Inesperado...

Mi mejor amigo y mi peor traición...

 

 

 

Capítulo 4: Inesperada situación...

 

Esa misma tarde, luego de haberse despedido de Luhan, fue directamente hacia su casa tropezándose prácticamente con todo mundo que se le cruzaba por delante. No tenía mucho tiempo, apenas le alcanzaba para tomar una ducha de cinco minutos y salir corriendo a vestirse y arreglarse para su inesperada “cita” con Jong In. Se vistió como de costumbre, tampoco quería parecer desesperado por lucir bien, aunque ni falta que le hacía la verdad. Cuando terminó de peinarse, cogió su billetera y celular y salió de lo más normal por la puerta, al parecer su rápido baño le habían calmado los nervios que ya ni sentía que le sudaban las manos.

¿Después de todo no sería algo patético? Es decir, ellos se habían besado tan salvajemente que decir que se encontraba nervioso por una cita, parecería más un chiste que otra cosa.

Para Kyungsoo, compartir besos significaba haber subido rápidamente de nivel, lo odiaba, pero no podía evitar no sentirse totalmente atraído por el nuevo profesor. Maldición, era tan y que deberían de arrestarlo por provocar pensamientos impuros en sus estudiantes.

Mientras subía al metro y se acomodaba en uno de los asientos, sintió una especie de punzón en el pecho cuando recordó lo que Luhan le había dicho horas atrás. No era un mal amigo, pero él lo vio primero y pese a que siempre había velado por los intereses de su amigo, esta vez sería todo lo contrario. Jong In le gustaba de sobremanera y no se lo cedería ni por más loco que estuviese.

Al llegar al destino planeado, su mirada viajó por todo el lugar que se hallaba aglomerado por otras parejas, algunas más melosas que otras, pero en fin, parejas después de todo. Eso le causaba una extraña sensación, parecía que uno ya no podía ir al cine a relajarse y distraerse sin toparse con besos y caricias demandantes. ¡Juventud de hoy en día! Y el más claro ejemplo era él.

   -¡Lo siento! – gritó la persona que estaba buscando, se veía un tanto agitado lo cual le pareció un maravilloso bonus que lo hacía verse tierno. –Me perdí- confesó un tanto avergonzado

Kyungsoo se cruzó de brazos y arqueó una ceja esperando una explicación más creíble, después de todo fueron diez valiosos minutos desperdiciados. Y él siendo la persona tan ocupada que era, no podía permitirse tales lujos.

   -Debes saber que no frecuento mucho estos lugares –explicó Jong In ante la mirada acusadora del pelinegro. No mentía, no solía visitar sitios concurridos. Para él, cita significaba una buena tarde en su apartamento, en su alcoba y en su cama.

   -Como sea, compremos las entradas – sugirió Kyungsoo sintiéndose fatal. La próxima vez se aseguraría de hacerlo esperar una hora… ¿próxima vez? ¿En qué demonios estaba pensando? Sintió como sus mejillas empezaban a arder y se alegró de que el moreno no estuviese viéndolo y se ocupara de comprar los boletos o moriría de vergüenza en ese mismo instante.

Vio nuevamente al moreno con esa sonrisa amable que estaba siendo atendido por esa maldita mujer que no paraba de flirtear con él tan descaradamente. Respiró muy pero muy profundamente antes de acercarse hasta ellos y colarse a la estúpida conversación sin sentido.

   -¿Todo bien? – preguntó mirando con odio a la rubia operada que le miró de la misma manera

   -Por supuesto – le sonrió Jong In otorgándole toda su atención, acto que le llenó de una satisfacción interna y más al ver la cara de pocos amigos que le daba la mujer tras el mostrador.- ¿Sucede algo?

   -Sucede que la fila cada vez crece más y las personas empiezan a incomodarse – explicó el bajito – Ya no contratan gente capaz como deberían – arremetió contra la rubia que de mala gana le extendió las entradas.

Kyungsoo sonrió y se colgó del brazo del moreno que lo llevó a comprar algunas golosinas antes de entrar.

   -¿Y bien? –preguntó Jong In

   -¿Qué? – respondió el pelinegro a su lado

   -¿Qué vas a pedir?

   -Yo nada – dijo Kyungsoo tanteando las opciones –Todo lo que preparan aquí son porquerías que solo la gente idiota compra- explicó con calma sin importarle las miradas que le daban algunas personas que iban a comprar. – ¿Sabes que el bote de palomitas sobrepasa los 4 gramos de dosis de sal que debemos consumir al día? ¿Y si sabes que la sal retiene líquidos? Y ni hablar de las bebidas gaseosas –explotó en preguntas que dejaron al moreno con los ojos muy abiertos y una sonrisa escondida entre sus labios.

Kyungsoo empezaba a parecerle interesante.

   -No lo sabía –contestó con simpleza encogiéndose de hombros

   -Era de esperarse. –Refirió el otro –No te sientas culpable, muchos desconocen la información y por eso se atascan con chatarra.

Jong In hizo una mueca de disgusto. ¿Acaso estaba tachándolo de ignorante? Bueno, tampoco iba armar un escándalo por eso y se atrevió a sugerir otras opciones, como el chocolate o caramelos. Claramente se arrepintió inmediatamente, cuando este le salió con un gesto de desagrado total, argumentando los posibles riesgos de tener un alto contenido de azúcar en la sangre.

   -Entonces entremos sin nada – soltó el moreno rindiéndose

   -Vinimos a ver una película después de todo, no a atragantarnos de esas cosas

Kyungsoo avanzó a su lado. Dejando atrás a las decenas de personas que ahora se debatían entre comprar y aceptar los riesgos de ese pequeño placer o abstenerse y seguir un nuevo régimen en cuanto a su nutrición.

 

*****

Luhan llegó a la empresa de su tío sin ánimos de verle la cara, pero ya que. Lee Soman no era su “tío” realmente, pero la confianza y familiaridad surgió luego de las muchas visitas que le hacía en compañía de Baekhyun y este último si tenía un lazo sanguíneo con este.

   -¿Qué haces tú aquí? – fue la pregunta que le hicieron ni bien salió del ascensor

   -Lo que yo haga a ti debe de importarte un rábano – respondió Luhan entre dientes. Suficiente había tenido con la pequeña discusión que protagonizaron en la cafetería de la universidad.

Baekhyun se quedó pensativo antes de chillar como un loco y salir corriendo hacia el despacho de su tío. Suspiró cansado y le siguió los pasos, enfocándose únicamente en su mantra que le había sugerido su maestra de meditación.

   -Buenas tardes –saludó con su típica sonrisa angelical que iluminó el preocupado rostro del hombre tras el escritorio, que se veía atacado por los reclamos del pequeño pelirrojo.

   -Hola pequeño Lu – sonrió el mayor invitándolo a pasar y no quedarse parado en la puerta –Pasa por favor.

Luhan asintió y pasó a sentarse en uno de los sofás, mirando entre divertido y fastidiado la actitud de Baekhyun que solo le arrojaba miradas asesinas.

   -¡No puedes hacerme esto tío! – dijo desesperado – Dijiste modelos de alta costura, no aficionados sin gracia – añadió mirando directamente al rubio que le solo hizo una mueca de disconformidad.

   -Baek…-llamo el de canas frotándose las sienes

   -¡No! ¡Con cualquier vagabundo menos con él! – rogó como un niño pequeño y caprichoso al que Luhan quería agarrar del cuello y estrangularlo hasta dejarle sin voz.

Pero no. Luhan debía seguir aparentando ser un inocente ángel que no mataba ni una mosca, todo fuera por guardar apariencias.

   -¡Basta Baekhyun! – Ordenó su tío – No tengo idea de lo que habrá pasado entre ustedes, pero será mejor que arreglen sus diferencias cuanto antes porque ambos van a verse la cara constantemente.

   -¿Cómo dice? – se atrevió a preguntar Luhan con un mal sabor de boca

   -Eso mismo pequeño Lu – señaló – Tus padres accedieron a firmarme un poder que dice que serás el nuevo modelo de nuestra empresa junto a mi sobrino. Y ninguno tiene derecho a reclamar nada porque tengo el permiso de vuestros padres –explicó

Los ojos de ambos jóvenes estaban a punto de salirse de sus órbitas. Parecían estar conectados puesto que al mismo tiempo, ambos sacaron sus celulares para llamar a quien sabe quién. Y luego de unos minutos, apretaron sus móviles con una fuerza despiadada.

   -¿Quedó todo claro? –preguntó Lee alternado su mirada hacia los dos quienes asintieron de mala gana. –Bueno, pues no perdamos tiempo niños, quiero ver un abrazo fraternal entre ustedes.

Luhan palideció y Baekhyun se atoró con su saliva.

   -¡Jamás! – gritaron al unísono

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
No comments yet