Un lugar adónde ir en invierno

Un sótano en SM Town

La promoción de “Pink Tape” terminó en el otoño. En las últimas presentaciones las cinco chicas podían sentir en el cuerpo el frío de la última parte del año, una especie de aviso que se les metía por la falda y les trepaba por las piernas como un montón de hormigas de hielo. Bailar ya no era tan fácil; las flexiones de Victoria ya no eran plenas; el último tiempo de los altos de Luna era un sonido agudo mezclado con algo de vaho; Sulli se mostraba más apática, como si acabara de levantarse de una cama mullida y quisiera volver a ella; Amber, quizá por llevar ropa más larga y gruesa, resistía bien los estragos del clima, pero en Krystal el frío no sólo le atacaba la piel, se le metía por los poros y parecía que tocaba su alma. La calidad de su baile no mermaba, pero su expresión era más seria que nunca. El resto de las integrantes de f(x) y todo el equipo alrededor de ella lo notaban, mas no podían siquiera acercarse a preguntarle qué le pasaba. No era falta de voluntad ni de interés hacia la maknae, algunos lo habían intentado, pero esos ojos gélidos, esa boca como cuchilla congelada frustraban cualquier acercamiento. En ningún otro momento había merecido tanto el apodo de “Ice Princess”.

Pero antes de que todo se resquebrajara como carámbanos o se despeñara como alud llegó la última presentación de ese ciclo, después de la cual organizaron una reunión, una especie de fiesta de despedida antes de que cada una se dedicara a sus proyectos en solitario.

Habían alquilado un salón en un hotel de Gangnam, un lugar amueblado a la manera coreana tradicional y donde incluso las personas que les servían vestían de hanbok. Alredor de la mesita baja, sentadas sobre un tapete de bambú, las cinco chicas comían y bebían. Estaban felices, pero el eco de sus risas en el espacio semivacío le daba un toque tétrico a la velada.

Victoria miró en derredor, como siguiendo los tumbos que entre los arabescos y molduras daba la carcajda más reciente de Sullli.

—Suenas como una bruja —dijo. A Sulli no le hizo gracia.

Amber intervino para detener la pelea antes de que empezara:

—¿Conocen la leyenda de Eco? Es un mito griego, ella, Eco era una ninfa, entretenía a la diosa Hera con su plática, tanto, que Seuz, esposo de Hera, aprovechaba su distracción para irse con otras mujeres. Hera supuso que Eco era cómplice de Seuz, y la castigó condenándola a que sólo pudiera repetir las últimas sílabas de las frases que escuchaba.

—¿Cuál es el propósito de esa historia? —Victoria, últimamente reducida al papel de hacer coros, se sintió aludida.

—Bueno, en principio, explicar qué es el eco. La recordé porque en este lugar hay mucho.

—Estás diciendo que aquí hay una ninfa que repite nuestras palabras? —Sulli jamás había escuchado de mitos griegos y se lo estaba tomando literal.

—Sólo recordé la historía, perdón si las aburrí.

Si alguna se aburrió no fue a Luna, que levantó la mirada de su tazón de arroz y preguntó con seriedad y auténtico interés:—¿Qué es una ninfa?

—Es un espíritu...

—¿Como un fantasma?

—Más o menos.

—¿Creen en fantasmas? —preguntó Sulli sonriendo con los ojos. “...asmas, ...asmas” repitió el eco.

—Una vez vi uno...

Todas voltearon hacia Krystal, que chupaba una rama de apio como si fuera un caramelo.

—Era muy pequeña. Jessica, mi hermana, ya practicaba en la academia de SM. Yo aún no era alumna, pero en ocasiones la acompañaba. Me gustaba verla bailar, pero sobre todo me gustaba el ambiente de la academia, sus pasillos llenos de gente cantanto, de chicos hablando solos porque practicaban los diálogos de alguna obra. A veces caminaba absorta y no me daba cuenta por dónde iba. En ocasiones me sentía perdida y debía encontar el camino de regreso guiándome por el ruido, las voces, las notas musicales. Pero una vez todo fue diferente. Entre más caminaba en busca de un rastro de vida, más silencio hallaba. Ahora la academia no me parece tan grande, pero en ese tiempo, mi edad, mi desconocimiento, incluso mi tamaño hacía que todo se viera más grande.

Escuché pasos y los busqué, vi una silueta y la seguí. Tardé en comprender que esos pasos eran los míos repetidos por el eco (“eco” -“eco”), que esa silueta era yo al pasar frente a los espejos de los salones vacíos. Sentí miedo. Pero más que el miedo de estar perdida lo que me asustaba era la atmósfera que de repente se había posado sobre todo. Una atmósfera de pesadilla, de enfermedad; se me figuraba que el aire se había vuelto agua y que me encontraba flotando, respirando algo espeso que dejaba una viscosidad amarga en mi garganta.

No puedo precisar en qué habitación lo vi, ni siquiera en qué piso... había deambulado tanto. Iba asomándome a cada salón, buscando a cualquiera, rezando y pidiendo ayuda sin pronunciar palabra. De repente, frente a un espejo cubierto por un lienzo, vestido con un saco negro y largo, de espaldas a mí, vi a ese fantasma. Una especie de cinturón rojizo le colgaba desde la cintura, su cabello daba la impresión de estar sucio, grasiento, y sin embargo se movía, como mecido por un viento que yo no sentía.

No me gustó. Tuve temor desde el primer momento, pero entre pedirle ayuda a esa figura tétrica o seguir perdida elegí lo primero.

—Oppa —le dije. No me contestó. Me acerqué unos pasos y volví a llamarlo. Intenté jalar su saco para tener su atención pero no me atreví, dejé mis dedos en el aire, muy cerca de su ropa.

—Oppa... —El ser que entonces creía un hombre común giró la cabeza hasta quedar de perfil, inclinándola un poco para clavar su ojo derecho sobre mí.

Era blanco, casi transparente, casi azul. Tenía arrugas que me recordaban al plástico derritiéndose. A veces creo que entonces se me paró el corazón, porque el miedo llegó a un punto máximo y luego desapareció, porque de repente me quedé paralizada y sin deseos de moverme, porque lo único que sentía era parecido a irse quedando dormida poco a poco pero sin remedio. Lo que sentí después fueron las manos de mamá abrazándome.

—¿Por qué te has alejado tanto? —me dijo—, nos tenías preocupados.

Cuando salíamos de la habitación miré al tipo del traje negro, seguía en la misma posición, pero me seguía con ese ojo tan macabro.

Ahora me parece recordar que antes de que mamá me abrazara la oí llamarme a gritos. Pero no estoy segura.

—Pudo ser un oppa disfrazado, alguien que ensayaba para una obra de terror —apuntó Amber, que no toleraba escuchar a Krystal hablar de hombres, incluso si eran horrorosos o fantasmales.

—No. Mamá no reparó en él cuando me encontró. Le he preguntado: “mamá, recuerdas la vez en que siendo muy niña me perdí en la academia”, me dice que sí, pero cuando le pregunto por el hombre que estaba conmigo me contesta que no había nadie conmigo, que estaba sola.

—Alucinación. Eso pasa cuando nos asustamos, más si somos niñas imaginativas.

Krystal abrió la boca para aclarar que esa no fue la única vez que vio al espectro, ni la única persona que lo vio... pero no quiso seguir. Cada vez que contaba esa historia dudaban de ella, notaba que inspiraba sonrisas burlescas como las que esa vez aparecían en los rostros de Victoria y Luna. Prefirió seguir con la rama de apio, echando el cuello hacia atrás un poco como para tomar cierta altura y mirar a sus compañeras desde ahí. ¿Eran sus amigas? ¡Pero si ni siquiera podían creerle! Por otro lado.. ¿Cuánto ponía de su parte para que ese grupo formado por una compañía se volviera un grupo de amigas? Se tiró de espaldas y pensó levemente en esa situación, mientras las demás reanudaban la conversación, aunque con otro tema.

Muchas personas le habían dicho que era muy callada, demasiado cortante, reservada en exceso. Y Krystal no sabía si esa era la naturaleza de su temperamento o en el camino hacia la fama se había vuelto así. Venía un periodo de descanso, y decidió que lo tomaría para reflexionar sobre el tema, para indagar en sí misma. Visto de ese modo, vacacionar sola no era mala idea. Si todo salía bien, serían sus últimas vacaciones sola, para la próxima vez surgiría de manera espontánea un plan colectivo, una aventura entre amigas.

Un empleado tocó a la puerta. El salón era tan grande que los golpes apenas eran perceptibles, y tuvieron que gritar juntas para indicarle a la persona al otro lado que podía pasar.

—Señorita Luna —dijo el empleado—, su familia ha llegado por usted, la esperan en el vestíbulo.

Luna dijo que sí con la cabeza y se despidió de sus compañeras. Volverían a verlas en diciembre, en el concierto de Navidad.

La salida de Luna hizo una fisura que requebrajó la reunión.

Sulli no ocultó sus bostezos y manifestó su deseo de dormir y su plan de pasar unos días en la playa.

—¿Ustedes viajarán?

—Veré a mi familia en China —dijo Victoria.

Amber pareció esperar la respuesta de Krystal para luego dar la suya.

—Viajaré, pero aún no decido adónde.

Las cuatro chicas se abrazaron y así salieron del lugar. Inmediatamente después entró un empleado más para limpiar.

—Alguna quiere que la lleve —preguntó Victoria a Krystal y a Sulli, quienes no habían llevado sus autos.

—Lleva a Sulli, yo visitaré algunas tiendas —dijo Krystal.

—Si quieres te acompaño, puedo ser tu chofer —Amber sonreía con su bella expresión de llama, pero nada podía quitar la impavidez del rostro de Krystal.

—No temolestes, prefiero ir sola.

—Tú sabes que no me molesta.

Sulli subió al coche de Victoria sin despedirse, antes bien, apenas se abrochó el cinturón de seguridad ordeno a Victoria que acelerara.

—De verdad prefiero ir sola... —insistió Krystal.

—Vamos, ¿qué te pasa? —Amber acariciaba la cabellera de Krystal, nuevamente negra y natural después de que para las fotografías de su último disco tuvo que teñírselo de rosa.

—Hoy no, Amber. De verdad necesito estar sola.

—No puedes andar sola por ahi...

—Ya me las arreglaré, no te preocupes.

—¿Por qué siempre tienes esa actitud?, ¿sabes el tiempo que hemos perdido por tu comportamiento tan... tan extraño?

—Yo no te obligué a enamorarte de mí...

Amber amaba a Krystal, la amaba desde la primera vez que la vio, aquella tarde en que un ejecutivo de SM les habló del concepto f(x). Y sin embargo sentía pudor e incluso molestia cada vez que Krystal le daba a entender que conocía hasta el último pliegue de su corazón. Tuvo que bajar la cabeza y quedarse callada. Cuando volvió a mirar al frente, Krystal ya se alejaba, caminando con un paso que de cierto modo recordaba la firmeza de los caballos y la fragilidad de las flores.

Amber subió a su motocicleta y se alejó haciendo rugir el motor, como mandándole un último mensaje a la chica que tanto quería, como gritándole, quién sabe si cosas de amor o reclamos de desamor.

 

Apenas unas cuadras adelante, Krystal tuvo que abordar un taxi. Los transeúntes la reconocían y le tomaban fotos, algunos le gritaban e incluso intentaban saludarla.

Tam Gu, el taxista que tuvo la fortuna de cruzarse en su camino, había terminado con su jornada, pero no pudo negarse ante la exquisita silueta que lo llamaba. Por el retrovisor vio el perfil de la chica cuando subía, su cara cuando le indicaba la dirección a la que iba.

En el primer semáforo volvió a mirarla.

—Eres Jung Soojung, ¿no? Krystal de f(x)...

Krystal se puso las gafas negras y se puso a mirar por la ventanilla. Ningún otro gesto hubiera confirmado mejor las sospechas del conductor.

 

Si Krystal quería aprovechar sus vacaciones para reflexionar sobre sí misma debía viajar a un lgar donde nadie la conociera, o donde la conocieran poco. Una vez que llegó a su departamento se puso a girar un pequeño globo terráqueo que alguien le había regalado, deslizaba la uña de su dedo indice por la esfera hasta que la presión y la pérdida de impulso detenía el mundo. La idea era que el primer país que quedara bajo su uña fuera su destino, pero hubo algunos inconvenientes. El primer punto señalado era el Océano Atlántico, el segundo el Pacífico, cuando su dedo tocó tierra el país elegido fue Japón, un sitio donde no pasaría desapercibida. Luego se dio cuenta de que ese truco no era tan al azar como quería, después de todo sabía bien qué países había en el hemisferio Sur y cuáles en el Norte. Tuvo una idea mejor, a primera hora se presentaría en el aeropuerto y se acercaría al mostrador donde hubiera menos clientes. Compraría un pase para el primer vuelo disponible, sea a donde fuere, en ese país al que llegara tomaría un vuelo más, siguiendo el mismo procedimiento, el cual repetiría hasta encontrarse en un lugar donde no la reconocieran tan fácilmente, o hasta sentirse exahusta o muy gastada. La idea le gustó, y se durmió con una sonrisa en los labios.

 

Si alguien la hubiera visto mientras dormía, hubiera notado que la sonrisa con que se había acostado fue deformándose. La curva feliz de sus labios se volvió una recta, y después una mueca de tristeza. Su boca temblaba, como si mascullando, como llorando. Una pesadilla ocurría dentro de su cabeza. Eso nadie habría podido verlo y, al despertar, la propia Krystal sólo conservaba la sensación de espanto, sin que pudiera precisar qué lo había provocado.

Su primer suposición fue que había soñado con el espectro de la academia de la SM, pero creyó que tal vez pensaba eso porque una noche antes había hablado de él. Consideró el asunto sólo por unos minutos, luego se metió a la ducha con la idea de poner en marcha su plan de vacaciones azarosas.

 

El mostrador con menos gente era el de United Airlines, un vuelo a Tokio. Desayunó en la capital japonesa y se subió a un avión rumbo a San Francisco, ahí tuvo ganas de dormir. Al día siguiente voló a Nueva York y luego a Vancouver, pasó a México y luego a San José, en algúna conexión decidió hacer viajes más cortos, a ciudades más pequeñas, pasar de los aeropuertos a las centrales de autobuses y seguir a una persona al azar hasta encontrar un lugar cómodo. Un día, quizá una semana después de que saliera de Seúl, se encontró en un pueblo costero donde alquiló una cabaña y se dispuso a descansar.

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Comments

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aleschiffer13 #1
Chapter 3: Continúa la historia, me gusto mucho
isidora46859 #2
Realmente está muy buena tu historia ;) continua haciéndolo ♡
everytime #3
Chapter 2: Tu historia es increible me encanto sigue escribiendo plisss
L_ight_ #4
Chapter 2: Wow! me dio escalofrío!!
continua :D
Skyth06
#5
Fue estupendo , y comparto tu manera de pensar la vdd , espero el sig cap!
KwonGG #6
Chapter 1: Wow! Tu historia hasta el momento me a gustado, sobre todo por Krystal quien es mi ejemplo a seguir. Espero tu siguiente capítulo y deverdad quiciera que la historia se base en Krystal. Tu historia apezar de ser el primer capítulo es unica.
#KRYSTALIZED♥