Adiós, soledad

Cómo Entrenar a tu Dragón [español]

Siempre había estado solo. Era lo normal. Había otros dragones, pero ninguno de mi especie. Nunca vi otro… ¿Cómo nos llamaban los humanos? Ah, sí, Furia Nocturna. Desde que yo tengo consciencia, siempre estuve solo. No recuerdo a mi madre, ni si tengo algún hermano.

Mi vida se limitaba en levantarme cuando los primeros rayos de sol abandonaban el cielo, y camuflarme en la oscuridad de la noche con mi pelaje. Nadie se daba cuenta de que estaba allí, nunca me vieron venir. Dragones, humanos, perros, zorros, osos… Me sentía invisible.

Si alguien me hubiera preguntado si me sentía solo, le hubiera dicho que no. ¿Por qué? No conocía otra cosa que no fuera estar solo. Además, que nadie me notara era un punto a mi favor, ya que podía cazar tranquilamente sin temor a ser molestado. Que esa era otra. A ver quién se atrevía a molestar a un Furia Nocturna.

Mi fuego era el más poderoso y rápido. Era un depredador infalible, con una puntería perfecta. Y no había ningún dragón que me igualase en términos de velocidad al volar. Quizás el Nadder se acercara, pero yo seguía siendo muchísimo más veloz.

Y todo cambió aquel día.

Sabía que era peligroso pasar por encima de la aldea de los humanos. Los humanos son criaturas sanguinarias, que matan a todo lo que les parezca amenazante, aunque no tengan motivos para hacerlo.

Iba volando tan tranquilo cuando de repente oí un estampido. Giré la cabeza para ver de dónde venía aquel sonido, pero ya era demasiado tarde. Sentí cómo mis patas y mis alas quedaban aprisionadas, sin poderse mover, por lo que fue imposible dejar de caer y caer.

Puede que aquel fuera el impacto con más intensidad de toda mi vida. Caí con tanta fuerza que rompí un par de árboles, y avancé unos cuantos metros. Me dolía todo el cuerpo, y lo único que quería era encontrar un árbol donde colgarme en la Isla de los Dragones y dormir, dormir hasta olvidar todo lo que había pasado. Pero estaba inmovilizado. Así que supe que aquel sería mi fin.

Nunca un dragón había visto a un humano de cerca sin atacarle y haber vivido para contarlo. Nosotros somos más fuertes, pero ellos contrarrestan la falta de fuerza con instrumentos. Y estaba seguro de que pronto vendrían humanos en mi busca, dispuestos a matarme. Esperando lo inevitable, cerré los ojos.

Estaba profundamente dormido cuando sentí una presión sobre una de mis patas. Eso hizo que volviese a la realidad y me diera cuenta de que todavía estaba vivo, y que había alguien conmigo. Respiré con fuerza, protestando silenciosamente por el dolor que me causaban estas cuerdas. No sé cómo, pero sin darme cuenta habían pasado tantas horas que había salido el sol. Quizás fuera la última vez que lo viera.

Abrí los ojos y miré bien al humano que tenía delante. Era una hembra joven, con uno de esos pelajes que se hacen ellos. En sus manos sostenía lo que yo pensaba que sería mi sentencia de muerte. Un artilugio puntiagudo, que brillaba cuando le daba el sol. Si me lo hundía en el cuerpo, sería mi fin.

Pero por alguna razón, la humana parecía tener una lucha interior sobre si matarme o no. Parecía que me tenía miedo. Ja, miedo… ¡Soy yo el que está atado, y tú tienes un cuchillo en tus manos! ¿Por qué tardas? ¡¿Por qué me haces sufrir?!

Logro entender algo de que no soy un animal pequeño e indefenso, y que he matado a otros humanos. Obviamente, si me amenazan yo no me voy a quedar quieto sin hacer nada…

La humana pareció armarse de valor y levantó el cuchillo, lista para asestar el golpe que acabaría con mi vida. Yo, sabiendo lo que por fin me esperaba, cerré los ojos y dejé caer la cabeza hacia detrás.

Pero la puñalada no llegaba. Pasaron los segundos, y la puñalada seguía sin llegar. Cuando me sentí el cuchillo cerca de mi piel, no estaba atravesándola, sino cortando las cuerdas que me aprisionaban. Al sentir que por fin todas mis extremidades podían moverse libremente, me abalancé contra la humana, tirando lejos el cuchillo.

¿Ahora no eres tan valiente, verdad? Mírala temblando, con el miedo reflejado en sus ojos… Además, es tan pequeña… Con un simple zarpazo sería capaz de mandar su cabeza volando lejos.

 

Podría matarte fácilmente.

Es más, debería hacerlo.

Pero no lo haré.

 

Los humanos son seres sanguinarios, que al ver un dragón lo primero que piensan es en matarlo. Nunca he conocido a nadie que tuviera contacto con los humanos de forma amigable. Bueno, los humanos de los pinchos… Pero esos no cuentan, pues nuestro contacto con ellos no es exactamente amigable.

No matarla era suficiente para pagar mi deuda por haberme soltado. Rugí lo más fuerte que pude para indicarle que se fuera y no volviera. Y también porque por su culpa la cola me duele muchísimo, y no sé por qué…

Después de rugir, levanté el vuelo e intenté avanzar, pero era imposible mantener el equilibrio. Mi grácil vuelo que siempre había ido en línea recta y rápido, ahora era tan difícil de controlar que lo de volar sin comerme algún árbol no fue posible. Sin darme cuenta, saltando de árbol en árbol llegué hasta una depresión donde caí sin remedio al lago que había en el centro. Después de salir a la superficie y sacudirme para quitarme el agua de encima intenté de nuevo levantar el vuelo, pero por más que intentaba mantener el equilibrio siempre terminaba comiéndome el suelo.

El sol se puso y luego volvió a salir, y yo sin embargo no dejé de intentar echarme a volar. No podía quedarme allí. Un dragón atrapado era un dragón muerto.

Las horas pasaron y pasaron, y yo me encontraba en mi intento número ciento veintidós de volar. O ciento veintitrés. No estoy seguro. Mi cuerpo se empezaba a sentir débil por la falta de comida y el excesivo esfuerzo de echarme a volar y caer acto seguido.

Aprovechando que había caído al lado del lago eché la cabeza al agua e intenté coger algún pescado, pero estaba demasiado cansado para hacer nada.

De repente oí un sonido que venía desde las paredes de la montaña. Levanté la vista y vi a la humana, con unas hojas en la mano. No parecía asustada, ni peligrosa. Era… ¿Es curiosidad eso que veo en sus ojos?

Intrigado ladeé un poco la cabeza y me fijé mejor en la chica. Si estuviera a mi lado y tuviera la oportunidad de matarme, ¿lo haría? No lo parecía.

Minutos después la chica se fue y me volví a quedar solo en aquella depresión. No es que me quejara, ya que estaba bastante acostumbrado a estar solo, pero… No sé, de repente la soledad ya no era tan atractiva…

Estaba muy cansado, así que decidí incendiar una porción de hierba para hacerme un lecho donde poder dormir. Cuando volví a abrir los ojos, ya era de día.

Tenía hambre. Mucha hambre. Para colmo, había pocos peces en el lago, así que no podía saciarme. Tras dar vueltas por aquel lugar intentando encontrar algo para comer sin resultado, mi nariz cogió el aroma de un pescado. Y se estaba acercando.

Rápidamente me escondí tras una roca grande que había por allí. Quería tener una vista mejor de aquel lugar.

Al poco tiempo apareció la misma humana de ayer, portando un pescado en sus manos. Iba vestida con estos pelajes vistosos que utilizan los humanos que llegan hasta el suelo, e igual que todos los humanos, carecía de pelo en el cuerpo excepto en la cabeza, el cual era tan largo que le llegaba hasta la cadera.

Con cuidado salí de mi escondite y me acerqué con precaución a la humana. Tenía hambre. Pero la humana podía ser peligrosa. Pero tenía hambre. Pero la humana podía ser peligrosa. Pero tenía hambre…

La miré a ella y luego al pescado. Me lo estaba ofreciendo.

Fui avanzando lentamente, pero cuando estuve cerca de ella me di cuenta de que llevaba un cuchillo. Suelta eso humana, porque si piensas que no me voy a defender, estás muy equivocada.

Sin embargo, pasó lo que menos me esperaba. La humana cogió el cuchillo y lo tiró al suelo. Oh, eso era diferente.

Acto seguido, utilizó una de sus patas inferiores para levantarlo, y lo tiró al agua. ¿No me iba a matar? ¿Ni siquiera a intentarlo? ¿Y además me ofreces comida? Humana, me estás empezando a caer bien.

Igual que antes avancé hacia ella, pero esta vez con algo más de confianza. Cuando estuve lo suficientemente cerca saqué mis dientes retráctiles y le quité de la mano el pescado. Y obviamente, aquí no iba a comer yo solito. Las cosas han de ser justas.

Me acerqué lentamente a la humana, la cual algo asustada fue retrocediendo hasta quedarse atrapada entre una piedra y yo. Aprovechando que ya no se podía mover, regurgité un trozo del pescado para ella y me senté sobre mis patas traseras, esperando a que se lo comiera.

Sin embargo, ella me miró sin entender nada. Oh, vamos, no es tan difícil. ¿Ves ese pescado? Sí, ese. Es para ti. Venga, pégale un mordisco. Exacto, así se hace.

Después hizo una mueca que nunca había visto en ningún animal. Levantaba las comisuras de la boca y enseñaba los dientes, pero no de una forma amenazante. Parecía más bien… Alegría. Intrigado, levanté mis comisuras no sin dificultad, y la imité. Esto es más difícil de lo que parece.

Lentamente se levantó y acercó la mano hacia mí, intentando tocarme. Ah, no, eso sí que no. Sigo odiando a los humanos, y tú no eres una excepción. Aunque a ti no te odio tanto. Solo soy justo, ya que no me mataste, por lo que yo no te mataré a ti. Así que rápidamente adopté una posición más defensiva y me alejé de ella.

Estaba cansado, así que decidí prenderle fuego a unas hierbas para hacerme un lecho y dormir un ratito. Levanté la vista, y en el cielo logré distinguir una bandada de pájaros que volaban hacia el sur. Yo nunca podría volver a volar… Estaba condenado a quedarme en tierra, para siempre.

Estaba empezando a coger el sueño cuando noté una sensación extraña, y me dio por abrir los ojos. La chica estaba sentada al lado mío, mirándome con entusiasmo. Oh, genial, ya estás otra vez aquí… Me pasé el ala por encima y acerqué mi cola al cuerpo para cubrirme. Cuando levanté la cola para asegurarme de que la humana no intentaba nada, la pillé intentando disimular que había querido pasar su mano por mi pelaje. Bueno, dormir colgado tampoco me parecía tan desagradable…

Tras unas cuantas horas me desperté algo aturdido, intentando recordar lo que había pasado. Ah, sí. La humana. Y el pescado.

Miré a mi alrededor. El sol empezaba a ocultarse, y los primeros rayos rojos y naranjas empezaban a pintar la puesta de sol. Tras examinar aquel sitio supuse que la humana se habría ido, porque no estaba cerca de mí. Pero no, todavía no se había ido. Estaba sentada en el suelo, lejos de mí.

Parecía muy concentrada. Mm… ¿Qué estaría haciendo?

Me acerqué a ella sigilosamente y me puse a su lado. Ella no pareció enterarse de que yo estaba allí, lo que me dejó más tranquilo. Tras fijarme bien, en lo que estaba haciendo, me di cuenta de que estaba haciendo mi cara en el suelo, trazando sobre la tierra con un palito.

¡Ajá! ¡Eso yo también sé hacerlo!

Corriendo, fui hasta el árbol más cercano y lo partí por la mitad, y sosteniéndolo con la boca empecé a trazar líneas en el suelo. Una por aquí, una curva por allí. Creo que ya está. Déjame mirarla, a ver si… Ay, el ojo, se me había olvidado, que luego la chica no puede ver…

Gruñí suavemente, pidiéndole una opinión. Ella se levantó asombrada, sin poderse creer que un dragón hubiera podido crear semejante obra de arte. Sí, ya lo sé, soy impresionante.

Se va a echar a caminar… Oye, no vas a pisarl--- ¡¡OYE!! ¡¡NO LO PISES!! Ah… Menos mal, ha levantado el pie. Me ha costado hacerlo, no es justo que lo estropees y-- ¿Eh? ¡Lo has vuelto a pisar! ¡Y en el mismo sitio! ¡¡QUE LEVANTES EL PIE!! Uf, bueno, menos mal, lo levantó… Pero… Oye, no irás a… ¡¡¡VALE, SI SIGUES PISÁNDOLO NO ESTARÁS VIVA PARA CONTARLE AL MUNDO LO BUEN DIBUJANTE QUE SOY!!

Levantó el pie. Y parece entender que no quiero que lo pise, ya que está yendo de hueco en hueco. ¿Ves? ¡Así sí!

Está dando vueltas, teniendo cuidado en dónde se apoya. Ha levantado un poco el pelaje que tiene, ya que no podía ver exactamente dónde pisaba, y nunca había visto las patas inferiores de una humana de esta tierra. Resulta que son iguales que el resto…

Sin darse cuenta, fue avanzando poco a poco hasta salir del dibujo y quedar justo al lado mío. Me mira con indecisión, y tras reunir un poco de valor, extiende el brazo y lo acerca a mí, intentando tocarme. Yo, por supuesto, le gruño demostrando que no estoy de acuerdo con que me toque.

Y hace una de las cosas más raras que yo he visto en un humano. Esta especie se caracteriza sobre todo en no ceder. Si ellos quieren algo, no paran hasta que lo consiguen, sin pararse a mirar a los demás. Pero esta humana es diferente. Ha echado la cabeza hacia detrás, pero ha dejado su mano delante de mí.

Me está pidiendo a mí que me acerque, sin imponérmelo.

¿Y si esta humana es verdaderamente diferente a los demás? Es el primer humano que veo que no me intenta matar, o por lo menos que no parezca que pueda. Estoy seguro que si hubiera sido cualquier otro humano, ya estaría en el otro mundo.

¿Y qué hay de mi cola? Si ella vino a matarme al día siguiente de derribarme, está claro que las cuerdas esas que me apresaron las alas eran de ella. Sin embargo, no puedo culparla. Pensándolo bien, yo ataqué su aldea, así que ella se defendió. Es verdad que ellos nos atacaron primero, pero no creo que hubiera sido esta humana. Así que perder alguna parte de mi cuerpo, como mi cola, podría haber pasado en cualquier momento. Aunque soy el dragón más rápido y el más ágil, y uno de los más fuertes, no soy infalible.

He estado solo durante mucho, mucho tiempo. O a lo mejor no ha sido tanto tiempo, pero cuando uno no tiene a nadie con quien compartir lo que te va pasando en el día a día, parece más. Los pocos días que llevo con esta chica han sido bastante interesantes, por no decir divertidos.

Creo que ya va siendo hora de empezar a confiar en alguien.

Así que vacilé un par de segundos, y me acerqué poco a poco a su mano, hasta que tocó mi cabeza. Era suave, muy suave.

La humana, sorprendida giró la cabeza y me miró con ojos como platos. No estaba seguro de si esto había sido una buena idea, por lo que rápidamente me alejé de ella. Sin embargo, más tarde descubrí que lo menos que querría sería alejarme de ella.

Al día siguiente trajo una cesta llena de pescado. Ay, gracias, aquí me muero de hambre y-- ¿Oh? ¿Qué es eso? ¡Una anguila, una anguila! ¡¡Quítala, deprisa!! Ay, gracias… Mm… Te veo diferente. ¡Oh, te has cambiado de pelaje! ¡Ahora se te ven las patas inferiores!

Ya que ella era mi única fuente de comida, cada día que llegaba con pescado yo la recibía bastante hambriento. En menos de lo que ruge un dragón me terminé todo lo que había allí.

Mm… Noto algo en mi cola. Es como si… ¿Será posible? Bueno, puedo probar, aquí viene una ráfaga de aire. Lentamente abrí las alas y me dispuse a despegar. Igual que otras veces, di un par de aleteos y empecé a descender en picado. Pero cuando me la iba a pegar contra el suelo, de repente subí a una velocidad vertiginosa. Y subí, y subí, hasta dejar abajo aquella depresión. Pero cuando me disponía a irme de aquel lugar para no volver jamás, una fuerza externa me hizo girar y volver. ¿¡POR QUÉ!?

Miré hacia detrás, y vi a la chica sujetando el alerón de mi cola. ¡Por eso no pude dirigir mi vuelo! Pues ahora verás. Muevo mi cola un poco, la agito y… ¡Al lago! Eso te enseñará a no meterte donde no te llaman. ¿Eh? Espera. ¿Por qué no puedo controlar mi vuelo? ¡Me voy! ¡¡QUE ME CAIGO!! Me caí.

Ahí fue cuando aprendí que mi cola no se había regenerado mágicamente, sino que había sido la chica quien me había traído el trozo de cola que me faltaba. Y sería ella la que me ayudaría a volar. ¿De verdad sería capaz de volver a volar algún día, tal y como lo hacía antes?

He de decir que no repudiaba la compañía de la humana. Al contrario. Siempre había tenido la imagen de que los humanos eran animales fieros, salvajes. Sin embargo, mi humana era alegre, y tenía bastante paciencia conmigo, he de reconocer.

Tras varios intentos, me puso una cosa que iba por toda mi cola hasta el alerón, y luego hasta el lugar donde estaba sentada ella cuando me montaba. No era fácil volar, ya que tenía que estar sincronizado con ella para poder ir en línea recta. Aún así, le estaba agradecido, porque sin ella no podía volar.

Un día, nos atrevimos a echarnos a volar encima del mar. Al principio íbamos muy bien: las olas, el olor del mar, gaviotas… Aunque quizás nos emocionamos demasiado, porque cuando íbamos volando en vertical hacia arriba, la humana me pidió que parase, y así caímos en picado los dos. Por suerte, ella tomó los estribos y pilotó incluso sin el papel donde lo tenía apuntado todo.

Ese día sentí que había forjado un vínculo con la humana que ni yo mismo querría romper.

Después de nuestro paseíto, nos sentamos y comimos pescado mientras charlábamos. Yo le ofrecí del mío, pero parece que a la humana le gustaba más ponerlo antes por el fuego. Humanos raros…

-Bueno, dragón, mi nombre es Minjung. No sé por qué no te lo había dicho antes.

Ah, ¿los humanos tenéis nombre también? ¡Perfecto! Llamarte “humana” no es que me entusiasme. Aunque tampoco es que te pueda llamar, no me entenderías…

-¿Estás contento de poder volar de nuevo?

¿Cómo no iba a estar contento? ¡Si no fuera por ti, estaría condenado a caminar! ¡Y un dragón que no puede volar es un dragón muerto! Eres una humana, lo más normal que hubiese pasado es que al verme indefenso me hubieras matado. Sin embargo, me diste alas de nuevo. Vas a ver tú, te voy a dar un lametón en la mejilla que bueno…

-Me alegra saberlo. ¿Sabes? Deberías tener un nombre. No puedo llamarte dragón, porque hay más de un dragón.

Hombre, tengo nombre. El problema es que no creo que con tu sistema de comunicación lo puedas pronunciar. Es un sonido más gutural, algo difícil en humanos…

-Mm… Te veo cara de dragón exótico, diferente a los demás. Por lo que un nombre coreano no te vale.

Bueno, vale, lo que tú digas.

-Y los nombres japoneses o chinos me traen malos recuerdos, así que va a ser que eres de continente que está más allá del mar. Mm… ¿Mike? ¿Joe?

No sé, no me convencen…

-Vale, esos no te gustan. Deja que piense… ¿Henry? ¿Will? ¿Kris?

¡Oh! ¡Ese! ¡Kris! ¡Se parece mucho a mi nombre en dragón!

-¿Henry?

¡Que no! ¡Kris!

-¿Will?

¡¡Kris!!

-¿Kris?

¡¡¡SÍ!!

-¿Kris?  ¿Te gusta Kris? Pues entonces encantada de conocerte, Kris.

Igualmente, Minjung. Tengo la sensación de que a partir de ahora nos veremos muy seguido.

Al día siguiente, cuando Minjung llegó, bajando por las piedras se tropezó y cayó al suelo. Uf, eso tuvo que doler…

Me acerqué a ella dando saltitos, contento de verla. Pero al llegar a donde estaba, la vi llorando. Y estoy seguro que cuando los humanos lloran no es exactamente por estar alegres… ¿Estás bien?

-Hola Kris… Me alegro de verte.-dijo abrazándome.- Bueno, ¿listo para volar?

¡¿Cuándo no estoy yo listo para volar?!

De repente, Minjung se quitó la ropa que llevaba, y se quedó con un pelaje más ceñido al cuerpo. ¡Uh, PESCADO!

Me encanta. Este sitio es bastante bonito, con mucha vegetación, y el lago tiene peces que puedo cazar, pero ella siempre me trae muchos pescados. Creo que nunca me había saciado tanto desde que la conocí…

¿Eh? Estoy oyendo más voces. Y estoy segura de que esa voz no es la de Minjung…

Al acercarme un poco vi a mi humana intentando hacer que otra chica, más o menos de su misma edad, se fuera de aquel lugar. Pero si los humanos son como Minjung, yo quiero conocer a más…

Mala idea. En cuanto la otra humana me vio, sacó un cuchillo del vestido. ¡¿Qué tiene esta especie con los cuchillos?! ¡¡Aparta eso, humana!!

Ah, bueno, ya Minjung tiró el cuchillo al agua. Menos mal. Oh, pero parece que ocurre algo. La otra humana está… ¿enfadada? Lo parece, pero también está a punto de llorar… Y ahora Minjung está corriendo detrás de ella. No, la otra humana se va.

Oye, que esto no tiene buena pinta.

-Sí, ya sé que estamos metidos en un lío…

A mí sólo se me ocurre una idea. Y parece que ella tiene la misma, porque corriendo se subió a mi lomo y despegamos. A ver, que nos acerquemos un poco… Ahí, ya la cogí.

Pero no se calla. Grita. Y grita. Y sigue gritando. ¡Minjung, como siga gritando me va a romper los tímpanos! Ah, mira, allí hay un saliente en el acantilado. La voy a dejar allí, y como no dejo de gritar, allí se queda.

Bueno, parece que Minjung está intentando negociar con la otra humana. ¿Se va a subir a mi lomo también? ¡Bien, así le demostraré que no tiene nada que temer!

-¡Los dragones son criaturas endemoniadas!

¿Qué dijiste? ¡Oh jo jo…! ¡No debiste haber dicho eso!

-Bueno Kris, ahora vamos a ir despacito…

¡Ni modo! ¡¡ESTO ES LA GUERRA!!

Si quiere criaturas endemoniadas, tendrá criaturas endemoniadas. Vamos a ver, un picadito por aquí con extra de gravedad cero…

-¡AAAAAAAAAAAAHHHHHHHH!

Sí, sí, tu grita, que no has visto todavía nada… Estamos llegando a la superficie del mar, vamos a ir hacia arriba ahora. ¡Shiiiuuun! Y ahora… ¡Vueltitas, vueltitas, vueltitas! ¡Yujuuu!

-¡Vale, siento haber llamado estúpido al dragón! Por favor, dile que pare…

¿Ves? Eso está mejor. Aunque lo que me llamaste fue endemoniado, pero bueno, disculpa aceptada. Vamos a estabilizar un poco esto… Velocidad de crucero establecida.

-Kris, ¿de verdad te habías ofendido por lo que había dicho Eunji?

Increíble Minjung, lo dices como si te sorprendieras. ¿A ti te gustaría que te llamaran “criatura endemoniada”? ¿Y entonces tú qué crees?

El sol giró encima de nosotros, y en menos de lo que ruge un dragón el cielo ya estaba anaranjado, preparándose para traer consigo a la noche. Después de volar y volar, (¡¡¡VOLAAAAAAR!!! ¡¡¡ME ENCANTA VOLAR!!!), aterrizamos.

Bueno, fue más bien un aterrizaje forzoso. ¡Minjung! ¡Hay que trabajar más eso!

-Sí, ya lo sé, tenemos que trabajar en el aterrizaje…

Las chicas decidieron que eran muy tarde para volver a la aldea, así que pasaron la noche conmigo. Una llamita y… ¡Puf! Una bonita hoguera para calentarlas. Minjung le estuvo contando a la otra (que me enteré que se llama Eunji) cómo nos conocimos, y que ni ella me mató, ni yo a ella. Qué recuerdo más bonito…

-No te preocupes, volveré mañana.-dijo Minjung antes de irse.

Sin embargo, al día siguiente no volvió. Y mira que esperé. Normalmente suele venir poco después de que el sol ha salido por completo. Y me estaba empezando a empezando a impacientar.

¡Oh! ¡Oigo a alguien bajar por las rocas! ¡Por fin, mira que has tardado y… Tú… Tú no eres Minjung.

-¡Hola, Kris! Minjung se ha ganado un castigo por no haber vuelto a casa el otro día, así que las padres no la dejan venir. Así que yo te daré la comida.-dijo poniendo una cesta llena de pescado en el suelo. Bueno, cuando la abrió resultó que no tenía tantos pescados como cuando me los traía Minjung, pero bueno… Es aceptable. La comida es comida.

-Y también te sacaré a pasear.-dijo recogiéndose el pelo tal y como lo hacía Minjung.

Primero, ¿a pasear? ¿Qué se cree, que soy un perro? ¡Yo no soy ninguna mascota! Y segundo… ¿¡A PASEAR!? ¿¡ESO QUIERE DECIR QUE HOY VOLARÉ CONTIGO!? ¡¡NOOOOO, NO NO NO!!

A ella no me acerco. Salí corriendo a la máxima velocidad que me permitieron mis patas, intentando que no me cogiera. Pero al final (y también porque Eunji era incluso más testaruda que yo, y no dejó de seguirme), me puso la silla, se subió y nos preparamos para volar.

Un paso, dos pasos, tres pasos y ya estábamos en el aire. Y pum. Para el suelo. Quiero a Minjung… Quiero a alguien que sepa controlar los pedales…

-Tranquilo, Minjung me explicó cómo funcionaba. No podrá ser muy difícil.

Oooooh… Gracias. Es todo un alivio.

Volvimos a elevarme, y esta vez no nos caímos. PERO GRACIAS A MÍ. Porque cada vez que Eunji le daba mal a un pedal, yo corregía mi rumbo para adaptarme a la cola y no estrellarnos contra el suelo. Por favor, que mañana ya venga Minjung…

-¿Ves? Te dije que no era tan difícil…

Si no fuera porque si te tiro yo también caigo, no estarías sentada allí, así que no te lo creas mucho.

¿Mm? Estoy oyendo una voz. Y esa voz… Me suena mucho. Pero mucho. Muchísimo.

¡¡Yo no quiero ir!!

¿Minjung? ¿Por qué está gritando? ¿Por qué está llorando? ¡Debo ir hacia ella!

Di un giro bastante brusco en el aire, tan rápido que a Eunji no le dio tiempo de reaccionar y casi nos caemos.

-¡Ey! ¡Kris! ¿Qué haces?-dijo Eunji intentando que no me alejara demasiado. Pero no, debía ir hacia donde estaba Minjung. Estaba gritando. ¡Estaba en peligro!

Por un momento, despegué la vista del cielo y miré a Eunji, implorándole que me hiciera caso y me dejara volar a mí. Por favor…

-Bu-bueno… Pero no te alejes mucho…

Bien, vamos a demostrar por qué me llaman Furia Nocturna. ¡Clic! Estoy seguro de que ahora mismo la cola artificial está puesta para ir a máxima velocidad. Pues vamos allá. Me puse en la postura más aerodinámica posible y plegué mis alas al cuerpo, justo después de darme un impulso que me permitiría recorrer grandes distancias sin hacer apenas esfuerzo.

-¡WOOOOOOOOO!

Ya, no tenía en cuenta a la humana. Pues que se aguante, Minjung es más importante.

En pocos minutos llegamos al sitio desde donde me vinieron los gritos de mi humana, y tras seguir un par de metros vimos a unos caballos, con personas encima. Y Minjung iba encima de uno de ellos, llorando.

¿Qué significa? ¿Qué está pasando? ¡Eunji, se útil por una vez y dime qué pasa!

-Oh… No pensé que esto fuera a suceder tan rápido…

¿Tan rápido? ¡PERO CUÉNTAME EL QUÉ!

-Los padres de Minjung quiere que se case con el hijo de un ministro, y parece que se dirigen a conocerlo.

Vale, me he quedado en treinta y tres. Explica eso mejor. ¿Qué significa casarse? ¿Qué es un ministro? ¿Y por qué los padres siguen decidiendo en la vida de Minjung si se supone que ya es adulta?

-A ver… No me puedo creer que le esté hablando a un dragón. Los… humanos… tenemos ciertas costumbres. Somos como los pingüinos, sólo tenemos una pareja a lo largo de nuestra vida.

Ah, como los dragones.

-Yo creo que deberíamos elegir a nuestra pareja por los sentimientos. Tiene que gustarte tu pareja, y si te atrae, pues mucho mejor.

Como los dragones. Al final no vamos a ser tan diferentes.

-Sin embargo, los matrimonios normalmente los eligen los padres.

¿Por qué iban a hacer eso?

-Así tienen asegurado el futuro de sus hijos y la buena fortuna.

Sigo sin verle sentido. ¿Eso no deberían elegirlo ellos, en vez de sus padres? ¡Los humanos sois unos animales muy raros! ¡Fijaos en las tortugas! ¡Ellas nada más nacer ya son independientes!

-Dicho así, yo tampoco le veo sentido. Estarás pensando que somos muy raros, ¿verdad?

Todavía no me has dicho qué es un ministro.

-Los padres de Minjung quiere que ella se case con el hijo de una persona que tiene un rango alto dentro de la sociedad.

Ah, ahora tiene más sentido. Pero eso es estar con otra persona por interés. Los humanos no sois raros, sois lo siguiente.

-Y es una pena. Mira que el hijo del ministro es feo, pero feo, feo. Y tiene la fama de tratar mal a las mujeres.

¿Qué el tipejo ese con el que quieren emparejar a Minjung la va a tratar mal? Eso es una declaración de guerra en toda regla. Vamos a ver, humana, tenemos que hacer algo. ¡Piensa!

-Es una pena que no podamos hacer nada. Volvamos a casa.

¿¡QUÉ!? ¡¡NI HABLAR!! ¡Piensa!

Un momento… Soy un Furia Nocturna. El dragón más temido por los humanos. Si uso esa carta a mi favor en el momento adecuado, quizás pueda rescatar a Minjung.

-¿Los vas a seguir? ¡Pero si no hay nada que podamos hacer!

Por favor… Soy EL Furia Nocturna. Algo se me ocurrirá.

-Bueno, si no me vas a hacer caso, ¿por lo menos podríamos parar un momento? Me estoy mareando, y además tengo hambre…

Bueeeeeeenooo… Vamos a parar para que la señorita pueda comer y estirar las piernas. No será difícil alcanzarlos después…

Pero nos llevó más de lo que pensaba. Sobre todo porque Eunji se quedó dormida. Y no había manera de despertarla. Humana tenía que ser… Y luego encima me suelta la excusa de que se levantó muy temprano. ¿Tú a qué hora crees que se levanta Minjung todos los días?

Cuando llegamos a donde se dirigían los caballos, nos encontramos una gran ciudad. Oh… Esto impone más. ¿Mm? Allí están tirando cosas al aire. Y hay mucho ruido. Vamos a ver qué hay.

-¡No! ¡Minjung!-gritó Eunji.

Le lancé una mirada penetrante. ¿Quieres que nos oigan y nos descubran? ¡No grites!

Vamos a analizar fríamente la situación:

Hay mucha, MUCHÍSIMA gente en la plaza del castillo, celebrando algo. Y en el centro veo a Minjung y, según Eunji, el hijo del ministro ese. Pero hay algo raro. Minjung… No se está resistiendo. ¿Está caminando siquiera? No parece que-

Oh. Minjung no tiene los ojos abiertos. No voy a preguntar. Los humanos sois muy raros.

Vale, necesito crear pánico. Mucho pánico. Vamos a ver humana, intenta entenderme. Voy a lanzarme allí, rugiendo… Vamos a rugir flojito a ver si me entiende…

-¿Qué pasa?

Yo. Allí. Y luego rujo.

-Creo que te estoy entendiendo. ¿Pretendes bajar allí abajo?

¡Sí! ¡Y me tienes que ayudar!

-Vale, vamos allá.-dijo montándose en mi lomo.

Nooooooo, no, no, no… Tú abajo. Debes ayudarme a causar pánico. Finge. Asusta a los ministros y a los padres de Minjung.

-¿Qué pasa?

Tú. A ver, te señalo con la cabeza. Vas allí abajo. Asusta. Grita, se te da fenomenal.

-¿Que grite? ¿Para qué? Ohh…

Exacto.

-Pues espera.-dijo cogiendo una rama y trabándola en el pedal.- Espero que aguante y que por lo menos puedas volar un poco tú solo. Vamos allá.

Bien. Vamos a ver si esto funciona. Doy un par de pasos y estoy en el aire, planeando. Bien, hasta ahora aguanta. Vamos a ver si es lo suficiente como para sacar a Minjung de aquí.

Tan pronto como entro al recinto, empiezo a oír a las mujeres gritar, y los hombres comienzan a mirarme con furia. Ay, hacía bastante que no me sentía así…

Cuando el hijo del ministro me ve, se asusta tanto que deja a Minjung ahí y sale corriendo. Esto es increíble… Qué machos tiene esta especie, que ni siquiera protegen a la hembra en caso de peligro…

-¡AAAAAAH! ¡UN FURIA NOCTURNA!

Ah, la voz de Eunji. Qué melódica y armoniosa. Gracias, ayúdame a sembrar el pánico. Gente corriendo. Sí, eso me gusta. Pero debo darme prisa antes de que los guerreros vengan con sus armas, porque como tenga que luchar contra ellos y defenderme, lo voy a llevar claro…

Con mucha dificultad, y ayudándome de mi cola, cojo a Minjung con las patas delanteras y la lanzo al aire, para colocarla sobre mi lomo y poder protegerla con mis alas. Tendré que correr bastante para poder salir de aquí… Bueno, cuanto antes empiece mi huída, antes estaremos a salvo.

Cuando empiezo a oír el sonido de los hombres acercándose, echo a correr y salgo del lugar, dejando a la plaza bastante confusa sobre lo que acababa de pasar, y me vuelvo una sombra más. No me llaman “Furia Nocturna” por nada…

Creo que ya estoy lo suficientemente lejos, aún así sigo corriendo. No me arriesgo a que me cojan, ya que si lo hacen, será nuestro fin. Oh, veo desde aquí un precipicio. Espero que la cola no se mueva, porque de lo contrario caeremos los dos al suelo.

Pocos metros antes de que se acabe el camino, abro las alas e intento no moverme excesivamente para no tirar a Minjung. Cuando llego al borde del saliente, doy un salto con mis patas para propulsarme hacia delante, y noto como mi vuelo, a pesar de tener algún que otro altibajo, va en línea recta. Menos mal…

No quiero forzar demasiado la cola, así que no subo mucho, sino que me dedico simplemente a planear. Justo cuando pensaba que todo iba bien, oigo el sonido de una madera rompiéndose. Genial.

Irremediablemente, pierdo el control de mi vuelo, así que decido buscar un lugar para aterrizar rápidamente, ya que podría ser capaz de salir vivo de una caída así, pero un humano no. Mm… Creo no estar muy lejos de aquella cueva. Bueno, vamos a probar suerte. Pliego las alas y me dejo caer en picado, intentando controlar la estabilidad de mi cuerpo para no empezar a girar como una peonza.

Ya casi estoy. Me separo de Minjung y doy una vuelta sobre sí mismo para poder protegerla del impacto, el cual ocurrirá en tres, dos, uno…

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
unnie-san #1
Chapter 5: Hola ´u`
Me registré acá solo por ti, y para decirte que ojalá sigas con tu fanfic :c según veo, el comentario anterior a este comentario es de hace un mes atrás, ¿no?, aaahhh, espero que no hayas dejado este fanfic en el olvido, es oro puro (para mí por lo menos) ;_; animo, espero con ansias el siguiente capítulo <3
Agent_after #2
Chapter 5: Hola~
Debo decir que me ha ENCANTADO,pero así en mayúsculas y con todas las letras. Si antes quería un Furia Nocturna, por culpa de este fic mis ganas se han multiplicado por mil xD
Me gusta la vida de nómadas que llevan Kris y Minyoung, ha sido la mejor decisión, y me ha gustado sobre todo la que le lían a las señora Kim, ¡buenísima!
Espero con ganas el siguiente :3
Agent_after #3
Chapter 4: En este tenía que comentarte sí o sí porque soy la única que lo hace y me siento mal si no lo hago.
Me ha encantado el capítulo desde el punto de vista de Kris, es tan genial *^* Me muero de ganas por verlo convertido en humano. Y a ver como arreglan ahora la que han preparado en la boda, ya les vale, aunque fue un buen plan, debo admitir.
En fin, en cuanto lo subas y yo pueda me leeré el siguiente capítulo, porque ahora con los exámenes está la cosa chunga...
Hasta la próxima :)
Agent_after #4
Chapter 2: ¡Pero no me subas otro capítulo cuando te acabo de comentar en el primero! >.< Nah, es broma, me encanta xDD La verdad, que no tengo mucho más que decirte de este, salvo que la parte del vuelo: guau. Increíble. Yo quiero un dragón. Y es genial la relación que tienen ahora Minyoung y Kris, son muy monos.
A ver como hace nuestra protagonista para evitar que maten a su amigote.
Nos vemos en el siguiente capítulo :D
P.D.: Voy a terminar por descargarme la BSO de la peli, me estoy volviendo adicta a ella xD
Agent_after #5
Chapter 1: ¡Es simplemente genial! ¿Pero cómo puede ser tan mono un bicho tan grande? Sobre todo cuando lo del dibujo, aunque siendo Kris no sé si quiero ver su obra de arte xDD Además el personaje de la chica: genial; y la ambientación muy buena. Me encanta. Y sí, se parece a la película, pero es genial y, como tú has dicho, el dragón no se convertía en un tío que está para mojar pan y repetir (ya quisiéramos muchas una mascota así...) Una cosa, creo que se te ha olvidado poner el link a la segunda canción.
Respecto de las bandas sonoras, a mí me encantan las de Danny Elfman, mayormente las de las pelis de Tim Burton pero tiene muchísimas, y te recomiendo la del drama "To the beautiful you", hay canciones muy buenas. Estaré atenta a ver si recuerdo/encuentro alguna más.
Gracias por animar mi tarde; esperaré pacientemente al siguiente capítulo :3
Agent_after #6
¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! ¿Es normal que me haya puesto a dar saltos de alegría como una fangirl loca cuando he visto esto? Supongo que sí, soy yo xDD Y eso que Kris ni siquiera es mi bias, pero le quiero igual.
Me alegro de haberte dado el empujón para escribir esto. Estoy segura de que saldrá genial y de que sabrás compaginar ambas historias. Ahora esperaré tranquilamente a que subas el primer capítulo, mientras pienso en las ganas que tengo de que llegue la parte de los reptiles en anatomía animal, porque salen dragones de Comodo que es lo más parecido a estos seres imaginarios que sigue existiendo y quiero estudiar esos bichos e.é
Así que aquí estoy si quieres/necesitas algo :3