Capítulo V

Prueba de paternidad by Pete

Pete Pitchaya

Me desperté sobresaltado, desorientado y rodeado de la oscuridad de la noche. Pestañeé varias veces, buscando el por qué me había despertado cuando la respuesta comenzó a hacerse más fuerte. Era el llanto de Pee. Miré el reloj a mi lado. Más de la 3 de la mañana. No era la primera vez que me despertaba por su llanto, era normal que llorara, pero se callaba enseguida con la atención de Niranam. Pero esta vez… eso no estaba pasando.

Pee tenía ya cinco semanas. Había nacido el día del cumpleaños de mamá y ella estaba muy feliz por esto. La casa pronto estuvo rodeada de cosas de bebé, y antes de que le dieran el alta ya hasta teníamos una habitación para él. Niranam estaba comportándose bien, dentro de todo. No lo tenía todo el día alzado, sólo cuando mamá estaba alrededor. Después, nos turnábamos con Tutor y a veces hasta con Fighter. Era extraño, pero….

¿Niranam estaba rechazando a su bebé? No podía encontrarle el sentido a eso. Tal vez sólo necesitaba acostumbrarse a la idea de ser mamá.

El llanto de Pee se hizo más fuerte. Escuché la puerta de la habitación continúa abrirse y los pasos de mi hermano pasando por frente a mi puerta. Decidí ponerme de pie también y salí a ver qué se sucedía.

Conforme me iba acercando fui escuchando la voz de Tutor.

—Shhh, pequeño. Shhh….

Una vez en la  puerta lo vi arropando a Pee, intentando calmarlo mientras revisaba la cama de Niranam, vacía.

—¿Tutor? ¿Qué sucede? —me acerqué—. ¿Dónde está Niranam?

—Pete, sujétalo, por favor. —Tutor me pasó a Pee y lo tomé.

Era un bebé muy lindo. Su piel era unos tonos más oscura que la nuestro, pero mamá decía que tenía los ojos de la familia.

—Shh, bebé. No llores —su llanto fue calmándose, aunque no del todo, sus labios se movían, señal de hambre. Levanté la mirada. Tutor acababa de sacar algo de la cama—. ¿Qué es eso?

—Ay, no. No, no, no. No puede ser. Mierda.

De inmediato, mi hermano desordenó su cabello con una mano y empezó a masajear su cabeza, señal de estar estresado y agotado. Con la otra se tomó de la cintura.

—¿Tutor? —él sólo empezó a negar. Pee se removió en mis brazos—. ¿Tutor, qué sucede? Es una carta de Niranam ¿Verdad? ¿Qué dice?

Finalmente él se sacó la mano del rostro.

—Se fue.

—¿Qué?

—Niranam se fue, Pete. Esta carta es para ti.

¿Qué?

—¿Para mí?

Me acerqué y le pedí que me mostrara la carta. La sostuvo por mí mientras intentaba calmar un nuevo ataque de llanto de Pee.

Querido Pete,

Sé que no confiabas en mí en un primer momento, pero después vi la esperanza en tus ojos. Eso fue un error. Pero entiendo que no vas a cambiar nunca, por eso, esto es para ti. Te dejo a Pee. Mi intención era dejarlo a mamá, pero ella no puede hacer mucho ya. Puedes quedarte a Pee. O puedes buscar a su papá. Te dejo su nombre y la decisión en tus manos.

Su papá es  Ae Intouch.

No. No había tenido esperanza en ella. Pero sí había creído en que cambiare al pasar más tiempo con mamá y Pee. Pero ahora…

—¿Qué es lo que está sucediendo aquí? —Saltamos ante la voz a nuestra espalda.

—Mamá.

—¿Por qué Pee no deja de llorar? ¿Dónde está Niranam?

Mamá se acercó y fue más rápida que Tutor a no dejarlo esconder la carta. Se puso pálida de inmediato. Tutor la abrazó por la espalda.

—Mamá, regresa a la cama.

—Niranam —pronunció ella, ya con las lágrimas en los ojos—. Ella no pudo… no,… ¿Cómo? ¿Por qué? Ella…

Pee empezó a llorar más fuerte. Tenía hambre.

—Mamá, vamos. Regresa. Yo le daré de comer a Pee. Ella seguro… ¿Mamá?

Mamá se desplomó en los brazos de Tutor.

***

Sabía muy bien que mamá no estaba bien y que su vida estaba en su último hilo. Pero saberlo y que pasara cuando menos lo esperaba, cuando de alguna manera los últimos días la había visto tan feliz y llena de vida, y todo porque leyó lo que Niranam había hecho, era muy injusto.  

Dolía. Tenía un fuerte dolor en el pecho. Me sentía vacío. Todo a mí alrededor dejó de tener sentido en cuanto el médico nos lo dijo en la sala de espera del hospital. Caí en el suelo, desconsolado, atravesado por el dolor.

Mamá se había ido cuando menos lo esperábamos. Tutor apretó mi mano y me sacudió el brazo. Lo miré. Y miré alrededor. Mis manos estaban vacías.

¿Pee? Yo había llegado con él en brazos.

—¿Dónde…? —No terminé de preguntar porque vi a Fighter con Pee en brazos, meciéndolo.

¿En qué momento lo había perdido? ¿En qué momento Fighter había llegado?

—¿Pete? —Tutor me llamó y volví a centrar mis ojos en los suyos. Los míos, casi. Estaba claro porque después de una segunda vez de vernos éramos fáciles de distinguir—. ¡Basta! Maldición, respira conmigo, Pete.

¿Respirar?

No lograba entender qué estaba diciendo.

Estaba respirando.

Puntos negros empezaron a nublar mi visión.

—¡Respira conmigo! —Ordenó Tutor.

—¡Pete! —Ese fue Fighter. Los ojos de Pee me miraron. Y fue cuando entendí. No estaba respirando bien. Estaba llorando. No, estaba en medio de un ataque.

Me esforcé. Escuché la respiración de Tutor, lo abracé y presté atención a su pecho subir y bajar e intenté acoplarme a eso. Lo logré. Entonces fui capaz de percibir que no paraba de susurrar en su pecho.

—Se fue, mamá se fue… se fue…

—Lo sé. Lo sé.

Lo apreté fuerte. Tutor empezó a sollozar conmigo. Era la primera vez que en verdad lo sentía así. Tenía que hacer algo. Él siempre había sido el fuerte por mí. Tenía que colaborar en algo. Era mi turno de ser su soporte. Él tenía derecho a tener un duelo sin preocuparse por mí en el medio.

***

Despedir a mamá fue lo más doloroso que he tenido que hacer. Tutor no había vuelto a llorar, pero las sombras debajo de sus ojos decían que no podía dormir tampoco. Mencionamos a Niranam una sola vez, sólo para reparar que se había ido sin cobrar su parte. Pero su nombre se negaba a irse, porque fue justo para el rendimiento de honores a mamá que  la policía llegó para interrogarnos.

—Ella se fue —Tutor se encargó de quedarse con ellos mientras Fighter me tomó por los hombros y me indicó que se llevaba a Pee. No entendí por qué hasta después. Temían que nos lo quitaran tal vez—. ¿Por qué la buscan?

Logramos entender el por qué Niranam había llegado sin nada. Huía, estaba prófuga. Se ocultaba, dejaba su hijo, y se fugaba de nuevo.  Luego de eso, decidimos hacer como si no existiera.

Por supuesto, Pee se quedó con nosotros.

***

Una semana más pasó. Pee me miraba, con su dedo en la boca y moviendo animado sus piernas. Lo había apoyado sobre una cobija en el suelo de la sala. Suspiré.

—¿Qué dices, Pee? ¿Buscamos a tu papá?

Pee sólo soltó sonidos y burbujas de saliva.

Pasos a mi espalda me hicieron notar la llegada de Tutor. Se sentó a mi lado y le dedicó una sonrisa a Pee.

—Hola, Pee. Es tío To. —Pee reaccionó con más burbujas—. ¿Qué harás, Pete?

—No lo sé. A veces pienso que no es justo para el padre, ni para Pee. ¿Y si no es igual a Niranam? ¿Y si sólo fue otra víctima? ¿Tú que piensas, To? Oh, hola Fighter —el novio de mi hermano entró y se sentó a su lado, también sonriéndole a Pee.

—Miren este bebé. Sólo un mes y ya está muy grande.

Fighter tenía razón. Pee estaba creciendo fuerte y sano pese a no tener la leche de su mamá.

—Mira, Pete, la verdad —empezó Tutor—, creo que deberíamos quedarnos con Pee. Piensa que Niranam tal vez hasta mintió en quién es el padre. Tal vez ni siquiera sea ese tal Ae Intouch. Tal vez ni siquiera sepa —me mordí el labio. Tutor podría tener razón, pero aún así, no buscarlo me sentaba mal—. Creo que has tomado una decisión. Mira, sea cuál sea, te apoyaré ¿De acuerdo? Fighter y yo lo haremos.

Suspiré y me enfrenté a ellos. Tenían razón, en mi interior yo ya había tomado una decisión.

—Quiero buscarlo, quiero encontrarlo. Le haré una prueba de paternidad, me aseguraré que sea el padre que Pee se merece, y si falla, no le diré nada.

Tutor por primera vez en estas semanas rió con ganas. Fighter le revolvió el cabello. Yo los miré boca abierto.

—¿Qué les pasa?

Tutor volvió  a reír y miró a su novio.

—Dale el sobre.

—¿Qué sobre? —Pregunté.

—No sé cómo harás para hacerle una prueba de paternidad sin decirle —soltó Fighter mirándome—, es decir, ¿robarás su cabello o algo así? Pero bueno, To me dijo que decidirías eso, así que ten, le encargué a un amigo que buscara información sobre él. Acá está todo lo que pudo encontrar de Ae Intouch.

Pestañeé varias veces y me sonrojé al pensar en los planes que me había imaginado para lograr mi cometido. Tomé el sobre entre mis manos y lo abrí.

—Por cierto —les dije mirando la hoja—, no pensaba en ese tipo de prueba, sino en un cuestionario, y al final la prueba de sangre, claro, por sí no lo cree. No sé.

—¿Cómo piensas hacer para hacerle preguntas? —preguntó Fighter curioso.

No respondí de inmediato. Gané tiempo leyendo la información.

Ae Intouch.

Menor de tres hermanos.

21 años.

¿21 años?

—¿Pete? —Fighter me apuró.

—No lo sé aún ¿de acuerdo? —admití. Y me negué a verles las caras por lo que seguí leyendo.

Estudiante de ingeniería.

Trabaja por las tardes.

Su familia tiene un pequeño local de artículos.

Hijo mayor tiene una hija de un año. Lin Intouch.

Pee tenía una prima.

—Atrás hay una foto por si quieres verla… —agregó Fighter. Por su voz, me seguí negando a verle la cara.

Di vuelta la hoja y allí estaba Ae Intouch.

Una parte de mí esperaba encontrar a alguien fácil de juzgar. No sé, tatuajes, una foto en la cárcel. Algo que me ayudara a decidir que buscarlo era una causa perdida. Pero me encontré con lo opuesto. Ni siquiera parecía tener 21 años. Parecía de 18. Era muy alejado del tipo de persona con la que imaginaba al lado de mi hermana. La piel era como la de Pee. Y si no estaba mal, puede que la nariz y sus labios también. Ver la foto sólo reafirmaba que debía de verlo.

Escuché a Tutor ponerse de pie y alisarse su pantalón.

—¿Cuándo nos iremos? —Preguntó.

Esta vez sí lo miré.

—¿Qué? ¿Cómo que cuándo nos iremos?

Él asintió y Fighter se rió.

—¿En verdad crees que tu hermano dejará que te vayas y te lleves a Pee? Oh, no. Iremos contigo.

—Pero, ¿Y el hotel?

—Un amigo se encargará de todo. Además falta proceso legal. —Respondió Tutor—. ¿Te parece si partimos mañana? Puedo sacar los boletos ahora. Habrás leído que no vive por acá.

—Sí —admití—. De acuerdo. Además, cuanto antes mejor.

Bien. Era momento de conocer al padre de Pee.

Ae Intouch.

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