Princess Of Crime

Lisa

 

 

Tu punto de vista.

 

Estaba cansada.

 

 

Las lágrimas en mi rostro se habían secado después de caminar un largo rato por las calles. Mi labio adolorido ahora tenía una fresca herida por el golpe que recibió. Todo a causa de mi padre. Cada que tenía la oportunidad, el me golpearía o empujaría fuera de su camino.

 

 

Todo era suyo, incluso mi vida, por lo que decidí escapar una vez de ahí.

 

 

Mi cuerpo se estremeció cuando sentí el frio viento chocando contra él. Rodeé mis brazos alrededor mío en busca de calor y continúe caminando. Debía llegar pronto a mi destino por lo que seguí sin detenerme.

 

 

Mi objetivo era encontrar a una persona conocida como “Manoban”.

 

 

No lo conocía en persona, pero había escuchado de él. No solo era el dueño de un club, también se trataba del líder de una pandilla muy aterradora y peligrosa.

 

 

Él era un asesino muy temido, no posee ninguna debilidad, o al menos eso me dijeron. Según los rumores fue su padre quien fundo esa pandilla, pero él lo mato sin piedad a sangre fría tomando así su puesto. Su nombre envía escalofríos a cualquiera y hace llorar a cualquier hombre solo con tal de deshacerse de la idea de esa persona.

 

 

Ahora el recibe el respeto de todos, nadie se atreve a enfrentarlo ni dirigirse a él por miedo a resultar heridos. Yo estaba dispuesta a tomar ese riesgo, con el propósito de ser aceptada en su pandilla y dejar mi miserable vida atrás.

 

 

Después de todo era un buen negocio. Y un buen negocio significa buen dinero.

 

 

A este punto, era mi única alternativa.

 

 

Justo había llegado la medianoche cuando finalmente llegue al club. Apenas podía caminar a través del montón de gente que se encontraba dentro. Definitivamente era muy famoso y bastante caro, pero yo no estaba aquí para divertirme.

 

 

Había oro y luces brillantes en todas partes, el lugar perfecto para un líder.

 

 

Examine el lugar en un intento de detectar a esta persona desconocida, pero parecía no haber señales de él. Decidí ir al bar donde las bebidas eran exageradamente costosas, lo que significaba que no tendría una esta noche.

 

 

Me incline en la barra y llame al bartender detrás de ella. “Disculpe ¿Sabe dónde podría encontrar a Manoban?”

 

 

Alzo una ceja en respuesta y sin decir una sola palabra, se alejó para continuar limpiando uno de los vasos de cristal.

 

 

Deje escapar un suspiro dándome por vencida, supongo que tendría que encontrar otra opción.

 

 

“Hey, no pude evitar escuchar que buscas a Manoban” Hablo una voz femenina llamando mi atención.

 

 

Me volví hacia ella para toparme con una chica sentada al lado mío.

 

 

No la había notado antes.

 

 

Frente a mis ojos, se encontraba una chica de cabello castaño muy claro y flequillo. Ella definitivamente no era coreana al igual que yo y lucia de mi edad, admito que era un poco atractiva.

 

 

“¿Uh? Oh sí, pero supongo que no importa ahora… no fui capaz de encontrarlo.”

 

 

“¿Encontrarlo?” Una sonrisa divertida apareció en el rostro de la misteriosa chica. “¿Qué te hace pensar que es un él?” 

 

 

“Hmm, no lo sé. Creo que simplemente lo supuse.” Me encogí de hombros.

 

 

Me examino de pies a cabeza, mordiendo ligeramente su labio. “¿Qué te parece si te invito un trago?”

 

 

Asentí y observe como ordeno al bartender quien preparo y sirvió de inmediato la bebida. 

 

 

“He escuchado que Manoban en realidad es la princesa de este lugar, pero quien sabe, son rumores después de todo.” Menciono lanzándome un guiño.

 

 

“No lo dudo, este lugar parece un palacio.” Dije provocándola reír.

 

 

“Un palacio muy lindo entonces.” Sonrió dulcemente. “Mi nombre es Lisa por cierto.”

 

 

“_____.” Respondí tomando un sorbo de mi vaso, sintiendo mi labio arder al hacer contacto con el alcohol.

 

 

“_____.” Repitió Lisa dejando que mi nombre se deslizara de sus labios. “Lindo, me gusta.”

 

 

Al escuchar eso, sentí un leve calor en mis mejillas y una sonrisa se dibujó en mi rostro.

 

 

Es la primera vez que alguien me dice algo lindo.

 

 

“Lo mismo digo.” Sonreí con sinceridad.

 

 

“Nunca te había visto por aquí ¿Primera vez?”

 

 

“Yup.” Tome lo restante de mi bebida de un solo trago.

 

 

“Deberías volver más a diario entonces.” Me miró fijamente con una mirada suave la cual pronto se tornó en una de preocupación. “¿Qué le sucedió a tu labio?”

 

 

Deje escapar un suspiro. “Larga historia.”

 

 

“Tengo tiempo para escucharla.” Al realizar lo que dijo los nervios se apoderaron de ella. “Di-Digo, solo si tú quieres claro.”

 

 

“¿En verdad quieres escucharla?”

 

 

“Si, me interesa saberlo y ver si puedo ayudar en algo.” Con suavidad coloco su mano sobre la mía.

 

 

Justo cuando estaba a punto de hablar, sentí como un cuerpo detrás de mí se presionaba contra el mío.

 

 

“Oye bonita ¿Qué te parece si bailamos?” Un hombre susurro en mi oído.

 

 

Me di la vuelta dispuesta a rechazarlo pero antes de que pudiera responder, fui interrumpida por alguien más.

 

 

“Apártate amigo, será mejor que te vayas.” Hablo Lisa con un tono tan serio, como si se tratara de una persona completamente diferente.

 

 

El rostro de aquel hombre se tornó pálido como si hubiese visto un fantasma al volver su mirada hacia Lisa.

 

 

“U-Uh si, lo siento.” Sin nada más que discutir, se disculpó y se marchó con rapidez.

 

 

Bueno, eso fue un poco extraño.

 

 

Lisa se volvió y sonrió disculpándose “¿Qué te parece si salimos de aquí?”

 

 

“Seguro, gracias.” Escuchando mi respuesta, Lisa salto de su silla y tomo mi mano guiándome junto con ella.

 

 

(…)

 

 

Terminamos fuera en la terraza del club, nadie más estaba ahí excepto por nosotras dos. Nos inclinamos en el borde y admiramos las luces de la ciudad desde lo alto. Mire hacia abajo observando la gente y los autos pasar, pero sentía como Lisa me observaba a mí.

 

 

“Fue mi padre.”

 

 

“¿Uh?” Lisa salió de su trance.

 

 

“Mi padre es la causa de mi labio partido.” Extendí mi brazo mostrándoselo. “Los moretones.” Tome el borde de mi camisa y la levante. “Y las cicatrices.”

 

 

Lisa escaneo mi cuerpo entero, tomando en cuenta cada herida y lesión que formaba parte de mi cuerpo.

 

 

El sangrado de mi labio. Los moretones en mi brazo. La cicatriz en mi abdomen.

 

 

La ira lentamente comenzó a brillar en ella cuando sus ojos se oscurecieron y su rostro se endureció. Inhalo y exhalo tratando de controlarse, al notar esto, coloque suavemente mi mano sobre la suya en un intento de tranquilizarla.

 

 

“No importa ya, no tengo pensado volver.”

 

 

“Es lo mejor.” Lisa busco entre uno de sus bolsillos y saco un pañuelo. “Aquí.”

 

 

Tomo mi mentón con una de sus manos mientras con la otra comenzó a limpiar las manchas restantes de sangre con su pañuelo. La cercanía entre nosotras provoco que mi corazón se acelerara de nervios.

 

 

Y si algo sabia, era que no quería que se detuviera.

 

 

“Todo listo.” Me miro durante unos segundos más antes de alejarse y guardar su pañuelo.

 

 

“Gracias.” Sonr