I Hate

Joker's Obsession

POV ChanYeol

 

Odiaba que las personas me vieran como alguien inferior o me ignoraran, la causa de aquel odio fue por mi familia.

 

Era hijo único, pero a pesar de ello mis padres nunca me malcriaban ni nada parecido. Desde que puedo recordar, mis padres siempre me castigaban y reprendían por mis pequeños errores o incluso por cosas de las que no tenía culpa; sin embargo, cuando obtenía algún logro o destacaba en algo, ellos nunca me felicitaban por mi esfuerzo. En la escuela intenté ser el mejor alumno, pude ser miembro del consejo estudiantil y muchas veces gané medallas y trofeos del primer lugar en los diferentes campeonatos regionales. Pensé que ser bueno en los estudios les alegraría, pero fueron indiferentes a lo que pasaba en mi vida.

 

Logré ingresar a la universidad S y seguí la misma carrera que mi padre había estudiado por órdenes de él. No me gustaba la carrera de Derecho, pero di lo mejor de mí para salir sobresaliente. Mis notas eran buenas, pero no lo suficiente como para destacar entre los demás alumnos de mi carrera, por ello mis padres contrataron a un tutor privado.

Supe que mi tutor era alguien de mi misma edad, aunque solo le faltaba un año para acabar la carrera de Derecho. Eso se podría explicar a que entró a la escuela antes de lo normal y en esta se saltó dos años por su excelente rendimiento, de igual manera sucedió en la universidad, al adelantarse varios cursos pudo dejar de estudiar los dos años que normalmente hacía cualquier alumno. Era muy reconocido y querido en la universidad por sus perfectas notas y su personalidad extrovertida.

Cuando lo conocí pude admitir que era muy atractivo y rápidamente me di cuenta que era una persona culta, hábil e inteligente por su manera de enseñar, explicar, tratar y hablarme. Lo primero que me atrajo de él fue que cada vez que reía, sus ojos se achicaban y lucía adorable, además de que era de baja estatura por lo que aparentaba ser alguien que necesitaba de protección, pero luego de conocerlo mejor me di cuenta que en verdad era alguien muy estricto y sabía cuidarse muy bien.

Pasaron cinco meses desde que comencé con las tutorías junto a él, al estar tanto tiempo juntos, pudimos conocernos más y llegamos a ser muy buenos amigos, inclusive a veces salíamos a relajarnos para despejar nuestras mentes de los estudios.

 

Con el pasar de las semanas me di cuenta que en mí afloraban sentimientos nuevos hacia él, aunque no sabía qué tipo de sentimientos eran, solo sabía que eran agradables.

Comencé a preocuparme más por su persona, por lo que no dudé en seguirlo hacia su habitación, que se encontraba cerca de la universidad, luego de que las tutorías acabaran. A partir de entonces siempre lo seguía, cuidándolo entre las sombras por si alguien quisiera lastimarle. Luego de un par de semanas, comenzó a voltear el rostro, como presintiendo que lo observaban; yo solo optaba por esconderme para no ser pillado, ya que no quería que me tuviera miedo.

Las semanas siguieron pasando y pasando, cada vez sus pasos se aceleraban más e incluso al estar a solo unas cuadras de su habitación, corría con torpeza, como si lo estuvieran acechando. Parecía un pequeño ratón que huía de algún animal que lo consideraba su presa. Era tan adorable verlo de aquella manera que a veces se me escapaban algunas risas.

 

Daba la casualidad que siempre que tenía tutorías con él, mis padres no se encontraban en casa y ese día no fue la excepción. Llegó antes de la hora acordada, pero lo dejé pasar y estaba dispuesto a dirigirme al salón de estudios si es que él no me hubiese interrumpido.

 

"¡Tú eres el que me sigue siempre!", gritó tan alto como sus cuerdas vocales se lo permitían, o eso parecía ya que al final su voz se quebró.

 

Me asombré por su reacción ante lo que yo había hecho, sin embargo mantuve la calma y me acerqué hasta él, llevando mi diestra a su mejilla izquierda y acariciándola casi imperceptiblemente.

 

"Solo cuido de que llegues bien a tu habitación.", le respondí como si me hubiera preguntado, sabiendo que no fue así.

 

Una de sus manos golpeó con fuerza la mía con que acariciaba su mejilla, obligándome a que la apartara de su rostro para luego volver a gritarme, esta vez con ira y mirándome como si le repugnara mi existencia "¡Gay de mierda!".

Aquellas palabras, la forma en que lo decía y en cómo me miraba, me hizo enfurecer. Odiaba que me trataran como alguien inferior, pero odiaba aún más el que me miraran como si fuese alguien anormal.

Apreté mis manos en puños, agaché mi cabeza, dejando que el flequillo ocultara mis ojos, en ese momento seguro rojos por la ira y mi mandíbula tensa por la fuerza con que presionaba mis dientes.

No pude aguantar más y empecé a reír de una manera desquiciada, alzando la vista para verle directamente a los ojos mientras avanzaba hacia él a paso lento y este retrocedía tambaleante. Su espalda chocó contra la puerta de entrada de la casa y pude ver miedo en su mirada, además de que su cuerpo temblaba ligeramente, mis manos se apoyaron en la puerta, a cada lado de su rostro, inclinándome hacia él para dejar que mi aliento chocara contra sus labios, a causa de mi acelerada respiración. Lo tenía acorralado, se veía tan vulnerable de aquella manera, me veía suplicante para que lo dejara ir, pero quería entretenerme solo un poco más con él. "BaekHyun-ah, a partir de ahora sabrás lo que significa vivir miserablemente.", le susurré en el oído, rozando la punta de mi nariz con la piel descubierta de su cuello para luego separarme de él, retrocedí varios pasos y dejé que pudiera huir.

Fue entretenido verlo intentar abrir la puerta varias veces, siendo traicionado por sus nervios y provocándome reír sin pudor, pero luego de unos minutos pudo lograr su objetivo y salir huyendo, alejándose de mí.

 

Él no volvió a darme clases particulares, dándoles la excusa a mis padres de que ahora trabajaba a medio tiempo y que junto con sus estudios le era casi imposible tener tiempo libre.

Sin embargo me las apañé para poder verlo en la universidad, lo seguí muchas veces y él lo sabía, siempre se encontraba nervioso y con el pasar de las semanas unas ojeras se hicieron visibles debajo de sus hermosos ojos, aunque aún así tenía la belleza de un ángel.

 

Los rumores llegaron a mí, enterándome que su rendimiento universitario había bajado. Pude escuchar casualmente una conversación entre un par de profesores, donde se quejaban de que él ya no prestaba atención a las clases y en cambio se ponía a murmurar cosas mientras volteaba repetidas veces hacia la puerta y la ventana, junto a que cada vez que le preguntaban algo, él se hundía más en su asiento, asustado. Mi BaekHyunnie, al parecer, la estaba pasando mal.

Cuando lo vi pasar frente a mis ojos, lo seguí como muchas otras veces, pero esta vez no fue a su habitación, sino que se fue caminando por las calles sin rumbo fijo hasta ya entrada la noche, pude comprobar que iba a ser medianoche al sacar mi celular, por lo que, algo preocupado, me acerqué más a él para alcanzarlo y cuando lo hice él gritó de pánico, tuve que taparle la boca con una mano y ponerlo contra el muro de aquel callejón.

Ninguna persona se acercó a los minutos así que lo solté y lo abracé por la cintura, él solo temblaba y quise tranquilizarlo, pasando una mano por sus suaves cabellos, escondió su rostro en mi pecho, lo cual me hizo sonreír de lado.

Estuvimos en esa posición por mucho tiempo hasta que me atreví a tomarle del rostro con la mano que antes acariciaba sus cabellos, me agaché lo suficiente como para tener mi rostro cerca al suyo, una vez más me miraba con miedo y sus ojos estaban acuosos, inmediatamente los cerró, temiendo que le hiciera algo, pero solo le besé ambos párpados y la frente.

 

"¿Por qué lo haces?" me preguntó con la voz rota.

 

Su voz era tan suave que embriagaba mi ser, "Porque te odio." susurré en su oído, llevando lentamente mis manos a su cuello y cerrándolas sobre este, asfixiándolo y aprisionando mi cuerpo contra él, dejando el suyo entre el mío y la pared para que no pudiera moverse; sus manos intentaron quitar las mías de su cuello, sin éxito.

 

Lo solté a los pocos segundos después de ver que su rostro se ponía pálido y sus labios ligeramente morados por la falta de oxígeno. Él tosió un par de veces antes de verme con los ojos acuosos por lo anteriormente acontecido. “¿P-por qué?” sus labios temblaron al preguntarme.

 

“BaekHyun-ah, te verías hermoso si hermosa boquita tuya no preguntara tanto. ¿Debería cortarte la lengua?” pregunté con una sonrisa ladina en los labios mientras tomaba su rostro con una mano, apretando una de sus mejillas con mi pulgar y la otra con el resto de mis dedos, impidiéndole responder por la fuerza con que presionaba sus mejillas. “Dije que te haría la vida miserable y lo haré.” Contesté tardíamente a su pregunta, mirándole fijamente a los ojos, sin expresión alguna en el rostro. “Te veo luego…” lo solté y me alejé lentamente de él, empezando a caminar por aquel callejón, perdiéndome entre las sombras. “Quizá mientras duermas.” Dije antes de desaparecer por completo de allí.

 

Todo salió sin planearlo ni imaginarlo. El pequeño BaekHyun no pudo soportar más mi presencia así que trato todo lo posible para alejarse de mí, pero nada funcionaba, sabía muy bien que no podía denunciarme porque mi padre era una persona influyente en la política y no le creerían, era el hijo único y ejemplar de una pareja adinerada, ¿y él? Un simple estudiante de Derecho que apenas podía pagar una habitación cercana a la universidad. Me asombró que tuviera las agallas e inteligencia de hacer cualquier cosa para detenerme, aun así, terminé por arruinarle la vida.

 

Había llegado repentinamente a mi casa, cuando mis padres se encontraban en esta, entregándome una caja de bombones caros y luego dejando un beso en mi mejilla, delante de mis progenitores. En ese momento me extrañé por su comportamiento y lo invité a pasar a la sala, él se negó reticentemente y disculpándose de los tres, se retiró.

Dejé aquella caja encima de la mesa central de la sala de estar. Odiaba los dulces, demasiado y mis padres lo sabían. Ellos amaban los dulces así que dejé que comieran de los bombones. “Hijo, ¿eso fue una declaración?” preguntó mi madre con su suave voz. “Vaya, no pensé que este idiota tuviera popularidad entre los chicos…” secundó mi padre, solo me quedé callado y él continuó, “Aunque con las pintas que tiene, claramente se nota que es un desviado. Qué vergüenza.” Soltó con un tono de repulsión, odiaba demasiado a mi padre y a mi madre también porque nunca me defendía de las palabras duras que constantemente me decía.

Menos de media hora pasó cuando terminaron de comerse los bombones y no pasaron ni diez minutos cuando, ambos, empezaron a sujetarse de sus cuellos, tosiendo fuertemente y con lágrimas en los ojos. Mi madre cayó al suelo, intentando respirar, se retorcía sobre la alfombra y mi padre se aflojaba la corbata que llevaba.

 

No mentiré diciendo que en ese momento me asusté. Luego de unos segundos reaccioné y llamé a emergencias, pidiendo ayuda. Les di la dirección y en unos veinte minutos llegaron, llevándose a mis padres. Subí a la ambulancia, pero en camino al hospital los paramédicos que veían sus signos vitales, voltearon hacia mí y negaron suavemente con la cabeza. Mis padres habían muerto.

 

Luego del entierro, al cual asistieron muchas personas famosas, pero que a ninguna realmente conocía, heredé toda la fortuna de ellos, fue un alivio que no tuvieran alguna deuda. La mayor parte de esa fortuna la guardé en el banco y con el resto me alquilé un modesto apartamento en el centro de Seúl.

 

El juicio de BaekHyun fue rápido, la prueba contundente de que era el culpable fue la filmación que una de las cámaras de mi casa había grabado. El cargo de intento de asesinato hacia mi persona y el otro que fue asesinato en segundo grado, homicidio voluntario, logró que su condena fuera de 30 años, en una cárcel fuera de la ciudad de Seúl. BaekHyunnie lloró luego de que lo sentenciaran y entre sollozos se lo llevaron de la sala.

 

Ahora estaba lejos de mí, sin mis acosos, pero era tan miserable como siempre quise que lo fuera. No mentiré al decir que sentí lástima por él o por mis padres. No. Todos ellos se lo merecían, por menospreciarme y tratarme como un animal, como un inepto. 

 

 


 

Espero que les haya gustado el capítulo, espero haber reflejado bien los sentimientos y punto de vista de ChanYeol.

Intentaré actualizar pronto. 

Cuídense♥.

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Comments

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Palabra_viva #1
Quiero otro capitulo, lo necesito...
Ailyn21 #2
por favor cuando vas a actualizar :'(
PeachboyDKS
#3
Chapter 3: actualiceporfavor
Lumars #4
Meses esperando u_u a la vez que uno encuentra un fic demasiado bueno con solo 3 caps, no lo actualizan...pero bueno, espero que puedas actualizar pronto...muy buen fic...
Ra_Hoon_Sung #5
¿No hay más? ¿Por qué no hay más? No me hagas sufrir, quiero saber más, por favor te lo suplico sigue subiendo...
woodoong #6
Chapter 3: Ay Chanyeol eres un csm!!! Ojala y Kris encuentre a Kyungsoo pronto. O sino Yeol se lo va a violar salvajemente...eres una escritora genial Lian Yu c':
nata_omg #7
Chapter 3: adfkjaodkfmalskfmalsf Chanyeol se lo va a violar salvajemente xDD
nata_omg #8
Chapter 2: lksldkfsdlfsd nunca volveré a ver la sonrisa de chanyeol de la misma forma :< pero este fic esta muy bueno, sigue asi...FIGHTING! (°^°)/