Día 1: primer beso

Semana Taejin 2017

Touch my neck, I’ll touch yours

 

I don’t want to be your friend,

I wanna kiss your neck

 

 

Taehyung está durmiendo a mi lado.

Taehyung está durmiendo a mi lado y, a estas alturas, no debería sorprenderme.

Su pelo reposa desparramado sobre la almohada. Últimamente, le ha crecido bastante, y… debo admitir que, a veces, tengo que controlarme para no enterrar los dedos en él. Sobre todo en momentos como este.

Es que me pierden. Me refiero a esas ocasiones en las que sus mechones acarician suavemente mis mejillas, y yo… pues, ¿qué voy hacer? yo me rindo a la calidez de mi cama, y también a la suya.

Digo yo que lo que pasa es que ese olor a champú de fresas me afecta al cerebro. Sí. Y no entiendo por qué Taehyung sigue colándose en mi cama a mitad de la noche si no es para volverme loco.

—Despierta, Bella Durmiente —digo, pellizcándole una mejilla.

—Pensaba que era Blancanieves… —susurra él a mitad de un bostezo.

—Una vez te hayas levantado, por mí puedes ser lo que quieras… Pero, ahora, arriba, venga, que tenemos ensayo en un rato y todavía tenemos que desayunar.

—De acuerdo, pero si voy a ser una princesa entonces es tu deber cargarme en brazos —sugiere, entonces, mientras hace un puchero y extiende los brazos.

Suspiro.

—Eres como un bebé…

Y, de hecho, a veces, así lo parece; Taehyung es como el pequeño de la casa —siempre gana— y, hablando de ganar, estoy convencido de que se tiene ganado el corazón de todos cuanto lo conocen, porque el mío definitivamente lo tiene, y me cuesta muchísimo imaginar cómo o por qué alguien podría llegar a despreciar a un chico tan tierno.

Taehyung rodea mi cuello con sus brazos y, pronto, el calor de su cuerpo se presiona al mío mientras lo transporto hacia la cocina. Taehyung planta un pequeño beso en el hueso de mi clavícula y esconde la cabeza en el hueco de mi hombro mientras hace sonidos de recién levantado —que vienen a ser algo así como unos adorables gruñidos de displicencia—, mientras tanto, yo me dedico a sujetar sus piernas ceñidas en torno a mis caderas, depositándolo cuidadosamente en una de las sillas del comedor.

—He visto la escena, y tengo que decir que sois desagradables —comenta Yoongi mientras abre la nevera en busca de un cartón de leche.

—A Jin hyung le gustan los mimos, y nadie más me los da aquí, así que…

—Es que parecéis novios.

Taehyung me lanza una brillante sonrisa.

—¿Has oído? ¡Ahora somos novios! —exclama— Pues bien, novio, cocíname algo rico.

—Hoy no —digo, colocando frente a él un bol de cereales—. Tenemos el tiempo justo.

Taehyung me dirige una mirada de indignación y hunde la cuchara en la leche

—Creo que alguien acaba de quedarse sin o esta noche— bromea Yoongi.

Yo noto mis mejillas arder.

—No digas tonterías, Jin hyung y yo no hacemos eso.

—¿De verdad? ¿entonces qué haces todos días en nuestra habitación? Porque esos movimientos bajo las sábanas son algo sospechosos, y aunque tú uses tu fabuloso pijama de raso (que es muy vintage y todo eso, no te digo yo que no), Jin hyung duerme en ropa interior… A lo que voy es, ¿no es eso algo íntimo para compartir cama?

Taehyung se queda sin habla y agacha la cabeza con vergüenza.

—No lo molestes, Yoongi. Y tú —susurro, presionando un beso en su hombro—. No le hagas caso.

Él me ofrece una débil sonrisa; yo trato de fingir como si mi corazón no se hundiera un poco más.

Por suerte, mi fachada sigue siendo perfecta.

 


 

—¿De verdad crees que parecemos novios?

La pregunta llega una semana después. Esta vez, la cuchara pequeña soy yo, y Taehyung habla pausadamente contra mi nuca mientras traza con su pulgar patrones circulares en mi brazo. Yo cierro los ojos.

—Supongo que hay quien lo puede interpretar así…

Tras un momento en el que parece reflexionar, me pregunta:

—¿Cuál es la diferencia entre la amistad y el amor romántico?

—¿Por qué me preguntas eso?

Pero Taehyung no está por la labor de darme tregua.

—¿Por qué no? Responde.

… Y no son solo sus brazos alrededor lo que me oprimen el pecho.

—Pues… la amistad es fácil, casi… sigilosa —comienzo, dudoso—, la amistad no agita tu mundo, simplemente está ahí, sin hacer ruido. Y eso está bien, porque, sin darnos cuenta, cura nuestras almas. Es algo necesario.

—¿Y el amor?

El amor. Ja.

—El amor es impactante. No lo considero necesario, pero tiene el poder de hacerte sentir muy bien… aunque también corres el peligro de sufrir el efecto contrario, claro, especialmente si no es correspondido.

Durante unos minutos, nadie dice nada más, ¿y por qué estoy comenzando a ponerme nervioso? Maldita sea, Jin, contrólate.

—¿Sabes qué? Lo siento, la verdad es que no sé mucho sobre el tema —añado yo en un intento patético de alejar el foco de la conversación de mí.

La habitación permanece en completo silencio y mi corazón comienza a aventajar en velocidad al tictac de mi reloj de pulsera.

—Los amigos no se besan, esa es una diferencia importante… —susurra distraídamente él con el tono que suele utilizar cuando reflexiona en alto.

—Algunos sí —suelto sin pensar.

Taehyung respira sobre mi cuello. Si esto continúa, creo que me volveré loco.

—Y, ¿por qué besarse, para empezar? —dice de repente— Es decir, ¿no crees que es suficientemente raro ya eso de frotar tus labios con los de otra persona?

—Si lo que buscas es una respuesta antropológica, puedes preguntarle a Namjoon, pero supongo que debe de haber algún motivo de peso por el que besar haya sobrevivido durante tantos años como práctica afectiva entre los seres humanos.

Las cosquillas en mi brazo se detienen.

—¿Qué se siente al besar a alguien de ese modo? —susurrra.

… Yo, la verdad, no tengo ni idea de por qué estamos susurrando, pero lo cierto es que, por algún motivo, la atmósfera parece requerirlo.

—Taehyung, esta conversación comienza a ser algo…

—Responde —protesta él con un hilo de voz.

Suspiro. Sé que no puedo negarle nada.

—No lo sé, Taetae, se siente bien y punto. Es una sensación agradable.

—¿Más agradable que la sensación de comer algo delicioso? Y no me refiero a comer por necesidad, sino a… digamos, picar de tu comida favorita entre horas.

Mi mente vaga hacia una colorada y recién cocinada langosta. Dios sabe que podría comer eso todo el tiempo y jamás me aburriría. Suavemente, me deshago de su agarre y me vuelvo hacia su lado, apoyando el codo en la almohada, y es precisamente cuando estoy a punto de responder que mis ojos topan con otro tipo de rojo: Taehyung me observa con la boca entreabierta, encarnada, y… Mierda.

De repente, la langosta ya no importa, porque lo que me imagino en estos momentos dista mucho de los crustáceos y sus métodos de cocción.

Él se humedece los labios; yo entro en pánico y clavo la vista en la pared.

Quiero decir que no, de verdad, de verdad, de verdad quiero darle un no por respuesta y zanjar esta conversación de una vez por todas…, pero, antes de darme cuenta, lo que dejo escapar un débil y patético .

Taehyung asiente para sí mismo, perdido en sus pensamientos, y algo me dice que, sea lo que sea que pase por su cabeza en estos momentos, no puede ser nada bueno.

—Sé que es patético y todo eso que no haya hecho algo así estas alturas, pero tampoco he sentido nunca ganas de besar a nadie…

—Está bien, no tienes por qué —digo, acariciándole el pelo y tratando de sonar reconfortante, aunque, para ser honesto, no sé muy bien a cuál de los dos estoy intentando tranquilizar.

—… Hasta ahora.

No sé con qué demonios me atraganto, pero el caso es que comienzo a toser como un loco. Taehyung agarra mi muñeca sobre su cabeza y comienza a hacerme cosquillas con el pulgar.

—Hyung —comienza, bajando la vista y no cesando en su toque sobre mi piel— ¿puedo besarte?

Creo que voy a sufrir otro ataque de tos.

—¿Qué?

Taehyung posa una mano caliente en mi nuca y repite:

—¿Puedo?

—Taetae, los amigos no se besan…

—Según tú, algunos sí.

—Nosotros no somos ese tipo de amigos.

Taehyung deja caer lentamente su mano y desvía los ojos, decepcionado.

—¿No quieres?

Yo abro y cierro la boca, sintiéndola seca. Mi fachada peligra, y no puedo permitir que todo el tiempo que pasé construyéndola resulte en vano. Aun así…

—¿Estás seguro de que sabes cómo funciona un beso?

—¿Te refieres a la parte de tu lengua en mi boca? Estoy al tanto, sí.

—Eres un desvergonzado.

—¿Eso significa que puedo besarte?

—Eh…

¿Estoy soñando? Porque si esto resulta no ser real creo que cuando despierte necesitaré un marcapasos.

Los ojos de Taehyung caen hacia mis labios y yo empiezo a ponerme verdaderamente nervioso. No sé si es capaz de notar mi pulso a través de mi nuca, pero todo esto tiene muy mala pinta y no me veo capaz de guardar la compostura si la situación escala a Taehyung besándome en esta cama. Sin embargo, su mirada no es de deseo; es una mirada limpia, curiosa y, en ese sentido, infantil.

Mi fachada está a esto de irse a la mierda.

¿He mencionado ya que Taehyung ha comenzado a acercarse y yo estoy paralizado? Porque ese es más o menos el panorama ahora mismo.

—Hyung —susurra con voz grave.

Nuestras narices están tocándose, repito, nuestras narices están tocándose.

—Hyung, estás temblando.

Pues claro que estoy temblando, joder.

Taehyung comienza a acariciarme la mejilla. Después, cierra los ojos, y yo estoy tan contento y tan, tan, tan asustado que creo que jamás me he sentido tan vivo. Me gustaría tener la fuerza de voluntad para detener esto, pero simplemente no puedo. Estoy cayendo en picado y sé que el impacto será terrible. Y es que, ¿cómo no iba a serlo? Taehyung no tiene ni idea de que he querido esto desde la primera vez que vino a mi cama en medio de la noche. Todavía recuerdo el momento: fue pocos días antes de nuestro debut, cuando todos estábamos nerviosos y dormíamos menos de lo que ensayábamos. Cuando desperté, lo encontré abrazándome del mismo modo en que abraza a su almohada y pensé que sería una pena que se fuera de mi lado, así que lo atraje más cerca y, por una vez en mucho tiempo, me sentí… bien.

—Puede que me equivoque… —susurra.

Sus pestañas aletean sobre sus mejillas mientras yo contengo la respiración.

—… Pero creo que quieres esto.

Y ahí es cuando mi fachada estalla pedazos.

—Sí —digo con un hilo de voz.

Taehyung abre los ojos, sorprendido, y me sonríe.

Me sonríe. ¿Estoy soñando?

Después, me besa.

Lo beso.

Así.

Taehyung se mueve contra mis labios; yo me siento como un sujeto de pruebas, así que me limito a seguir su ritmo. Me gusta pensar que es él quien me besa; me gusta el modo en que toca mi cuello y yo toco el suyo, como si no fuéramos solo amigos… Taehyung, no quiero ser tu amigo, quiero besarte el cuello.

Y no sé si lo digo en alto, porque, de repente, Taehyung se separa y su mano en mi nuca me impulsa hacia su garganta. Mis labios chocan contra el pulso cálido de su yugular y, tras un instante de desconcierto, comienzo a repartir breves besos sobre su nuez mientras lo oigo suspirar.

—Tenías razón… se siente bien. Se siente genial —murmura.

Yo noto su voz vibrar contra su piel y, de repente, me siento alentado. Con cuidado, asciendo hacia el lateral de su cuello y mis besos se vuelven algo más intensos.

De pronto, me lo imagino debajo de mí y con la cabeza echada hacia un lado mientras respira pesadamente y me mira con los ojos entreabiertos…

No sé si tenemos telepatía, pero el caso es que en ese momento siento un brusco tirón y lo siguiente que sé es que Taehyung está besándome con ferocidad. Su lengua se abre paso sin mucha delicadeza, pero no me importa, me gusta este ritmo frenético y desordenado. Pronto, nuestras piernas se enredan bajo las sábanas, y sé que no debería estar excitado, pero lo estoy, y me pregunto si él también lo está…

Abruptamente, Taehyung se separa, sonrojadísimo y con los labios hinchados, como si solo ahora cayera en la cuenta de lo que acabamos de hacer.

Yo sé que la vida puede ser maravillosa y todo eso, pero ahora mismo solo quiero la muerte.

—Tienes razón, los amigos no deberían hacer esto…

Ya viene. Después de volar, solo queda estrellarse. Eso lo sé muy bien.

—Exacto —me fuerzo a decir.

Taehyung se cubre la cara con las manos y dice en un tono muy, muy, muy bajito:

—Entonces, ¿por qué quiero hacerlo de nuevo?

Me quedo sin habla, e incluso si es una mala idea, incluso si es posible que esto me explote en la cara después, decido ser egoísta y digo:

—Yo también quiero hacerlo otra vez.

Taehyung tuerce una sonrisa y sostiene delicadamente mi mentón.

—Los amigos no se besan —susurra burlonamente.

—Algunos sí —contrataco.

—¿En qué quedamos?

—Dímelo tú.

—Hyung… —comienza, lentamente, colocando una mano sobre mi corazón—. Puedo ver a través de ti…

Hace tiempo que me he rendido en tratar de ocultar estas taquicardias, aun así, es algo vergonzoso sentirme tan expuesto, tan vulnerable y tan… tan como sí me hubieran abierto el pecho y todo el mundo pudiera ver su interior.

—Entonces, haz lo que debas hacer.

Taehyung planta un beso bajo mi oreja.

—Quizás Yoongi hyung tuviera razón…

—Quizás.

Taehyung me besa de nuevo.

 

 

 

 

 

 

 

 

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Thank you!
Hamnet_Lua
La taejin week ha sido aplazada y reanudará el 22 de enero con el capítulo 3!

Comments

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Natashabird #1
Chapter 6: Me encanto. <3 <3 <3
Todas las historias me encantaron. :)
Natashabird #2
Chapter 3: No hay que dudar nunca de Taehyung:)
Natashabird #3
Chapter 2: Me encanto!!! Taejin es mi shipp favorito.
Hasta el proximo capitulo ;)