Nuevas Experiencias

Cómo Entrenar a tu Dragón [español]

A ver, lo primero primerísimo de todo. 

LO SIENTO. MUCHÍSIMO. EN SERIO.

Después de subir los últimos capítulos de los fanfics, empecé a quedarme sin tiempo para escribir ya que ahora mismo estoy en el último año de instituto antes de la universidad, así que fue en plan "QUIERO ESCRIBIR!!" y no podía porque en mi casa hay solo un ordenador y cuando yo podía utilizarlo tenía que estar estudiando.

Y después me trajeron un portátil, así que me senté delante de él toda ilusionada, preparada para seguir escribiendo un montonazo y mi cabeza se quedó piiiiiiiiiiiii... En blanco. Y yo "Cago en todo, estúpido cerebro que funcionas cuando te da la gana..."

Así que un mes después (bueno, más de un mes) me dije "NO SEÑOR, ALBA, TIENES QUE ESCRIBIR, QUE LA GENTE SE ESTÁ IMPACIENTANDO!", y aquí me tenéis hoy.

Bueno, después de una super introducción, os dejo con el capi. Voy a poneros siempre un trocito del otro antes, porque entre lo que tardo en subir los capítulo seguramente os olvidaréis de todo.

*leer con voz de narrador de Pokemon*

 

Tras perfeccionar el sistema de la cola artificial del Furia Nocturna, el dragón y Minjung volaron juntos por primera vez, no sin casi matarse en el intento. Esto hizo que entre el dragón, nombrado Kris por Minjung, y la chica desarrollaran un vínculo distinto a otras criaturas. Al volver de volar con Kris, Minjung se encontró con su amiga Eunji, que le pidió que le enseñara a matar a un dragón.

 

-¿Ma… matar un dragón?-dije sorprendida.

-¡Sí! Sé que desde pequeña quisiste dedicarte a lo mismo que tu padre, aunque fueras una chica, cosa que está prohibida. ¡Yo quiero ser como tú! ¡Quiero demostrar que soy fuerte, y matar un dragón! Unnie, ¿tú ya has matado un dragón?

No sabía que decirle. De pequeñas, era verdad que le había bombardeado con la idea de matar un dragón para demostrar que éramos fuertes, pero ahora no sería capaz de matar a ningún dragón… Sobre todo porque todo lo que sabíamos de los dragones es mentira.

-Mi hermana ya ha matado un dragón.-sonó una voz detrás de nosotras.

Me giré rápido y le lancé una mirada asesina a mi hermano. Más vale que estuviera callado, porque el que no me crea no significa que no tenga nada que ver con un Furia Nocturna que tengo escondido…

-¿De verdad?-preguntó Eunji.- ¿Qué clase de dragón?

-Un Furia Nocturna.-dijo mi hermano riéndose. Después de eso siguió su camino.

Eunji se quedó con la boca abierta. Lo sé, nadie había visto un Furia Nocturna de cerca, y si le digo a Eunji que le di con mi catapulta, lo más seguro es que ella sí que me crea. Aunque lo que menos quiero ahora es que me crea…

-Bueno, yo…

-¡Unnie, es impresionante! ¡Me tienes que enseñar!

-Yo… Yo ya no mato dragones…

Eunji me miró con decepción.

-¿Por qué?-dijo con un hilito de voz.

-No… No está bien… Además, soy una cobarde, no soy capaz de matarlos…

Lentamente, Eunji retrocedió mientras agitaba la cabeza de lado a lado.

-Tú… Tú no eres la Minjung que conozco… ¿Qué te ha pasado? ¡¿Dónde ha quedado esa chica fuerte a la que yo admiraba?!

Desesperada, me mordí el labio y agarré con fuerza la falda del hanbok. Tenía dos opciones. Una, decirle que no mato dragones porque son mis amigos, por lo que me tomará como loca. Dos, dejar que crea que me he vuelto lo que la sociedad quiere que sea. Ninguna de ellas muy alentadoras.

-Lo siento, Eunji…

Con lágrimas en los ojos, Eunji se alejó de mí corriendo. Sentía mucho hacerle aquello a mi amiga, pero no tenía más remedio… Y volviendo a lo mío, tengo que hacerme otro traje para montar en dragón. La falda ésta molesta mucho.

Cuando llegué a mi casa, mi madre me recibió con una sonrisa.

-Oh, hija, hoy has vuelto pronto. ¿Cómo va el pañuelo? ¿Puedo verlo?-dijo acercándose a mí.

-¡No!-grité sin pensar. Uy, esto no quedaba bien, iba a sospechar de mí.- Quiero decir… Os lo enseñaré cuando esté terminado, madre. Quiero que sea una sorpresa.

-Oh, entiendo. Bueno, espero que cosas bien el pañuelo.

-Gracias, madre. Ahora, si me disculpáis, me retiraré a mi cuarto.

-Claro… Buenas noches, hija.

Al llegar, cerré la puerta con llave. Era el momento de diseñar un nuevo traje de monta.

Primero cogí la parte de arriba del hanbok y la miré. Mm… Demasiado suelta, necesitaba algo más ceñido. Descosí de un lado, cosí de otro… Prácticamente toda la ropa de mi armario era de colores vivos como rosa, rojo, naranja, verde y amarillo fosforito… Pero para volar con Kris y que nadie me viera, necesitaba algo más oscuro, y a ser posible con algo de verde.

Decidí probar las sustancias con las que había estado experimentando para cambiarme el color del pelo y usarlas con la ropa. Un cubo con agua, un poco de polvos y, ¡tachán! La parte de arriba tenía tonos negros, verde oscuro y marrón oscuro.

Luego miré hacia la falda. Era corta, pero necesitaba algo más corto y que no volase tanto. Mm… A lo mejor el vestuario de los hombres me vendría bien en este tipo de situación…

Cogí un trozo de cartón y dibujé un patrón con la forma de mis piernas. No sé cuánto tiempo estuve cosiendo, pero al final logré obtener unos bonitos pantalones. Todo más ceñido al cuerpo para oponer menos resistencia al aire y sobre todo, para que no me molestara al volar.

Me miré en el espejo con mi traje personalizado. Era bonito, pero sentía que faltaba algo… Aunque fuera ceñido y mostrara que claramente era una chica, era demasiado masculino… Mm… Una faldita no vendría mal.

Cogí la falda corta que me había hecho y la sumergí en el baño de color, haciendo que tuviera un degradado que iba de negro hasta los colores verde y marrón de la camisa. Luego cogí las tijeras y le corté un buen trozo, por lo que ya no me quedaba por encima de las rodillas, sino que terminaba a la mitad del muslo. Era bastante corta si comparamos que las mujeres normalmente la llevan casi arrastrando por el suelo.

Me miré otra vez en el espejo. Esto estaba mucho, mucho mejor. No podía esperar al momento de ver a Kris otra vez. Y necesitaba pensar en algo para el pañuelo. No podía esperar mucho, porque de lo contrario mi madre se daría cuenta.

Decidí salir a dar un paseo nocturno con mi nuevo traje, para asegurarme de que podía moverme con él y que no se rompería. Espero que no me viera nadie…

De repente, sentí un escalofrío por la espalda. Con un poco de miedo, levanté la cabeza y miré hacia el cielo. Oh, no. Dragones.

Asustada, miré al centinela que tiene el papel de tocar en cuerno para avisar a la aldea de cuándo vienen dragones. Si la aldea se enteraba, utilizarían las catapultas, y se libraría una batalla con los dragones. Y no lo podía permitir.

Con la velocidad del rayo (metafóricamente claro, porque lo que es velocidad, pues va a ser que no…) trepé hasta lo alto de la torre donde estaba el centinela. Llegué justo a tiempo antes de que tocara el cuerno.

-¡No, no!-dije sujetándolo. Lo cual era muy difícil ya que yo no tenía fuerza ninguna.

-¡Niña, qué haces! ¡Vienen los dragones!

-¡No hagáis nada! ¡Si no los atacamos seguirán de largo! ¡Hacedme caso!-dije mirándolo a los ojos.

El centinela pareció hacerme caso, porque con una dudosa mirada levantó la cabeza y observó el cielo. Tal y como había predicho, los dragones al no ser atacados no vinieron a destrozar nuestra aldea. Lo que confirmó mi teoría.

Los dragones no nos atacan. Al verlos, nosotros nos asustamos porque pensamos que nos van a hacer daño, por lo que los atacamos con el pretexto de que “nos estamos defendiendo”. Mentira, son ellos los que se están defendiendo.

-Y niña, ¿quién eres? ¿Y qué llevas puesto?

Ups. Hora de desaparecer.

Al día siguiente, mi madre me dijo por la mañana:

-Hija, ya hace un par de semanas del incidente del dragón. Creo que ya va siendo hora de que te presentemos al hijo del ministro Young. No estoy diciendo de hacer la boda ya, pero estaría bien que os fueseis conociendo.

-Oh… Entiendo, madre…

Ni muerta. A mí no me vas a casar con un desconocido. Si es necesario, me fugo con Kris.

Ese día fui a ver a Kris bastante enfadada. ¿Qué boda ni que boda? ¡Yo no me quiero casar!

-¡Maldito mundo!-dije dándole una patada a una piedra. Resultado: me tropecé con la falda del hanbok y me comí el suelo.- Maldita sea…

Llegué a la depresión con lágrimas en los ojos. Estaba muy enfadada con mi madre, con mi padre, conmigo misma… Al bajar por las piedras me tropecé en la última, por lo que me caí al suelo, otra vez. Dios, hoy no era mí día…

Mientras tanto Kris, que me había oído llegar, se acercó dando saltitos hacia mí, pero tan pronto como me vio llorando se quedó parado en seco.

¡Grrr!

-Hola Kris… Me alegro de verte.-dije abrazándolo.- Bueno, ¿listo para volar?

Con un movimiento rápido me desabroché la falda y que quité el top del hanbok, dejando expuesto mi nuevo traje. Kris me miró como si fuera otra persona distinta.

-¿Te gusta? Es más fácil volar así. Ahora, vamos a ponerte la silla de montar y la cola…

Después en ensillarlo le di el cubo que tenía con peces, por lo que se quedó comiendo tranquilito a un lado del lago. Yo, por mi parte, empecé a hacerme una trenza para poder volar sin que el pelo me molestara. Estaba yo, tan concentrada, cuando vi a alguien bajando por las piedras. Oh, mierda…

Corrí hasta llegar allí y vi que quién bajaba por las piedras era Eunji. Oh, MIERDA…

-Hola, Eunji. ¿Qué tal? ¿Qué haces aquí? Hace un día precioso, ¿verdad?

Eunji me miró desconfiada.

-Sé que te pasa algo. Estás rara. Muy rara. Además, ¿qué es eso? ¿Vas vestida como un hombre?

-Eh… ¡Sí, me has descubierto! ¡Me encantan los trajes de hombre! Ahora volvamos a casa…-dije empujándola hacia la entrada.

-Vaya… ¿Qué sitio es este?-dijo Eunji contemplando los árboles, el lago, la hierba… Sí, sé lo que se siente… Yo cuando llegué aquí pensé lo mismo.

-Es mi escondrijo secreto. MI. SECRETO. Gracias por la visita.-intenté sacarla de ahí, pero fue un intento fallido.

Bueno, todavía no había visto a Kris. Quizás todavía estaba a tiempo. Si actuaba con rapidez…

-Unnie… Qué… Qué… ¿Qué es eso?-dijo Eunji con un hilito de voz.

Cachis.

Kris se acercó corriendo hacia nosotras, pero Eunji se asustó así que sacó un cuchillo que llevaba guardado bajo la falda, por lo que los ojos de Kris se hicieron dos finas líneas negras, mientras enseñaba sus blancos y afilados dientes.

-¡No, no, no!-dije quitándole el cuchillo.

-¡Es un Furia Nocturna!-dijo aterrorizada.

Con todas mis fuerzas (las cuales eran pocas) lancé el cuchillo al agua y me puse delante del dragón para calmarlo.

-Lo has asustado.

-¿¡Que yo lo he asustado!?-gritó Eunji.

-Sí… Resulta que los dragones no son tan… Sanguinarios como pensábamos…-dije acariciando a Kris.

-Por eso no querías matar a ningún dragón… Esta bestia te ha corrompido… Yo… ¡La aldea tiene que saber esto!-dijo Eunji echándose a correr en dirección a la salida.

Grrr…

-Sí, ya sé que estamos metidos en un lío…-le dije a Kris.

Bueno. Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas. Me apresuré a subirme encima de Kris, dos pasos y empezamos a volar. Cuando pasamos al lado de Eunji, Kris la sujetó con sus poderosas patas y echamos a volar hacia el acantilado. Por supuesto, Eunji no paraba de gritar.

-¡¡AAAAAHHHHHHH!! ¡¡SUÉLTAME!!

-¿Seguro?-dije yo.

-¡¡VALE, NO ME SUELTES AHORA!! ¡¡PERO DÉJAME IR!!

A ver cómo la convencía…

Kris dejó a Eunji en un saliente del acantilado, quedándonos nosotros dos en el aire.

-Ven, súbete. Te voy a enseñar lo más increíble que hayas podido ver nunca.

-¡Los dragones son criaturas endemoniadas! ¡De ninguna manera!

¡GRRR!

-Eunji… Por favor…

La miré con ojos de cachorrito. Sabía que no podría resistirse a eso. Aunque yo fuera la Unnie, y aunque ella me reconociera como Unnie, ella parecía mayor que yo.

-Hm… ¡Vale! ¡Le daré una oportunidad! ¡PERO COMO PASE ALGO…!

-No pasará nada, te lo prometo.-dije extendiendo mi mano hacia ella.

Eunji vaciló un poco, ya que no estaba segura de si debía hacerme caso o no, pero al final decidió coger mi mano y subirse encima del Furia Nocturna, no sin antes hacer una expresión de asco al tocar la piel del dragón.

-Por favor…-murmuré. La piel de Kris era muy suave…-Bueno Kris, ahora vamos a ir despacito…

No, no me hizo caso. En cuanto Eunji estuvo encima de él se dejó caer, así que los tres bajamos en picado, y justo cuando estábamos a unos pocos metros del mar, abrió las alas y salimos disparados hacia arriba.

-¡Kris! ¿Qué haces? ¡Se supone que tienes que enseñarle que no te tiene que tener miedo!

Que no, que el dragón cabezota no escuchaba. Cuanto más gritaba Eunji, más velocidad y más giros bruscos hacía.

-¡Vale, siento haber llamado estúpido al dragón! Por favor, dile que pare…-dijo al borde de las lágrimas.

Al decir eso, Kris frenó hasta alcanzar la llamada velocidad de crucero. Ya no daba piruetas ni aterrorizaba a Eunji.

-Kris, ¿de verdad te habías ofendido por lo que había dicho Eunji?-dije incrédula.

-¿El dragón puede entendernos?

-No… No estoy muy segura. Parece que sí, pero hay otras veces que recuerdo que pertenece a otra especie. Yo creo que lo que pasa no es que entienda las palabras, sino que lee los gestos y las expresiones humanas. Aún así, también entiende alguna que otra palabra.

Eunji por fin entendió a qué me refería cuando dije que le enseñaría lo más impresionante que podría haber visto.

Habían pasado varias horas, así que el sol había empezado a ocultarse tras la fina línea del horizonte, tiñendo el cielo de naranja y violeta. El mar reflejaba el brillo del sol, haciendo que la superficie del océano pareciera un espejo con pequeñas rugosidades. En lo alto, las nubes se acercaban cada vez más a nosotros, formando un mar de nubes una vez las pasamos.

Parecía estar dentro de algodón anaranjado. Eunji alargó el brazo y tocó la nube que teníamos justo encima de nosotros, notando el húmedo tacto del vapor de agua en sus dedos.

Sin darnos cuenta, las horas fueron pasando, hasta que nos encontramos en medio de la noche. La luz de la luna se reflejaba en las capas más superficiales de las nubes, dándoles ahora un tono blanco azulado.

Desde aquí arriba también se veía la aldea. El puerto, las casas, las luces en las ventanas de las personas que todavía seguían despiertas…Todo era perfecto, y hubiera dado lo que fuera por seguir así toda mi vida.

-Vale, lo reconozco. Esto es una pasada…-dijo Eunji, volviendo en sí.

-¿Ahora me entiendes?

Poco a poco Kris fue descendiendo para luego aterrizar en el suelo de una manera un tanto brusca, tanto que Eunji y yo casi salimos despedidas hacia delante.

-Minjung-unnie…

¡Grrr!

-Sí, ya lo sé, tenemos que trabajar en el aterrizaje…

Y de repente, me di cuenta de una cosa. Hacía varias horas que había anochecido. ¿Qué excusa le íbamos a contar Eunji y yo a nuestras familias cuando llegáramos?

-¿Qué hacemos? No podemos volver a esta hora…-dije yo.

-Mm… No nos quedará más remedio que pasar la noche aquí. Volveremos mañana, diciendo que nos habíamos perdido.

Miré a Eunji con incredulidad. No sé si decir eso era una locura o una genialidad. Una locura porque nos íbamos a llevar la bronca del siglo. Una genialidad porque nadie cuestionaría la razón por la que no volvimos por la noche.

Así que Kris utilizó su fuego para encender una hoguera, y mientras tanto nosotras dos nos acurrucamos utilizando al dragón como almohada. El pelaje negro del Furia Nocturna almacenaba bien el calor, por lo que ninguna de las dos pasamos frío.

 Ah, otra cosa que debía averiguar. Un dragón era un reptil. Y los reptiles necesitan el sol para controlar su temperatura corporal, si no se enfrían (me gustaba mucho tocar lagartos de pequeña), cosa que denominé como animales de “sangre fría”. Los humanos estamos calientes, así que somos de “sangre caliente”. La cuestión era: ¿los dragones eran de sangre fría o caliente? Era un reptil, por lo que tenía que ser de sangre fría. Pero el fuego tenía que salir de algún lado, ¿no? Además, nunca he visto a Kris tomando el sol…

-Oye… ¿Te puedo hacer una pregunta?-dijo Eunji, sacándome de mi pelea interna.

-Claro…

-¿Cómo te acercaste al dragón sin que te matara?

No pude evitar suspirar. Sí, era de esperar que me hicieran estas preguntas, ¿no?

-En el último ataque de dragones a la aldea, usé un invento mío consistente en una catapulta, y lo derribé. Nadie me creyó, así que al día siguiente fui a buscarlo para poder darles pruebas. Y entonces me lo encontré: tirado, completamente inmovilizado a causa de las cuerdas que disparó mi catapulta. Estaba decidida a matarlo, levanté el cuchillo y…

Kris gruñó suavemente al recordar esa escena.

-¿Y?-repitió Eunji, a la cual solo le faltaban las palomitas.

-No pude. Al mirarle a él, me vi a mí misma. Mi padre siempre decía que el destino de un dragón es morir. Y ya sabes lo que opino del destino…

Eunji asintió con fuerza, sin decir ninguna palabra porque quería que continuara.

-Así que hice la cosa más estúpida que podría haber hecho estando en esa situación (por lo menos eso era lo que pensaría cualquiera): cogí el cuchillo y corté las cuerdas, liberándolo. Él se lanzó contra mí, pero no me mató.

Eunji dejó salir un sonoro “Ooooohhh…” y miró a la cola artificial y la silla de montar que estaban encima de Kris.

-Debiste romperte la cabeza para hacer un mecanismo como ese…-dijo Eunji, con admiración.- Eres increíble, Unnie. Siempre me fascínate con tus inventos. Pero esta vez te has superado a ti misma. ¿Cómo funciona?

-Es un sistema un tanto… Complicado. ¿Ves esto?-dije señalando los pedales.- Si le das con el pie hacia detrás el ala de la cola se abre, y a medida que le doy hacia delante se va cerrando. Tanto Kris como yo tenemos que coordinarnos para poder volar sin pegárnosla contra una piedra o un árbol.

-Oohhh… Más impresionante todavía. Bueno…-dijo Eunji bostezando.- Creo que me voy a dormir. Tengo sueño…

-Sí, yo también. Buenas noches, Eunji. Buenas noches, Kris.

Grr…

Cerré los ojos y me concentré para intentar dormirme. Justo cuando estaba notando una brisa fría en mi rostro que me helaba la sangre, sentí como un ala grande y cálida nos abrigaba tanto a Eunji como a mí.

Gracias, Kris.

Al día siguiente, los primeros rayos de sol que se colaban entre las hojas de las ramas de los altos árboles me despertaron, junto con las gotas de rocío que se deslizaban por el ala de Kris y aterrizaban en mi cara. Bostecé y me acurruqué un poco más en Kris, ya que no quería levantarme. Podría estar así durante toda mi vida… Mi vida. Espera, algo pasaba con mi vida…

Ah. Es verdad. ¡SI NO VOLVÍA PRONTO A MI CASA, PRONTO PERDERÍA MI VIDA!

-¡Eunji, despierta, despierta ya!-dije sacudiéndola con todas mis fuerzas, despertando también a Kris.

-¡Tranquila! ¿Qué pasa, por qué estás así desde tan temprano?-dijo Eunji medio dormida todavía.

-¡Exacto! ¡Por la mañana! ¡Más nos vale a nosotras volver ya!

¡Shiiiiiiun! Eunji se levantó como un tiro y se sacudió la falda del hanbok y el pelo para eliminar cualquier rastro de su paso por aquí. Yo me acerqué a la gran piedra que utilizaba como armario y me puse mi hanbok por encima del traje especial que había hecho para volar con Kris.

Después de preparar todo para irnos, me acerqué corriendo hasta Kris y le di un abrazo muy fuerte.

-No te preocupes, volveré mañana.

¡Grrr!, gruñó Kris sonriendo.

De camino a la aldea, se me ocurrió una idea.

-Eunji, resulta que le he dicho a mi madre que durante el tiempo que estoy entrenando con Kris lo que en realidad estoy haciendo es tejer un pañuelo. ¿Tú me podrías…?

-¡Sin problemas! Ayer mismo terminé uno de lo más bonito.

Al llegar a la aldea pasó exactamente lo que me temía. Al vernos llegar, todos se arremolinaron alrededor nuestro, preguntándonos qué nos había pasado y por qué no habíamos regresado la noche anterior y bla bla bla…

Como no tenía ganas de estar inventando historias, dejé que las dotes de actriz de Eunji hablaran por mí, ya que el que estuviera llorando a moco tendido mientras contaba cómo nos habíamos perdido anoche y que habíamos intentando encontrar el camino de vuelta a casa sin resultado lo hacía todo mucho más creíble que contar que estuvimos volando encima de un dragón.

Acompañé a Eunji hasta su casa, y una vez allí me dio el pañuelo. Era blanco, y en el centro había un bordado de unas mariposas lilas y magenta que daban la sensación de que iban a salir volando de un momento a otro. Sí, esto serviría.

-Muchas gracias, Eunji.-dije dándole un abrazo.

-Ey, nada por mi hermana. Y así podrás seguir viendo a Kris. Que esa es otra…

Eunji miró a sus lados para asegurarse de que nadie nos estaba oyendo. Luego se acercó hasta mi oído y dijo:

-Yo también quiero aprender a montarlo. La próxima vez que vayas a verlo, llévame contigo.

No alcanzó a decirme nada más, porque desde fuera de la casa se oían los gritos de mis padres llamándome. Y si no salía ya, podría despedirme de mi vida.

Mi pequeña acampada con Kris y Eunji me costó una buena bronca, y estar castigada al día siguiente sin salir de casa. Genial, ¿y quién le daba de comer a Kris?

Justo cuando estaba dando vueltas por mi habitación sin saber cómo solucionar este pequeño problema, oí cómo unas piedritas golpeaban mi ventana. Sorprendida y con curiosidad me acerqué, y la abrí lentamente. Al otro lado estaba Eunji.

-¡Oh! Hola, Eunji.-dije sonriendo mientras hablaba susurrando, ya que no quería despertar a mis padres.

-¡Hola, Unnie! ¿Cómo estás? ¿Te dijeron algo tus padres?

-Ay calla… Me han castigado sin salir mañana, así que no sé cómo se supone que voy a darle de comer a Kris. Además de eso, no le conviene quedarse mucho tiempo sin volar, y como sólo puede despegarse del suelo si lo monto yo…-dije apoyándome en el alféizar de la ventana.

Eunji se puso la mano en la barbilla y bajó la mirada. Siempre hacía eso cuando se ponía a pensar. Al poco tiempo, levantó la cabeza sonriendo, como si estuviera emocionada.

-Yo iré. Yo cuidaré de Kris mañana.

Sin levantarme del alféizar miré a Eunji. Mmm… No estaba segura de si eso sería una buena idea…

-Kris nunca ha estado solo con un humano aparte de mí. No sé cómo reaccionará con otras personas… Peligroso no será, pero…

-Sí, pero tú no puedes salir de aquí. ¿Qué otra opción tienes?

Suspiré y miré hacia el camino que llevaba hasta Kris. Sí, la verdad, no estaba yo en posición para andar con exigencias…

-Bueno… Pero no será pan comido… Primero, necesitas una cesta que te llegue más o menos hasta la cintura para llenarla de pescado. Kris es un dragón bastante grande, así que come mucho. Tienes que levantarte por la mañana temprano, cuando las primeras luces aparezcan por el horizonte. Así no te verá nadie, y tendrás suficiente luz para pescar.

-Un momento, ¿lo tengo que pescar yo?

-¿Y qué te esperabas? ¡Es demasiado pescado para comprarlo, aparte de que carezco de los recursos económicos para conseguir semejante cantidad!

-Mm… Hay veces que cuando hablas siento que es otro idioma…

-No me interrumpas más. ¿Te acuerdas del lugar al que íbamos a jugar de pequeña, cerca de la playa? Allí hay una red escondida en nuestra cueva. Cuando la cojas sube al acantilado, y tírala al mar desde la parte que más cerca está del agua. Así lograrás coger bastante pescado. ¿Entendiste?

-Eh… Creo que sí. Cesta, tengo una en casa. Red, playa. Ir en cuanto amanezca. ¿Se me olvida algo?-dijo Eunji apuntando mentalmente lo que tenía que hacer.

-Y ya que vas, cógeme mi cesta. Hoy cuando nos despertamos tuvimos que darnos tanta prisa para volver que se me olvidó totalmente traerla.

-¿Y tú haces esto todos los días? ¿Cómo haces para tener energía?

-¿Tu creías que ganarse la confianza de un dragón era tan fácil?

-Bueno, ¿y el paseíto?-dijo dando pequeños saltitos.

-Ya lo de volar sí que no estoy muy segura…

-Oh, venga…

La miré indecisa, pero era imposible decirle que no a una chica tan ilusionada. Me levanté y fui a buscar la chuleta que me había hecho con los movimientos de los pedales. Había tenido que hacerme otra después de perder la primera en la prueba de vuelo, por si acaso, así que le vendría bien.

Después de una breve explicación de cómo funcionaba, le expliqué a Eunji cómo debía ponerle la cola y la silla a Kris, y qué debía hacer en caso de que el dragón no le hiciese caso, lo que sería lo más probable. Pero bueno… Si ella quería…

-Ah, por cierto: esa falda no te sirve para montar a Kris. Es muy aparatosa, y te molestará al volar. ¿Tienes faldas más pequeñas? Por ejemplo, faldas de cuando eras una niña.

-Mm… Creo que sí… Pero creo que me sentiré muy rara con las piernas al descubierto. Como… No sé, desnuda…

-Sí, eso es al principio, pero hazme caso, si llevas la falda larga te arrepentirás. Y hazte una trenza antes de volar, si no te vas a comer el pelo.

-Vale, todo entendido. Mañana por la tarde-noche te diré cómo salió todo.

Así dejé a Eunji a su suerte. Miedo me daba lo que me fuera a contar por la mañana…

Al día siguiente me desperté temprano, como siempre. Ver las primeras luces del alba desde mi ventana yo sola, sin Kris me hacía sentir muy triste. Tampoco es que pudiera hacer mucho para remediarlo. Bueno…. Ya mañana…

Las horas pasaron mientras escribía en mi libro todo lo que había descubierto del dragón. Era una criatura fascinante, mucho más “humana” de lo que pensábamos. No son sanguinarios, ni siquiera son violentos por naturaleza…

Justo cuando me estaba probando mi traje para montar en Kris y ver si necesitaba algún retoque oí las pisadas de alguien bajando por la escalera que estaba al lado de mi cuarto. A la velocidad del rayo me puse mi hanbok por encima del traje, y esperé a que alguien se asomara por mi puerta. Sin embargo, estaba más sola que la una, lo que me extrañó bastante.

El tiempo pasó, y cansada de esperar a que alguien entrara a mi cuarto proseguí con lo que estaba haciendo. Sin darme cuenta, empecé a hablar conmigo mismo en voz alta.

-Me pregunto cuál será el sitio favorito del bosque de Kris… Para la próxima se lo diré, a lo mejor así podríamos ir a dar un paseo juntos… No tengo que ser yo la que decida a dónde ir…

-¿QUIÉN ES KRIS?

Uy. Hablar en voz alta=error. Mi madre había entrado escopetada en mi habitación, tan enfadada que hasta el asesino más peligroso le hubiera tenido miedo.

-Madre, buenos días.-dije tranquila. No podía ponerme nerviosa, si no—

-¡¡No me digas buenos días!! ¡¡Contesta!! ¡¿Quién es Kris?!

-Ehm… Bueno, Kris…-titubeé. Obviamente, lo de decir que era un dragón no sería una buena idea.

-¿Por eso te ibas todas las mañanas al bosque y regresabas por la noche? ¿Para ver a ese Kris?

-Madre, escuchadme. Habéis entendido todo mal. Yo…

-Nos vamos.

¿Eh? ¿Irnos? ¿A dónde?

Igual que había entrado, mi madre corrió hasta el dormitorio donde dormía mi padre y le despertó, gritando a más no poder:

-¡¡Querido, prepara los caballos!! ¡Debemos ir a ver al ministro rápido, y decirle que la boda debe celebrarse lo antes posible! ¡Nuestra hija se está viendo con otro hombre!

-¡¡¿¿QUÉ??!!

Tatará… Ahora sí que se armó buena. Tenía que pensar rápido, no podía irme. No podía abandonar a Kris.

-Madre, por favor, calmaos…

-¡¡No me hables!!-gritó mientras me taba un tortazo.

Anonadada me llevé la mano a la mejilla. Mi madre no podía estar reaccionando así. Tampoco era para tanto, ¿no?

-Tú… Tú ya no eres mi hija.

-¡Madre!-dije titubeando si ir hacia ella o no.

-Más te vale casarte con el hijo del ministro. Así por lo menos tendrás una familia, porque la que tenías la has perdido. Ahora, sígueme.

Por fuera de la casa mi padre tenía los caballos listos para irnos. Tendría que haber visto la gravedad de la situación desde antes. Así por lo menos hubiera podido detener aunque fuera algo…

-¡¡Yo no quiero ir!!-dije resistiéndome a subirme encima del caballo.

-¡Para poder estar con Kris, ¿no?!

-¡¡Dejadme!! ¡¡Lo habéis entendido todo mal!!

Pero ya no tenía remedio. En contra de mi voluntad, mi padre y mi hermano me subieron a lomos del caballo más grande, y emprendimos rumbo a la ciudad, donde me esperaba mi fatal y cruel destino.

No pude evitar derramar un par de lágrimas. No hacía tanto que había conocido a Kris. Y aunque sabía que tarde o temprano tendría que dejarlo, no pensé que fuera a ser tan pronto. Me gustaba sentir el viento en el pelo al volar. Me gustaban las mariposas en la barriga que revoloteaban cuando íbamos a gran velocidad. Y aunque lo negara, echaría de menos que Kris me lamiera la cara cuando me veía llegar por las mañanas.

El trayecto se desarrolló en silencio, acompañados simplemente por el sonido metálico de los cascos chochando contra el suelo. Al cabo de varias horas, por el horizonte asomaron los tejados de los edificios más altos de la ciudad. Ya estábamos aquí.

El camino de tierra se transformó gradualmente en un empedrado que recorría todas las calles de la ciudad. Al llegar a la entrada, bastó que mi padre dijera que habíamos venido a ver al ministro para que todo el mundo se asomara por las ventanas a oír la buena nueva. Nueva que para mí no sería tan buena.

-Más te vale mantener la boca cerrada, que te conozco…-dijo mi madre susurrando, con un profundo odio en la voz.

Cuando llegamos a la casa del ministro, él mismo salió a recibirnos en persona junto con su hijo. No me atreví a despegar la mirada del suelo, ya que si lo hacía sabía que rompería a llorar.

-Ministro, sentimos haber llegado tan precipitadamente.-dijo mi padre.

-¡Sin problemas! Es reconfortante ver que la espera ha merecido la pena. Vuestra hija será una excelente mujer, además de ser muy bella.

Pues eso a mí no me halaga… Yo preferiría largarme de aquí, cuanto antes mejor…

-Os dejaré a vos y a mi hijo hablar un rato a solas, para que os vayáis conociendo. Ahora, viejo amigo, como os iba diciendo…-dijo el ministro mientras se alejaba.

Tímidamente levanté la mirada y me atreví a echarle un vistazo al hijo del ministro. Mira que era feo. Y además de eso, me han dicho las criadas que trabajan allí que es un bruto con las mujeres. Ay, lo que me espera…

-Encantado de conoceros, esposa.

-No soy vuestra esposa…-dije midiendo mis palabras.

-Pero lo serás pronto, futura esposa.

Sin dejar que me viera hice una mueca con la boca y puse los ojos en blanco, maldiciendo mi suerte.

El hijo del ministro me acompañó hasta la habitación que tenían preparada para mí. Ya se había hecho de noche, y la luz de las velas apenas alumbraba el lugar. ¿Sería posible escaparse de aquí sin ser vista? Busqué algún sitio por el que me pudiera colar, pero nada, estaba todo sellado a cal y canto.

De repente, oí unos murmullos. Arrugué la nariz y miré a mi alrededor. Una de las cosas que más odiaba era no saber qué estaba pasando. Decidí pegar la oreja a la pared de donde venían los sonidos y agudizar el oído, a ver si lograba captar algo.

-Nuestra hija es muy astuta cuando quiere. Si no hacemos algo, lo más seguro es que mañana por la mañana no la encontremos en la habitación.

Diantres, me conocen demasiado bien…

-Mm… Creo que esta sería una medida demasiado severa, pero en caso de necesitarlo poseo una sustancia capaz de dejarla inconsciente. El problema es que dura unas horas, y no sé si aguantaría hasta la boda.

-¡Celebremos la boda ahora mismo!-dijo mi madre.- ¡Yo me encargaré de los preparativos!

Asustada, me despegué de la pared. ¿Qué demonios estaban planeando? ¿Inconsciente? ¡Tenía que escaparme de aquí lo más rápido posible!

Desgraciadamente, mientras buscaba una salida noté como alguien me podía un pañuelo cubriéndome la nariz. Y a partir de ahí, todo fue muy confuso: la visión se me hizo borrosa, mis piernas dejaron de sostenerme, y poco a poco todo fue volviendo negro. ¿Qué iba a ser de mí?

 

 

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Comments

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unnie-san #1
Chapter 5: Hola ´u`
Me registré acá solo por ti, y para decirte que ojalá sigas con tu fanfic :c según veo, el comentario anterior a este comentario es de hace un mes atrás, ¿no?, aaahhh, espero que no hayas dejado este fanfic en el olvido, es oro puro (para mí por lo menos) ;_; animo, espero con ansias el siguiente capítulo <3
Agent_after #2
Chapter 5: Hola~
Debo decir que me ha ENCANTADO,pero así en mayúsculas y con todas las letras. Si antes quería un Furia Nocturna, por culpa de este fic mis ganas se han multiplicado por mil xD
Me gusta la vida de nómadas que llevan Kris y Minyoung, ha sido la mejor decisión, y me ha gustado sobre todo la que le lían a las señora Kim, ¡buenísima!
Espero con ganas el siguiente :3
Agent_after #3
Chapter 4: En este tenía que comentarte sí o sí porque soy la única que lo hace y me siento mal si no lo hago.
Me ha encantado el capítulo desde el punto de vista de Kris, es tan genial *^* Me muero de ganas por verlo convertido en humano. Y a ver como arreglan ahora la que han preparado en la boda, ya les vale, aunque fue un buen plan, debo admitir.
En fin, en cuanto lo subas y yo pueda me leeré el siguiente capítulo, porque ahora con los exámenes está la cosa chunga...
Hasta la próxima :)
Agent_after #4
Chapter 2: ¡Pero no me subas otro capítulo cuando te acabo de comentar en el primero! >.< Nah, es broma, me encanta xDD La verdad, que no tengo mucho más que decirte de este, salvo que la parte del vuelo: guau. Increíble. Yo quiero un dragón. Y es genial la relación que tienen ahora Minyoung y Kris, son muy monos.
A ver como hace nuestra protagonista para evitar que maten a su amigote.
Nos vemos en el siguiente capítulo :D
P.D.: Voy a terminar por descargarme la BSO de la peli, me estoy volviendo adicta a ella xD
Agent_after #5
Chapter 1: ¡Es simplemente genial! ¿Pero cómo puede ser tan mono un bicho tan grande? Sobre todo cuando lo del dibujo, aunque siendo Kris no sé si quiero ver su obra de arte xDD Además el personaje de la chica: genial; y la ambientación muy buena. Me encanta. Y sí, se parece a la película, pero es genial y, como tú has dicho, el dragón no se convertía en un tío que está para mojar pan y repetir (ya quisiéramos muchas una mascota así...) Una cosa, creo que se te ha olvidado poner el link a la segunda canción.
Respecto de las bandas sonoras, a mí me encantan las de Danny Elfman, mayormente las de las pelis de Tim Burton pero tiene muchísimas, y te recomiendo la del drama "To the beautiful you", hay canciones muy buenas. Estaré atenta a ver si recuerdo/encuentro alguna más.
Gracias por animar mi tarde; esperaré pacientemente al siguiente capítulo :3
Agent_after #6
¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! ¿Es normal que me haya puesto a dar saltos de alegría como una fangirl loca cuando he visto esto? Supongo que sí, soy yo xDD Y eso que Kris ni siquiera es mi bias, pero le quiero igual.
Me alegro de haberte dado el empujón para escribir esto. Estoy segura de que saldrá genial y de que sabrás compaginar ambas historias. Ahora esperaré tranquilamente a que subas el primer capítulo, mientras pienso en las ganas que tengo de que llegue la parte de los reptiles en anatomía animal, porque salen dragones de Comodo que es lo más parecido a estos seres imaginarios que sigue existiendo y quiero estudiar esos bichos e.é
Así que aquí estoy si quieres/necesitas algo :3