Capítulo 1
U ROtra sesión agotadora. Y sí, el resultado fue el mismo: no pude hacerlo.
No pude hablar.
Lo intenté. En serio lo hice. Pero no pude. Nunca puedo entablar una conversación. Ni siquiera con mi madre.
La única que me hacía sentir segura era mi hermana. Ese pequeño diablillo de seis años. Mi padre me molestaba diciéndome que Hayeon hablaba todo lo que yo debería. Tine razón. Hayeon no puede durar ni dos segundos con la boca cerrada.
-¡Tae!- Gritó Hayeon mientras entraba en mi habitación.
Ahí estaba.
De verdad que la energía de esa niña me ponía de nervios.
-Hola, enana.- Me puse de rodillas y extendí mis brazos cuando se lanzó hacia mí.
Hayeon me dio un beso sonoro en la mejilla y yo sonreí.
-¿Qué...?
-¿Qué hago levantada a estas horas?- Me preguntó antes de que yo pudiera formular la pregunta.- Mamá dijo que mañana volverás a clases y vine a desearte suerte.- Dijo con esa vocecita hermosa e inocente.
-Gracias, peque.
Era realmente extraño cómo una niña de seis años ppodía hacerme sentir tan bien. Hayeon no me hacía preguntas incómodas ni me forzaba a hablar. Todo lo contrario, ella siempre hacía eso: hablaba por mí. No sé cómo lo sabía, pero siempre podía terminar las frases por mí. Era como si leyera mi mente.
La pequeña se revolvió en mis brazos para que la dejara ir, y en cuanto lo hice, corrió a la cama y se metió bajo las sábanas.
-¿Qué haces?- Le pregunté confundida.
-Cántame una canción.- Dijo mientras se ponía cómoda en mi cama.
-Hayeon...
-Sí, ya sé que son las once de la noche, pero no puedo dormir, y siempre duermo tranquila después de que me cantas.- Terminó haciéndome ese pucherito al cuál sabía que no podía resistirme.
Suspiré derrotada.
Ella niña era mi talón de Aquiles.
-¿Qué quieres que te cante?- le pregunté cuando me senté junto a ella.
Hayeon lo pensó unos segundos antes de que sus ojitos brillaran de esa manera tan encantadora.
-Cántame esa canción que escuché ayer mientras te duchabas.
Inevitablemente mis mejillas se pusieron rojas.
-Hayeon, no creo que...
-Por favor, Tae. Me gustó mucho. Por favoooooooor.- Insistió y me jaloneó del pijama.
-Está bien. Pero... debes cerrar los ojos.- Le dije mientras me recostaba junto a ella.
La pequeña asintió varias veces antes de dejar caer su cabeza de una manera un tanto brusca aterrizando en la almohada de flores que dejaba siempre en mi habitación. Y es que esa no era la primera vez que se colaba en mi habitación exigiendo atención.
-Estoy lista.- Dijo acurrucándose en mi pecho.
Suspiré y aclaré mi garganta.
"Lo que recordé repentinamente fue... tu sonrisa,
Sigo tratando de borrarla, pero cada vez es más clara.
Amor...
Todas las historias que compartimos juntos,
Ahora están en el pasado.
Déjame libre...
Déjame ser...
Déjame ir, para así poder descansar un momento,
Déjame ser...
Déjame ser..."
Taeyeon- Set Me Free
Esperé hasta que su respiración me indicó que ya estaba sumida en los sueños para dejar de cantar. Aunque me gustaba hacerlo, no tenía la suficiente confianza para hacerlo ante otra persona. Hayeon era mi primera y, hasta el momento, única espectadora.
Soltándome con cuidado del agarre de mi hermanita, me levanté de la cama y arropé bien a la pequeña. Una vez terminado, besé su frente con suavidad y salí de la habitación. Bajé las escaleras y me dirigí a paso lento hacia la cocina, donde me topé a mi madre. Un suspiro silencioso escapó de entre mis labios. No tenía ganas de lidiar con ella.
-Taeyeon.- Me saludó ella sin mirarme. Parecía bastante ocupada lavando los platos que habían quedado después de la cena.
-Madre.- Le respondí con un ligero asentimiento, sabiendo que no podía notarlo
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