Capítulo 4
U RTracé sus ojos, sus pestañas. Después, sus cejas. Luego su nariz. Le siguieron sus labios, hoy de un color durazno precioso. Se veían hermosos y apetecibles. Su mandíbula, sus pequeñas y adorables orejas y, finalmente, su cabello.
Era la segunda vez que la veía y de alguna manera me parecía más hermosa e inalcanzable que la primera vez.
Aún no entendía cómo podía existir una persona tan atractiva.
¿Sería también atractiva su personalidad? No lo sabía, y tampoco buscaba saberlo, pero de alguna manera, lo deseaba. No podría soportar que fuese una chica estrella.
Ella no.
Mis pensamientos me condujeron a Tiffany Hwang. Ella sin duda era una. Podía hasta apostarlo. Era el tipo de chica que siempre buscaba salirse con la suya, para bien o para mal.
Habían pasado dos días desde que la conocí. Desde entonces no había regresado a la sala de música por temor a volver a verla.
Por alguna extraña razón, ella se había quedado ahí conmigo, escuchándome simplemente tocar el piano porque no me atreví a volver a cantar. A pesar de que me lo pidió en repetidas ocasiones, no lo hice. Pasó alrededor de quince minutos escuchándome hasta que decidió irse sin decirme nada.
Lo agradecí. No era buena haciendo amistades. Y estaba segura que, de todos modos, ella no estaba interesada en serlo.
Al día siguiente nos topamos en el pasillo. Iba rodeada de su grupo de amigos, pero no me dirigió ni una sola mirada.
Lo entendí. A ella no le convenía involucrarse con personas como yo.
Desde entonces, escucho su nombre por todas partes. En los pasillos, durante las clases, incluso en la cafetería donde las personas parecían infinitas y las conversaciones se mezclaban.
¿Cómo hacía para estar en todas partes?
En fin, no era algo que realmente me importara. Tiffany Hwang era una entre muchos. Una más.
¿Qué tendría de especial? Nada.
Tenía a
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