Destino

Mi mejor amigo y mi peor traición...

 

 

Capítulo 5: Bonito destino...

 

La noche había caído y Kyungsoo se mantenía encerrado en su departamento, sentado sobre el sofá, brazos cruzados y ceño fruncido, mientras veía una película en donde maldecía a Mr. Darcy que no dejaba de confundir a Elizabeth. Tampoco podíamos atribuir su mal enojo a la reciente escena, apenas daban las siete y él ya estaba a punto de irse a dormir. Su supuesta “salida” con el idiota de Kim, fue un total desastre y en su vida se sintió tan poco apreciado por alguien. Se suponía que el respiraba y todos a su alrededor giraban en su entorno, una mirada y conseguía lo que quería… ¿entonces qué demonios tenía Kim Jong In en su estúpida cabeza que no albergaba otra cosa que no fuera el odioso vocabulario chino?

Tenía unos enormes deseos de desquitarse del chico de cara tonta que había sido tan oportuno de aparecerse en la sala de cine y no contento con eso, fue y se sentó entre ellos, consiguiendo acaparar la atención de Jong In que reía como idiota ante las bromas tan poco cómicas de este.

Taemin. Un nombre que no se quitaría de la cabeza y ya encontraría oportunidad de fastidiarle la vida tal como él acababa de hacer.

Arrojó al pantalla plasma todo el bote de helado que tenía entre sus manos. Estúpido romance que corrompía mentes inocentes como la suya. Se sentía un idiota por la forma en que el pelinegro lo había ignorado y todo por ese Taemin. Más no fue por mucho tiempo cuando se largó de la cafetería, dejando atrás los llamados del profesor que lo alcanzó en la salida del lugar y para el colmo exigiendo explicaciones.

Flash Back:

   -¿Se puede saber que te sucede?- preguntó Jong In sin ocultar su molestia

Kyungsoo le regaló una mirada envenenada que fue correspondida por otra muy seria.

   -Me aburrí – contestó como si nada y antes de que el mayor continuara, añadió – Tú me aburres Kim Jong In. Pensé que sería entretenido experimentar una “cita” contigo, pero ya veo que solo eres bueno para besar y un asco para hacerme compañía.

 El moreno apretó los labios, controlando así que ninguna palabra mal intencionada saliera de su boca de lo cual se arrepentiría más tarde. Claro que la mirada poco interesada y hastiada del menor no ayudaba en nada.

   -Esto no acabó – se apresuró a decir sujetando a Kyungsoo del brazo. Una acción que no fue muy buen recibida por este.

   -¡Suéltame! ¡No me toques! –exigió

   -No te veías tan desesperado esta mañana – se burló el moreno apretándole el brazo

   -Capta lo que te voy a decir y que no se te olvide en todo lo que queda de este horroroso semestre ¿sí? Yo decido cuando quiero que me toquen, yo lo permito y no al revés. –explicó furioso empujándolo hacia atrás y marchándose sin mirar atrás.

Fin del Flash Back

 Recordaba el rostro incrédulo del moreno y reía para sus adentros. Solo podía ser él quien pusiese las reglas y no al revés. Nadie podía tocarlo tan confianzudamente y salir ileso en el intento, como decía, solo él permitía contacto físico cuando quisiese y con quisiese. Nadie mandaba sobre su juicio y terminaría por ser de esa forma siempre.

Escuchó el timbre de su móvil y verificó quien le hablaba: “Rubia molestia” ¿Podía estresarse aún más?

“Tiene que ser importante para que me llames a esta hora” –dijo ni bien contestó y solo pudo oír un suspiro del otro lado “¿estás bien Luhan?

“¡Por supuesto que no! ¿Y qué onda con la hora si apenas son las siete y media?”

“Si no es nada importante…

“¡Tendré que convivir con Baekhyun en un departamento asignado por su tío! ¿Puedes creerlo? Mis padres no volverán hasta dentro de un mes y estuvieron de acuerdo con el señor Lee y todas sus mentiras sobre el peligro de vivir solo”- casi lloró Luhan y no tenía que ser listo para imaginar ya su cara de fastidio y sus ganas de querer patear a alguien

“Bueno, suerte con eso” contestó “Me voy a dormir, hoy no he tenido un buen día”

“¿Es enserio Kyungsoo?” –preguntó Luhan –“¿Tienes una maldita idea de lo que te estoy diciendo? ¡Claro que no! Pero ahí vas como siempre, solo preocupándote por ti”

“No seas hipócrita que haces lo mismo”

“Al menos yo finjo que si me importa. Adiós” casi gritó el rubio colgando.

 Kyungsoo suspiró derrotado, ya mañana hablaría con él, pero de verdad no tenía ánimos para nada y menos para ponerse hablar del tal Baekhyun que se creía la gran cosa por ser novio del subcapitán del equipo de esgrima del campus. Como si Kris fuera la última gota del desierto.

********

No había podido conciliar el sueño hasta por lo menos la una de la madrugada y las consecuencias se veían ahora en plenas clases. Solo quería salir hacia la biblioteca y dormir un par de horas antes de su siguiente clase. Lo pensó bien y asistir a idiomas no era obligatorio así que nadie podría decirle nada si decidía saltarse esa hora.

   -Te ves cansado – comentó Chanyeol con esa sonrisa siempre  abierta para él

Kyungsoo no se molestó en ver al gigante que no dejaba de preguntar si sentía mal. ¿Los chicos de hoy en día eran masoquistas o qué? Lo había largado infinitas veces y ahí seguía tras él como si nada hubiese ocurrido.

   -No soporto tu voz ¿puedes callarte de una buena vez? – inquirió echándose sobre la mesa, ocultando su rostro entre sus brazos.

Silencio.

Miró a su costado y vio a su compañero concentrado leyendo un libro que desconocía y eso era decir mucho, puesto que él sabía de la existencia de muchos libros de distintos géneros.

   -¿Qué lees? –preguntó con calma

   -Es una nueva novela que acaba de ser publicada – sonrió Chanyeol con esa típica voz tranquila y descuidada –Se llama “El sol de mis días”

Kyungsso hizo memoria y no recordaba aquel título entre la lista de sus autores favoritos. Y no saberlo desde ya le producía mucha intriga por saber más.

   -¿Me la prestas un ratito? –dijo con una vocecita poco peculiar que hizo girar a más de uno en sus asientos para prestarle atención.

Chanyeol estaba más que feliz de que el pequeño pelinegro estuviera hablándole pero su felicidad duró poco cuando este empezó a soltar maldiciones y todo porque el libro estaba escrito en chino y hasta el momento no había traducciones.

   -¿Y si lo traduces para mí? –preguntó Kyungsoo feliz de la brillante idea que acababa de surgir

   -¿Qué tal si mejor te ayudo a que lo leas por ti mismo?

   -Sabes que no es mi fuerte por más clases complementarias que tome. Si ocupo el segundo lugar es por mi perfecta pronunciación de algo que ni siquiera tengo idea el significado.

Chanyeol pasó una de sus manos por su cabeza. Pensativo.

   -Te ayudaré

   -No creo que el libro lo valga – dijo el pelinegro en un intento de volver a ignorarlo –Solo déjalo quieres.

   -¿No te da curiosidad saber por qué todavía no lo traducen?

Rayos. Su debilidad eran los libros de tapa gruesa y el gigante lo hacía ver más que interesante y misterioso. Al menos uno de sus acosadores tenía información necesaria de sus hobbies, Chanyeol había hecho muy bien su tarea.

   -En la biblioteca después de clases – dijo sin mirarlo aunque de por sí ya se imaginaba la sonrisa boba estampada en sus labios.

Pasaban los minutos y el dichoso suplente de profesor no se aparecía todavía. Deberían de despedirlo por impuntual.

   -Buenos días – saludó el susodicho entrando al salón con tranquilidad – Como es mi costumbre tomar a mis alumnos por sorpresa, hoy habrá exámenes orales de pronunciación y significado de ciertas palabras que les iré diciendo conforme pasen al frente.

¡Maldito desgraciado! ¡Moreno del diablo!

Kyungsoo achicó sus ojos y apretó con furia sus labios mirando directamente a su profesor.

   -Me olvidaba decir…serán solo cuatro de los veinte quienes se someterán al examen. Los elegiré por lista, así que suerte.

Bueno, al menos tenía esa opción y confiaría en que Kim no sería tan molesto como para elegirlo a él. Cerró sus ojos y rezó internamente que no lo llamara. No había estudiado y desde ya las letras raras esas se confundían en su cabeza.

   -Y por último…el señor D.O – llamó el docente haciéndole crispar los nervios de una manera que sus puños soltaron un golpe sobre su carpeta.

Kyungsoo juró haber visto una sonrisa en los labios de Jong In y se prometió dejarlo de cabezas. No debió haberse propuesto a humillarlo en público sabiendo de por sí que odiaba el curso, porque lo sabía, se lo había confiado como un idiota en la salida del día anterior.

******

   -¡¿Por Dios no puedes fijarte?! – gritó Luhan tirado en el suelo con todos sus libros alrededor

   -Ups

Se levantó echándole maldiciones al tipo que ni siquiera se dignaba en disculparse y tan solo se quedaba ahí parado, viéndole.

   -¿Te ayudo? –preguntó Sehun al cabo de unos segundos. No le importaba la situación, pero el rubio parecía preocupado recogiendo y ordenando esos papeles de colores.

   -No gracias – respondió Luhan continuando con su labor - ¡Quítate de en medio y no estorbes! – dijo empujándole y no estuviese pisando su tarea.

   -El único que estorba el paso eres tú – contradijo Sehun apoyándose contra la pared – No es malo pedir ayuda ¿sabías?

Luhan finalmente se puso de pie y en un arranque de ira, tiró todas sus cosas al suelo.

   -Tienes razón, pero yo no pido ayuda – dijo sonriéndole de muy mala gana antes de frenar el paso de uno de los que por ahí pasaban – Levántalos y llévalos a mi clase – ordenó a la chica de coletas que en un santiamén había recogido todo y corría a toda prisa cargando más de la cuenta. De sobra sabían que no debían enfadar a Xi o su vida correría serios peligros.

Sehun miró mal al rubio que se encogió de hombros. Sabía que Xi Luhan era un completo engreído ¿pero llegar al extremo de humillar a las personas? Su cara bonita y cuerpo perfecto solo delataban lo superficial que era. Lástima.

   -Y pensar que por un segundo creí que verte llorar en el baño decía que tenías corazón…que estúpido – escupió mirándole de pies a cabeza.

   -Mira capitán de cuarta, será mejor para ti si olvidas lo que sea que creas haber visto ayer o te irá muy mal.

Sehun frunció el ceño por como lo había llamado.

   -Tus amenazas no me dan miedo ¿Qué harás? ¿Ignorarme por completo todo lo que queda del año Luhan? –se burló

   -Déjame en paz – murmuró el rubio siendo detenido al momento. Su mano era sujetada por el de cabellos castaños y a juzgar por la fuerza, dudaba que quisiera soltarlo. – Ya supéralo Sehun o mejor dicho ¡ya supérame! Y olvida que existo que es lo que yo hago y créeme que da buenos resultados.

   -El que parece no haber superado el pasado eres tú – rebatió Sehun acercándolo a él, hasta casi abrazarlo – El que me ignores no quiere decir que olvidaste, solo delata que recuerdas más que nunca. – susurró en su oído antes de soltarlo.

Luhan le miró indignado y de un brusco empujón terminó por alejarlo.

   -Mira cómo te recuerdo tanto que tu traición llena de felicidad mis días – soltó con rencor –No eres mejor que Kris – dijo antes de darse media vuelta e irse.

Sehun lo vio alejarse con rabia. Lo había comparado con el imbécil de Kris, con ese con quien todavía no arreglaba cuentas. Algo parecido al dolor comenzaba a presionarle el pecho, como si estuviesen clavándole mil dagas en el corazón. No lo hizo malintencionadamente pero Luhan con su mirada llena de odio y asco le gritaban en la cara que fue un desgraciado con él. Lo sentía mucho, pero no se arrepentía de haberlo hecho. Amaba a Luhan pero también amaba su familia y velaba día y noche porque nada malo les pasara. Esperaba que algún día le permitiera explicarle como fue todo, pero por cómo iba la actitud del rubio de mal en peor, dudaba que ese día llegara.

¿Dónde quedó aquel niño feliz que solo le regalaba aquellas perfectas sonrisas a él?

   -Te devolveré esa felicidad que te arrebaté Lu…lo juro.

 

 

Mañana continuamos.....

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