Al principio fue un beso suave y tierno, pero luego HJ comenzó a mover sus labios desesperadamente. Jun, quizá de forma involuntaria, correspondía a su beso. HJ seguía besándolo apasionadamente cuando de repente utiliza una mano para acariciar a Jun, su mano bajó de su cara, a su pecho, hasta su cintura. Al estar a punto de acariciar aún más abajo, Jun lo empujó, tirándolo al suelo.

- “¿PERO QUE… MIERDA ESTAS HACIENDO? ¿QUE TE PASA? ¿ESTÁS LOCO?”

- “Quizá lo estoy… ya no me importa, tal vez estando loco mis padres se convenzan de que no pueden controlarme y me dejen en paz, me dejen estar con la persona que quiero…”

HJ, con su dedo índice, señaló hacia la dirección de Jun. Éste, muy inocentemente miró hacia atrás (pensando que había alguien más en la habitación), pero al ver que no había nadie, no pudo creerlo.

- “Si, tu, idiota. ¿No me digas que no te habías dado cuenta?”

- “Yo… ehh… creí que te gustaban las mujeres”.

- “Si me gustan, tonto. Pero el amor es otra cosa… Ahhh, ¿por qué estoy hablando de esto con un tonto como tú? ¡¡No entiendes nada!! ¡Qué molesto eres!”

- “¿Quieres que me vaya?”

- “¡NO! No. ¿Cuándo dije que te fueras? ¿Viniste a sacarme de quicio? Porque lo estás logrando”.

Jun ni siquiera podía mantener contacto visual con su hyung. Estaba muy avergonzado y por eso propuso irse, aunque realmente no quería hacerlo.

- “¡Quédate!”

- “¿Para qué?”

- “Necesitamos hablar”.

- “Ya dijiste suficiente”.

- “No es así. No sabes nada”.

- “No quiero saber”.

- “Junnie-ah, ya no eres conmigo como antes”.

- “¿Y qué esperabas? Me abandonaste. Te olvidaste de mí mientras yo seguía como tonto esperándote. Y ahora, como las cosas van mal con las chicas, te presentas de repente, me llevas a tu habitación e intentas convencerme con un retorcido cuento de… amor. ¿Quién crees que soy?”

- “Junnie, todo este tiempo no he dejado de pensar en ti. Realmente no he estado con nadie desde que me fui y eso es todo culpa tuya”.

 - “Ja, ahora soy el culpable”.

- “¿Por qué lo estás haciendo todo tan difícil?”

- “Porque no es esta la manera en que quería verte. Quería que fuera diferente. Y si te ibas a … confesar… y a hacer… eso… debiste haberlo hecho estando sobrio”.

- “Tienes razón. Pero, ¿sabes el coraje que se requiere para confesar que eres gay? ¿Y más cuando la persona que amas está frente a ti?”

- “¡YA CÁLLATE!” Jun estaba del color de un tomate.

- “¿Te quedarás?”

- “Si te callas”.

- “Aún hay cosas que tengo que decirte”.

- “No quiero saber”.

- “Junnie…”

- “¡Basta!”

De repente, suena el celular de HJ.

- “¿Qué pasa? … ¿Ah sí? … Mierda… Gracias por avisarme”

- “¿Qué ocurre, hyung?”

- “Solo era mi chofer… Junnie-ah, te tienes que ir”.

- “Y acababas de decirme que me quedara…”

- “Lo sé, pero… ahora no hay tiempo para explicar. Vete, por favor. Sal por aquí, esta es la puerta trasera”.

- “¿Por qué tengo que salir por ahí? ¿Qué pasa?”

- “Ya te explicaré, por ahora solo vete. Y gracias por venir. Me alegró mucho verte de nuevo”.

Jun ni siquiera tuvo tiempo de responderle cuando HJ cerró rápidamente la puerta de la salida trasera. Jun no sabía si sentirse feliz de verlo de nuevo, o avergonzado por la confesión y el beso, o entristecido por verlo tan ebrio y mal trecho, o enfadado por sus acciones finales. El pobre Jun era un desorden de pensamientos en ese momento. No le agradaba la idea de dejar a su hyung así y, además, parecía preocupado después de recibir esa llamada. Su cabeza le decía que debía irse, pero su corazón y cuerpo le hicieron actuar de otra forma. “Un rato más”, decía para sí mismo. Así que permaneció escondido en silencio detrás de la puerta trasera, solo un poco más…