esperando mientras el resto de Wendy se materializaba delante de ella.

Sus narices se rozaban ligeramente debido a la cercanía.

—Hola. —Murmuró Wendy.

Irene sonrió, alejándose un poco.

—Hola tú.

Era como tener a una persona viva, de carne y hueso, frente a ella. Si no fuese porque había aparecido de la nada, no le habría creído jamás.

Las dos chicas estuvieron varias horas conversando y conociéndose. Era raro, Irene aún no creía que Wendy fuese real, pero de todas formas quería saber más y más de la chica. La verdad era que hacía mucho tiempo no hablaba con nadie, además de su psicólogo y Joy. Tal vez esa era la razón por la cual había enloquecido.

 

 

 


¡Hooola! Para los que me conocen ya, pues volví después de que dije que tendría más tiempo en la U para escribir y bla bla bla, ¡mentira!

Para los que no saben quien soy, por favor tengan piedad, no escribo nada hace como un año literal y es mi primera vez con esta pareja. Había planeado que fuese un OS pero nunca planeo nada bien, sooo, ahora es algo así como una mini-historia. La he estado escribiendo como desde hace unos tres días o menos, así que espero terminarla en estos días que vienen. 

Es la 1:07am. Cualquier error en el formato se deba a ello probablemente. ¡Se agradacen los upvotes, suscripciones, comentarios!

Nos vemos. 

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Comments

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ReinaVashti
#1
Chapter 7: Estoy algo confundida pero el final simplemente me calmó, me ha gustado muchísimo tu fic y sí que me encantaría leer más trabajos tuyos^^
ReinaVashti
#2
Chapter 6: Ahhhhhhhhh! Nunca me había sentido así por un fic ay es demasiado estoy sorprendida y con esperanzas y las cortas de un tajo OMG sigamos
ReinaVashti
#3
Chapter 5: Esto fue sumamente triste y ah excelente elección de canciones ❤️ son de mis favoritas
ReinaVashti
#4
Chapter 4: Chales, se que está historia está terminada pero ojalá encuentren el modo de ser felices juntas
ReinaVashti
#5
Chapter 3: Esto es muy bello TuT
ReinaVashti
#6
Chapter 1: Me está encantando no es nada común<3
Favebolous #7
Chapter 6: Wendy vuelve a su cuerpo.
Favebolous #8
Chapter 5: ¿Se fue? No estoy llorando
Favebolous #9
Chapter 4: Esto es lindo
Favebolous #10
Chapter 3: ¿Mostrará Wendy su forma frente a Seulgi?