No podía creer que esto estuviese pasando, no podía creer que tan estúpida había sido para caer redondita en la trampa, tenía que hacer algo o perdería a Yuri y mi corazón no está lo suficientemente fuerte para una perdida más.

Le llame una, dos, tres, cuatro hasta cinco veces, pero en ningún momento detuvo su paso sino todo lo contrario aumento el ritmo. Cuando la perdí de vista me alarme tanto que comencé a correr para poder alcanzarla, pero desgraciadamente todo resulto ser en vano pues cuando llegue hasta la salida Sulli, Krystal y Boa me preguntaron qué había sucedido pues Yuri había salido como alma que se la lleva el diablo e inclusive iba llorando.

Derrotada, destrozada y decepciona por su desconfianza me deje caer llorando desconsoladamente por su partida.

Todos a mí alrededor se alarmaron sabiendo que algo malo nos había sucedido porque para estar llorando Yuri y yo algo malo debió haber sucedido y no se equivocaron. Cuando les explique lo sucedido, ambas mujeres estaban más que furiosa por la reaparición de Im Nana y prometieron hablar con Yuri para convencerla de que todo era un juego sucio y cruel por su parte.

Nana había jugado muy bien sus cartas, era mi palabra en contra de esa maldita fotografía (que no sabía de su existencia), y claro, la perdedora había sido yo.

Los días siguientes a la muerte de Michelle fueron aún más tristes. La empresa estaba sin presidenta pues el testamento aún no había sido leído y se desconocía al heredero o heredera, la sesión fotográfica que tenía programa ha quedado suspendida hasta que me tanto Junsu como yo nos encontrásemos mejor de la perdida.

En esos días libres había intentado más de una vez buscar a Yuri, aun cuando me había dicho que no lo hiciera pero, definitivamente no quería saber nada de mí, en cada intento recibí insultos y gritos de su parte. Estaba tan dolida que ni siquiera escuchaba lo que intentaba decirle.

Ese día no solamente había perdido a Michelle sino que a mi lucifer también y la perdida de ambas mujeres me está afectando demasiado, tenía que hacer algo o de lo contrario la tristeza acabaría conmigo, por lo que una mañana, cuando Tiffany, Hyoyeon Taeyeon se fueron a trabajar y mi hermana a la escuela, tome una maleta, guarde un la ropa suficiente para una semana, cogí las llaves de mi auto y me marche hacia el único lugar donde posiblemente nadie me buscaría, a casa de mis padres.

Necesitaba alejarme de todo, necesitaba tiempo para mí, para recuperarme, para olvidar todo lo que había perdido en un par de días. No me importaba sinceramente si no era bien recibida en casa de mis padres, lo único que quería era desaparecer.

Para mi gran sorpresa, mis padres me recibieron con los brazos abiertos, pidiendo disculpas por lo mal que se habían portado conmigo, con Krystal y prometiendo ser lo nunca fueron. No negare que al principio les grite todo lo que mi corazón tenía guardado, les reproche lo mal padres que habían sido y puede que llegado a decir que me arrepentía de ser su hija, pero una vez desahogada me refugie en los brazos que nunca había sido tan cariñosos conmigo.

Mi madre aquella noche acaricio mi suave, larga y castaña cabellera susurrando la canción de cuna que mi abuela usaba con ella, y lagrimeando todo lo que se había perdido conmigo y con Krystal por estar tan obsesionada con el trabajo y con el estatus social.

Esa noche me había quedado dormida en los brazos de mi madre, llorando la perdida de Michelle y de mi lucifer; en la habitación que alguna vez había sido mía, pero que abandone a temprana edad para irme con mi abuela.

Cuando abrí mis ojos de golpe, me enderece violentamente en la cama y me quede observando el lugar extrañada de estar ahí. Por escasos segundos había olvidado que hacía en aquel lugar y como había llegado, observaba como los rayos del sol atravesaban las cortinas oscuras de mi habitación y como el aire fresco de la primavera entraba en repentinas ocasiones, los poster que aún sigue pegados en las paredes y en la puerta, las fotografías que había logrado captar en mi cámara fotografía de los lugares más bonitos de San Francisco, la lámpara de lava que me había comprado en una venta de garaje y la guitarra que mi ex mejor amigo me había regalado porque antes de la moda, la música era otra de mis pasiones, pero una vez que deje de apreciar tantos recuerdos en cada uno de los objetos, mi tristeza fue mayor.

Sin muchas ganas de hacer algo que me distraiga, baje a la cocina en busca de algo para comer y mi sorpresa fue mayor cuando me encontré a mis padres cocinando tan alegres y divertidamente, que no podía creer lo que estaba viendo. Nunca antes se habían ido a parar a la cocina siempre cocinaba la muchacha que trabaja para mi madre, que a todo esto ¿Dónde está?

Ninguno se ha percatado de mi presencia por lo que no tuve de más opción que aclararme la garganta para que pudiesen notar que estoy ahí. Ambos se sobre exaltaron y giraron para encontrarse con su hija la mayor, cruzada de brazos y recargada en el marco de la cocina observado sus travesuras con una pequeña, pero sincera sonrisa. No sé qué había pasado con mis padres, pero no pienso negar que verlos en esta faceta es lo que siempre soñé y la parte más dulce de mí está maravilla. La mejilla de ambos se tornó levemente de un color rojo que inevitablemente me hizo reír.

Cuando me encamine hacia el refrigerador para mirar si había jugo natural de naranja mi madre menciono que mi celular había estado sonando constantemente desde el día de ayer, y que, tal vez debería comunicarme con mi hermana y amigas que estarían preocupadísimas por mí. Por esa misma razón me encuentro marcándole a Tiffany, aun cuando sé que nada ni nadie me salvara de su furia.

     —¡Date por muerta Jessica Jung Soo Yeon!

Fue el magnífico saludo mañanero de mi mejor amiga tras contestar mi llamada entrante. Sería raro escuchar a Tiffany decirme “¡Oh por dios!..., Jessie no sabes lo preocupadas que estábamos por ti” sin tener que gritarme que me quiere asesinar por asustarla.

     —Cuando encuentre tu gigantesco trasero juro que lo aplastare hasta que deje de ser tan atractivo para cualquiera.

     —Hola a ti también, Tiff.

     —¿Dónde demonios estas? —pregunta aun con el tono molesto. —No te puedes imaginar cómo se encuentra Krystal de aterrada —me siento mal por mí hermana—, Hyoyeon ha tenido que avisarle a Sulli que cierta señorita de culo gigante ha desaparecido sin siquiera dejar alguna nota de despedida, y que por esa misma razón, Krystal está que sufre un colapso nervioso imaginándose lo peor.

     —¿No crees que estás exagerando?

      —¿Quieres que te pase a Sulli en este momento y te diga verbalmente como se ha puesto Krystal?—me amenaza —Ha estado con ella desde ayer en la tarde que nos percatamos de la ropa faltante de tu closet, de la maleta que normalmente usa Tae cuando sale de viaje y de tu condenado auto.

     —No, no, no, por favor —pedí suplicante—, no le avises que soy yo.

     —Tae y Hyo han ido a la delegación a reportarte como desaparecida mientras yo estaba a punto de llamar a tus padres a ver si de casualidad sabían algo de ti.

     —¿Mis padres? 

Admirada por la revelación, me doy media para para mirar a mis padres conversar tranquilamente mientras terminan de desayunar lo que con esmero prepararon para mí.

¿Es que acaso mis padres no se han comunicado con mi pequeña hermana para decirles que estoy bien?

¿Por qué?

     —Ya que suena algo estúpido e imposible de creer, más por el hecho de que van a saber tus padres de ti si desde lo de tú abuela no se han vuelto a comunicar contigo, apenas y lo hacen con Krystal, pero no se me ocurría a quien más llamar.

     —Lo siento Tiff —me disculpe—, debí dejarles una nota diciendo que me iría por un par de días… —se me hace un nudo en la garganta —lo de Michelle y la situación con Yuri me está volviendo loca, me están dañando y necesito tiempo para…

     —Oye, no tienes por qué disculparte conmigo solo por irte y querer recuperarte de todo lo que estás pasando, es entendible más eso no significa que debías irte así como te fuiste.

     —Lo sé—estoy de acuerdo—, fue un impulso, lo decidí al instante.

     —¿Cuándo piensas regresar?

     —Todavía no lo sé, no sé si en una semana o dos.

     —¿No tiene caso que pregunte donde estás verdad?

     —Te puedo asegurar que estoy bien, triste, decepcionada, enojada, pero sin ninguna lesión en mi cuerpo.

     —¿Llamaras frecuentemente?

     —Solo si me prometes no decirle a nadie —remarque esa palabra—, que me estaré comunicando contigo, mucho menos a Sulli.

     —Sulli también está preocupada por ti y está muy molesta con Yuri por no escucharte.

     —Por favor Tiff, no… no quiero hablar de… Yuri, no ahora.

     —De acuerdo, pero cuídate y no dejes de comunicarte conmigo.

     —Lo hare, me comunicare contigo después, pero si te llegan pregunta como sabes que estoy bien, que es lo más obvio, solo diles que me comunique contigo de un teléfono público, no vayas a decirle que te llame del celular.

     —Descuida, hare lo que me pides porque en cierto modo estoy igual de cabreada con Kwon por dudar de ti —asegura—, hablamos después Jessie.

     —Hasta luego Tiff.

Termine la llamada con una duda revoloteando en mi cabeza y la única forma de que sepa la respuesta, es preguntándole directamente a los involucrados. Por esa misma razón, me encamine hasta ellos y les pregunte directamente ¿Por qué razón no le habían avisado a Krystal que estaba con ellos?

Como defensa, mi madre declaro que en un principio pensó que Krystal estaba enterada de mi ubicación, pero que al percatarse de la diez llamadas perdidas y de los mensajes desesperantes, supo al instante que mi repentina aparición en casa fue espontaneo, algo no planeado, pero sobre todo, una decisión que no había mencionado.

No negó que tuvo intenciones de contestarle las llamadas y los mensajes a mi hermana, o que estuvo a escasos segundos de hablarle por teléfono para asegurarle que estaba bien, pero que se arrepintió al último instante porque quería respetar mi silencio y que si me había salido del apartamento de Seúl sin avisar es porque pretendía que no me localizaran.

Ahora que recordaba, había llegado a casa de mis padres sin decirles exactamente la causa que me obligo abandonar Seúl desesperadamente. Sabían a ciencia cierta que el fallecimiento de Michelle Lee es una de las causa, pero desconocen que hay una segunda, por tal, tome asiento frente a ellos y comencé a narrarles lo sucedido sin saber que esperar por su parte, pues hasta el momento no han estado de acuerdo con ninguna de mis relaciones con chicas.

Al finalizar de contarles todo lo sucedido desde hace meses atrás hasta el día del fallecimiento de Michelle, los dos giraron sus caras preocupantes para encontrarse y mirarse en absoluto silencio. Desconozco si a través de la mirada puedan comunicarse, tal vez, es cosa de padres que no entiendo todavía, pero una vez que dejaron de mirarse para enfocarse en mí.

Emma suelta un sonoro suspiro que me alarma, pero que resulta ser muy favorable para mí, pues confiesa que si soy feliz estando con Yuri me apoyara sin ningún reproche, pero también expresa su enojo y decepción por mi lucifer al no creer en mi palabra, y su preocupación ante los mensajes que sigo sin saber de quién son.

Una parte de mí no puede creer que mis padres por fin han aceptado lo que en su momento no hicieron estando con Seolhyun, pero que la mano que sostiene la mía y pertenece a  mi madre, se encarga de recalcar que esto no es un sueño sino realidad, y que, a partir de ahora en adelante no esta