CAPÍTULO 3

-Papá…. ¿De verdad vas a llevar eso al trabajo?...-

-Ya te dije que si…- ¿Cuántas veces tenía que repetírselo?.... En verdad el “otro” Junmyeon hacía un terrible trabajo en enseñarle a sus hijos sobre las responsabilidades y el dar una buena impresión.- Tengo que ir al trabajo y para trabajar uno debe vestirse bien, dar una buena imagen a los clientes...-

-Pero Papá…-

-Chanyeol, déjame terminar. Si te vistes mal o muy flojo, como si acabaras de despertar, la gente no va a tenerle respeto a tu trabajo ni a tu profesión ¿Está claro?.... Debes vestirte de acuerdo a tres reglas, Tiempo, Lugar y Ocasión, un mandato que seguirás SIEMPRE. Si voy a trabajar; me visto bien, me peino, me arreglo como es debido y doy lo mejor de mi. Igual tu, si vas a la escuela, te pones tu uniforme, te peinas, lustras tus zapatos y das lo mejor de ti en cada clase…-

Chanyeol lo miró otro par de segundos, pero captó la idea general porque giró el rostro al camino y sonrió.

-Ok, Papá…-

Junmyeon aspiró con alivio y exhaló con calma. Parecía que poco a poco dominaba todo el asunto de “ser padre”. Todo estaría bien… si, muy bien.

-Bien, aquí estamos….-

Por suerte y gracias a los mapas en línea, Junmyeon pudo encontrar la dirección de la escuela de Chanyeol y logró llevarlo sin más contratiempos de los necesarios (claro que no llegó ni para la primera o la segunda clase pero había llegado y eso era lo que contaba).

Estacionó el auto fuera del edificio y lo inspeccionó unos segundos mientras Chanyeol abría la puerta del copiloto con Kyungsoo en brazos y hacía amagos de sostener su mochila que estaba en el asiento trasero del pequeño Tiida.

Fue cuando Junmyeon reaccionó.- ¿A dónde llevas al cachorro?...-

-Ahh… ¿No lo llevo al kínder hoy?...-

-¿Qué?... claro que no, deja al cachorro ahí, lo llevaré al trabajo conmigo…- debía tener alguna facilidad para llevar cachorros… ¿No…?- …¿Cómo que llevarlo al kínder?...-

Chanyeol alcanzó a escucharlo antes de cerrar la puerta.- Si, al kínder. ¿Le aviso a su maestro o ya sabe que Soo no irá a clases??...-

Junmyeon sostuvo el volante entre sus manos, sintiendo la imitación de cuero resbalar entre sus dedos asidos con fuerza.- ¿Cuántos años tiene tu hermano?...- “Mi….hijo alfa…” pensó Junmyeon.-

-¿cin….co???- respondió Chanyeol dudativo, el entrecejo tan apretado que podía sentir un pequeño dolor de cabeza extendiéndose desde su frente.- Tiene cinco años, Papá… ¿Te sientes bien?....-

-Ten un bonito día en la escuela…¿Podrías llevar a tu hermano a su salón por favor?...-

-Está bien. Pero ya lo llevo, ya lo dejo. Estoy confundido, Papá…-

Junmyeon no miraba a Chanyeol, pero le hizo una seña con la mano como despedida. Esperó a que cerrara la puerta del auto. No escuchó al cachorro quejarse de ser levantado del asiento tantas veces, o como Chanyeol hablaba con el para calmarlo porque no debía preocuparse, Papá solo estaba…bromeando con eso de dejarlo y llevárselo .

Se quedó ahí estacionado un par de minutos, pensando en el cachorro…. En su alfa.

Cinco años….Cinco años…

Cinco años y aún pasaba todo el día como un cachorro….

Eso no estaba bien, podía tener un retraso transfigurativo severo. Podría necesitar de medicinas o…. o algún tipo de entrenamiento especial que obviamente no le estaban dando. ¿Lo estarían mimando demasiado? ¿Qué pensarían sus compañeros de kínder? ¡Podrían pisarlo sin querer! ¡Romperle una pata! ¡Burlarse de él!....

Algo no había hecho bien el “otro” Junmyeon para que su hijo alfa no tuviera su forma humana todo el tiempo. ¿Su abuela sabría de esto? Ella jamás toleraría algo así, ese tipo de descuidos podían tomar años en arreglarse durante la edad adulta. Como alfa, Kyunsoo podía hacer tantas cosas… tan importantes, algo como su forma humana no debía detenerlo….

-Disculpe…-

La voz de una persona lo sacó de sus pensamientos casi groseramente. Miró a su costado, había un hombre en uniforme policiaco, alcanzaba a ver una placa, un chaleco naranja y una macana, unos guantes blancos, pero no llegaba a ver su rostro.

-No se puede estacionar en esta zona, es salida escolar y en caso de emergencia los niños podrían tener inconvenientes con su carro aquí durante la evacuación….-

Finalmente, el oficial bajó hasta la altura de los ojos de Junmyeon, el pudo ver la placa con su nombre “Zhang Yixing”

Lo miró a la cara, observó su hoyuelo, le parecía aterrador por alguna razón y su gesto calmado hacía de todo menos tenerlo tranquilo. Hasta esa pequeña sonrisa lograba ponerle los pelos de punta.

-Si… bueno, gracias oficial… O más bien, disculpe, oficial. Ya me estaba yendo…- arrancó el motor y movió la cabeza en señal de agradecimiento por no haberlo multado.-

Siguió su camino pero no pudo evitar mirar al policía a través de su espejo retrovisor. ¿No había visto a ese hombre antes?.....

Algo de comezón en el pecho hizo que dejara el tema por la paz, aunque no redujo el sentimiento de temor y estrés que le dejó el policía, tal vez por el susto de hablarle tan de repente.

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Dentro de la cartera de Junmyeon había un pequeño papel viejo y arrugado, una tarjeta de presentación que no era suya pero decía “Oficina de Servicios Urbanos: Coordinador de Limpia”. Después de rápidamente preguntarle a su hijo si ahí era donde trabajaba y recibir una respuesta afirmativa, Junmyeon solo tuvo que buscar la dirección en internet.

Era una oficina pequeña (así se veía en las fotos) pero no le sorprendía, no con el estilo de vida que llevaban el y Jongdae. Al menos era un trabajo de oficina que sabía que podía hacer…en el peor de los casos tal vez estaba en ventanillas, pero también podía con eso, estudio tres semestres de contaduría….

Estacionó el auto en el estacionamiento cerca de las oficinas y se tomó unos segundos para revisar su apariencia en uno de los espejos laterales. No había encontrado un traje que le gustara, todos eran horribles, hasta los de Jongdae era horrible (otra de esas NO sorpresas), así que opto por una camisa negra y pantalones formales con sus mejores zapatos, se veía tal vez demasiado serio pero prefería ser demasiado de algo que poco de otro.

A tres pasos de tomar la perilla de metal en la puerta de entrada una mano sostuvo su hombro, obligando a Junmyeon a voltear.

-¿Myeonnie…? ¿Qué haces aquí?? ¿No deberías estar en el trabajo? –

Junmyeon quería decir que no conocía a esta persona pero si lo conocía, había sido su….”acompañante” durante los últimos meses de universidad, era un alfa y aún olía tan exquisito como antes, a canela y clavo, un ligero toque a pino que lo había dejado muy contento en esos años al aceptar su invitación.

-¿Min….ho…?... – ok, dejando su vergonzoso pasado a un lado…- ¿Qué no trabajo aquí…?-

Minho extendió los brazos, sin que Junmyeon pudiera detenerlo, puso las manos en sus hombros y apretó con fuerza, levantando los brazos de Junmyeon en el proceso. Luego rió, rió como si Junmyeon hubiera dicho algo hilarante.

Junmyeon también se rio poquito para no quedar como un tonto.

-¡Sigues con tus bromas raras!!....- Minho, varios centímetros más alto que él, con una camisa blanca de vestir y sencillos pantalones negros, un pequeño portafolio que más bien parecía mochila y una sonrisa calmada pero significativa. Este Minho era Minho pero no lucía como Minho. El Minho en su memoria era mucho más fotogénico, más preocupado en su apariencia y en tener abdominales (los cuales tenía, por cierto) y dar las mejores fiestas.

Ahora parecía estar….suave….

-Pero ya hablando en serio ¿Algo pasó en el vertedero? ¿Cómo están Tao y Sehun? Ya al fin “anudaron” el compromiso….?-

OH por dios, que broma tan sucia….. El brazo de Minho lo rodeó mientras lo guiaba dentro de las oficinas, aún riéndose en voz baja por su maravillosa broma…de mal gusto, si le preguntaban a Junmyeon.

No mencionó que no tenía idea de quienes eran Tao o Sehun….- Ahh n-no… no… aún no….-

-Ahh que mal, pero pronto se dará, ya lo verás. Ya viene la primavera y ya sabes como se ponen los lobos jóvenes en esa época…. Aunque no se si Tao y sehun puedan considerarse lobos jóvenes, digo, tienen 25 años y a esa edad ya tienes peluche en el estuche….-

Junmyeon no quería ser grosero pero…- No quiero ser grosero pero… ¿Dónde dijiste que trabajo?...-

Minho le echó “la mirada”, esa a la que ya se estaba acostumbrando a decir verdad….-En…el ….Vertedero?....-

Junmyeon nunca había manejado de regreso a casa tan rápido en su vida….

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Entró a casa casi rompiendo la llave de la puerta, lanzó todo a un lado, incluido su saco de vestir y la corbata, no se molestó en sacarse los zapatos, solo fue directo a su habitación para abrir cajón tras cajón tras cajón. Zafó la puerta del closet y rompió una figurita de porcelana china al echarle encima una tanda de jeans que saco de las profundidades de su closet.

Finalmente encontró lo que buscaba o al menos una pista del lugar donde estaba lo que realmente buscaba, era una bolsa de plástico con varios papeles metida dentro de una caja de zapatos que también tenía fotos apiladas, una tras otra.

Ignoró las fotos cuando vio a través del plástico una copia de la licencia de conducir de Jongdae. Sacó la bolsa y tiró el contenido al piso para ahorrarse tiempo.

Movió los papeles, descartando rápidamente los que no le interesaban, actas de nacimiento de Kim Chanyeol y Kim Kyungsoo, calificaciones de primaria, cartillas de vacunación, recibos de pagos de electrodomésticos, los papeles para tramitar la nueva placa del carro….el pago del carro, varias cuentas médicas, un par de radiografías dobladas, apenas se podía ver la imagen por lo troceadas que estaban, unos boletos para Tokyo Disneyland...

 Cada segundo que pasaba crecía la ansiedad en Junmyeon, sus dedos enrojecidos no podían hallar lo que buscaba, sensaciones desagradables comenzaban a llenarlo hasta que lo vio. En un sobre, doblado perfectamente y con el logo de la Universidad de Chuseok.

Era un título de Licenciado en Contaduría, a nombre de

-Jongdae….- suspiró Junmyeon, el nombre de su esposo, resbalando delicadamente de entre sus labios. Era el último papel.

Junmyeon no tenía título universitario… ni siquiera tenía un certificado de preparatoria…fuera de su propia acta de nacimiento, no había nada que le perteneciera.

Se pasó una mano por la cara, la sintió muy caliente, especialmente sus ojos. Quiso tallar la incomodidad en ellos pero solo empeoró, todo empeoró de un instante a otro, Junmyeon se fue haciendo pequeño e invisible, diminuto en su propio mundo donde las paredes se cerraban llevando con ellas los muebles viejos y la ropa usada, el aroma ajeno de Jongdae cubriendo no solo las paredes, también su propio cuerpo.

Cuando tocó su cuello, lo que había evitado hacer desde el día anterior, no le sorprendió que tuviera una cicatriz enorme….

Pero lo volvió todo muy real.

El cuarto terminó de cerrarse encima de él, atrapándolo en esta nueva y miserable vida de la que no saldría….

Junmyeon comenzó a llorar, rogando por despertar una última vez.

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De: Bebé Chanyeollie

Appa!!!! Papá ya se tardó y no contesta su teléfono. ¿Puedes venir por nosotros?? Kyungsoo está muy nervioso y tengo las manos todas arañadas, hace frio y hambre, mucha hambre…

Jongdae estaba en el metro cuando recibió el mensaje. Levantó la vista para ver la estación donde se encontraba, si hacía sus cálculos correctamente podría llegar por ellos en 30 minutos, pero tenía que bajarse ya.

Salió del vagón con otras 20 personas que tenían casi la misma vestimenta para el trabajo que él, pero el caminó hacia otra sección que le permitía dar la vuelta para tomar el mismo tren pero en dirección contraria. Mientras se introducía en una nueva ola de gente buscó en sus contactos a su esposo.

“My Junmyeonnie”  mostró su pantalla en alegres letras verdes, pero nadie respondió.

-tsk….- no por eso iba a dejar de intentarlo, volvió a marcar, aun cuando pasaron 7 timbres se negó a darse por vencido.

Dentro del metro siguió intentando marca, una pareja de ancianos lo miraron con regaño y Jongdae les sonrió y se inclinó en modo de disculpa, introduciéndose más en el vagón hasta que los demás pasajeros jóvenes que debían ir parados lo rodearon como a una sardina.

Junmyeon finalmente contestó, Jongdae puso el celular entre su hombro y oreja, el ajetreo del tren era demasiado, no podía ir sostenido solo con una mano.

-¿Hola…? ¿Jongdae…?...-

-¡Junmyeon!... ¿Sucede algo? ¿Por qué no fuiste por Chanyeol?? ¿Algo pasó en el vertedero?..... – cientos de escenas cruzaron frente a sus ojos.- ¿Estás bien? ¿Están Sehun y Tao bien?...-

Hubo un silencio largo, lo suficiente para que Jongdae levantara el celular para asegurarse de que la llamada seguía conectada.

-Tu lo sabías….-

-¿Cómo?...- Jongdae hizo memoria rápidamente.- No, nunca me dijiste que no podrías pasar por ellos. Channie te ha estado llamando, dice que no contestas. ¿De verdad estás bien? Paso por los niños y llegamos como en una hora….-

Otro largo silencio que Jongdae no sabía que significaba.

-¿Sigues en la casa…?- preguntó en última instancia. No podía calmar a su lobo, lo estaba empujando para preguntar eso. Estaba casi o igual de ansioso que Jongdae. Hacía crecer en el una sensación de agresividad poco usual, el deseo de estar junto a Junmyeon y no dejarlo hasta que estuviera seguro que nada lo lastimaba o que nada lo lastimaría en el futuro.

Junmyeon colgó.

Jongdae miró el teléfono, quiso volver a marcar, pero su dedo se detuvo antes de picar el pequeño símbolo verde.

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Junmyeon no durmió esta vez, se quedó en el piso, acurrucado por las sábanas viejas que había sacado del ropero. Olía a tierra y a polillas, irritaba su garganta, pero luego de un rato se acostumbró al olor y se quedó ahí, esperando por algo en silencio.

Junmyeon sabía lo que era, sabía que tenía una licenciatura en administración de empresas y que ganaba a la quincena lo que Jongdae en dos meses, y estaba seguro porque había visto viejos cheques dentro de la bolsa de plástico.

Pero en la caja no había nada de él, ni su pasado ni lo que el esperaba fuera su futuro.

Miró la caja en silencio. Era azul, estaba desgastada de las orillas, pero era de cartón duro. Había muchas cosas en ella, parecía un pequeño baúl con objetos valiosos, porque no era cualquier caja de zapatos, sino de unos zapatos de marca. Junmyeon acerco un par de dedos al borde y jaló hacia el, trayendo la caja hasta que tuvo el espacio para meter la mano y sacar un par de fotos.

Eran de él y Jongdae en la Universidad, una tonta fiesta. Y la otra era de Chanyeol sosteniendo un hurón junto a otro niño….

Junmyeon se levantó del suelo y con la mano que no sostenía las fotos se quitó el cabello de la frente.

El sentía que ya había visto a ese niño antes, aunque no tenía recuerdos que lo pudieran ligar a ese preciso momento. Ni el jardín o la banca donde los niños estaban sentados...valla, ni siquiera el hurón porque no había nada en la casa que hablara de una mascota.

Chanyeol se veía más joven… si podía decir eso de alguien de 14 años, con mejillas más redondas y ojos tras unas largas y bonitas gafas de marco negro en dos perfectos círculos, no sabía de donde había sacado esas orejas tan grandes, sospechaba que debía ser de la familia de Jongdae porque obviamente no habían salido de la suya.

El otro niño era más pequeño aún, tal vez tres o cuatro años más joven, tenía el cabello corto muy al ras, pero se veía grueso y negro. Usaba camisa roja y un short que apenas se notaba por debajo del borde de la camisa, piernas pequeñas y blancas que brillaban suavemente bajo el débil reflejo del sol, pero lo que en verdad atrajo la mirada de Junmyeon fueron sus ojos; grandes, redondos y expresivos, como miedo, como sorpresa, y aún así, Junmyeon sabía que el niño no sentía nada de eso, solo era la forma de su rostro. Su pequeña boca tenía un par de delicados e inflamados labios rosados, perfectos para un niño de su edad. Lucía inocente y feliz.

Junmyeon observó la foto por largo tiempo y sin percatarse de los sonidos fuera de la habitación, no escucho la voz de Jongdae anunciando que ya habían llegado.

El sentía que había algo en esa foto que le daba  respuestas aunque toda lógica indicara que no era así. En esa foto estaba el hijo de un Junmyeon que no era el. Pero sin importar el raciocinio, Junmyeon se sentía bien mirando esa foto, por lo cálida que era, por lo familiar que se sentía, como ver un pedazo de la vida personal (casi morbosa si no fuera porque se trataba de “si mismo”) de alguien, algo que otras personas no podrían ver pero Junmyeon si.

-¿Junmyeon?...-

El mayor levantó la vista con sorpresa cuando Jongdae abrió la puerta del cuarto, y si hablaba con sinceridad, también le sorprendía todo el ruido que Chanyeol y Kyungsoo estaban haciendo en la sala, ladrando, gritando, corriendo y riendo por algo que Kyungsoo no podía hacer y Chanyeol si.

-si….- respondió Junmyeon con suavidad, sin energías después de todo lo que había pasado esa tarde. Notó el aroma de Jongdae rodeándolo con preocupación, aunque nunca había estado en esa situación como para identificarla, de alguna manera sabía que Jongdae intentaba protegerlo, hacerle sentir….a salvo.  

Junmyeon suspiró.- Siéntate, Jongdae….- tocó un espacio junto a él, donde no había tanta ropa regada.-

Jongdae mantuvo la vista abajo hasta que estuvo sentado junto a Junmyeon, no cruzó las piernas, mantuvo ambas flexionadas frente a él y apoyó los codos en las rodillas, sus manos estaban cerca de su rostro y en ellas había un pedazo de papel, no decía nada, solo era la basura de un caramelo.

-Antes de que digas nada…- interrumpió Jongdae cuando Junmyeon apenas había abierto la boca.- Dime porque no fuiste por los niños.- miró a su pareja, Junmyeon supo que lo miraban aunque no lo estaba enfocando, no sentía tener la fuerza para mirarlo a los ojos y responder sus preguntas, no con lo que tenía planeado decir.- ¿Qué está pasando, Junmyeon? Te ves…-

Finalmente lo miró, a Junmyeon, y quiso tocarlo, como antes, como antaño, con la seguridad que tenía antes, pero no pudo.

-Distante….- 

Junmyeon ignoró la punzada de incomodidad en su pecho, ignoró al lobo simplemente.

-Yo no debería estar aquí… Esta…esto…- abrió los brazos, señalando la habitación con un pequeño círculo dibujado por sus manos.- no es mio. Esta no es mi casa…. Yo no soy de este mundo. Vivo en Seúl, en la zona metropolitana, tengo una licenciatura, una maestría y un doctorado. Todos los días me levanto temprano y voy a la empresa de mi familia… Adoro mi vida, es todo lo que pude pedir… pero esto…-

Junmyeon mira de nuevo el techo, el pequeño y diminuto foco que no alumbra lo suficiente, no podría trabajar bajo esa luz sin terminar con una jaqueca.- la verdad no se que hago aquí, antier estaba cenando con mi madre y ayer desperté aquí y descubro que no tengo metas, no tengo licenciaturas, apenas tengo un refri de los que aún se escarchan. Dos niños que no son mios y no te ofendas, Jongdae pero…. Pero yo jamás me habría….-

Quiso decir “yo jamás me habría emparejado contigo” pero a último momento decidió que eso no era lo más sensible, o siquiera lógico porque el otro Junmyeon claramente si se había casado con él. – Quiero decir… si éramos amigos y… si hubo algo entre nosotros pero en mi mundo todo terminó ahí… ¿Si te acuerdas?...-

Junmyeon mira a Jongdae a la cara para rectificar que se acuerda pero la expresión de Jongdae está en blanco, no hay nada en su cara, solo lo mira fijamente.- bueno, no se si te acuerdas pero yo si. Lo dejé muy claro en ese momento, es más, tu mismo fuiste el que cortaste contacto conmigo. Yo….estoy feliz por ti y por tu Junmyeon, el que se quedó contigo y seguro lo extrañas pero yo no soy él ¿ok? Yo soy otro Junmyeon mucho más enfocado, sé lo que quiero y como lo quiero y no creo haber deseado nunca este tipo de vida..!- levantó su camisa y señaló la cicatriz.- ¡Mira esto!... ¿cómo pasó?!!!! - bajó la vista, soltó la camisa y dejó que la tela volviera a abrazar su cuerpo delicadamente.- Quiero volver a casa….pero ya no se que más hacer, o como hacer que lo entiendas. Yo no….sé…como ser papa o esposo o….o como resignarme a tan poco…. No, Jongdae….-

Es distraído por el sonido de Jongdae levantándose del piso, casi golpea la madera con el puño cuando lo apoya para enderezarse.

-¿¡Sabes qué, Junmyeon??... ¡Si tanto quieres irte, solo lárgate…!-

Se miran a la cara, el lobo de Junmyeon se retrae, asustado, a la parte más recóndita del interior de Junmyeon, porque el lobo de Jongdae está alterado, enseña los colmillos y su aroma indica peligro. Está amenazando a Junmyeon, lo reta a seguir hablando.

Junmyeon no lo hace, se queda quieto, aturdido por el cambio en el ambiente, porque combate contra su propio cuerpo para no recostarse y enseñar el cuello en señal de sumisión, lo que sea que haga falta para que el beta lo perdone, para que olvide lo que dijo. Solo que Junmyeon está seguro de lo que siente, el no es ese  Junmyeon… el no tiene porque doblarse o porque sentir miedo o….

…arrepentimiento.

-Lárgate, Junmyeon. ¡LÁRGATE!!!...-

Junmyeon cae hacia atrás, sus brazos lo sostienen de último segundo pero están temblando, le duelen las muñecas pero no por el impacto contra el suelo….

Chanyeol y Kyungsoo dejan de jugar en la sala, Chanyeol tiene unos segundos para sostener a Kyungsoo en sus manos y entonces Papá Myeon sale del cuarto de sus padres, con un brazo en su vientre, el otro cubriendo parcialmente su cara, apresura el paso hasta que, igual que el día anterior, hace rápidos y torpes intentos de encontrar unos zapatos, al final se da por vencido y solo sale.

Algo le dice a Chanyeol que no debería quedarse solo viendo, pero Appa Dae lo detiene, le está advirtiendo de no mover un solo músculo.

El aprieta a Kyungsoo en sus manos, intentando calmarlo porque le está encajando las uñas y aúlla y se retuerce tanto que Chanyeol apenas puede sostenerlo, tiene que apretar su cabeza como si fuera un perro para que no salte y se lastime o salga corriendo tras Junmyeon.

-Vallan a su cuarto…- les dice Jongdae sin voltear a verlos, se queda estático con el rostro dirigido a la salía, la puerta abierta y en el aire, aún flotando a su alrededor, el aroma de Junmyeon lleno de tristeza y…. decepción?....-

Chanyeol quiere decir algo pero las primeras lágrimas en la cara de su padre lo detienen. Hace lo que le piden y cierra la puerta, prende el pequeño televisor que tienen en su cuarto, y él y Kyungsoo se quedan sentados en la esquina más alejada de la puerta.

No se quedan para ver a Jongdae llevar las manos a su cara y apretar fuertemente sus mejillas y párpados, queriendo detener las lágrimas y el desgarre imaginario, algo en esencia que le hace el lobo a su mente.

Nunca podrá estar completo sin Junmyeon… 

Pero no puede simplemente ignorar lo que ha dicho.

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Junmyeon caminó en la oscuridad de la noche, sin tener a dónde ir y sin zapatos, terminó sentado a medio kilómetro de su casa, en la entrada de una tienda cerrada. La calle era alumbrada por luces amarillas de postes y ventanas iluminadas, pero nadie en la calle.

El lugar lo sentía ajeno, aunque sabía de estas zonas, donde vivían los trabajadores genéricos con un sueldo base que no era poco ni suficiente…. Parecía irreal que a las nueve de la noche ya no hubiera nadie en la calle.

Junmyeon miró sus pies, estaban helados, y luego miró sus manos, temblaban.

El miedo no se lo podía quitar y resultaba muy difícil controlar el golpe de su corazón contra su tórax, físicamente dolía…. La sensación amarga en la boca del estómago, una piedra que no dejaba de caer, aumentaba de peso, no lo dejaba tragar ni respirar correctamente.

Quería pedir perdón con tantas fuerzas…. Solo así dejaría de estar en…este estado tan aberrante, como un niño aterrado, un perro apaleado en una esquina….

Pero no lo haría, no iba a regresar ahí. No podía hacerlo porque no pertenecía a esa casa, ni a ese lugar, ni siquiera a ese mundo. Con un gran esfuerzo Junmyeon detuvo el temblar de sus manos para sacar de su pantalón su cartera y el celular.

Había unos cuantos billetes en la cartera, también un par de fotos, los niños y Jongdae, también Minseok y el niño bonito… Luhuan o algo así. 

Desbloqueó el celular (Chanyeol le enseñó cual era la clave ese día más temprano, antes de salir a trabajar), el fondo de pantalla era una foto de Jongdae durmiendo con el cachorro, ambos tenían la cara manchada de harina.

Soltó un suspiro resignado. Todo ese… sentimiento de hogar, era casi avergonzante, el Junmyeon de este lugar se esforzaba mucho para recordar a su familia, como un tonto de las películas. ¿A quién demonios creía que engañaba? Junmyeon no podía evitar sentir pena por él.

Había muy pocos números guardados en los contactos, nada comparado a su celular, ahí tenía que agregar entre paréntesis si eran familia o a que se dedicaban solo para poder diferenciarlos de otras personas con el mismo apellido. Además de ser pocos, todos los nombres empezaban con “Mi”

-“Mi Taozi”, “Mi hunhun”, “Mi ChenDae <3” “Mi Channie”, “Mi BroSeok Yo!”….- susurró Junmyeon mientras leía los nombres guardados en la agenda, uno de los últimos era “Su Luhoney”….-

Pero no estaba el número de su madre o de su padre, ni un solo sobrenombre extraño que le diera una pista sobre si era alguno de ellos dos. No estaban, ni fotos, ni número, ni mensajes. Este Junmyeon debía estarlos evitando….

Con cierta razón…. Su vida apestaba, tenía un esposo Beta y un cachorro con retraso transfigurativo… Channyeol…bueno, Chanyeol estaba bien.

Solo tenía una opción en estas circunstancias, pero con cierta renuencia tuvo que llamar a Minseok.

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Minseok no le hizo preguntas todo el camino de ida a su casa, luego de pasar a recogerlo. No comentó acerca de su ropa o porque no traía zapatos. No le lanzó pequeñas miradas inquisidoras, ni lo bombardeó con preguntas, se limitó a manejar en silencio, como únicos acompañantes las voces de la estación de radio nocturna, un tonto programa sobre eventos paranormales donde la gente llamaba para contar sus anécdotas.

Minseok aun vivía en la casa que Junmyeon recordaba, eso era un alivio.

Era grande, de aspecto rústico con habitaciones divididas por puertas delgadas de papel de arroz, una sala pequeña con una mesa poco alta, 4 cuartos, dos baños muy amplios y su propio estanque….

Minseok le abrió la puerta y le señaló el camino de piedras para entrar a su casa. Junmyeon miro el camino y luego a su hermano, pero no consiguió ningún tipo de respuestas de él, solo una mirada confusa, incitándolo a apurarse porque hace frío y él ya quiere entrar. Todo parecía seguir igual, excepto por ese jardín…. Minseok no tenía jardín

Cuando Junmyeon finalmente llega al recibidor los talones y empeine de los pies le están doliendo con fuerza, intensas pulsaciones hacen que moverlos de arriba abajo resulte torturante, pero no se queja. Entra a la casa con Minseok detrás.

-Ya sabes dónde puedes quedarte… ¿Quieres algo de tomar antes de dormir…?...- pregunta Minseok, caminando sin verlo hasta dejar las llaves del auto en un tazón en el centro de la mesa, A su lado está la cocina y Minseok se dirige a ella para servirse un vaso de agua.- ¿Té como siempre??...-

Junmyeon siente la mirada de su hermano mayor encima de él, pero con un movimiento de cabeza le dice que por esa noche está bien, no necesita tomar nada.

-Si no te molesta solo me iré a dormir….- esta apaleado por…. por haber despertado… todo en su día ha ido de mal en peor. Solo le queda el consuelo de su hermano, es el que menos ha cambiado en toda esa situación de no ser quien debería. Es un poco de su verdadera vida que aún tiene congruencia y se siente agradecido por eso.-

Antes de dar un paso a su habitación, la voz de Minseok lo sorprende.- ¿Qué te pasa, Myeonnie?... Estás muy nervioso desde ayer…. Has dicho cosas extrañas y…- Junmyeon lo mira por encima de su hombro, Minseok luce casi o más cansado que él, no le toma mucho tiempo a Junmyeon recordar a que se refiere Minseok con ese silencio.- solo quiero saber si puedo ayudarte en algo…. Tu has hecho tanto por mi, tu y Jongdae…  No tengo que decirte donde estaría si tu no hubieras….-

Junmyeon no tiene el corazón, o la fuerza, para preguntarle a que consejos se refiere, solo asiente y mira el piso unos segundos para recabar la poca determinación que le queda y sonreír, una mueca de sincera alegría, pero es todo lo que le puede ofrecer a su hermano.

-Te amo, hyung… Gracias por dejarme estar aquí… Hablaremos en la mañana, ¿Te parece?...-

Minseok dice si con la cabeza.- yo también te amo, dongsaeng.- y lo despide con un pequeño movimiento de mano.

Tal vez por lo cansado que está, pero Junmyeon no piensa mucho en como le dijo que lo amaba tan fácilmente. Su hermano nunca lo habría dicho aunque la situación fuera extrema…. Y él no iba a negarlo, escuchar los sentimientos de su Hyung le devolvieron un poco de energía. Estaría bien escucharlo más seguido hablando como su hermano mayor…

Dentro de la cocina quedó Minseok, tomando agua en silencio y viendo a la nada, perdido en sus pensamientos. En el aire está el aroma de Junmyeon, hiede a tristeza y es tan amargo que la garganta de Minseok pica.

-¿Todo bien, Min?...-

Luhan entra a la cocina, usando una camisa blanca  y shorts rojos en lugar de pijama porque siempre le da calor en las piernas mientras duerme. Tiene el cabello amarrado en un pequeño arreglo con forma de manzana. Luce muy tierno, si no fuera por ese aroma a madera y agua de mar de Alfa que tiene, sería el omega perfecto.

-¿Y ahora de qué te ries?...-

-Nada, solo estaba pensando…..-

Luhan se sienta frente a Minseok, del otro lado del desayunador, apoya las manos sobre la barra y mira a su pareja terminar las últimas gotas de su vaso con agua, limpiarlo y ser puesto nuevamente en la rejilla con los demás utensilios lavados.

-No me contestaste, ¿Qué pasó con tu hermano? ¿Todo está bien?...-

Sin mirarlo, Minseok se apoya en el borde del fregadero y mira hacia afuera, no puede ver nada por la oscuridad, pero una visión apenas visible de su reflejo está en la ventana, es todo lo que Minseok puede ver.

-No, y la verdad no sé qué le pasa….-

-¿Desde ayer, verdad?...-

Minseok voltea, no dice nada, solo le da la razón con un movimiento de cabeza.

-¿Sabes como luce? Como cuando me enseñó su marca… se le veía en toda la cara que no tenía idea de que iba a hacer. Estaba asustado y confundido y parecía…- Minseok suspira. No puede evitar recordar como trato a su hermano en ese entonces, cuando más lo necesitaba él…-  Solo tuvo a Jongdae en ese momento…-

Son las feromonas de Luhan a su alrededor las que lo calman un poco, lo suficiente para voltear a verlo y encontrarse con unos brazos extendidos en su dirección, pidiendo en silencio por Minseok. Y él va, porque Luhan siempre sabe como ayudarlo…

Es tan diferente de antes, el calor de Luhan es tan intenso que entra en Minseok y lo consume lentamente, como un horno, carbón o la luz del sol, eso está en su interior cuando Luhan lo sostiene. Minseok suspira y pasa los brazos por las pequeñas caderas de su pareja. Y siente a Luhan hundir el rostro en su cuello, donde tiene su marca cubriendo perfectamente la que dejó Yifan.

-Solo quiero ayudarlo, se lo debo…-

Luhan dice un “hummm” y asiente, aun enterrado en su cuello, suena ahogado y le hace cosquillas pero Minseok no le presta atención.- ¿Por qué no hablas con el mañana? Pueden ir a ver a Mark…-

Minseok lo separa de si suave pero firme con las manos en sus hombros.- ¿Crees que sea buena idea…?-

-¿Por qué no?...  Tu hermano es una bola de cariñp, si hubiera una digievolución para él, el sería Junmamamon.- Minseok rueda los ojos pero no dice nada para contradecirlo y  Luhan ahoga una risa.- ¿Cuándo te vio no te preguntó porque no tenías sueter?-

Minseok miró a Luhan…. Periódicamente abrió los ojos hasta su máxima capacidad y respondió.- no…-

-woow…. Suena grave…-

-Lo se…- con un par de golpecitos juguetones a la manzana de cabellos de Luhan y una inhalación fuerte del aroma de su pareja, Minseok decide.- Mañana iremos a ver a Mark… - se le dibuja una pequeña sonrisa en el rostro, Luhan copia el gesto y lo vuelve a abrazar pero ahora con un poco menos de fuerza. – Apesta que te llamen del hospital entre semana…-

-Dale a Mark un abrazo de mi parte…- pide Luhan en un susurro antes de besar a Minseok en los labios, lento y pausado, saboreando cada pequeño roce de bocas hasta que sus labios quedan húmedos y suavemente rojos.- -

Luego de un par de minutos de revisar la cocina por última vez (la pequeña obsesión de Minseok de mantener todo en orden, casi esterilizado en su casa), ambos caminan a su habitación, ninguno nota a Junmyeon escondido en el pasillo que da a las habitaciones de huéspedes.

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Es temprano en la mañana cuando Minseok va a busca a su hermano, es un martes y el no tiene trabajo, pero Luhan había sido llamado del suyo. Abre la puerta de la habitación de huéspedes y le sorprende encontrar a su hermanito menor ya despierto, pero eso no disminuye su buen humor, para nada.

-Hey, Myeon. ¿Por qué…no vienes conmigo? Iré a ver a Mark. Sé que te dijimos que nos lo entregarían hasta el próximo mes pero estuvimos corriendo a las oficinas temprano en la madrugada y parece que estará aquí en una semana… Tenemos algunas visitas planeadas y….- Minseok se detiene para tomar aire pero también nota la obvia cara de Junmyeon de….consternacion? - ¿Te pasa algo....?-

Junmyeon no dice nada, mira al piso e intenta apretar, sacarle todo el jugo posible a su memoria pero todos los recuerdos que tiene de Minseok, hablando de los más recientes, son en compañía de Yifan, ambos usando trajes de gala y hablando sobre hacer negocios con la empresa Wu y su muy esperada sede en tierras coreanas.  No sabe quién es Mark...

-Si, estoy bien. Ya sabes, es temprano y ejem… Estoy algo mareado todavía… -

-¿Necesitas más tiempo?...-

Junmyeon estaba vestido y preparado, dejarlo solo sería para que se estirara y se quitara el sueño pero también estaba la posibilidad de que se quedara dormido de nuevo.

-No…. Sígueme diciendo de Mark…- Junmyeon tiene que seguir la corriente, no puede perder la ayuda de Minseok, solo no puede, si para lograrlo debe evitar que algo como lo que sucedió en su casa hace un par de días vuelva a pasar.-

La cara de Minseok se ilumina y una sonrisa de mucha encía y pequeños dientes deslumbra a Junmyeon por unos segundos.- Va a cumplir ocho meses en una semana, ¡Ya está enorme!....-

Es imposible detener a Minseok de hablar, habla y habla cuando suben al carro, cuando salen del estacionamiento, en el camino, luego en la carretera y hasta en la parada de descanso donde Junmyeon compra unas botellas de agua y Minseok una lata de café frio y una bolsa de galletas suaves.

Junmyeon hace intentos para escuchar lo que dice pero cuando no tiene idea de a quienes se refiere su Hyung o de cosas que pasaron y que el sinceramente carece de recuerdos, poco a poco su atención comienza a desviarse hacia el camino.

-¿Falta mucho para que lleguemos?...- es lo único que pregunta Junmyeon en todo el camino, con una sonrisa amable.-

-¿Eh?... n-no… solo en lo que entramos a la ciudad, serían unos 15 minutos más. ¿De verdad te sientes bien? No has dicho nada en todo el camino y tu nunca dejas de hablar de Mark…-

Junmyeon solo sonríe, un gesto que tiene bien aprendido de esas juntas donde debe fingir reírse de los chistes alfaistas de los ceos de otras empresas. Se siente erróneo dedicársela a su hermano pero no tiene alternativa.

-Tengo la mente un poco ocupada eso es todo….-

Y por unos minutos, el silencio.

-Hyung…. ¿Nunca….has sentido que no estás en el lugar donde deberías? Como si un día te hubieras despertado y te dieras cuenta de que nada a tu alrededor tiene sentido, no conoces a nadie en realidad, y los que conoces parecen extraños.- Junmyeon toma aire hasta que el pecho le duele, pero no parece suficiente para tranquilizarlo.- ¿Sabes de lo que hablo?.... No se que hacer, Hyung….yo…estoy…confundido -

Si no fuera un hombre en un espacio tan pequeño en el asiento del copiloto, tendría las piernas apretadas contra su pecho, pero como no es así, se conforma con mirar el piso del auto con manchas de tierra y un tapete usado y viejo.

-Así me sentía antes…- responde finalmente Minseok, con la mirada clavada en el camino, libre de otros autos, parece casi un milagro que estén tan solos. El podría acelerar sin problemas hasta sobrepasar el límite de velocidad, pero no lo hace. Se mantiene en 90 Km/hr y mira el camino, con el sol del mediodía quemándole los brazos y codos.- cuando estaba con Kris… Despertaba todos los días pensando lo mismo. ¿Qué excusa iba a dar para no regresar a casa? ¿Qué iba a hacer cuando se terminaran? Me peleaba con el lobo todos los días pero… suena tonto, pero llegábamos a una especie de acuerdo….- Minseok ríe suavemente, pero no hay alegría en su tono, suena a melancolía, y Junmyeon lo sabe porque puede sentirla en la nariz.- Casi nunca veía a Kris, y tu no estabas… Madre estaba encima de mi las 24 horas…-

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Si has llegado hasta este punto muchas gracis!! 

Sus comentarios me alegrarian mucho el día! 

Las actualizaciones son cada 4 días, así que nos vemos el 7 de febrero!