El día que me topé con un ángel | Eun Ha Won

Que sea nuestro secreto | Cinderella and Four Knights

Yoon Sung estaba a mi lado, cubriéndome de la lluvia con un paraguas mientras se escuchaban llegar unos autos a la propiedad. No lo había mirado, pero no necesito hacerlo para saber que es él.

El invierno es demasiado corto este año, apenas empieza febrero y yo ya casi no siento frío, o ¿es porque mis emociones se apagaron y de pronto perdí la sensación térmica?

Estoy en Sky House… No puedo creer que me estoy prestando a esto ¿en cuántos problemas podría meterme por esto?

—Vamos adentro —me dijo él con un inusualmente serio tono de voz—. Debes saber que hay una condición para que vivas en Sky House, las citas no están permitidas —tomó un respiro—. Eso incluye a los primos Kang, al personal, a ti … Y a mí.

Por primera vez en esa noche, lo miré, totalmente sorprendida y angustiada ¿no querrá decir que…?

—Más tarde hablamos de esto, por ahora, trata de fingir que no sucede nada, como lo has hecho con el presidente.

Volví a mirar hacia el frente cuando los tres primos llegaron a nuestro encuentro, pero no les presté atención, solo pensaba “Sí, me puedo meter en muchos problemas”.


6 meses antes… Finales de julio

Iba corriendo, cargada de cosas, un poco distraída y completamente apurada.

Mi madrastra me esperaba temprano y yo me retrasé en el trabajo, no necesitaba un regaño y no quería discutir, así que solo corrí. No me atrevía ni a mirar la hora, solo esperaba llegar a tiempo.

Y lo habría hecho, juro que lo habría hecho de no ser porque (afortunada o desafortunadamente) en el camino me topé con un ángel. Y cuando digo ángel es literal, y cuando digo topar… Es vergonzosamente literal.

Solo sentí mi cuerpo chocar con otro y luego me sentí caer hacia atrás, soltando mi bolsa de compras en el proceso. Cerré los ojos esperando la caída, pero esta nunca llegó y el sonido de mis compras en el suelo no se escuchó.

Cuando abrí mis ojos vi al ser más perfecto con el que pude haber chocado, inclinado sobre mí mientras su fuerte y extrañamente delicada mano derecha sostenía mi espalda. Vestía de traje y corbata, con una expresión preocupada en su apuesto. Mi único pensamiento en ese instante fue “no vayas a decir una estupidez”.

—¿Está bien, señorita? —Dios, también habla como un ángel.

Al principio solo pude sonreír como tarada y me levanté por mí misma para evitar más vergüenza.

—Sí —contesté rápidamente, aun con mi sonrisa tarada—, solo me… Ehm… Me aturdí un poco, no es nada —y porque tartamudear no es mejor que sonreír, hice una reverencia—. Lo siento mucho, señor, debí haber mirado por donde iba.

—No, no —dijo igual de rápido—, yo lamento haber estado parado por donde iba usted, señorita… Creo —obvio yo no imaginé que el estuviera nervioso, estaba ocupada poniéndome nerviosa yo misma—. ¡Ah! Tenga sus cosas.

Y por eso mis compras no sonaron al caer, él las atrapó con su mano izquierda y a mí con la derecha. En serio debe ser un ángel.

—Oh, muchas gracias. Me habrían matado si se arruinaban —susurré eso último, pero igual lo escuchó.

—Pues que suerte que las atrapé, igual que a usted —dijo con la sonrisa más bella que he visto en mi vida—. Habría sido una pena que una linda señorita como usted se cayera… O que la mataran.

No noté si eso en su último comentario fue diversión, sarcasmo o preocupación, pero me reí por instinto y el rió igual. De pronto olvidé que debía llegar rápido a casa.

—Disculpe que pregunte, ¿por qué venía tan apurada? —y él me lo recordó— De haberla visto venir me habría apartado, pero corría tan rápido que cuando lo noté ya estaba casi en el suelo.

Y de nuevo sonreí como tarada. Qué vergüenza. Pero al menos me recordó que iba retrasada y ahora estoy más retrasada y quizás me maten y no precisamente por arruinar las compras. Mi sonrisa cambió a una mueca de terror.

—Uh-oh… Oh no, oh no, oh no —miré mi reloj— ¡Rayos! Mi madrastra me espera con las compras, mi papá sale de viaje esta noche y no debía llegar tarde —es lo que me busco por chocar con un ángel—. Ya no creo que llegue a tiempo.

—Ah, si quiere, puedo llevarla a su casa en mi auto —ofreció.

—No, no, no quiero molestarlo y quitarle también su tiempo, muchas gracias —dije rápidamente empezando a caminar.

—No es molestia —me detuvo tomando mi brazo—. Tengo tiempo suficiente, tómelo como una disculpa por… ¿Estar en el camino?

Su sonrisa sincera me tranquilizó. Si me lleva llegaré a tiempo y podré cenar con mi papá, no debe ser tan mala idea. Lo pensé un segundo, pero no tenía un segundo así que solo respondí.

—Está bien.


Para cuando mi mente reaccionó pensando que era una locura subirme en el auto de un extraño con el que me topé en la calle y que era obviamente (aunque no demasiado) mayor que yo, ya era tarde. Estábamos a unas cuadras de mi casa para entonces. Pero analizándolo, es la mejor locura que me pude permitir.

Pasé parte del viaje jugueteando con la pulsera en mi mano. No entiendo por qué me siento tan ansiosa, esto no suele pasarme.

—Muchas gracias por esto, salvó mis compras, mi cabeza y me trae a casa —le dije—. Pero en serio, lamento haberle quitado el tiempo.

—Son varias las cosas que me quitan el tiempo y descomponen los planes a diario. Es agradable que usted fuera la de hoy —dijo sonriendo—. En serio, deje de disculparse.

Por un momento la ansiedad se fue y sonreí, este hombre es realmente agradable, no puedo creer que una milésima parte de mi mente pensó que podría ser un ertido. Entonces pensé que mi madrastra y mi hermanastra sí pensarían que es un ertido… O peor, mi papá.

—Eh… Ahjussi, ¿le molestaría dejarme en esta esquina? Ya me trajo bastante cerca, de aquí doy unos pasos y estoy en casa. Es que si me ven bajando del auto de un extraño… Quizás no sea a mí a quien maten —sonreí con vergüenza.

—Ah, claro, no hay problema —se orilló y frenó el auto—. Bueno, sana y salva… Cerca de casa —sonrió y se bajó del auto.

No entendí por qué lo hizo hasta que vi cómo rodeó el vehículo hasta el lado en el que yo estaba y me abrió la puerta. Wow, nunca nadie me había abierto la puerta de un auto, ni me habían dado la mano para que saliera.

La ansiedad volvió.

—Por favor vaya con cuidado, ya es algo tarde y no me gustaría haberla dejado aquí y luego enterarme de que le sucedió algo.

—No se preocupe —dije sonriendo—. De aquí no es nada hasta mi casa. Gracias a usted llegaré a tiempo, realmente agradezco eso.

—Si sigue agradeciendo o disculpándose me hará sentir un santo o me enojaré, usted elige —sonrió—. Fue un placer conocerla esta noche, señorita.

—Igualmente —dije simplemente.

Comencé a caminar y unos pasos más adelante volteé, viendo que él seguía parado mirándome.

—¡Ahjussi! —lo llamé con una última sonrisa— ¡Kamsamnida!

Me volteé de nuevo y caminé rápidamente a casa. Pude verlo sonreír antes de eso y, a pesar de lo que me esperaba en casa cuando mi papá se fuera, esa sonrisa me hizo realmente feliz.


—¡Estoy en casa! —me anuncié al entrar con unos orgullosos 5 minutos de adelanto gracias a mi ángel del camino— ¡Appa! Where are you? (¿dónde estás?).

Nadie responde.

Es extraño… Mi papá no es exactamente el mismo que era cuando mi mamá vivía, era un poco más frío conmigo, lo admito. Pero siempre me saluda al llegar… Cuando está en casa, al menos.

Al avanzar un poco más vi a mi madrastra y hermanastra mirando la televisión y comiendo pollo frito de alguna tienda. Miré mi bolsa de compras, hace unas horas me pidió que llegara a casa a esta hora y que trajera algunos ingredientes para una cena para mi papá.

Entonces, ¿por qué están comiendo pollo y por qué mi papá no está cerca?

—Sae-Omma, Unnie… ¿Dónde está papá? —pregunté con cautela.

—Oh, ya llegaste —dijo mi madrastra mientras mi hermanastra hacía unas muecas burlándose de mi “Unnie” —. Saca rápido tus cosas de la habitación de Yoo Na, ya no necesitas fingir que duermes allí y lava los platos cuando termines.

Espera, eso lo haría cuando se fuera papá… Entonces.

—Pero, ¿y mi papá? —pregunté de nuevo.

—Appa se fue hace una hora —contestó Yoo Na—, tuvo que irse antes por una urgencia, te manda saludos.

Claro está que lo que me molestó no fue precisamente que en ningún momento me mirara a los ojos.

—Pero, me dijo que saldría a las 9:30 —me convertí en un robot, ahora solo hablaba sin pensar—, aún es temprano, traje las cosas para la cena.

—Fue un imprevisto, lástima.

No, tú no sientes ninguna lástima de que yo no haya podido despedirme de mi papá, ni de quedarte con mi habitación, ni de tratarme como sirvienta en la casa de mi infancia, ni de que MI papá vaya a pagar tu universidad en vez de la mía… Ni de muchas otras cosas.

Pero obviamente no iba a decirle eso. Solo tomé un respiro, me aguanté las lágrimas y sonreí.

—Está bien, no hay problema —dije con aparente tranquilidad—. Solo moveré mis cosas al balcón.

—¡No olvides los platos! —gritó mi madrastra cuando me retiré.

 

Pasé horas moviendo mis cosas de la habitación de Yoo Na hacia el balcón, donde yo dormía. No porque tenga muchas cosas ni mucho menos, el problema es que solo una octava parte de mis cosas estaba en la habitación, lo demás tuve que descifrar dónde estaba.

Es igual cada vez que viene mi papá. Pasa meses de viaje porque trabaja como camionero, esos meses yo vivo “tranquila” en mi balcón, pero cuando viene a casa le hacen creer que mi hermanastra y yo dormimos juntas y mis cosas desaparecen. No soy precisamente yo quien las desaparece.

—Ok, ropa, libros, cosas del colegio —pausa para dormitar un segundo y despertar de golpe—. Ah… 1:30 am, trabajo a las 8:00 y aún no encuentro las cosas de mi mamá… Sueño —pausa para cabecear.

Para ese punto decidí que lo mejor sería dormir por lo que quedaba de esa noche y seguir buscando mañana. De seguro mi madrastra escondió las fotos de mi mamá otra vez.

—Ahg ¡Qué vida horrible! —dije mirando al techo—. Appa se fue sin despedirse, no encuentro mis cosas, gasté dinero valioso en ingredientes para una comida que no preparé y tengo hambre —con todo esto me olvidé de cenar.

Créanme, si hay algo peor que tener ganas de llorar como una niña es tenerlas con el estómago vacío.

—Y para colmo —subí mi manga— perdí la pulsera de Ja Young. Aigoo, seguro me va a odiar por esto.

“Bueno, mañana será un nuevo día” pensé. Un nuevo día de trabajos de medio tiempo, clientes groseros, cosas perdidas y una familia disfuncional, pero un nuevo día al fin.

Aunque, al menos, ese día no completamente malo. Pasaron cosas muy feas, pero conocí a un hombre increíblemente guapo, caballeroso, amable e increíblemente decente. Me di cuenta de que no sabía su nombre y quizás no volvería a verlo nunca, pero logró que ese día no fuera del todo horrible para mí.

—Gracias por aparecer hoy, Ángel. Alegraste mi día, aunque sea un poquito —dije aun viendo el techo.

Por ese solo momento, logré olvidar todo lo malo que me pasó esa noche y dormí tranquilamente recordando la bella sonrisa del ángel con el que me topé. Gracias a mi torpeza, pasé la noche feliz.


Porque yo amé cada parte de este K-Drama, nada de él me disgustó, pero hubiera preferido que Cinderella eligiera al Secretario, era mi favorito.

El problema no fue el protagonista, el problema no fue la trama, el problema no fue el drama. El problema fui yo, que eleegí al caballero equivocado ^^ upsi.

Espero que les guste :3 nos vemos en otra actualización.


Purpurina✨✨

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
No comments yet