“¡Demonios, Es tarde!”

Eran las 7:10 am, el bus ya había pasado por el vecindario diez minutos antes y la primera campanada de la escuela estaba por sonar en veinte minutos lo que le dio tiempo a Taeyeon para alistarse e ir a toda prisa. Ella estaba, sin lugar a dudas, demasiado TARDE y no tenía a quién culpar más que a ella misma. Cerró sus cuadernos de forma violenta y movió ambas piernas hacia el otro lado de la cama.  Acto seguido, sus labios soltaron una cadena de insultos como en las viñetas de un cómic.

 Un fuerte “¡MIERDA!” se dejó oír cuando sus pies tocaron debajo a una especie de cuerpo muerto acostado en el piso y, al perder su balance, Taeyeon tambaleó dando pasos torpes lo que le costó mucho mantenerse firme en ambos pies.  Luego recordó que, Tiffany, su hermanastra había estado durmiendo justo al lado de su cama otra vez y no en la habitación de invitados como se le dijo.

Era inconveniente decir lo de menos. Taeyeon siempre “olvidaba” que Tiffany tenía el hábito de deslizarse  a su cuarto en las noches debido a las pesadillas que esta tenía y por eso muchas veces tropezaba con ella. Para ser honestos,  Taeyeon tenía más moretones en sus rodillas por tropezar con Tiffany que por jugar fútbol. Sin embargo, no importe cuánto desee que esa chica torpe permanezca fuera de su habitación, su madre nunca le diría algo “malo” a Tiffany.  

Ella siempre estaba de su lado, lo que incluso llevó a Taeyeon a cuestionarse de quién realmente  era madre. Siempre defendiéndola incluso cuando estaba claro que había hecho algo que no era correcto. Es cierto que fue terrible para Tiffany  perder  a su padre hace poco además de ser forzada a vivir con una idiota como éll pero Taeyeon no estaba de acuerdo. En esta situación, ELLA era la víctima al tener que lidiar con una retrasada pisándole los talones. Ya que, tener a una hermanastra con discapacidad mental era lo mismo a tener un creciente grano permanente en la mitad de su frente. Después de todo, Tiffany no era algo que se pueda ocultar de una manera fácil.

 “¡Mamá! ¡Tiffany está durmiendo en mi cuarto otra vez!” exclamó, sólo para darse cuenta que su mamá ya se había ido; ella tomó el trabajo de camarera para poder mantener a los tres. Tener un nuevo miembro en la familia había cambiado muchas cosas en la vida de Taeyeon. Al principio no pensó que tener una hermanastra sería tan malo hasta que se dio cuenta que la mentalidad de Tiffany era la de un niño y necesitaba tener una supervisión constante como para que no clavara un tenedor en un toma corriente  o se ahogara, por ejemplo.

Sin embargo, su familia no estaba en buenas condiciones económicas como para contratar a una niñera y Taeyeon tampoco tenía tiempo para cuidarla ya que tenía clases y prácticas de fútbol a las cuales asistir.  Los exámenes estaban cerca. Comenzaban en Noviembre y ya era Septiembre. Si no puede estudiar y entrar a una buena universidad, todo será culpa de Tiffany. Taeyeon estaba en el primer piso buscando comida en la nevera. Vio a Tiffany salir de la habitación y parecía como si un animal había hecho un nido en su cabello.

 “Oye, Tiffany, no tengo tiempo para prepararte nada así que come esto, ¿Está bien?”  Taeyeon le dio una manzana mientras que ella se preparó un sándwich de jamón.

Tiffany, después de todo, tampoco tenía la suficiente capacidad mental para discutir