A pesar de la hora y que me atrase... ¡Hola! 

Con un nueva actualización, volvemos a los capítulos semanales kkk~ (la imagen estará pendiente porque tuve problemas con la página que utilizo para subir las portadas de los capítulos) pero, este capítulo les gustará mucho y tengo algo muy importante para la actualización que viene después de la semana del 28... Espero puedan disfrutar de estos capítulos, me sigo esforzando para dar buenos buenos capítulos kkk~

No tengo mucho que decir en realidad, estoy un poco tímida hoy así que... disfruten del capítulo y no dejen de comentar ~<3

Taeyeon tomó una bocanada de aire “¿Qué pasa?” pidió el castaño mirándole, la bajita negó con la cabeza “Vamos a seguir subiendo por la colina entonces” sugirió caminando, Taeyeon asintió lentamente mirando hacia arriba, Irene sostenía la mano de su hermana menor y sonrió “La quieren como si siempre hubiese estado a nuestro lado” continuó caminando detrás de sus hermanos intentando olvidarse del peso adicional que se había acomodado en su pecho por la herida causada por Tiffany.

La americana suspiró, seguía abrazada a uno de los tantos peluches que alguna vez le había regalado y había sido imposible para ella botar, estaba sobre su cama pensando en todo lo que le había dicho su madre, sabía que esa mañana y el día anterior lo había disfrutado como si nunca hubiese existido una separación de por medio entre ambas chicas, deseaba volver a tenerla con ella y mordió su labio inferior recordando los besos regados por su cuello a pesar de haberle rechazado al recordar aquel momento vivido en el pasado, sus mejillas ardieron estaba deseándola más de lo normal “Mi cuerpo reacciona con solo pensar en ella ¿qué me está sucediendo?” escondió su rostro contra el peluche al sentir sus mejillas ardiendo, volvió a mirar el lugar y dirigió su vista al pequeño paquete de regalo que no había visto mientras estaba con la bajita, era su regalo, se acercó hasta el mueble y lo tomó “Ni siquiera pude agradecerte por esto” pensó mientras lo abría, al observarlo una risita escapó de sus labios “Es todo lo que querrías, labiales y una tarjeta para que pidas todos los expresos que quieras en Green Coffee’s, es una membresía solo para empleados pero creo que la usarás mejor que yo” decía el mensaje junto a los elementos que sostenía entre sus manos, sonrió pero una lágrima rodó por su mejilla, intentó retener aquella solitaria pero pronto sus ojos se inundaron “¿Por qué tengo que ser tan imbécil con ella?”

“Volveremos pronto por ti Hayeon” prometió la rubia acariciando la mejilla de la menor que aún tenía unas cuantas lágrimas en los ojos, la menor abrazó a la rubia escondiendo el rostro en su pecho “No llores pequeña” pasaba sus manos por los cabellos castaños de la menor de los Kim, Jiwoong por su parte abrazaba a Irene cariñosamente “No se olviden de venir a la graduación de Hayeon, es en febrero del otro año y luego dará los exámenes, ella quiere ir a la Universidad de Seúl y tal vez yo pueda probar suerte en algo” respondió separándose un poco de la joven, Irene sonrió asintiendo, el muchacho le miraba fijamente con una sonrisa “Voy a extrañarte oppa” confesó la castaña con las mejillas ardiendo, el castaño sintió sus mejillas arder también “Si me dices oppa de esa manera me hace no comprender porque la otra enana no es capaz de decírmelo” se quejó mirándole mientras arrugaba la nariz, pasó una de sus manos por los cabellos de la joven “Ve y dile a esa chica que la amas, yo quiero conocer a mi cuñada y no cometas los mismos errores de Taeyeon” Irene asintió entusiasmada, Jiwoong se llevó las manos a los bolsillos “¿Hablas sobre mí?” mencionó la rubia, el castaño asintió “Seguro que es algo malo” entrecerró los ojos antes de recibir un abrazo del mayor, y Irene recibió uno por parte de Hayeon “Eres la mejor segunda hermana mayor que me han dado” confesó la menor de los Kim, la castaña sintió su corazón latir violentamente y apoyó su frente contra el hombro de la menor, quería retener las lágrimas “Gracias por aceptarme aquí” “¿Ya se han despedido? Las iré a dejar” los menores miraron al hombre, el padre de Taeyeon se acercaba a la puerta del automóvil y ambas asintieron, con un caluroso abrazo entre los cuatro, las dos jóvenes de ciudad se marcharon junto al padre de la mayor de vuelta a Seúl.

“¿Qué vas a hacer cuando lleguemos a Seúl?” pidió Irene mirando a la bajita que seguía con la vista fija en el paisaje fuera del tren, Taeyeon le dio una mirada desinteresada, su rostro descansaba apoyado contra su mano “No lo sé, supongo que me reuniré con las chicas, Jessica debe de haberse enterado de lo que pasó con Tiffany porque ella le cuenta a Sooyoung y esa chica es una boca floja” mencionó con una voz neutra, la castaña asintió aún entristecida de marcharse de aquel lugar y Taeyeon pudo percibirlo pocos segundos después “¿Por qué estás así?” pidió preocupada, desde que había vuelto de Jeonju enfadada con la americana, ni siquiera había considerado preguntarle a su hermanastra como se sentía con sus hermanos o su padre y ahora se arrepentía de no preocuparse por la menor “¿Estás bien?” la menor asintió con una pequeña sonrisa triste en sus labios, alzó la vista e hicieron contacto visual pero el corazón de la mayor se arrugó “Tu familia… ¿por qué me aceptaron de esta manera? ¿Por qué no simplemente hicieron lo que mi familia contigo?” se llevó las manos al rostro y pronto comenzó a llorar, Taeyeon sintió el dolor en las palabras de la castaña y solo pudo acercarse un poco más y atraerla a su cuerpo “No sé si disculparme por esto… no tengo la menor idea de cómo reaccionar a esto, yo…” “No tienes que disculparte, adoro a mis hermanastros y papá Kim, por dios tiene un corazón tan bueno… me aceptó como si fuese su hija desde siempre” la mayor no había podido escuchar aquellas cosas durante su bloqueo pero sintió sus ojos arder y los deseos de llorar no se hicieron esperar “Estoy muy feliz Taeyeon, me siento querida por una verdadera familia” confesó ahogada por las lágrimas, Taeyeon asintió apretándola contra su cuerpo sin poder dejar de llorar, conocía la historia familiar de Irene y su alejamiento con ambos padres “Te prometo que no te vamos a decepcionar nunca”

“¿Cómo que no te vas a ir a Seúl?” pidió el padre de la estudiante de arquitectura, Tiffany seguía ordenando la ropa en sus cajones “Eso que acabo de decirte, me quedaré por un par de días más, no quiero estar en Seúl” comentó encogiéndose de hombros, el hombre se rascó la ceja mirándole confundido “¿Estás bien cariño?” preguntó la madre de la joven entrando “Stephanie dice que no quiere irse a Seúl” “¿Por qué quieres que me vaya papá?” pidió irritada la joven, el hombre le miró sorprendido y volvió su vista a la mujer adulta “Déjanos solas cariño” pidió con un tono suave la mujer y el señor Hwang asintió saliendo “Tiffany ¿no quieres irte por Taeyeon?” pidió preocupada, Tiffany dejó de guardar su ropa y se sentó en la cama “Desde que nos reencontramos en Seúl, solo me he dedicado a lastimarla y pensé que esta vez iba a ser diferente… siento vergüenza de solo pensar que debo verla” declaró con la mirada perdida, la señora Hwang suspiró profundamente, no podía obligar a la menor a irse y ya había dicho todo, solo dependía de la americana ahora “Quiero quedarme unos días más, por favor mamá” suplicó mirándole con la tristeza más profunda reflejada en su rostro “Esta es tu casa mi cielo, puedes quedarte si así lo quieres” besó sus cabellos y salió de la habitación cerrando detrás de sí, Tiffany volvió a recostarse alcanzando una almohada y abrazándola, a pesar de que habían pasado dos semanas de haber visto a la bajita aún podía percibir casi imperceptible el aroma de su shampoo “Taeyeon” susurró cerrando sus ojos.

Ambas jóvenes salieron de la estación de trenes con sus bolsos, Taeyeon miró con una ceja alzada e incrédula a la joven que le veía a través de sus lentes de sol con los brazos cruzados y apoyada al auto, se llevó una mano a los cabellos y tiró de ellos hacia atrás “¿Qué haces aquí?” pidió sintiendo que venía una tormenta, miró de reojo a Irene “Si necesitas ir a ver algo puedes irte, llevaremos tus maletas” sonrió la persona que acababa de hablar, la castaña miró a Taeyeon y ésta asintió “Ve por Seunghwan” indicó la mayor con una sonrisa y Irene asintió sonriéndole de vuelta, dejó sus cosas y comenzó a correr alejándose del lugar, Taeyeon esperó unos segundos y volvió a dirigir su vista a la muchacha “Jess… ¿cuánto llevas esperándome?” “Lo suficiente para querer matarte ¿por qué tuve que enterarme por terceros?” sabía que por ello su mejor amiga en el mundo estaba enferma de rabia, se acercó hasta ella y simplemente la abrazó mientras la otra forcejeaba para separarse “Lo único que no quiero es que tú me desprecies” susurró sin soltarla, Jessica se detuvo al notar el cansancio en la voz de la bajita “Vamos a hablar, pero este no es lugar” aclaró la estudiante de diseño.

Irene empujó contra la pared con su brazo aplastando ligeramente el cuello de aquella chica “¿Qué intentabas?” pidió sabiendo que sus acciones reflejaban rabia “¿Por qué la besaste Seul?” volvió a preguntar apretando los dientes, la joven de mirada felina sonrió bajando la vista “Yo no sé por qué actué de esa manera, pero debes ser consciente de que ella jamás me rechazó” disparó volviendo a mirarle con una ceja alzada, Irene bajó su brazo y le miró aturdida “¿Por qué estás haciendo esto?” preguntó sin comprender nada “Ya te perdí a ti… no quiero perderla a ella” la mayor apretó los puños quería pegarle pero se frenó cuando escuchó esa voz “¡Ni lo pienses Bae!” gritó con todas sus fuerzas, la castaña bajó su mano y desvió su mirada, el cabello rubio le caía mientras intentaba recuperar el aliento tras una carrera que había emprendido la estudiante de música, ambas miraban a Wendy que seguía intentando recobrar el aliento “No… le pegues… no lo hagas por favor” suplicó intentando recomponerse, Irene bajó la vista, se había enceguecido solo por aquella chica y pensaba en golpear a su amiga “Mira lo que sucedió con nosotras” Seulgi fue la primera en hablar, se había llevado una mano al rostro, estaba llorando y la mayor de las tres sintió aquel dolor latente “No puedo perderlas a las dos por mi idiotez” “¡Te equivocas jamás me perdiste estúpida!” le gritó cerrando los puños, Seulgi observó a la estudiante de leyes, tenía el ceño fruncido y sus hombros rígidos “El hecho de que me guste Seunghwan… no significa que me perdiste ¿por qué no lo entiendes?” exclamó volviendo a mirarle y la pelinegra se dejó caer quedando en cuclillas mientras lloraba, Irene miró hacia todos lados, estaban en la calle y a pesar de ser una calle no tan transitada porque habían más hogares que locales comerciales, estaban haciendo mucho ruido, sus ojos se desviaron a la enrojecida rubia que seguía sin poder decir nada ante la confesión “Tampoco me perderás a mí” pronunció intentando recobrarse de la confesión realizada por Irene, intentaba no mirar a la joven “Vamos a solucionar esto pero no puedes hacer las cosas de esta manera” inquirió acuclillándose a su lado, Seulgi levantó un poco la vista y observó a la rubia, Wendy tenía una pequeña sonrisa formada en sus labios y llevó una de sus manos al rostro de la pelinegra, limpió sus lágrimas “No sigas llorando” le pidió con una cálida sonrisa pintada en los labios.

Un vaso, cuatro y hasta diez vasos de soju fueron los ingeridos por la rubia antes de poder iniciar siquiera una conversación con la estudiante de diseño que le miraba preocupada “Debes detenerte, el soju no te va a ayudar” “¡Me ayudará a olvidarla por unas horas!” exclamó sintiendo el peso del alcohol lentamente cayendo sobre su cabeza, Jessica suspiró dejando caer sus hombros “¿Crees que puedas contarme lo que sucedió? ¿Por qué no fue antes? ¿Por qué ahora?” pidió la castaña mirándole preocupada, Taeyeon sonrió torpemente y apoyó su rostro contra la palma de su mano “No puedo entenderlo con claridad tampoco… pero besa tan bien” inquirió dejando caer ligeramente su cabeza, la menor se dio un golpe en la frente “Jamás debería dejarte comprar tanto soju o beberlo” Taeyeon le miró al escuchar aquello y su ceño se frunció “¿Por qué estarías diciendo esas cosas? El soju es bueno” recalcó antes de volver a reír, Jessica se masajeó las sienes “Ya estás ebria” disparó arrugando la nariz “¿Quieres saber algo más? Besé su cuello, en el sofá de sus padres… iba a hacerla mía en ese lugar” se tapó el rostro mientras reía, su rostro estaba totalmente rojo a causa del alcohol pero el de la otra chica se había colorado con la confesión hecha por la rubia “¿Qué voy a hacer contigo Tae?” “¿Qué voy a hacer? Estoy enamorada de ella, amo a Miyoung y se lo dije a la cara” mencionó volviendo a mirarle, Jessica seguía haciendo girar la punta de su dedo contra el borde del vaso, no había tomado ni un solo vaso de soju junto a la rubia “La amo tanto… que podría perdonarle salir con ese chico, solo por verla sonreírme una y otra vez” confesó hablando pausadamente, las lágrimas no se hicieron esperar y Jessica solo observaba los cambios de humor de su mejor amiga de la peor forma “¿Qué hago si ella jamás me va a querer como yo? Ya se olvidó completamente de lo que sentíamos” la menor se puso de pie y limpió sus rodillas “Suficiente alcohol por hoy, vamos a la cama” levantó por un brazo a la joven y esta abrazó a Jessica “Durmamos juntas Jess, quiero calorcito” “Sooyoung me matará si se entera de que dormimos juntas” la bajita apoyó su mejilla contra el hombro de la menor “No tiene que saberlo, no le diremos nada” mencionó y Jessica arrugó la nariz al sentir el aroma que emanaba la joven “Estás tan ebria, detesto que tengas poca resistencia” exclamó mientras se la llevaba a la habitación, miró el reloj en la pared y suspiró “Y tan solo son las nueve”

La castaña seguía caminando detrás de Wendy, no había sido capaz de decir una sola palabra desde que se habían despedido de la pelinegra que se alejó entristecida de ambas chicas pero con el corazón más ligero al solucionar las cosas con ambas chicas “Wendy… ¿podrías detenerte para conversar?” pidió sin dejar de caminar, la menor se mordía el labio intentando pensar en cómo responder a lo que había dicho la estudiante de derecho hace unas horas “Wendy por favor… escúchame” suplicaba la castaña asustada por el silencio absoluto de la rubia, la menor se detuvo y se giró ligeramente “Sigamos caminando en silencio, vamos a hablar de esto en un lugar más privado” respondió con voz grave y Irene aturdida por su comportamiento asintió sin dejar de caminar detrás de ellas “¿Puedes avanzar un poco más rápido? Siento tu mirada sobre mi espalda y es un poco incómodo” la mayor apretó sus labios sintiendo un nudo en su garganta, tenía miedo de lo que fuese a decirle la joven y dio dos largas zancadas hasta quedar a su lado, Wendy le miró de reojo y suspiró cerrando sus ojos por unos segundos “Yo… ¿a dónde iremos?” pidió tímidamente mientras seguía mirándole, Wendy alcanzó su mano y la castaña sintió su pulso acelerarse al sentir como unos cuantos dedos de su mano eran agarrados por la menor sin emitir un solo sonido, una ligera dosis de esperanza había resurgido en su corazón desde que la menor tiraba de ella suavemente “Es complicado poder hablar de esto… cuando simplemente no esperas una confesión de esa forma Bae” declaró la rubia sin dejar de mirar al camino, Irene enrojeció aún más pero agradecía que ya estuviese oscuro “No quería hacerlo de esta manera, no he podido dormir desde que me llamaste y mencionaste todo eso sobre Seulgi, estaba tan molesta que solo quería volver a Seúl pronto” la menor se detuvo al escuchar aquello y se giró sobre sus talones sin soltar su agarre “¿De verdad… te gusto tanto? ¿No es una broma?” preguntó tímidamente la rubia, Irene le observó detenidamente y suspiró fijando su vista en el cielo “¿Sabes… por qué existen los eclipses?” pidió sin mirarla, Wendy alzó una ceja extrañada por su pregunta “No estoy muy segura en realidad pero debe haber una respuesta muy científica para eso” respondió la joven, la castaña se mantuvo en silencio por unos segundos y volvió a bajar la vista hacia la rubia “Hay un mito sobre los eclipses, el sol está muy enamorado de la luna y siempre intenta perseguirla… a pesar de que la busca una y otra vez no puede atraparla, pero se dice que Dios no podía verlos sufrir y creó los eclipses para que al menos una vez en mucho tiempo pudieran reunirse… quiero ser el sol para ti, pero siempre estar a tu lado” confesó apretando los labios por un segundo, Wendy le miró detenidamente como si se hubiese internado en los ojos chocolate de la estudiante de derecho “¿Qué dices?” pidió torpemente, Irene sonrió agarrando ambas manos de la menor y las apretó ligeramente “Me gustas Wendy… eres mi luna, a quien quisiera alcanzar cada día y no puedo tener, te necesito a mi lado… no te pido que me des una respuesta ahora mismo solo… quédate conmigo sin miedos ¿sí?” la rubia se quedó en silencio al escucharla, su corazón había dado un vuelco, ella también estaba enamorada de Irene y un profundo suspiró escapó de sus labios antes de apoyar su rostro contra el pecho de la mayor “Quería escuchar eso, necesitaba escucharte decir eso” sonrió tranquila al declarar aquello.