Capitulo 1.

Así comezó todo

Caminaba por una de las calles más transitadas de Seúl, en hora punta, cargada de maletas, algo perdida y con miedo de tropezarme. Miraba a mí alrededor desorientada, ya que era mi primera vez allí. Llevaba años soñando con ir a aquel país, conocer sus costumbres y mejorar mi coreano. Llevaba estudiando coreano en casa desde hacía unos 2 años y en este último año me apunté a una academia. Llevaba tiempo plateándome venirme un tiempo, pero mis padres no accedían, sin embargo comprendieron que con 24 años podría valerme por mi misma, aunque estaba sola en un país extranjero, pero quería demostrarles que estaba preparada para cuidar de mi misma.

Continuaba caminando y había dejado atrás a toda la muchedumbre de una de las calles más transitabas. Me adentré en un pequeño y tranquilo barrio. El sol brillaba y la suave brisa agitaba mi media melena. Saqué mi móvil para mirar la calle concreta en la que se encontraba el piso que había alquilado durante un año. Miré a mí alrededor y ¡ahí estaba! Había encontrado el edificio, por suerte justo enfrente había una pequeña tienda de comida, sé que me vendrá bien en el futuro. Subí al tercer piso, dejé las maletas en el suelo y llamé al timbre del que sería mi futuro apartamento. Abrió la puerta una mujer de unos cuarenta años, me sonrió e intentó hablar inglés, no era su fuerte, así que la tranquilicé hablando coreano:

  • No se preocupe, hablo coreano Sonreí -.
  • Oh, genial. Como habrás podido observar el inglés no se me da demasiado bien. Bueno, pasa, este es el apartamento. ¿Te gusta? – Se apartó a un lado, dejándome espacio para entrar .
  • Es perfecto. – Sonreí .

Era un sitio pequeño, ya que el salón y mi cama estaban en la misma habitación, pero no necesitaba más, además de que aunque llevaba tiempo ahorrando para esto, no me sobraba el dinero, sin embargo era justo lo que necesitaba.

  • Me alegra que te guste. Si necesitas cualquier cosa, mi apartamento se encuentra en el edificio de al lado.
  • Muchas gracias. – Hice una reverencia .

Finalmente aquella mujer me dio las llaves y salió del apartamento, cerrando la puerta suavemente. Miré a mí alrededor y me sentí como en casa. Di una breve vuelta por el apartamento para verlo todo y comenzar a pensar donde pondría cada cosa. Pero no podía demorarme demasiado, ya que me tenía que poner manos a la obra.

Comencé a colocar cada una de mis cosas en su nuevo lugar y por suerte estaba todo el apartamento limpio. Al cabo de un par de horas ya estaba todo en su sitio, ya que no me había traído demasiadas cosas, ya que quería decorarlo con cosas nuevas compradas aquí. Me acosté en la cama y poco a poco mis ojos se fueron cerrando, hasta finalmente quedarme profundamente dormida.

Abrí los ojos, miré el móvil para ver la hora, con los ojos entrecerrados y ya eran las dos de la tarde. Así que decidí ponerme en pie y bajar a la tiendecita de enfrente para comprarme aunque fuera un bote de ramen, para después buscar trabajo, ya que de aire no puedo vivir.

Me tomé mi ramen en la misma tienda, ya que tenía sirio para poder comer. Salí de aquella tienda y comencé a caminar buscando algún sitio que necesitaran a alguien. En mi defensa tengo que decir que no tenía ni idea de cómo buscar trabajo aquí. Después de un rato caminando, me senté en el primer banco que vi, ya que los pies me comenzaban a doler. Suspiré y miré a mí alrededor, y divisé a una gran cantidad de chicas apiñadas delante de un enorme edificio. Alcé la mirada y ese edificio me sonaba, era el de Big Hit. No pude evitar mi curiosidad, ¿y si veía entrar al edificio a BTS o TXT o cualquier idol? Podría ser un primer día en Corea inolvidable.

Me acerqué a todas aquellas chicas y en mi intento fallido de adentrarme entre todas ellas, me quedé atrás. Como no veía nada y solo oía gritos, comencé a saltar para ver si conseguía ver algo, ya que yo no soy una persona muy alta y algunas de las chicas me sacaban hasta una cabeza o más de altura. En uno de los saltos, uno de mis tobillos se dobló y caí al suelo. No pude evitar quejarme en voz alta, una de las chicas me vio y me ayudó a ponerme en pie:

  • ¿Estás bien? – Preguntó mientras me ayudaba a incorporarme. Era una chica más grande que yo, con gafas y de sonrisa amable .
  • Si, gracias. – Dije finalmente de pie, aunque con un poco de dolor en el tobillo .
  • No puedes ver bien, ¿verdad?
  • Pues la verdad es que no y no hay quien pase.
  • Agárrame el brazo, ya verás.

Dudé por un segundo, sin embargo la agarré por el brazo y comenzó a pasar, haciéndose paso por entre todas aquellas chicas. Llegamos al frente y sorprendida le dije:

  • ¡Genial! Gracias. – Sonreí .
  • No hay de que… oh… ¡Ahí vienen! – Dijo mientras señalaba a la izquierda .

Giré mi cabeza y quedé sin aliento. A lo lejos pude ver a los chicos de BTS, ¿seguía soñando? Por los empujones y pisotones de las otras chicas, pude deducir que no era un sueño. Era bastante agobiante estar ahí, sin embargo quería verlos pasar, ya que para mi esta era la primera vez que veía a un idol fuera de la pantalla de mi ordenador. Pero tras miles de empujones, mi cuerpo no resistió y acabó cayendo hacia delante. Caí sobre los pies de alguien, con el corazón a mil por hora, rezaba mentalmente porque no fuera ningún miembro de BTS. Levanté la vista lentamente y si… era Taehyung, el cual parecía que quería decir algo, pero me levanté rápidamente, hice una reverencia y me adentré entre la multitud. Cuando BTS entraron en el edificio y toda la multitud se disipó, la chica de antes se acercó a mí.

  • ¿Estás bien… otra vez? Por lo que veo… o te gusta mucho el sueño u hoy no es tu día.
  • Un poco de ambas. – Reí .
  • Me llamo HeeSeok. – Me dio la mano -.
  • Yo me llamo Mia.
  • ¿De dónde eres?
  • De España.
  • ¡Wow! Hablas muy bien Coreano.
  • Gracias. – Sonreí avergonzada .
  • Y… ¿Qué te trae por aquí? ¿Vienes de viaje, a estudiar…? – Nos sentamos en un banco, la verdad es que me dolía aún un poco el tobillo.
  • Pues he venido a vivir durante un año, llevo años soñando con venir.
  • Ya veo… ¿Tienes trabajo? – Preguntó curiosa .
  • No… de hecho hoy es mi primer día. Pero necesito encontrar trabajo pronto, necesito comer y pagar el apartamento.
  • Deberías ponerte hielo en el tobillo. – Dijo mientras miraba mi tobillo hinchado .
  • Si, será mejor que me vaya. – Me puse como pude en pie .
  • No, espera. Mi tío trabaja por aquí, podemos pedirle ayuda.
  • No te preocupes, no quiero molestar… Dije mientras intentaba caminar -.
  • No molestas. Vamos, te ayudo a caminar.

Me apoyé en ella y comenzamos a caminar, pero sorprendentemente hacia el edificio de Big Hit. Paré en seco y la mire dubitativa:

  • ¿Por qué vamos allí?
  • Te dije que íbamos a donde trabaja mi tío. – Respondió tranquilamente .
  • Pero…
  • Mi tío trabaja en el departamento de marketing  Me interrumpió – Seguro que tiene hielo o algo. Vamos. – Me volvió a agarrar -.

Entramos en aquel gigantesco edificio y nos dirigimos a unos ascensores. Aún estaba en estado de shock y podía hablar, pero por suerte Hee-Seok rompió el hielo:

  • ¿Te duele mucho?
  • Solo un poco… pero… HeeSeok…
  • Llámame Seok. – Sonrió .
  • Seok… ¿Por qué esperabas afuera?
  • Me parece divertido. El fenómeno fan es enorme, y más con ello.
  • Debe ser increíble trabajar aquí… Dije mientras se abrían las puertas del ascensor -.

Seok y yo nos dirigimos a uno de los tantos despachos que había en aquella planta. Llamó a la puerta y pude oír la voz de un hombre en su interior:

  • Adelante.

Entramos y el despacho era enorme, con una gigantesca ventana, por la que se veía la enorme calle. Con fotos de artistas en las paredes. Un hombre alto, medio calvo y de complexión ancha nos miraba desde su asiento.

  • Hola Seok… y compañía  Me sonrió, así que le devolví la sonrisa -.
  • Hola, tío… se ha hecho daño en el tobillo. ¿Puedes ayudarla?
  • Claro, voy a por hielo. Siéntate en mi asiento. – Dijo mientras se levantaba y salía del despacho .
  • Es enorme… Dije mientras miraba cada rincón de aquella habitación -.
  • ¿Verdad? – Dijo Seok mientras se sentaba al otro lado de la mesa .

Al cabo de unos minutos el tío de Seok apareció con una bolsa con hielos:

  • Ponte esto, seguiros que te baja el hinchazón.
  • Gracias. – Dije mientras cogía el hielo y lo colocaba con cuidado sobre mi tobillo .
  • Tío, ¿podemos hablar un momento? – Dijo Seok .
  • Me voy, un momento… Dije mientras intentaba ponerme en pie -.
  • No, no… espera aquí, hablaremos fuera. – Dijo el hombre que aún estaba de pie delante de mí .

Durante un rato me quedé sola en aquella habitación. El asiento era bastante cómodo y el mi tobillo poco a poco volvía a coger su forma original. Levanté la mirada y vi las fotos que había. Pero mis ojos se fueron directos a una de BTS, concretamente a la cara de Taehyung, la cual había visto en la vida real hacia una escasa hora. NO pude evitar ponerme roja, ya que él era mi bias y me había caído en sus pies. Luego recordé que estaba en el mismo edificio que él y comencé a ponerme un poco nerviosa. ¿Y si me lo cruzaba de nuevo al salir? No… eso era imposible… una y no más, mucha suerte tuve en conocerle, ni que esto fuera un fanfic. He leído tantos que no puedo evitar montarme historias en la cabeza.

La puerta se abrió y entraron nuevamente Seok y su tío. Ambos me miraban muy fijos, pero Seok me miraba con una enorme sonrisa.

  • ¿Ocurre algo?  Pregunté confusa -.
  • Mi sobrina me ha dicho que necesitabas trabajo, ¿es así? – Dijo algo serio .
  • Em… si… Estaba algo confundida, ¿será que…? No, no puede ser… -.
  • Si quieres, tenemos un puesto para ti. – Dijo el hombre creando una sonrisa .
  • ¿Qué? ¿Een serio? – No lo podía creer - ¿De qué?
  • Pues… básicamente te encargas de ciertos recados, que otras personas no pueden hacer, ya que están muy ocupadas. – Dijo mientras se acercaba a la mesa y se sentaba en el asiento del otro lado .
  • ¿Es una broma? – Aún seguía sin creerlo .
  • No es una broma. – Contestó Seok mientras se acercaba a mi – Es una oportunidad de oro.
  • Me acabas de conocer… ¿Por qué haces esto por mí?
  • Bueno… pareces una chica con bastante respeto y se te nota responsable. No hay más que ver cómo te has comportado delante de…
  • Ah… no me lo recuerdes…
  • Le has hecho una reverencia y te has apartado. Otra se habría tirado a su cuello.
  • Puede ser… Respondí mientras miraba mi pie -.
  • Y nosotros buscamos a alguien responsable, así que primero estarás unos días de prueba, si todo va bien, te contrataremos. ¿Qué te parece?

Era una oferta que obviamente no podía rechazar, aunque me ponía un poco nerviosa pensar que estaría pisando y respirando el mismo aire que aquellos chicos que tanto admiraba desde mi casa.

  • Por supuesto que acepto.
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