Sungyeol se pasó toda la mañana con el móvil del bolsillo a la mano y de la mano al bolsillo. Le había mandado el mensaje a Sueji la noche anterior sin esperar una respuesta, pero se había decepcionado cuando vio que no había recibido ninguna. “Como si fuera a contestarme al día siguiente…” pensó, y estaba a punto de guardarlo definitivamente cuando este sonó. “Sungyeol-sshi, ¿mucho trabajo? Descansa y ánimo con los ensayos~ Nos vemos” leyó de la pantalla para sí mismo, sin poder evitar dibujar al mismo tiempo una amplia sonrisa en el rostro. Al menos ahora sabía que no estaba evitándole ni nada por el estilo.

“Demasiado~ solo quiero dormir, ᅲᅳ ᅲ. Gracias a tus ánimos tendré un mejor día, haha”  Le dio el tiempo justo para contestarle antes de que una de las estilistas le llamase para acabar de retocarle el maquillaje para la actuación. Entonces se encontró con Myungsoo, que había acabado de arreglarse y andaba por el pasillo en la dirección contraria.

“Espera, hyung. Esto…tú tienes el número de móvil de Sueji, ¿verdad? Se me olvidó pedírselo el otro día, pensé que me lo podrías dar” le dijo, parándole en mitad del pasillo antes de que pasara de largo.

“Oh…claro, claro” Sacó el móvil, pero en el fondo y sin saber por qué, estaba algo molesto por el hecho de que el número que le había pedido hubiera sido el de ella. Aunque se preguntó al momento por qué se había mosqueado con eso, ya que no tenía razones para ello. También el porqué de que ellos dos no se hubieran intercambiado los números como habían hecho todos los demás. Acabó de teclear él mismo el número en el móvil de Myungsoo y se lo devolvió, recibiendo una gran sonrisa de este y una palmada en la espalda de agradecimiento, para después verlo desaparecer por el pasillo.

Sueji tenía esa mañana libre, y había salido a comprar algunas cosas al supermercado de la zona por dónde vivían. Era una suerte que no hubiera mucha gente a esa hora, así que podría hacer el camino de ida y vuelta tranquilamente, sin tener que preocuparse por las cámaras o los fans que normalmente la seguían. Nada más cerrar la puerta de casa,  notó que el móvil vibraba. Lo sacó y vio que era otro mensaje de Sungyeol. Se acordó de que ellos todavía no habían acabado las promociones, y le respondió deseándole suerte en la actuación, aconsejándole también que saliera con una gorra a la calle como había hecho ella, para no pasar tanto calor.

Acabó de pagar y salió del supermercado con una bolsa en cada mano, cuando notó como alguien le cogía una de ellas desde atrás. Se giró rápidamente dispuesta a salir corriendo detrás de quien fuera, pero se quedó parada al ver una cara familiar que le sonreía mientras agarraba la bolsa con firmeza. No se esperaba ver a Myungsoo ese día, pero agradeció que fuera él.

“¿Qué haces tú aquí?” dijo ella, aún sorprendida.

“Lo dices como si te molestara verme” le respondió él, riendo entre dientes mientras empezaba a caminar en dirección a la casa de esta, antes de que ella pudiera responder. “Es por allí, ¿no?” preguntó, señalando hacia el frente. “Te ayudaré a llevar esto.”

“¿Eh? No, no” Sueji negó un poco apurada ante la primera frase de él. “Pero vuestro piso está más lejos, ¿no?” añadió rápidamente mientras le miraba con curiosidad, reaccionando tarde para empezar a andar, y así tener que dar un par de pasos largos que la hicieron quedar a su lado de nuevo.

“Sí, pero...bueno” Myungsoo se llevó la mano libre a la nuca para frotarse ligeramente esta con los dedos, dudando unos segundos en si debía revelar o no la respuesta a la pregunta de ella. Finalmente, apartó la vista del frente y la miró a ella para contestarle “Hum…verás, me han pedido que haga una audición para participar en una serie, y he tenido que venir corriendo del Inkigayo. Pero de momento ni siquiera está confirmado y solo lo sabemos nosotros…así que no puedes decir nada ¿vale?” apartó la mano de su propia nuca para llevarse el dedo índice a los labios ligeramente estirados en una sonrisa.

Ella hizo como si cerrara su propia boca con una cremallera tras asentir efusivamente. “Será un secreto. Además, así podré chantajearte si quiero que hagas alguna cosa por mi” rio ante la respuesta, para después agitar la mano que tenía libre en el aire para indicarle que se trataba de una broma, por si él se molestaba al  no sentirse con la suficiente confianza entre ellos para hacerse bromas de ese tipo. Sin embargo, a él pareció no importarle para nada, y rio incluso más que ella, haciéndola sentir más cómoda.

Llegaron hasta su puerta, donde Myungsoo le tendió de vuelta la bolsa a Sueji, y antes de que esta entrara al edificio le dijo “Ah, por cierto…Le pedí tu número a Sungyeol esta mañana. Si hubiera sabido que te iba a ver te lo habría pedido ahora”

“¡Oh! Tendría que habértelo dado el día del karaoke. Hay que estar comunicados desde el primer día ¿no?” le dedicó una sonrisa de complicidad, ya que ambos sabían que ese no fue el primer día que se habían visto, pero los dos estaban más cómodos imaginando que sí. Myungsoo se sintió aliviado por la respuesta de la chica, y después se despidió de ella alegremente, no sin antes escucharla alzar algo la voz para recordarle que le mandara un mensaje más tarde, ya que ahora era él el único de ellos que sabía el número del otro.

Myungsoo se pasó la tarde pensando en qué debía ponerle en el mensaje. Bastaba un simple saludo para que ella se apuntara el número, pero no quería que pensara que era soso, pero tampoco que era un pesado si le escribía algo demasiado largo. O demasiado brusco. “Seguramente ella no se fijará en eso…” pensó, después de haber tecleado y borrado varias veces lo que estaba poniendo. Al final escribió “Sueji-sshi, soy Myungsoo. Ten un buen día” y lo envió sin pensárselo demasiado. “Myungsoo… ¿De verdad has estado toda la tarde para ese mensaje tan cutre? Ash…de verdad eres estúpido” pensó mientras guardaba el móvil con un pequeño bufido, y se levantó de la cama para encontrarse con los demás miembros para cenar.

Ellos ya estaban sentados alrededor de los platos que habían conseguido preparar Woohyun y Sungjong. Myungsoo agradeció que no se lo hubieran pedido a él, ya que no tenía ni idea de la cocina, y prefería comprar platos precocinados, o comer en restaurantes antes que aprender a cocinar por él mismo, ya que las veces que lo había intentado se le había dado realmente mal.

Cuando él entró estaban hablando sobre el drama que estaban viendo en la televisión en ese momento.

“Ella actúa bien, él… su personaje no está mal” dijo Sungjong antes de llevarse a la boca un trozo del pollo frito que habían preparado.

“Pero no deberían acabar juntos, se supone que es un drama trágico” comentó Hoya, levantando después la vista hacia Myungsoo, que preguntó mientras se sentaba junto a Sungyeol:

“¿De qué os quejáis?”

“Como no venías, íbamos a repartirnos tu cena, qué lástima” le contestó Sungyeol riendo, con la boca medio llena, y le dio un par de palmaditas en la rodilla.

En ese momento sonó un móvil. Todos se giraron hacia Woohyun, ya que conocían el tono de llamada. Este sonrió sin que los demás supieran por qué, nada más mirar la pantalla, y descolgó para contestar.

“¿Sí? Oh, Min-sshi... ¿Quedar otra vez? Claro, claro, cuándo tú quieras…Perfecto, mañana es nuestro ‘día libre’ así que tenemos todo el tiempo del mundo…No te preocupes dongsaeng, annyeong”

Cuando colgó, todos estaban expectantes, esperando que Woohyun les contara el porqué de esa llamada. Este esbozó una gran sonrisa de satisfacción y les dejó unos segundos con la intriga hasta que finalmente dijo,

“Mañana…tengo, digamos…una cita. ¡Adivinad con quién!” dijo con un tono de voz totalmente emocionado.

“Hyung, no es muy difícil, has dicho su nombre nada más empezar la conversación” contestó el maknae, añadiendo, “Min noona ¡¿a que sí?!”

Woohyun levantó los dedos de una mano en forma de “V” para hacer el símbolo de la victoria, mientras los demás empezaron a armar jaleo diciendo cosas como “Bah, ¡no es posible, no mientas!” y el líder le daba un par de palmadas en la espalda en forma de enhorabuena, antes de seguir de nuevo con la cena.

Al día siguiente, Woohyun tardó algo más de lo habitual en vestirse y arreglarse para la “cita” de la tarde. A pesar de eso, llegó algo pronto al lugar donde habían quedado, y se sentó en uno de los bancos de la plaza para esperar, equipado con gorro y gafas de sol para evitar que la gente se le quedara mirando.

Un rato más tarde vio aparecer a Min a lo lejos, pero se quedó un poco paralizado al darse cuenta de que no iba sola. Iba hablando con Fei, mientras que Jia y Sueji se arreglaban el flequillo la una a la otra mientras se dirigían hacia donde estaba él. Este tragó saliva al sentirse algo apurado y se levantó del banco para hacer una reverencia a modo de saludo. Las chicas se quedaron algo paradas, pero ninguna se atrevía a preguntar por qué estaba él allí solo.

Woohyun deseó por un momento que la tierra se lo tragara, ya que no podía estar más avergonzado. Había interpretado las palabras de Min como una cita en la que estarían ellos solos, cuando ella había sugerido el encuentro de los dos grupos de nuevo, solo que ella había decidido llamar a Woohyun por la misma razón por la que él había llamado a Jia la vez anterior.

“Esto…yo…” y antes de que le diera tiempo a inventarse una excusa creíble para no quedar mal delante de ellas, Jia, que se había dado cuenta de la situación, le interrumpió.

“Ah, Min, después de que tú hablaras con él yo le llamé para que quedáramos a solas algún día…solo que no nos dimos cuenta de que hoy ya teníamos planes. Él me dijo que iba a avisar a sus compañeros, pero a mi se me olvidó por completo decíroslo a vosotras…Lo siento mucho, de verdad…” Jia hizo un par de reverencias de disculpa a sus compañeras,  mientras Woohyun la miraba totalmente pasmado, y con un gran alivio porque la chica lo había sacado rápidamente del apuro.

Las tres asintieron en señal de comprensión, sintiéndose incluso mal por haber estropeado la supuesta cita de Jia y Woohyun.

“Aaah, ah… Oh, unnie no pasa nada, un despiste lo tiene cualquiera. Sentimos haber molestado entonces…vaya, qué malentendido. Nosotras nos vamos entonces. Nos vemos, Woohyun-sshi” Min se despidió con la mano, mientras Fei y Sueji la imitaban para darse la vuelta e irse rápidamente dejando allí a Jia con Woohyun.

Se quedaron un momento en silencio en el que Woohyun se había quedado mirando como las tres chicas se daban prisa para abandonar el lugar, viendo desde lejos como Fei le daba un pequeño toque con el dedo en la frente a Min a modo de queja, como si ella hubiera sido la que hubiera malinterpretado la conversación. Después desvió la mirada a Jia, como si aún no fuera consciente de lo que había acabado de pasar, aunque se sintió aliviado de que no se estuviera riendo de él. Suspiró profundamente y se sentó en el banco del que se había levantado unos minutos antes.

“…Gracias, ya creía que quedaría como un idiota de por vida”

“Tranquilo, supongo que me debes una” rio, y se sentó a su lado en el banco, añadiendo, “Es broma, aunque se podía leer en tu expresión qué era lo que estaba pasando, no sé cómo no se han dado cuenta…”

“Gracias de nuevo, si no llegas a estar ahí seguro que no me hubiera librado de al menos dos años de risas de mis compañeros” soltó una carcajada él mismo, mientras se levantaba de nuevo del banco. “Ya que supongo que ninguno de los dos tiene nada que hacer ya… ¿Qué te parece continuar con la cita falsa? Te lo agradeceré invitándote a un helado ¿vale?”

Ella asintió sonriente, levantándose casi de un pequeño salto para seguirle hacia la heladería que quedaba dos calles más abajo. “Oh, encima un helado gratis, perfecto.”

Ya habían hecho buenas migas desde el evento en el que hablaron por primera vez, pero apenas unas horas les sirvieron para acabar de congeniar, descubriendo que tenían muchas cosas en común. Y que gracias a eso, se lo pasarían muy bien juntos, como habían confirmado esa misma tarde. Fueron a tomar helado, a pasear por los alrededores, y se habían olvidado completamente del malentendido anterior para contarse cosas el uno del otro con una confianza inconsciente. Se habían sentido a gusto hablando y riéndose juntos, cosa que hacía tiempo que no tenían oportunidad de hacer con nadie. Así que ese rato les había servido para entablar una amistad que ya ninguno de ellos, de ninguna manera, quería perder.