El Inicio
Giros del Destino
Una tarde. Era una hermosa tarde de verano, un suave viento pasaba por las calles calurosas de Corea del Sur en las que se podía ver un constante tráfico de personas y gente con bebidas heladas en la mano y lentes de sol, conversaciones entrecortadas por risas, música a alto volumen, gente apurada para poder llegar de su almuerzo a su trabajo nuevamente. Era una hermosa tarde de verano, una común a decir verdad.
Sin embargo, dos personas yacían inmersas en su propio imaginario, rodeadas de aquél agitado mundo. Dos personas que habían sido mejores amigos desde el primer día de clases en la que uno muy contento al ver la soledad del otro se le había acercado con la conveniente frase de: “Hey ¿Cómo te llamas? ¿Quieres ser mi mejor amigo?”; dos personas que a pesar de las peleas y sus desavenencias habían permanecido juntas hasta el final, y ahora… Pues ahora yacían en aquél bus, observando aquella hermosa y movida tarde de verano, rumbo a su futuro.
Habían planeado tantas cosas al terminar el colegio, y ahora era el momento de hacerlas realidad, juntos, tal y como lo habían sentenciado.
“¡Yah, suéltame, suéltame!” El joven de las enormes mejillas exclamaba con una sonrisa enorme y con los ojos cerrados muy emocionado a lo que movía sus brazos intentando quitar las manos que su mejor amigo tenía en su cara, las cuales apachurraban dichas mejillas en aquella forma tan infantil.
“¡En la Universidad nadie creerá que tienes 20, MinSeok!” Exclamó el otro chico de los lentes de carey negros mientras soltaba las mejillas de su compañero.
“¡Pues que lo crean o no, no importa! Además, yo soy tu hyung ¡Respetadme!” Exclamó con un acento español el chico de los cabellos algo rojizos y levantados mientras llevaba sus manos a sus rojizas mejillas y las frotaba despacio. “Eres un mal mejor amigo, JongDae.”
“¡Chen, ya te dije que me llames Chen!” Exclamó el otro mientras emocionado se acomodaba aquella camiseta de mangas cortas y las remangaba hasta que éstas asemejasen no tener las mis
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