7- 일곱

You Touch My Heart

 

Sungyeol’s POV

 

El día anterior había estado de compras con Woohyun. Le había pedido que me aconsejara sobre el estilo que más me pegaría en cada ocasión, ya que últimamente la gente se fijaba mucho en eso, lo que había hecho que nosotros le diéramos más importancia a nuestra apariencia. A pesar de eso, ese día solo compré un par de camisetas y unos pantalones, que combinarían perfectamente. Después estuvimos echando un vistazo por las tiendas que nos faltaban, mientras procurábamos no ser descubiertos.

“Sungyeol-ah, tengo que ir al baño. Espérame y no te vayas a ir sin mi ¿eh?” me dijo Woohyun mientras me tendía la bolsa que llevaba en la mano con las cosas que él había comprado, y se alejaba por el pasillo.

“No me iré, aunque podría hacerlo, ya tengo lo que quería” levanté en el aire la bolsa que me había dado y  obtuve una risa y un chasquido de lengua por su parte.

Caminé por ese mismo pasillo mientras le esperaba, y tras unos pasos me detuve delante de una joyería, pensando que podría encontrar algún otro pendiente que me gustara. Sin pensarlo dos veces entré y estuve mirando el muestrario mientras notaba como las clientas cuchicheaban algo sobre mi a mis espaldas, lo que me hizo esbozar una sonrisa para mi mismo, ya que el hecho de que me reconocieran siempre me subía el ánimo. Cuando estaba a punto de salir por la puerta me fijé en un par de pendientes con forma de una especie de gato. No sé por qué no pensé en mí, sino que inmediatamente me vino a la mente el rostro de Sueji, serían perfectos para ella. Quizás me quedé mirándolos demasiado tiempo, ya que la dependienta vino a preguntarme.

“Creo que esos son muy bonitos. ¿Está buscando algo para alguna mujer?” me dijo, lo que me dejó parado. “Ah…No, esto…sí, son para mi hermana.” Aunque me sentí estúpido cuando la mujer se rio por lo bajo, y caí en que el hecho de que yo no tuviera ninguna hermana no era algo que la gente no pudiera saber.

Ni siquiera había pensado en la opción de comprarlos, pero entonces me acordé de que ella misma me había dicho que su cumpleaños sería pronto. Lo hice casi sin pensar, y cuando me quise dar cuenta ya estaba saliendo de la tienda con los pendientes en una bolsa. En ese momento vi a Woohyun llegar por el pasillo, y sin dudarlo metí la pequeña bolsa que contenía la caja de los pendientes en la otra más grande para que Woohyun no los viera. No es como si hubiera querido ocultárselo, pero no quería que nadie lo malinterpretara y me preguntara acerca de qué intenciones tenía al comprarle algo así a una chica.

“Hyung, ¿no has tardado demasiado?” apunté, haciendo como si nada hubiera pasado.

“Me han parado por el camino. Y también me he perdido y al final he bajado al segundo piso” dijo mientras tomaba la bolsa de vuelta, riéndose como había hecho nada más irse. Entonces nos dispusimos a volver a casa.

 

La mañana del día siguiente todos teníamos cosas que hacer. Yo, concretamente, había ido a encontrarme a algunos amigos a los que no había podido ver en un tiempo bastante largo. Cuando volvía me acordé de que Myungsoo estaría solo en casa ese día, así que me di algo de prisa al sentirme culpable de que tuviera que comer solo, no tenía ni idea de cocinar y siempre acababa preparando comida rápida.

“Myungsoo-ah, espero que todavía no hayas comido” grité nada más abrir la puerta, cerrándola tras de mi con la cara de póker que se me debió quedar al darme cuenta de que no estaba solo. ¿Qué hacía allí Sueji, con Myungsoo? Era la persona que menos me esperaba encontrar ese día, y en ese lugar, en mi casa. Parecía como si, después de una semana sin vernos, hubiera leído mis pensamientos del día anterior y hubiera aparecido justo al día siguiente.

 

**

Sungyeol vio que Myungsoo y Sueji estaban acabando de comer, algo que con total seguridad no había cocinado su amigo.

Debieron de notar la expresión de sorpresa del chico, ya que ambos rieron a la vez. Mientras este acababa de descalzarse, se fijó en Myungsoo, que parecía más feliz de lo normal, algo de lo que él mismo probablemente no se habría dado cuenta, pero que el mayor, que lo conocía tanto, había notado en seguida.

“Has llegado pronto, hyung. ¿Quieres comer? Hay para una persona más” le dijo Myungsoo cuando acabó de tragar.

“Eh…sí, la verdad es que hace un rato que tengo hambre. Y eso tiene muy buena pinta. Ha sido obra tuya, ¿verdad, Sueji-ah? Dijo mirando a la chica mientras volvía de la cocina para sentarse junto a ellos y se servía él mismo en el plato que había cogido.

“Ah, sí, pero no es de mis mejores platos, aún estoy aprendiendo de Fei-unnie.” Contestó ella sonriéndole al sentirse alabada.

“La próxima vez seré yo mismo quién te invite, te lo diré por un mensaje. Que echamos de menos comer así de bien” rio cálidamente, y los otros dos le acompañaron.

“Al final vas a gastar todo tu sueldo en mandarme mensajes, Sungyeol-sshi.”

Entonces Myungsoo le dedicó una mirada de extrañamiento al menor sin que este se percatara de ello, al escuchar esa frase que había dado a entender que se comunicaban por mensajes a menudo. Entonces sintió una breve punzada de celos, pero intentó disipar esos sentimientos y apartó la vista de ambos hacia el plato del que estaba comiendo.

Tras ese momento, durante el rato que estuvieron juntos hasta que llegaran los demás, Sungyeol y Sueji se perdieron en una conversación en la que Myungsoo se empezó a sentir una molestia. Sin quererlo, ninguno de los dos parecía haberse dado cuenta de que el chico no había querido pronunciar palabra desde hacía un rato.

Después de un rato, a Myungsoo le pareció que el sonido de las llaves abriendo la puerta le había salvado. Los demás chicos entraron por esta, ya que se habían encontrado nada más llegar. También se quedaron totalmente sorprendidos de ver a Sueji allí, pero esta se levantó al instante, y después les hizo unas cuantas reverencias.

“Oh, ¡me alegro de veros a todos de nuevo! Disculpad las molestias, yo ya me iba” anunció. Después de eso, se giró hacia Myungsoo y sin que este se lo esperara para nada, le dedicó una sonrisa de agradecimiento.

“Gracias por invitarme hoy, Myungsoo-sshi. Estaré encantada de cocinar para vosotros cuando queráis” bromeó, mirando esta vez a Sungyeol también. “Venid todos a casa la próxima vez ¿ah?”

Sus compañeros no preguntaron nada ante eso, sino que despidieron a la chica efusivamente, esperando a que esta se fuera para interrogar a los dos a los que habían encontrado allí con ella.

 

“¿La habéis invitado vosotros?” preguntó Hoya, mirando a Sungyeol, a lo que este  contestó señalando a Myungsoo con el dedo, como exculpándose. Entonces las miradas se dirigieron a él.

Myungsoo no quería revelar el pequeño ‘secreto’ que tenía con la chica, aunque ninguno de los dos hubiera lo hubiera acordado así. Se sentía bien pensando que había algo que solo ellos dos sabían.

“Eh…Bueno, se había perdido por el barrio y ha llamado a casa…porque no conocía a nadie más por aquí.”

Al parecer, después de unas cuantas bromas acerca del asunto, a sus compañeros no les hicieron falta más explicaciones, al ver la expresión seria del chico al dar la respuesta para creerse lo que este les había dicho.

 

Esa noche, cuando todos estaban dispuestos a dormir ya en sus respectivas camas, Sungyeol cogió el móvil de la mesita, como de costumbre, y estuvo pensando en cómo podría sugerirle una cita a Sueji. Estaba claro que no sería una cita en ese sentido, solo quería quedar con ella un día, y poder darle lo que le había comprado el día anterior. Y no tenía mucho tiempo para ello, ya que no faltaban muchos días para su cumpleaños, y no quería esperarse a después, para que a ella le pillara por sorpresa.

“Sueji-ah ¡Cuánto tiempo! ᄏᄏᄏ. Estos días hace mucho calor. ¿Qué tal si salimos a tomar un helado? Yo invito, y cualquier día me viene bien.” Escribió.

Esperó un rato, mientras sujetaba el móvil con algo más de fuerza de la normal, inconscientemente nervioso. Hasta que notó vibrar el móvil y esbozó una sonrisa, tranquilizándose al momento al leer la pantalla. 

“¡Claro! El fin de semana ¿te viene bien? Si es así, te espero el sábado a las 11 en Myeongdong ¿ah? Fighting con el calor y buenas noches, Sungyeol-sshi.”

Dejó el móvil de nuevo en la mesita,  y se durmió pensando en lo mucho que, sin quererlo, deseaba que lo mirara con esa expresión de gran alegría que ella solía mostrar, al darle el pequeño regalo.

 

****

“Y el ganador de hoy es…” anunció Min mientras todos miraban atentos las pantallas que mostraban las puntuaciones de los artistas que habían actuado ese día. “… ¡Huh Gak! ¡Muchas felicidades!”

 

Min se iba despidiendo del equipo y de los demás idols que llenaban los pasillos del backstage del “Mcountdown!” después del programa de ese día, a medida que caminaba hacia el camerino para recoger sus cosas. Estaba demasiado cansada, ya que había vuelto de China con sus compañeras hacía apenas unas horas y se había enterado de que la habían invitado como MC ese día nada más había bajado del avión. No le costaba mostrarse alegre frente a las cámaras, ya que se comportaba casi con total naturalidad, pero ese día le había costado algo más que de costumbre mostrar una sonrisa delante de estas. Suspiró de alivio al cruzar la puerta del camerino que dejó abierta, apoyándose en la pared para cerrar los ojos apenas unos segundos, y después se dirigió al armario del fondo, situado al lado de la puerta que comunicaba con otro de los camerinos, que también permanecía abierta. Se escuchaban voces y ruido por ambos lados, algo que a Min, debido a lo agotada que estaba, le parecía un auténtico escándalo que le embotaba la cabeza.

Abrió la puerta del armario, y comprobó que este se seguía tambaleando. Lo habían arreglado no hace mucho, pero pensó que tendrían que renovar pronto algunos de los muebles. Vio el montón de bolsos que se había guardado ahí, y que pertenecerían a las idols de otros grupos femeninos. Divisó el suyo en la estantería de arriba, aunque le bastaba ponerse de puntillas para llegar a esta. Sin embargo, no consiguió llegar al alzar la mano la primera vez, y apoyó un pie en un acto instintivo en la base del armario, para poder alcanzarlo. En ese mismo momento, notó como una sensación de mareo la inundaba completamente y perdía el equilibrio, quizás llevaba demasiadas horas sin descansar. Retrocedió hacia atrás y eso hizo que su pie hiciera fuerza en esa dirección también. Por unos breves segundos, vio como aquel armario lleno de bolsos se le venía encima, sin poder hacer nada para evitarlo. También le dio tiempo a ver que una figura que no había terminado de reconocer, esta vez humana, corría hacia ella rápidamente para sujetar su cintura mientras cubría el espacio entre ella y el armario, aguantando su peso difícilmente con la otra mano para evitar que este cayera del todo. La escena apenas duró un par de segundos, pero a Min le pareció eterna. Cuando abrió los ojos que había cerrado por el miedo, vio el rostro de Hoya, al que le había dado el tiempo justo para reaccionar ante la situación al pasar por la puerta en ese mismo momento. El chico parecía que también se acababa de recuperar del susto, y la soltó, después de un “¡Ay!” acompañado de una mueca de dolor cuando uno de los bolsos que faltaban por caer le dio en la cabeza. Cuando consiguió volver a poner el armario vacío en su sitio, se giró hacia Min, que se había apoyado en el sofá que tenía detrás para no caerse.

“¿Estás bien?” No deberían dejar que la gente siguiera utilizando estos armarios…en cualquier momento puede haber un accidente.” Preguntó Hoya a la chica, que lo miraba atónita.

“… ¿Howon-Oppa?...Oh, gracias… Pensé que se me iba a venir encima. ¿Y tú? ¿Estás bien?” Contestó ella algo avergonzada de haber tenido que ser salvada, mientras dirigía la vista a su nuca.

“Me alegro de que no hayas resultado herida, dongsaeng. Y…Bueno, llámame Hoya, no me gusta mucho que me llamen así, no hagas caso cuando lo hagan los de mi grupo. Sí, al menos ha sido solo el bolso” Y rio levemente de forma natural, como si lo anterior no hubiera pasado.

“Igualmente, muchas gracias… ¿Cómo podría compensártelo? ¿Qué tal si dejas que te compre bibimbap mañana para comer? Aigo… De verdad me gustaría agradecértelo de alguna forma.” Dijo ella en seguida, casi más en una afirmación que en una pregunta.

Él se lo pensó unos segundos antes de asentir, no quería hacer que la chica tuviera que sentirse culpable. No estaba seguro de si quién lo había pasado peor en aquel momento. La sola idea de que hubiera resultado dañada le había asustado tanto como para reaccionar con la mayor rapidez. No le importaba lo más mínimo que se lo recompensara. Pero también así volvería a verla, por tanto, aceptó la sugerencia.

 

Todo porque había sentido otra vez esa extraña sensación. A esas alturas, pensaba que ya no encontraría  ninguna mujer que pudiera compenetrarse con él, alguien cuyo carácter encajara con el suyo, que tenía ciertos puntos que no todas las chicas con las que había salido, habían sabido comprender. Hacía tiempo que no miraba a las mujeres en ese sentido, se había centrado en cumplir su sueño nada más convertirse en trainee, y se había olvidado de lo que solo le había producido decepciones. Pero apenas unos meses antes había aparecido ella. Con nada más verla supo que era demasiado parecida a él como para ser tan solo una coincidencia. Había sentido la necesidad de acercarse a ella mejor, pero tenía que superar esa timidez suya para entablar amistad con las personas, y que incluso en raras ocasiones, seguía teniendo con sus compañeros. No era timidez en sí, sino que no era propenso a hablar demasiado en ciertos momentos, y eso no le había ayudado precisamente. Así, llegado el momento, podría comprobar la corazonada que había tenido al principio, que ella podría llegar a entender el humor especial que él poseía.

 

“Mira, incluso te has despeinado.”

Se tragó su propio corte para acercarse apenas unos pasos a la chica y posar los dedos en su pelo, pasando dos de ellos por su flequillo mientras pronunciaba aquella frase.

Un segundo después volvió a apartarse y le dedicó otra sonrisa antes de dejar a la menor con la palabra en la boca, viendo como salía por la puerta, y fijándose en que ni siquiera había tenido tiempo para cambiarse la ropa de la actuación del comeback cuando todos lo habían hecho ya, pero a él parecía no haberle importado. Y no pudo hacer otra cosa sino quedarse allí parada mientras sentía que el rubor aparecía en sus mejillas durante una milésima de segundo.

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Creo que el siguiente capítulo tardará bastante ;_; Mianhae~, pero la inspiración huye de mi, tsk. Espero poder escribirlo pronto. Si alguien tiene alguna sugerencia, estaré encantada de escucharla :D

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Comments

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LoveCorea
#1
Diooooooos un MyungZy y en españooool!! Siii! Jaja c:
suzysugus #2
Hahaha. Muchas gracias a todos por leerlo y comentar! ;3; Prometo colgar el próximo capítulo pronto, ¡espero que os guste!
daiana- #3
la verdad, estuvo muy interesante !!! te sigo a full !
espero el próximo. :)
Seungmi_Lynn
#4
fue tan linda la escena de Myungsoo observando a Suzy mientras ella cocinaba :') esas escenas simples siempre suelen ser las mas hermosas >///< espero que a Myungsoo se le cumpla el deseo de cocinar para Suzy ♥ wooo!! me encantaría que Sunggyu quedara con Fei <3 quisiera escribir muuuchas cosas, pero tengo que estudiar mucho <.< *aun así esta en AFF* lol esperare con ansias el siguiente capitulo :D
daiana- #5
vaya! que mala pasada, jajajja!!!
daiana- #6
cada vez mejor!!! gracias por subir los caps!!
espero los siguientes! :)!
Seungmi_Lynn
#7
que Min no se quede con nadie lol ni para Woohyun ni para Hoya xD Sungjong no fue al karaoke? o.o // ahhh que lindo haber encontrado algún fic Myungzy en español por aquí :') y me gusta la historia ^o^
estaré esperando el siguiente capitulo :D
suarish #8
¡Oh, sí! Un fic en español, por fin jajajaj Me gusta mucho esta pareja y más si los caracterizas como en la realidad *W* Justo lo que buscaba ^^

Te leo <33
daiana- #9
Que bueno!! Jajaja,pobre suzy !en cuanto puedas subi otro
capitulo que lo estare esperando. Bye ;)