“¡Hwang Mi-Young!” 
Tiffany fue despertada de su sueño profundo por una ruidosa voz masculina, su sueño fue interrumpido cuando ella estaba a punto de ser quemada por los ciudadanos que la acusaban de ser una bruja y una plaga. Ella se levanto de su cama frotándose sus ojos soñolientos. Quizás se había extralimitado mirando películas de terror anoche y su subconsciente estaba atorado en esas ideas. Ella estaba muy lejos de su ciudad en LA así que era imposible que un hombre poseído estuviera bombardeando afuera de su casa. Y estaba muy segura de que él no estaba ahí para preguntarle por una cita con otro fantasma. Ella se había graduado en esa clase de negocio gracias a su mejor amiga Sunny, quien la había convencido para que se mude a un apartamento en Seúl con ella. 
Ya hacia una semana que se había mudado al apartamento de Sunny. Los primeros dos días habían salido a explorar algunos de los lugares para familiarizarse antes de que Sunny volviera a LA para encargarse de unos negocios. Tiffany se había memorizado todos esos lugares para no perderse. Al día siguiente Sunny había partido y volvería dentro de un par de semanas así que ella se encontraba sola en el apartamento. Cualquiera podría decir que ella estaba “bendecida” porque podía ver y hablar con criaturas que no eran visibles para el mundo real – en pocas palabras ¡FANTASMAS!

-¡Hwang Mi-Young! – exclamo la ruidosa voz del hombre otra vez.
Ella abrió la puerta.
-¡¿Qué?! – espeto.
Sin importar que su cabello negro y largo le tapara casi toda la cara ya que ni siquiera se lo había peinado. Tampoco le importo estar vistiendo un trapo negro que la envolvía casi en su totalidad. Siempre vestía esa clase de ropa cuando quería jugar como una bruja haciendo una poción. La textura de esa ropa era tan delgada que le era cómoda para dormir. 
-¡OMG! – pareciera que el hombre hubiera sido mordido por una serpiente. Quedando boquiabierto y con los ojos muy abiertos – No te pareces a una princesa – parpadeo – Ni tampoco a un hada. –
-¡Loco! – Ella dijo irritada, fulminándolo con la mirada – ¿Quién eres? ¡Estas gritando como si fueras algún rey! ¡Interrumpiste mi sueño! ¡¿Quieres que te convierta en una cucaracha?¡ - dijo engañándolo, estaba segura que ese atractivo y molesto hombre se dejaría convencer por su engaño. 
Él dio un paso atrás.
-Eres una bruja. – 
-Lo soy. – dijo ella y sonrió maliciosamente. Quiso reír a carcajadas cuando lo vio tragar con fuerza. 
-S… Soy un amigo de Sunny. – Dijo él y levanto sus manos como si fuera alguna clase de criminal – No me hagas nada ¿Está bien? No me gustaría ser una cucaracha. No era mi intención interrumpir tu sueño. Perdón. Sunny me dijo que para que me atendieras debía gritar tu nombre completo. – 
-Agh… Lee Soon-Kyu. – di