CAPITULO 8

LA CASA DEL PARAÍSO

Estaban en shock, la pelinegra dejó caer la canasta donde llevaba lo que pretendía comprar y sujetó suavemente por los hombros, la otra chica simplemente bajó la cabeza.

- ¿Phany? – susurró la pelinegra

- Esto.. Esto está mal… -musitó la chica

Por un momento quedaron así,  sin decir nada, con las respiraciones agitadas, cuando de repente la chica de capucha se soltó del agarre de la bajita y apresuró el paso hacia la salida. La pelinegra se quedó por un segundo inmóvil, estaba pensando en todas las posibilidades por las cuales Tiffany estaría en ese estado, temblaba, no sabía qué hacer… Apretó sus puños y reaccionó siguiéndola rápidamente.

Una vez afuera la castaña no sabía hacia dónde correr para huir de la bajita, miraba a ambos lados con cierta precaución, como si estuviese escondiéndose de alguien más a parte de la pelinegra.

- ¡¡TIFFANY!! – gritó Taeyeon

La castaña se detuvo en seco y nuevamente miró a su alrededor, algo pasaba, la pelinegra se dio cuenta, pero no entendía nada, la chica se acercó a la pelinegra haciendo ademanes para que bajara la voz o para que se callara. La pelinegra se sentía mareada, no sabía qué pasaba. En esos momentos pasó un carro, bastante lujoso, ante el cual la castaña abrió mucho los ojos y comenzó a hiperventilar.

- Phany ¿Qué pasa? – decía Taeyeon

La chica seguía en una especie de shock. Pero rápidamente tomó a la bajita por el brazo y la arrastró hacia el callejón que tenía el super donde estaban no hace unos minutos. Taeyeon le tomo la cara con sus manos, era un agarre firme pero suave.

- Phany mírame – le dijo con suavidad

La castaña tenía la vista perdida, estaba en shock, algunas lágrimas se asomaban. El corazón de la bajita estaba que se le salía del pecho, pero no podía mostrarle eso a la castaña, la idea no era asustarla más de lo que estaba, tenía que calmarla a cualquier costa, pero si tan solo supiera por qué estaba así.

- ¡Phany mírame! -  volvió a decir la pelinegra

Esta vez la chica la miró, sus ojos estaban llenos de lágrimas a punto de rebosar. La pelinegra simplemente intentaba calmarla con su mirada.

- Tranquila, estás conmigo…

Tiffany volvió a poner a vista en el suelo. Taeyeon la tomó suavemente por la barba y la miró dulcemente, tratando de trasmitirle cierta tranquilidad.

- No dejaré que te hagan daño.

Tiffany la miró, y rápidamente abrazó a la bajita, como si su vida dependiera de aquel agarre.

- Taeyeon, no me dejes, por favor. Ayúdame, sácame de aquí – dijo entre sollozos la castaña aún abrazando a la bajita.

- Nunca te dejaré, vamos, te llevaré a un lugar seguro.

Taeyeon se aseguró que el auto que habían visto no estuviese por ahí, y tomando a Tiffany de la mano salieron del callejón al auto de la pelinegra. Una vez dentro, Taeyeon se dio cuenta que Tiffany aún temblaba y estaba con la vista pérdida, simplemente sentada en el asiento de copiloto, ni siquiera se había puesto el cinturón de seguridad. Taeyeon se acercó a hacerlo y la castaña reaccionó alejándose un poco ante la cercanía de la pelinegra.

- Tranquila soy yo – dijo la pelinegra brindándole una sonrisa, abrochándole el cinturón de seguridad a la castaña.

Tiffany se calmo ante este gesto, le gustaba mucho la sonrisa de la pelinegra, incluso cuando esta no sonreía a menudo, pero cuando lo hacía podía alegrar hasta el alma más rota.

Una vez listas, Taeyeon puso en marcha el automóvil y salieron de ahí.

- ¿Tae a dónde vamos? – Preguntó Tiffany ya más calmada.

El corazón de la pelinegra dio un vuelvo al escuchar cómo le había dicho Tiffany. Apretó sus manos en el volante para mantener la calma.

- Ya lo sabrás – dijo seria mientras hacía un giro

La cara de Tiffany, aunque ya estaba un poco calmada, era de angustia. La bajita se dio cuenta.

- Tranquila te llevaré a un lugar seguro. – dijo suavemente dándole una dulce mirada.

La castaña suspiró y se acomodó en su asiento, miró hacia su derecha, pero inmediatamente sentía un miedo irracional de encontrarse con la cara de quien huía, así que cambió de posición hacía su izquierda, encontrándose con una pelinegra que manejaba con una cara de concentración única y la vista al frente. “Quién iba a pensar que tú me salvarías. ¿Por qué con solo verte me calmas todos mis temores? Sólo mírate, pareces una niña de 4 años. Gracias por estar en mi vida Kim Taeyeon” Pensaba la castaña al verla mientras sonreía. La pelinegra se sintió que alguien la miraba y le dirigió una mirada y Tiffany reaccionó rápidamente mirando hacia el frente. Taeyeon soltó una risa al ver la reacción de la castaña.

- ¿Qué tanto me mirabas Tiffany? – Preguntó la bajita mirándola pícaramente, mordiendo su pulgar.

La luz del semáforo estaba en rojo.

- ¿Yo? – gritó Tiiffany

- Sí, tú – dijo suavemente – Te pillé.

- Nada… pues, eh, yo... eh – Balbuceaba la castaña

La luz se hizo verde.

- Te has salvado – dijo la pelinegra riéndose un poco, poniendo la vista al frente y nuevamente presionando el acelerador – Por ahora…

La castaña respiró aliviada. Ya se sentía relajada, al parecer estar cerca de la bajita le calmaba todos los temores y por un momento se olvido de todo lo ocurrido. Se sentía cansada, con mucho sueño, pronto sus ojos se cerraron.

Después de casi una hora de viaje llegaron. Era una casa un poco alejada del centro de la ciudad,  de todo. Era tarde en la noche. Taeyeon se dio cuenta que Tiffany dormía y no quiso despertarla. Entonces se bajó del auto y abrió la puerta donde estaba Tiffany, le quitó el cinturón de seguridad suavemente, viendo que no se fuese a despertar. Parecía un ninja. Tenía que cargarla pero ¿cómo diablos?

- ¡Vamos Taeyeon, sé que no haces ejercicio, pero yo se que puedes! – se dijo a si misma mientras se preparaba para cargar a la castaña.

La bajita se acercó y Tiffany abrió un ojo, y miró a la pelinegra ahogando una risa. Taeyeon se echó hacia atrás, como si hubiese visto al diablo.

- Mira quien atrapó a quien ahora – dijo riéndose de la bajita y bajándose del auto.

La pelinegra sintió arder sus  mejillas y sus orejas se pusieron rápidamente rojas.

- Vamos, es tarde, entremos.

Ambas se dirigieron a la casa, como era de noche, no se apreciaba bien, pero era una especie de casa-campo pequeña, con árboles y muchas flores a la entrada, la cual era amplia. Taeyeon abrió la puerta y entraron.

- Éste es mi pequeño secreto – suspiró y miro al rededor – era la casa de mi abuela – dijo sonriendo la bajita mientras ponía su abrigo en el perchero y dejando las llaves del auto en la mesa – aquí nadie nos encontrará, así que nos quedaremos esta noche aquí, ponte cómoda. 

- Gracias Taeyeon.

Taeyeon se dirigió a la cocina a preparar algo, mientras Tiffany estaba sentada en el sofá de la sala frente a una chimenea, estaba bastante cálido, en comparación afuera que estaba helando. La castaña miraba el fuego y se perdía en los pensamientos, pensaba en todas las posibilidades de que esto podía salir mal, sacudió la cabeza y vio que Taeyeon que venía con dos tazas de ramen.

Se sentaron en la mesita sentadas en el suelo. Tiffany acabó en un abrir y cerrar de ojos.

- Vaya chica sí que tenías hambre ¿eh? –dijo la bajita sorprendida

- Lo siento, pero sí – dijo Tiffany – Estaba delicioso Tae,  muchas gracias.

Una vez terminaron recogieron todo y Taeyeon trajo un par de botellas de soju, se sentaron en el sofá.

- Toma – le extendió un vaso de soju a la castaña

- Gracias – dijo tomándolo – lo necesito – y lo tomó de golpe.

- Hey, tranquila no quiero que te emborraches – dijo riendo

- Qué más da… vamos dame otro.

- ¡Calma!

Ambas rieron.

- ¿Así que esta casa era de tu abuela? – preguntó curiosa Tiffany

- Sí, me la heredó.

- Oh, entiendo.

- Sí, sabes, ella fue la única que realmente me apoyó en todo. Cuando decidí ser abiertamente gay, mi padre me dio la espalda y quitó todo apoyo económico – suspiro – mi madre por tan solo no contradecirlo y ser una sumisa ante él, no dijo nada. Me echaron de la casa Phany, pero solo una persona creyó en mí y nunca me juzgó, esa persona fue mi abuela, la madre de él. Siempre le preguntaba que cómo una persona tan buena como ella había engendrado a alguien tan insensible como mi padre. Ella siempre me decía que no conocía su verdadero ser, que él en realidad era bueno  y que él simplemente estaba dolido, en realidad  yo nunca lo acepté, y siempre he vivido con la idea de que él está muerto, desde el momento en que me rechazo, no tanto por el hecho de que me haya echado,  ni mucho menos porque me haya quitado el apoyo económico, igual eso nunca me importó, soy lo suficientemente autosuficiente como para no necesitar de su ayuda nunca.

- Pero Tae es tu papá – dijo Tiffany

- Y es que yo nunca lo he negado

- Sí pero-

- No creo conveniente hablar de eso ahora…

Se hizo un silencio. Tiffany sintió que había incomodado un poco a Taeyeon y cambió de tema.

- ¿Y nadie sabe de la existencia de esta? –preguntó la castaña.

- ¿por qué lo dices?

- Pues dijiste que era tu pequeño secreto…

- Ah~ Sí, sí, Nope, nadie sabe. Y ojalá no esparzas el rumor en la oficina, ni mucho menos le digas que te traje aquí – dijo entrecerrando los ojos mirándola fijamente.

- YAH~ por quién me tomas Kim Taeyeon

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