Capítulo 4: Pero aun nos encontramos

No quiero volver a ti

 

Ha pasado una semana desde que Lia termino con Hyunjin, una semana en la que la pelinegra se ha tenido que volver a acostumbrar a su soltería.

Sin mensajes de buenos días o buenas noches, sin planes para almorzar, salir a algún lugar en una cita o tener citas en el departamento de la otra, sin visitar a sus suegros (Hyunjin no lo disfrutaba de todos modos), sin alguien que le ayude a mantener su entorno ordenado, que le recuerde donde deja sus cosas, y principalmente, sin Lia en su vida.

Hyunjin extraña a Lia o la costumbre de tenerla cerca. Pero estaba claro que su ex no iba a volver y sinceramente no se cree con el derecho de pedirle que vuelva.

Ahora la pelinegra siente un vació y cree que le tomara un tiempo acostumbrarse de nuevo a ser solo ella. 

            —¡Buenos días vecina!

            —¿Eh? —Hyunjin se sobresaltó al escuchar la voz profunda de su vecina—. Ah, hola Heejin.

            —Perdón por asustarte. —Heejin soltó una risa ante la expresión en el rostro de su vecina—. ¿Vas a trotar?

           —Eh sí. Voy al gimnasio en realidad. —Señaló a su bolsa con el logo del gimnasio, el cual es propiedad de una de sus amigas.

            —New Eden. —Heejin leyó el nombre y reconoció el lugar—. ¿Es el que queda a unas cuadras de aquí?

            —Sí, es un buen lugar y conozco a la dueña. —Hyunjin no sabe porque le dice eso a Heejin, pero se imagina que Sooyoung le agradecerá por la publicidad gratis, además siempre puede culpar a su impulsividad.

           —Eso es genial, estoy pensando en inscribirme a un gimnasio. Aunque el horario me complica un poco por Hyejoo y mi trabajo.

            —Hay algunas clases para niños igual, aunque no recuerdo de que eran… pero puedo preguntarle a Sooyoung.

            —Mi Hye es un poco perezosa, no le gusta hacer mucho ejercicio. Una vez la inscribí en yoga para niños y cuando la vi estaba durmiendo en el suelo, tapada con su manta. —Heejin soltó una risa al recordar a una pequeña Hyejoo de cinco años durmiendo tranquila, mientras su instructora de yoga y sus compañeros intentaban despertarla.

            —Me lo imagino y es digno de un meme. —Hyunjin se reía al imaginar a la pequeña hija de Heejin.

El tono de llamado de un teléfono las distrajo de la conversación.

            —Hablando de Hyejoo, me está llamando.

            —Ah, sí... yo me tengo que ir. Nos vemos Heejin.

Por un momento parecía que Heejin iba a decir algo, pero seguía sonando el tono de llamada y la mayor no iba a ignorar la llamada de su hija.

            —Nos vemos Hyunjin.

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Desde los siete años Hyunjin ha lidiado con el trastorno de Déficit atencional con hiperactividad. Creció sabiendo que su cerebro no funciona de manera típica y que esto influía en su comportamiento, en su rendimiento académico y básicamente en todo aspecto de su vida. Muchas veces utilizó el diagnostico de TDAH para justificarse y salirse con la suya en sus travesuras, otras veces lloro de frustración por no poder ser como los demás niños o ser tratada como una niña mala y malcriada cuando los adultos de su entorno se negaban a educarse e informarse más del tema.  

Pero esa niña creció, recibió el apoyo de su familia y distintos tratamientos, desde conductuales a medicamentos, para poder llevar una vida más equilibrada. Aceptó que mantener un orden y estructura de su hogar le era casi imposible, perder sus cosas o dejarlas en lugares aleatorios era pan de cada día, llegar a la hora a lugares ya le era un poco menos complicado, siempre y cuando se preparará al menos dos horas antes.

Todo esto es importante mencionarlo para que comprendan que la situación en la que se encuentra ahora no fue planeada. Fue provocada por su incapacidad de prestar atención a lo que hacia cuando cerro la puerta de su auto con seguro dejando su bolso con sus documentos, tarjetas, su celular y las llaves puestas en el arranque, justo en el estacionamiento de New Eden.  

           —¿Hyunjin? —Heejin abrió la puerta sorprendida por el aspecto de su vecina, la cual estaba sudando y jadeando—. ¿Por qué te ves tan… mal?

           —Hee- Heejin… deje mi celular… en mi auto ¿puedo usar el tuyo para hacer una llamada de emergencia? —Hyunjin se sentía patética y muy avergonzada de estar parada en la puerta de Heejin luciendo tan mal, pero necesitaba sus cosas y la única forma de recuperarlas era llamando a la adulta más responsable que conoce. Vivi.

         —Sí, pasa ¿quieres agua? —Heejin vio como la pelinegra dudaba en pasar, pero al final entro de forma cautelosa, recordándole a un gato en modo de alerta.

          —Por favor, siento que me duele la cabeza como una perra por la deshidratación. —Hyunjin soltó sin filtro consiguiendo una suave tos fingida de Heejin.

           —Dijo una mala palabra, mami.

Hyunjin se dio cuenta de la presencia de la pequeña niña, la cual estaba sentada sola en el comedor jugando con una manzana. Tenia un peinado muy lindo que a Hyunjin se le hace parecido a la fruta antes mencionada.

            —Lo siento, lo dije sin pensar. Tú no lo repitas.

Hyejoo miraba de forma curiosa a la vecina grosera, pero cuando se dio cuenta que la pelinegra le devolvió la mirada, se sonrojó y desvió la vista a su manzana.

             —Ten el vaso de agua y mi celular.

Hyunjin tomo el celular ignorando el contacto que tuvo con la mano de Heejin y antes de marcar a Vivi se aseguró de beber de un trago el vaso de agua.

              —¿Hola? Si esta es otra llamada de la compañía telefónica quiero que sepa que no me interesa, pero gracias por llamar.

              —Vivi, soy Hyunjin… pasó de nuevo, mi auto está en New Eden.

             —Ah Hyunjin, voy enseguida ¿necesitas algo más?

            —Sí, quiero ducharme así que si puedes traer mi auto te lo agradecería mucho. Oh también si traes algún pan de plátano, se me antojo uno desde que estaba haciendo cardio y unas galletas con chispas de chocolate.  

            —Todo anotado y puesto en tu cuenta. Voy en diez minutos o tal vez más.

            —Eres la mejor Vivi. Nos vemos. —Hyunjin finalizo la llamada ya más tranquila. Le entrego el celular a Heejin.

            —¿Qué le pasó a tu auto? —Heejin pregunto curiosa por la llamada.

          —Nada, solo lo cerré con seguro y con todas mis cosas de valor dentro, incluyendo las llaves del auto. —Se sentía avergonzada al contarlo, sobre todo porque está no fue la primera vez que le pasaba y recuerda que Heejin también estuvo presente en algunas ocasiones.

             —Así que algunas cosas no cambian —Heejin comentó disimulando una risa.

           —Solo algunas cosas. Como el TDAH. —Hyunjin se dio cuenta que se podía malinterpretar el tono en el que respondió muy tarde, solo cuando vio como la expresión de Heejin cambiaba de una feliz a una incómoda—. Creo que ya debo irme, mi amiga tiene una copia de mis llaves y me vendrá a dejar el auto. Gracias por dejarme usar tu celular.

            —No te preocupes, cualquier cosa que necesites estoy a una puerta de distancia vecina.

            —Gracias Heejin y también a ti Hyejoo.

            —Yo no hice nada. —Hyejoo frunció el ceño sin entender porque le agradecía a ella, si solo estaba allí jugando con la fruta que le obliga a comer su mamá.

            —Hyejoo. —Heejin le llamo la atención a su hija pensado que ofendió a Hyunjin, pero al escuchar la risa de la pelinegra lo dejo pasar.

           —Claro que me ayudaste, desde ahora tendré cuidado con mis malas palabras gracias a ti —, respondió con una suave sonrisa para la pequeña niña.

            —De nada. —La niña asintió y levanto un pulgar sin mirar fijamente a su extraña vecina, se ponía un poco nerviosa con las personas que no conoce mucho.

Una vez que Hyunjin se fue, Heejin se dio cuenta que no alcanzo a pedirle su número. Ambas viven frente a frente, pero la mayor quería poder mantener una comunicación con ella.

          —Mami, la vecina es un poco rara, pero de las raras simpáticas. —Heejin soltó una risa cuando escucho a su hija, pero la disimulo de inmediato con una tos falsa.

            —No está bien que llames rara a las personas Hye, eso es grosero. —Tuvo que contenerse de apretarle las mejillas a su hija cuando la vio haciendo un puchero, sabia que eso solo molestaría a su pequeña—. No juegues con tu manzana, tienes que comerla.

             —No quiero manzana, quiero helado. —Hyejoo se cruzó de brazos negándose a siquiera darle una mordida a la fruta.

Heejin soltó un suspiro, siempre era difícil hacer que Hyejoo comiera frutas, estaba acostumbrada a comer helados, galletas y otros dulces pocos saludables que le daba Mino cuando salían juntos.

             —Voy a tener que hablar con tu papá para que no te dé más dulces.

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Hyunjin se sorprendió al abrir la puerta de su departamento y ver un pequeño cachorro siendo cargado por Haseul. El primer instinto de la pelinegra fue ladrar para llamar la atención del pequeño.

             —Hyun, lo asustas. —Haseul tapo la boca de la pelinegra para que dejara de ladrar—. Al menos se una humana normal y permítenos pasar antes de sacar a relucir tus tendencias peludas.

             —Ten tus cosas, guarde las llaves de tu auto en tu bolso y deje estacionado en tu lugar. También traje lo que me pediste. —Vivi le entrego el bolso a su amiga

El matrimonio ingreso al departamento y una vez cerraron la puerta permitieron que el nuevo integrante de la familia Jo-Wong recorriera el lugar.

             —¿Desde cuándo tienen un perro?

             —¿Qué perro? Latte es nuestro bebé.

             —Hoy lo adoptamos —Vivi respondió ignorando a su esposa que actuaba indignada.

            —No puedo creer que adoptaran a un chico tan lindo. —Hyunjin acariciaba al pequeño, el cual se mostraba temeroso—. Oye esa es la cama de albóndiga, no hagas pipi en ella.

             —No, Latte no puedes orinar donde sea. —Haseul tomo a Latte en sus brazos—. Llevare a este pequeño a pasear, antes que decida hacer del dos.

Vivi soltó un suspiro al ver salir a Haseul.

            —¿Por qué adoptaron a un perro? Pensé que querían adoptar a un niño. —Hyunjin fue a buscar unas tazas y algo té para ofrecerle a sus visitas.

            —Porque al adoptar una mascota no les importa mucho que lo haga una pareja homoual—, Vivi hablo con un poco de resentimiento en su voz.

              —Oh… entonces de nuevo fueron rechazadas.

              —No, pero aparentemente priorizan las familias “normales”

              —Eso es una estupidez.

Desde hace dos años Vivi y Haseul se pusieron de acuerdo en que quieren tener un hijo. Uno de los sueños de Haseul era poder cambiar la vida de un niño en un acto de amor puro como lo es adoptar, conversaron sobre el tema como pareja y sospesaron los pros y contras, al final de la conversación Vivi sintió que se había enamorado aun más de Haseul y también se emociono con la idea. Así que una vez ambas estaban de acuerdo, hablaron a diferentes orfanatos, fundaciones, hicieron distintos cursos parentales, hicieron cuantos tramites les pidieron para comprobar que son una familia capacitada para el proceso de adopción.  

Ambas saben que no era un proceso fácil y rápido, pero siguieron sin quejas cada indicación con tal de sumar un integrante más a su pequeña familia. Vivi siempre supo que iba a ser especialmente más difícil con ellas al ser un matrimonio del mismo o, pero se permitió tener fe, después de todo se había aprobado el matrimonio del mismo o en Corea hace pocos años, pero aun había muchas personas que estaban en contra de los derechos de adoptar de estos matrimonios.

Haseul durante todo el proceso se ha mostrado muy optimista, pero Vivi conoce bien a su esposa, ella ve cuando Haseul parece perdida en sus pensamientos, cuando pasan al lado de alguna familia y tiene esa mirada anhelante.

            —Conocimos a una niña, es tan pequeña. Nos habíamos planteado adoptar un bebé, pero esa niña… ella simplemente nos miró y lo supimos —Vivi habló llena de emoción al recordar a la pequeña—. Su nombre es Im Yeojin y tiene un poco más de 5 años.

             —¿Pudieron hablar con ella?

            —Sí, la semana pasada jugamos con ella y nos dijo que le gustaría tener un perro, es muy sociable pero algo temerosa al principio. Y se parece tanto a Haseul, es como si ya fuera nuestra.

              —¿Entonces qué sigue ahora? ¿Solo van y dicen que se la quieren llevar o algo así?

             —La trabajadora social tiene que investigarnos, pero hay otra pareja que está interesada en adoptarla. —Vivi llevo las manos a su rostro y soltó un suspiro—. Podemos visitarla de vez en cuando por una hora, aun no hay nada seguro. Haseul está tan segura de que podemos demostrar que somos la familia ideal para Yeojin.

            —Es un poco complicado —Hyunjin comento pensativa—. Creo que cometerían un error si no les entregan la niña a ustedes, pero de ser así aún tienen otras posibilidades de ser madres.

            —Lo sé y también lo he considerado.

Hyunjin se sentía mal por sus amigas, ella sabe que ambas son potenciales buenas madres, después de todo siempre la cuidan como si fuera su hija.

Escucharon la puerta abrirse y vieron que Haseul entro con Latte, el pequeño cachorro salto de los brazos de su madre y fue corriendo en dirección a Vivi para que lo cargara.

            —No creerían lo que puede salir del trasero de ese pequeño.

            —Te dije que no le dieras tanta comida. —Vivi le acaricio la cabeza a su pequeña mascota.

            —Cuando venía en el ascensor había una mujer con una niña, ambas entraron al departamento del frente. ¿Ella era tu antigua amiga?

            —Sí, ella es Heejin. Hoy tuve que pedirle ayuda para llamar a Vivi.

        —Entonces están en buenos términos. —Vivi preguntó, aún tiene curiosidad por la historia de Hyunjin, pero no ha querido presionarla para saber la verdad.

           —No lo sé… aun no me acostumbro a la idea de ser su vecina. Ella quiere que volvamos a hablar, pero no creo que sea buena idea. —Hyunjin respondió un poco incomoda con el tema.

Haseul no estaba acostumbrada a ver a Hyunjin tan incomoda, muchas veces tiene una actitud como si nada le afectara, pero era claro que esta chica Heejin era un tema que aun afectaba.

            —¿Las cosas entre ustedes terminaron tan mal?

            —Haseul, no presiones —Vivi le susurro a su esposa.

           —Terminaron mal, una amistad de años destrozada al igual que mi confianza —Hyunjin respondió sin querer hablar del tema, era como abrir una herida que nunca pudo cicatrizar del todo.

          —Creo que es un tema delicado, así que puedes contarnos siempre y cuando te sientas cómoda en hacerlo. —Vivi tomo la mano de Hyunjin tratando de trasmitirle tranquilidad.

            —Está bien, creo que necesito desahogarme. —Hyunjin soltó un suspiro—. Les dije que dejamos de hablar cuando comencé a salir con Doyeon, pero las cosas no terminaron allí.

Hyunjin les conto a sus amigas la parte de la historia que había omitido antes. Vivi y Haseul escucharon atentas y ofreciendo consuelo.

           —Oh Jinnie, lamento que pasaras por eso. —Haseul tomo un pañuelo y limpio las lágrimas que había derramado por la historia de la pelinegra—. ¿La odias? Porque ahora mismo tengo ganas de golpearla.

            —No, no la odio.

            —¿Aun sientes algo por ella? —Vivi pregunto.

            —No, pero tengo miedo de volver a sentir algo por ella.

            —Y aun así es la persona a la que le pides ayuda para llamarnos.

           —No tenía más opciones. —Hyunjin se encogió de hombros—. Mucho hablar de mí, ahora quiero escuchar como adoptaron a ese chico guapo.

Haseul le conto con detalle cómo fue que Latte las eligió a ellas, se veía muy feliz hablando de su nuevo amigo, Hyunjin ya se imaginaba como estaría cuando le den la adopción de esa niña pequeña.

Aprovecharon de hablar de distintas cosas, incluyendo el viaje a Jeju que Hyunjin les regalo. Las horas pasaron y como las tres tenían que trabajar al día siguiente decidieron dar por terminada la reunión.

           —Ya es tarde y nuestro bebé se durmió, así que es hora de irnos. —Haseul fue a cargar a su cachorro como si se tratara de un bebé humano—. Amor, Latte necesita su mantita, ¿Puedes ir a buscarla al auto?

       —Recuerda que humanizar a las mascotas es malo Seullie. —Vivi protestaba, pero de todas formas fue por la manta del cachorro.

Hyunjin se sentía más ligera como si un peso se la quitara de encima, no era fácil recordar cosas que le causaron tanto dolor en su adolescencia, pero al menos contaba con el apoyo y comprensión de sus mejores amigas.

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La semana de Hyunjin fue algo dura y agotadora. Se le juntaron muchas deudas que tuvo que pagar, su gata se enfermó, paso una noche en la clínica veterinaria pensando que albóndiga se iría al paraíso de los gatos, pero por suerte a los dos días ya estaba trepándose a las cortinas como si nada.

Por suerte ya era viernes y salió temprano de la clínica, estaba algo cansada, pero tiene pensado ir al gimnasio, Sooyoung le dijo que ya había vuelto de su viaje así que aprovecharía de visitarla.

Todos sus planes cambiaron cuando llegó a su departamento y se encontró a su ex con unas cajas.

           —Lia ¿Qué haces aquí? —Por un momento pensó que la chica quería volver hasta que vio las cosas que traía en su caja. Eran todos los regalos que le había dado.

        —Vine a dejar esto y a sacar las ultimas cosas que dejé aquí. —La mayor se cruzó de brazos mirando de forma seria a la pelinegra.

            —Ohh bueno… ¿Quieres beber un poco de té o café? —preguntó un poco incomoda con la situación.

            —Solo quiero mis cosas Hyunjin.

            —Pero podría preparar algo, de seguro aun no comes nada.

            —Detente Hyunjin, no sigas haciendo esto —respondió ya cansada de enfrentar a su ex.

            —¿Qué cosa?

          —Actuar como si te importara —trato de usar un tono cortante, para lastimar a Hyunjin—. Solo quiero mis cosas para así no tener que volver.

Hyunjin solo tuvo que asentir. Ambas entraron al departamento y Hyunjin solo se quedó mirando como la menor sacaba todas sus pertenecías. Una vez que todo termino Lia se fue sin mirar atrás. Era definitivo, logro hacer que la última chica que la amaba se aburriera de ella y la abandonara.

Estaba a medio camino de caer a un bucle de autodesprecio y autocompasión, sentía tanta culpa por como terminaron las cosas entre ellas, Lia no se merecía como la trató, pero ella tampoco quiso lastimarla.

Tal vez si tuviese otra oportunidad las cosas serian diferente, si solo Lia se lo permitiera, ellas podrían intentarlo de nuevo.   

Escucho que tocaron su timbre, de inmediato fue hasta la puerta esperando que fuera su exnovia para poder hablar con ella, aclarar las cosas. Así que de forma impulsiva abrió la puerta y abrazo a la persona que estaba en la puerta.

            —Lia lo siento, yo quiero otra opor— Sus palabras se cortaron al sentir una fragancia distinta a la de su ex y un cabello más claro y suave que el de Lia.

            —Ehh soy Heejin —La castaña respondió algo incomoda por el abrazo sorpresivo.

Hyunjin sintió sus mejillas sonrojarse y de inmediato se apartó de su nueva vecina, se aclaró la garganta e intento controlar la vergüenza que siente. 

            —Disculpa por eso.

          —Sí eh no importa. —Heejin se acomodó el cabello y luego se agacho para levantar una caja del suelo—. Sé que es algo tarde, pero vi esta caja afuera de mi puerta y tiene escrito cosas de Hyunjin.

La caja eran todos los regalos que le había hecho a Lia, la misma que su ex fue a dejar.

          —Ah eso si supongo que es mío. —Tomó la caja en sus manos sin saber bien que hacer con esas cosas—. Gracias y de nuevo disculpa por lo del… abrazo incomodo.

           —De nada, supongo que ya debo irme…

           —Espera… ¿quieres tomar un café o algo?

La chica castaña le respondió dándole una linda sonrisa.

           —Sí, me gustaría.

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Ambas estaban sentadas de forma incomoda una frente a la otra, Hyunjin se preguntaba qué diablos había hecho ¿Por qué invitó a Heejin a su departamento? Tal vez fue por lo que sucedió con Lia había sentido esa necesidad de tener compañía y no hundirse en su miseria.

      —Huh disculpa si sueno muy entrometida, pero cuando iba llegando vi a una chica llevándose unas cosas salir de tu departamento. ¿Era tu compañera o algo?

            —Era mi novia, exnovia, mejor dicho.

        —Oh lo siento, no lo sabía. —Heejin sabia que le era familiar esa chica, pero la vez anterior no la vio con detalle, solo la cachetada que le dio a Hyunjin.

            —No finjas, yo sé que nos viste el día que me dejo. —La menor le dio una sonrisa incomoda a su vecina—. Vino a dejarme esa caja y a llevarse las ultimas cosas que dejo aquí… ahora este departamento se siente algo vació.

            —Eso es terrible… ¿estás bien?

          —No mucho, me siento algo mal… pero como sea —Intento cambiar el tema cuando se dio cuenta de que estaba sincerando de más con una persona que no hablaba desde hace años—. ¿Dónde está tu hija? ¿La dejaste sola en el departamento?

            —Mino la llevo a un parque de diversiones, así que estoy sola por el resto de la tarde.

           —¿Por qué no fuiste con ellos? Recuerdo que te encantaban ir a los parques de diversiones, no había forma de sacarte de allí.

           —Tengo mucho trabajo que hacer, pruebas que revisar y calificar. Además, es uno de esos fines de semana padre e hija, ahí no entro yo.

            —¿Eres Profesora?

            —Profesora de Francés.

La menor frunció el ceño recordando cuando su amiga decía que sabía hablar el idioma, era una completa mentira, la pequeña Hyunjin incluso le creyó cuando Heejin le dijo que en realidad había nacido en Francia y que allí solo comían pan.

            —¿De verdad?

            —No, soy solo una aburrida profesora de matemática.

            —Sí creo que eso es más tu estilo —respondió sin pensar—. Lo siento no quise decir que fueras aburrida.

           —No te preocupes, te entiendo. —Heejin respondió intentando disimular una sonrisa—. ¿Qué hay de ti? ¿Eres Kinesióloga no?

            —Soy Kinesióloga, trabajo en una clínica donde me llegan desde niños traviesos hasta deportistas.

            —Lo tendré en cuenta por si Hyejoo se lastima en algunos de sus partidos.

            —¿Partidos? ¿Le gustan los deportes?

           —Se ha unido al equipo de natación y al de futbol junto a Yerim, la hija de Jungeun. Cuando ambas están juntas son todo un desastre, a pesar de que Hyejoo es un poco más tranquila y Yerimie es un rayo de sol.

            —No sabía que Jungeun tuvieran una hija. Lo último que supe de ella es que había terminado con Jiwoo.

         —Sí terminaron, pero quedaron en buenos términos de hecho creo que duraron un poco más de un año y medio juntas. —Heejin tomo su taza de café y bebió un poco antes de seguir hablando—. En la universidad Jungeun conoció a Jinsol, ella era una madre soltera en ese tiempo, pero eso no detuvo a Jungie, años más tarde se casaron.  

           —¿Y qué sucedió con Jiwoo?

          —Ella fue la dama de honor de la boda y aunque al principio a Jinsol no le agradaba que Jungeun sea mejor amiga de su ex, al final supo conocer y apreciar a nuestra Jiwoo. Ambas son muy amigas.

            —¿Y qué es de Jiwoo ahora? —pregunto interesada por saber de una de sus antiguas amigas.

            —Termino con su novia hace muy poco, pero para ser honesta nunca me agrado esa chica para ella.

            —¿Por qué?

           —Jiwoo estaba muy enamorada y esa chica la engañaba con una de sus mejores amigas, lo supimos hace poco —Heejin dijo molesta al recordar a la tipa que se atrevió a lastimar a alguien tan dulce como Jiwoo.

            —Jiwoo merece algo mucho mejor, esa estúpida se arrepentirá de traicionar a alguien tan buena.

            —Estoy de acuerdo y no vas a creer quien estaba tras Jiwoo antes que saliera con esa tipa. 

            —¿Quién?

            —Tu exnovia, Kim Doyeon. Jiwoo no quiso aceptarla por respeto a tu memoria y el código de las amigas.

          —Respetar mi memoria, suena como si hubiese muerto, aunque yo les di motivos para pensar eso. —Hyunjin se sentía un poco nostálgica y culpable al hablar sobre sus antiguas amigas.

Tan solo pensar en Jiwoo y Jungeun sentía que su pecho se oprimía.

En su vida Hyunjin cometió muchos errores, uno de esos fue cuando llegó a Seúl y en un intento desesperado por superar el recuerdo de Heejin, corto toda la comunicación con sus amigos. Cambio de número, eliminó sus cuentas de redes sociales, no fue a visitarlos y tampoco les dio su dirección para que la visitaran. Todo eso para que años después se reencontrara con su primer amor.

Y aun así Jiwoo no quiso salir con su exnovia, aun cuando ella fue la primera de su grupo de amigas que tuvo un enamoramiento por Doyeon.  

            —Les dije a las chicas que te volví a ver y que ahora eres mi vecina. —Heejin temía que eso molestara a Hyunjin, tal vez tenía otras razones para cortar el contacto con su antiguo grupo de amigas, Heejin esperaba no ser la única razón, aunque sabía que era la principal culpable.  

           —Deben estar molestas conmigo y supongo que ya no quieren saber de mí o que me odian. —Hyunjin se recordaba que ella se busco el odio de sus amigas, pero si de verdad la odiaban iba a ser muy doloroso.

            —Yo diría que están dolidas… por un tiempo Jungeun se negó a que tu nombre fuera pronunciado. Jiwoo siempre trató de comprender. —Heejin quiso ser honesta con Hyunjin, no quería repetir errores del pasado engañándola—. Cuando les dije que te vi, ambas me preguntaron por ti ¿Qué estabas haciendo?, ¿Cómo estabas? y muchas cosas que no podía responder. Ambas estaban aliviadas de que estuvieras bien.

Hyunjin no pudo contener las lágrimas, unas cuantas se le escaparon sorprendiendo a Heejin. La mayor no sabia que hacer o como detener el llanto de su antigua mejor amiga.

            —Me siento como una idiota, después de todos estos años… quise hablarles una vez, pero sentía tanta vergüenza. —Hyunjin se limpió las lágrimas con sus manos y trato de aclarar su garganta para seguir hablando sin sentir ese nudo—. Hace unos años vi a Hwang, quise saludarlo, pero él me ignoro. No quiso saber nada de mí.

        —Hwang Hyunjin estaba muy enojado, más enojado que Jungeun. —Heejin recuerda la última conversación que tuvo con Hwang, no fue para nada agradable y él le dejo en claro lo mucho que la despreciaba por lo que le hizo a su mejor amiga—. Él se alejo de nosotras, años después se fue de Jeonju.

            —¿Las chicas siguen en Jeonju?

          —Jungeun se vino a vivir a Seúl con su familia hace unos meses por el trabajo de Jinsol. Jiwoo se va a mudar conmigo, dijo que después de su ruptura necesitaba estar en otro lugar y que se iba a sentir muy sola sin nosotras.

            —¿No le molestara a Mino?

            —¿Por qué tendría que molestarle? —pregunto confundida, hasta que algo vino a su mente como si fuera una epifanía.

            —¿Qué sucede?

            —Mino y yo nos divorciamos.

            —¿Qué? —Esa información fue como un balde de agua fría— ¿Cuándo? ¿Por qué?

           —Nos divorciamos hace un poco más de tres años. Las cosas no funcionaron y decidimos terminar de buena forma antes que nuestros problemas lastimaran a nuestra hija —Heejin comento relajada—. Ahora nos llevamos bien, aunque suene raro somos muy buenos amigos y eso es principalmente por Hyejoo.

         —Eso es genial… supongo. Quiero decir que es bueno que intenten lo mejor para su hija, eso habla bien de ustedes como padres. —Hyunjin seguía impactada por la noticia, ni se le había pasado por la cabeza la posibilidad de que Heejin se haya divorciado de Mino.

«Amo a Mino, Hyunjin lo siento, pero esa es la verdad», Hyunjin recordaba esas palabras claramente.

            —Mino adora a Hyejoo y es un muy buen padre para ella, siempre se preocupa por su bienestar y a pesar de que no estamos junto, siempre está presente en los momentos importantes de nuestra hija.

            —Pensé que te estaba engañando. Hace unos días lo tope en el ascensor y estaba hablando con otra mujer por teléfono.

          —Hace dos años que tiene una pareja. Naeun le tiene mucho cariño a Hyejoo y nos llevamos bien, aunque si debo decir que estaba un poco celosa de ella, Hyejoo siempre dice que es más genial que yo, pero sé que lo hace para molestarme, mi hija es como un lobo salvaje a veces.   

 A Hyunjin le parecía tierno la facilidad con la que Heejin sonreí al hablar de su pequeña hija, era como si Heejin se diera cuenta de su rostro se iluminaba con un brillo al hablar de Hyejoo.

A pesar de que al principio fue algo incomodo, conversar con Heejin le era muy fácil. No pareciera que ambas hayan pasado tanto tiempo sin hablar. Cuando llego la hora de despedirse ambas quedaron con una agradable sensación.

Pero ninguna quiso hablar sobre lo que ocurrió entre ellas, lo que provoco que ambas se distanciaran. Hyunjin lo prefería así, llevar las cosas en paz y dejar el pasado atrás.

Mientras se preparaba para dormir recibió un mensaje de buenas noches de parte de su nueva vecina, ambas habían intercambiado número en caso de ocurrir alguna emergencia.

-Vecina Jeon:

Fue agradable hablar contigo hoy, espero que duermas bien 😊

Hyunjin sonrió al mensaje y le respondió cuando ya estaba en la cama lista para dormir.

-Kim Hyunjin:

Lo mismo digo

Que descanses vecina Jeon :3

 

«¿Entonces Heejin está soltera?», pensó Hyunjin.

Ese pensamiento no iba a dejar dormir a Hyunjin durante toda la noche.

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Born_forthis #1
Siguela pls c: