Capítulo 4

Comenzando de cero (spanish)

La verdad, la señora Kim era fantástica. Tan parlanchina y alegre. No es por quejarme, pero ojalá mi madre hubiera sido como ella, no me hubiera  presionado tanto como lo hizo y me hubiera apoyado en mis decisiones.

No se cuanto tiempo estuve en su casa, pero entre la conversación tan entretenida que llevábamos y lo deliciosa que era su comida, se me pasó el tiempo volando. Entre otras cosas hablamos de su familia, como conoció a su marido, de que trabaja y de sus hijos, el mayor, Mingyu, el que había visto esta mañana que tenía un año menos que yo y acababa de empezar la universidad, y la pequeña, Sohe, que tenía cuatro años menos que yo.

Llegó el momento en el que si comía más reventaba, así que, muy a mi pesar, tuve que parar.

“Lo siento mucho, la comida está riquísima, pero no puedo más."

“Más lo siento yo, que ha sobrado mucha comida. Por lo menos llévate un poco a casa."

“Eso no se lo puedo rechazar.” Las dos nos echamos a reír al unísono.

La señora Kim se levantó para recoger los platos y yo la seguí. La mujer estaba comenzando a meter las cosas en el lavavajillas de espaldas a mí cuando me habló.

“¿Seguro que no quieres nada más?¿Ni siquiera un café o un té?” ‘¿Por qué lo ha tenido que nombrar? Mi debilidad, el café’

“Un café estaría bien"

Terminó de meter las cosas en el lavavajillas y preparó un café para mi y un té para ella. A continuación, nos sentamos en el sofá para tomar las bebidas y seguir charlando.

“Me ha dicho de que trabaja su marido pero no me ha hablado de su propio trabajo”

“Yo soy escritora, no he escrito bestseller, pero es mi manera de realizarme”

“¡Oh! Nunca he conocido a un escritor. ¿Algún título que me pueda sonar?”

“Principalmente escribo poesía. Tal vez, Mar adentro, es del que he vendido más números.”

“Lo siento, no me suena, pero lo compraré y le prometo que me lo leeré.”

“¡Ay! Muchas gracias. Cuando lo tengas traelo y te lo firmaré.”

“¡Hecho!”

Sabía que se me olvidaba algo, pero no sabía el qué. De repente se me encendió la bombilla y lo supe.

“Esta mañana me ha dicho que las personas que habían estado en mi piso antes que yo no habían durado mucho tiempo y que me lo explicaría más tarde.”

“¡Es verdad! Se me había olvidado. Es interesante la situación.”

“¿Qué quiere decir con eso?”

“Déjame que te lo explique.  En este edificio vive la pandilla de amigos de mi hijo. Son… umm… ¿Cuántos son?... ¿12?... No, 13, son 13 chicos. Bastantes ¿Eh? Bueno, se conocieron en el instituto y en la universidad, varios si que vivían con sus familias en este edificio, pero después, poco a poco, todos han acabado viviendo aquí. “

“Como puedes suponer que vivan tan cerca significa que cada dos por tres uno va a casa del otro, se ven todos los días y siendo tantos no pasan precisamente desapercibidos. Por mucho que lo hemos intentado es imposible que sean menos ruidosos o que de vez en cuando creen algún problema. Por lo menos conseguimos deshacernos de la máquina de karaoke de Seokmin y obligarlos a salir del edificio para que montaran sus espectáculos.”

“Nosotros y el resto de vecinos ya nos hemos acostumbrado, pero parece ser bastante molesto para las personas que vienen nuevos aquí. También puede que alguna vez hubiera habido algún malentendido con alguno de los chicos y hubieran acabado mal, pero eso ya es diferente.”

‘Recapitulemos: en este edificio hay un grupo de chicos que son ruidosos y molestos. Son bastantes y han hecho que los anteriores inquilinos de mi piso se fueran nada más llegar. ¡Ahora tiene sentido por qué mi piso era tan barato!’

¡Clap!

La señora Kim me miraba con los ojos muy abiertos. Había dado una palmada delante de mi cara para sacarme de mi trance en el que me habían metido sin darme cuenta.

    “Lo siento, estaba procesando todo lo que me ha contado”

“Se lo que ahora mismo piensas. ¿Me va a pasar esto a mi también? ¿Me van a molestar y al final tendré que buscar otro piso? Yo solo te pido una cosa: dales un voto de confianza. Sí que han ocasionado problemas en el pasado, pero están madurando, ya no son los críos de antes y se comportarán mejor.”

Al menos se merecen eso, una oportunidad. Ni siquiera los conozco, bueno a algunos sí, pero quitando a Woozi, ninguno me ha dado todavía motivos para que me caiga mal.

    “No se preocupe, de momento no me han dado razones para mudarme”

De un salto, la señora Kim se abalanzó sobre mí y me abrazó fuertemente.

“¡Muchas gracias! Y si te comienzan a molestar, tu simplemente me lo dices y les echo una buena bronca. ¡Ya tienen edad para comportarse como adultos!”

“Jajajajaja. De acuerdo”

¡Ring!¡Ring! Era el teléfono de la señora Kim, la cual se levantó disparada y contestó la llamada con una sonrisa en su boca.

“Hola, amor. ¿Qué pasa?”

“¡¿Cómo?! Ahora mismo voy para allá. No tardo nada”

Corriendo la mujer se metió en un cuarto y salió con un bolso y una chaqueta.

“Lo siento, pero me había olvidado que tenía que recoger a mi hija al salir de clase para llevarla al médico. En la cocina he dejado un tupper con la comida que ha sobrado, llévatelo a casa y disfrútala. Nos vemos, Ale”

Salió después despavorida por la puerta, dejándome sola en su casa. No era cuestión de quedarme allí sin la presencia de la señora Kim, así que cogí la comida y salí del piso.

Como esta mañana se me había olvidado coger el correo baje a la planta baja por las escaleras para coger las cartas que había en mi buzón. Mientras sacaba la correspondencia note una presencia detrás de mí y me giré. Unos ojos casi invisibles y una amplia sonrisa me saludaron.

    “Hola Alexandra”

    “Hola. Tu eras… espera, lo tengo en la punta de la lengua. ¿Hoshi?”

    “¡Correcto!”

    “Que vergüenza, tu te acuerdas de mi nombre pero yo no del tuyo”

“No te preocupes, además, ¿cómo me iba a olvidar de un nombre tan bonito como el tuyo?”

‘Que calor hace aquí de repente’

Hoshi presionó el botón para llamar al ascensor y se volvió a girar hacia mi.

    “Veo que has conocido a la señora Kim”

    “¿Cómo?”

“El tupper. En épocas de exámenes ella y la señora Yoon preparan comida para los amigos de sus hijos para que no comamos mal si no tenemos tiempo para cocinar. Nos cuidan como nuestras propias madres.” Parecía que estuviera hablando de su propia madre, como un niño de primaria que presume de que su madre le ha puesto un dulce para el almuerzo.

El ascensor llegó y entramos los dos. Hoshi presionó el botón del número cinco y las puertas se cerraron. Las anteriores veces que había estado en este ascensor estaba sola por lo que no me había dado cuenta cuán pequeño era en realidad. Junto con Hoshi, que a mi lado era bastante alto en comparación sólo cabría una persona más, dos como mucho. La verdad era que agobiaba un poco la situación. A pesar de que cada uno estábamos pegados a las paredes, uno enfrente del otro para dejar el máximo hueco posible entre nosotros, seguía siendo sofocante, tan sólo con extender un poco el brazo podría tocarle. No soy claustrofóbica, pero el hecho de que fuera tan lento e hiciera tanto ruido el ascensor me alarmaba un poco.

    "¿Siempre va tan lento? Las veces anteriores creo que iba más rápido”

“Es viejo y de vez en cuando falla. Hace unos meses estuvo un mes estropeado. Imagínate subir y bajar todos los días un mes entero por las escaleras hasta un quinto piso. Al final nos pusimos en forma de tantas escaleras.”

En un momento toda la situación cambió. El ascensor se sacudió y se apagaron las luces sumergiéndose en la oscuridad. Cuando el ascensor se paró todo seguía a oscuras.

    “¡AAAAAAAAAAA! ¡¿Qué ha pasado?!”

    “Alexandra, ¿estás bien?”

    “Sí, ¿y tú?”

    “También, aunque no veo nada”

Noté un ligero roce en mi brazo y ante el inesperado tacto me sobresalte.

    “¡AAAAAAA!”

    “Tranquila soy yo” dijo Hoshi. Ahora su mano me cogía firmemente el brazo.

El agarre de la mano de hoshi no se soltó ante la siguiente sacudida del ascensor, que pareció que descendía. Esta vez aun se creó un mayor estruendo, el ascensor hizo más ruido y se sacudió aún más que la primera vez. Durante la sacudida algo cayó sobre mí, aplastándome contra la pared.

Cuando por fin se paró yo estaba con mi espalda pegada a la pared, una mano agarrando fuertemente las cartas y la otra la bolsa del tupper. Un cuerpo más grande que yo seguía aplastandome contra la pared del ascensor, la mano de Hoshi rodeando mi brazo y unos suaves y dulces labios besando mi mejilla.

 


 

Hola gente

¿Qué os ha parecido este capítulo? Dejarme vuestras opiniones en los comentarios.

A pesar de que tendría que estudiar, escribir antes de irme a dormir me relaja y me hace desconectar, así que puede que incluso suba más capítulos que antes.

Si preferís capítulos más largos o tenéis cualquier otra sugerencia sobre la historia contarmelo. Intentaré introducir todas recomendaciones que pueda.

¡Estar atentos al siguiente capítulo! ¡Aún queda mucha historia por contar!

B.

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Comments

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hoelang #1
Chapter 2: i like it