Ya eran las 8 de la noche. Habían pasado 3 horas desde que TaeYeon había dejado a Tiffany sola. TaeYeon  había olvidado por completo que dejó a su hermanastra sola a cargo de la tienda. Estaba demasiado ocupada jugando con sus amigas como para notar que el cielo se había oscurecido y sólo cuando Yuri y Yoona recibieron llamadas de sus padres, TaeYeon revisó la hora.

“Oye, ¿estás bien?, parece como si hubieras visto un fantasma”.

Yuri sonrió, “¿Estás temblando porque te gané dos veces seguidas, eh? TaeYeon resopló, obviamente tratando de ser cool mientras el pánico llegaba hasta sus oídos.

Actuó con indiferencia y caminó despacio hasta la salida junto a sus amigas para luego despedirse con la mano mientras cada uno se retiraba. Cuando Yuri y Yoona estuvieron fuera de su alcance, TaeYeon corrió como si estuviera en un partido de fútbol llevando la pelota hacia el arco del contrario. “¡Tiffany!”, gritó apenas entró a la vacía y obscura tienda. No estaba ahí. No estaba al fondo regando u organizando las flores por colores. Incluso el delantal  y el ramo de rosas habían desaparecido. TaeYeon cerró la tienda de la manera más rápida que pudo y  corrió por las calles.

 Con un cerebro como el de Tiffany, no había posibilidades de que estuviera muy lejos ni mucho menos  de que alguien la secuestrara. Corrió hacia cada tienda abierta que veía preguntando a los  vendedores  si habían visto a una chica idiota caminar cerca de aquellos lugares pero todos negaron con la cabeza. Cuando llegó a un cruce de caminos se detuvo por un instante para recuperar el aliento mientras se preguntaba si era mejor presentar un reporte de una persona desaparecida a la policía en el caso de que algo le hubiera pasado a Tiffany en lugar de perder el tiempo buscando en los lugares equivocados.

Apoyada en el poste de un teléfono y a tan sólo unos segundos de marcar el número de emergencia, TaeYeon vio a una chico más alta y estúpida al otro lado de la pista y permaneció quieta evitando llamar la atención de Tiffany para que así la tonta no cruzara la pista cuando el semáforo estaba en luz verde.

Cuando TaeYeon llegó al otro lado, notó que Tiffany estaba durmiendo en una banca con el ramo de rosas apoyado en su pecho. Alguien había pasado por su lado antes y le había puesto un periódico encima de la cara lo que hacía que luciera incluso más estúpida. Como si hubiera sido rechazada por un chico.

“Tiffany”, resopló, “¡TIFFANY!” Sobresaltada, se levantó de golpe para luego sobar sus ojos con una mano. Lucía muy felíz de ver a TaeYeon de nuevo. 

“¡T-TaeYeon!’’

 Sin embargo, su sonrisa desapareció de pronto cuando TaeYeon le dio una fuerte cachetada.

“TaeYeon…”, murmuró despacio mientras llevaba su mano a una de sus mejillas.

 “¡Te dije que te quedaras en la tienda!”, gritó fuerte haciendo que sus venas resaltaran cuando el enojo se apoderó de ella “¿Acaso eres estúpido o algo? ¿No me entiendes cuando te digo que te quedes en un solo lugar? ¿Y si te pasa algo?”  Luego todo sería su culpa.

Tiffany mordió su labio inferior y con cautela recogió el ramo de rosas que TaeYeon había