Te encontré y mi corazón latió.

El lado ciego del amor 1 (adaptación)

Capitulo 30

Te encontré, y mi corazón latió 

Cuando Yuri despertó a la siguiente mañana, fue al instante recompensada con reconfortantes sonidos de gemidos. Pestañeó con confusión, echando una mirada por la gran habitación del hotel. Escuchó atentamente.

"¡Ou, m..a…l..dita sea!"

Yuri frunció el ceño, tiró los cobertores lejos de su cuerpo y rodó fuera de cama. Salió del cuarto y miró sobre la baranda al primer piso del ático, donde encontró a Siwon intentando hacer flexiones. Yuri miró al cielo y se dirigió al baño. ¿Por qué insiste en ejercitarse tanto? ¿Podría ponerse más corpulento? Terminó de cepillarse los dientes y descendió los escalones.

"¡Venga, venga, joder!" gruñó Siwon mientras se caía redondo sobre el pecho.

Yuri estaba junto a su mejor amigo, mirando el despliegue con diversión. "¿Teniendo problemas?" preguntó inocentemente.

Siwon la miró desde su lugar en el suelo y suspiró. "Buenos días," masculló. Gimió de nuevo mientras se sentaba y miraba al brazo. "Maldita cosa."

Yuri notó por primera vez el corte en su brazo y se arrodilló a su lado con preocupación. "¿Qué diablos te pasó?" preguntó, inspeccionando la lesión.

"Me caí," admitió, gimoteando levemente. Hizo un puchero. "¿Lo besas para que sane?"

"Ah, no, gracias," Yuri contestó, dándole golpecitos en la cabeza. Se puso de pie y fue a la cocina para coger un refresco. "Es lo que consigues por patinar de noche. Te dije que no salieras."

Siwon se unió a ella en la cocina un momento después y se apoyó contra la barra. "Sabes que tengo que hacer al menos una milla al día," le dijo. "Y dado que tuvimos que coger ese vuelo temprano…" Dejó que el resto colgase en el aire. "Además, era una noche preciosa."

"¿Para tropezar?" Yuri sonrió mientras abría una lata de Coca-cola y tomaba un muy necesitado sorbo. "Tienes suerte de que no te rompieses nada."

"Había una piedra," discutió Siwon.

Yuri hizo un puchero y fue a pellizcarle la mejilla a Siwon. "Auu, ¿la pupita le hace dañito a Siwon?" Le abofeteó levemente la cara y caminó hasta el sofá. "Bueno, ¿qué vas a hacer hoy?"

Siwon se frotó la mejilla y se dio la vuelta. "Bueno, voy a dar una carrera," contestó. "Entonces espero volver a casa a ese agradable masaje que alguien me prometió."

Yuri se volvió y apuntó hacia el teléfono. "Su número está allí. Sólo llámales y serán más que felices de venir aquí y toquetearte. Sólo asegúrate que no estoy en casa cuando lleguen aquí." Fingió estremecerse.

Siwon apareció delante de ella un momento después. Una camiseta gris sin mangas y pantalones de correr negros eran su elección de vestimenta esta mañana. Es lo que generalmente llevaba por las mañanas yendo a hacer ejercicio. Cómo le había tocado semejante lunático preocupado por la salud de mejor amigo, Yuei no estaba segura. Pero allí estaba, en toda su musculada gloria, contemplándola con una mirada de pura curiosidad. "¿Y qué haces tú hoy?" preguntó.

La lata fría estaba empezando a helarle los dedos, así que Yuri la dejó antes de mirar a su amigo. "Pensé en dar un paseo," dijo. "Un poco de turismo. ¿Qué crees? ¿Hoy debería ser pelirroja, morena o rubia?"

"Creo que deberías afeitarte la cabeza." Asintió solemnemente e hizo un sonido zumbante. "Entonces nadie te reconocerá, confía en mí."

"Mmm," respondió Yuri. "Lo consideraré."

"Bien. Da igual, me largo. Diviértete haciendo… lo que sea." La saludó y fue hacia la puerta.

Yuri se dio la vuelta. "¡Vigila esas piedras!"

"Jaja. Ya oí eso. Prueba algo más original la próxima vez." Y entonces desapareció por la puerta.

Yuri miró la puerta cerrada unos momentos. "¿De qué infiernos habla?" se preguntó. Entonces se encogió de hombros y fue hacia los escalones. Había cosas importantes que hacer hoy. Y mejor seguía adelante antes que perdiera todo el valor.

Vestida en su atuendo de infiltrada, Yuri dirigió a las calles de la ciudad de Nueva York que aguardaban. Pensando que había sido rubia en su última excursión, optó por el aspecto pelirrojo esta vez. Enormes gafas de sol ocultaban gran porción de su cara y la ropa holgada escondía su cuerpo.

Nadie la miró fijamente o embobado mientras pasaba y Yuri suspiró con alivio. A veces olvidaba cuan agradable era ir a alguna parte y no tener a todos inmediatamente reconociéndola. La fama era emocionante durante unos quince minutos antes de volverse una completa carga que uno nunca podía quitarse de encima. Concedido, tenía sus privilegios de vez en cuando. Pero a veces… sólo a veces… Yuri deseaba poder ir por una calle ajetreada y no tener que preocuparse de que el viento pudiera llevarse su peluca o de que alguien pudiera reconocerla a través del disfraz.

Yuri miró a la gente, preguntándose qué realmente pensaban de ella. Preguntándose qué pensarían si supieran quién era realmente. Preguntándose, incluso, si realmente les importaba saberlo. Cada vez que concedía una entrevista no podía evitar preguntarse si a la gente realmente les importaba saber la respuesta a las preguntas que estaban formulando. ¿Por qué quería saber la gente quién hizo su vestido? ¿O por qué les importaba si bebía Pepsi o Cocacola? En el gran esquema de las cosas, ¿importaba realmente cualquiera de esas cosas?

¿Importaba ella?

Hundió las manos en sus bolsillos y continuó atravesando la atestada ciudad, sintiéndose, como siempre, de algún modo desconectada de todo. Apuesto que la mayoría de la gente que camina por aquí desearía saber como es estar en una de esas carteleras de allí. Fama… fortuna… si sólo pudieran probarlo. Y aquí estoy yo, escondida entre ellos, deseando encajar.

"¿Te sobra cambio?"

Yuri fue sacada de sus pensamientos por un hombre que estaba junto a ella. Sostenía una taza ligeramente cascada, que hacía diestramente juego con su atavío. Sus ojos castaños miraban suplicantes a los de ella. "¿Cambio?" repitió.

Las palabras de Yoona se filtraron de repente a través de la conciencia de Yuri. Hay tanto que uno puede hacer, dados los recursos. Yuri, miró al hombre, preguntándose cuántas veces había pasado junto a alguien como él y no le había mirado dos veces. "No tengo cambio," dijo apologéticamente. Sacó su cartera y esperó que algo hubiera allí. Nunca llevaba efectivo encima. Uno piojoso de veinte la miró. Lo agarró y se lo dio al hombre. "Es todo lo que llevo encima," explicó.

Los ojos del hombre se pusieron tan grandes como platillos y una gran sonrisa iluminó su cara. "Gracias," dijo, mirando el billete en su mano como si fuera oro. "Dios te bendiga."

Yuri sonrió, sintiéndose feliz de repente. "¿Cómo te llamas?" se encontró preguntando.

"James," dijo.

Le sonrió cálidamente y ofreció su mano. "Soy Yul," le informó, preguntándose por qué había optado por su verdadero nombre. "¿Quieres almorzar conmigo?" preguntó, sorprendiéndose de nuevo.

James asintió débilmente y la miró como si temiese que desapareciera.

"Vamos, James," instó Yuri. "Escoge tu veneno. Yo invito."

Yuri  no podía recordar la última vez que había estado en un McDonald. En realidad, ni siquiera estaba segura de haber estado nunca, pero es lo que James había seleccionado y ¿quién era ella para discutir?

James se aplicó a su comida con implacable entrega y Yuri  intentó no quedarse mirando. En cambio, contempló la hamburguesa mal envuelta en papel amarillo. ¿La gente come esto? La desenvolvió con cuidado y la miró silenciosamente. Tuvo el súbito impulso de hurgarla. Así que se volvió en cambio a las patatas fritas. No daban tanto miedo.

"Eres muy bondadosa," dijo James de repente, a través de un bocado de comida.

Bondadosa. Yuri pensó en esa palabra un momento. ¿Estaba haciendo esto por bondad? ¿O era lástima? ¿O siquiera culpa? ¿Por qué alguien hacía algo, realmente? "Sólo quería compañía," se encontró diciendo.

"¿Una chica bonita como tú?" preguntó James, los ojos castaños estudiándola intensamente. "Lo encuentro difícil de creer."

Yuri se quitó las gafas de la cara. Dudaba muchísimo que James supiese quién era ella, o tan siquiera le importase. "La belleza no asegura compañía necesariamente," respondió. "Y el dinero tampoco asegura felicidad."

"Sólo un tejado sobre tu cabeza y comida en la mesa," respondió James, aunque su tono era ligero. "Todo lo demás es sólo cuestión de suerte."

Yuri se mordió el labio, sintiéndose repentinamente tonta por discutir sus problemillas con un sin techo. Dios, he de ser la persona más egoísta de la Tierra. "Bueno, James, háblame de ti."

James la miró la intacta hamburguesa de Yuri.

"¿Quieres?" le ofreció Yuri.

Él aceptó la oferta sin dilación y mordió la burger alegremente.

Yuri agarró un puñado de patatas y se las metió en la boca. Nada mal. Podría acostumbrarse a estos chismes.

Durante la siguiente hora o así, James le contó todo a Yuri sobre cómo su madre le había echado de casa cuando tenía dieciséis años. Había estado desde entonces en las calles, intentando defenderse solo. Había intentado vender drogas pero estaba demasiado enganchado en su propia adicción para realmente tener ganancias. Finalmente, había dejado el hábito. Estaba limpio desde entonces, excepto que ahora se volvía a la botella de vez en cuando. Le ayudaba a lidiar con los fríos meses de invierno y los solitarios días de verano.

Yuri escuchó silenciosamente la historia, preguntándose cómo le habría ido a ella en una situación similar. Me habría muerto. Literalmente. El respeto y la admiración reemplazaron su inicial piedad por el hombre.

Antes de separarse, Yuri garrapateó su número de trabajo en un pedazo de papel. "Llámame," le dijo. "Si alguna vez necesitas algo."

James asió el pedazo de papel en su mano y le sonrió a través de acuosos ojos castaños. "Eres una persona especial," le dijo. "Gracias."

"No, gracias a ti," dijo, con tantos grados de significación en las palabras que ni siquiera podía contarlos todos. Le abrazó. "Cuídate, James."

Mientras se alejaba, reasumiendo su jornada hacia su destino original, se preguntó brevemente si James la llamaría alguna vez. O si los veinte dólares sólo se gastarían en la ocasional botella que le mantuviera caliente y esperanzado a través de muchas noches interminables.

Washington Square Park era un zoo de actividad que, de algún modo, logró poner a Yuri aun más nerviosa de lo que estaba. Pasó a gente leyendo y gente hablando y gente morreándose. Con cada paso su corazón latía más y más desbocado hasta que pensó que podría explotarle el pecho.

Tomó asiento al borde de la fuente e inspiró profundamente. Probablemente ni siquiera esté aquí. No seas tan perdedora. Yuri obligó a su mirada a vagar por el área ocupada. Había un mimo subiendo una soga invisible. A unos metros de él, tres tipos hacían acrobacias. Una multitud se había reunido alrededor de ellos, así que Yuri no podía ver muy bien lo que estaban haciendo, pero de vez en cuando sus cabriolas eran premiadas con entusiasmados vítores.

Y entonces pilló la situación de la mesa, metida en una agradable zona sombreada. Varias pinturas estaban exhibidas. El corazón de Yuri amenazó con salírsele por la garganta. Se atrevió a mirar detrás de la mesa, donde vio a la chica cuyo número había conseguido Siwon. Debe ser Sooyoung.

Yuri se tomó un momento para estudiarla. Es realmente bonita. Largo cabello enmarcaba una cara de juvenil aspecto. En la distancia, sus ojos parecían castaños, pero Yuri llevaba gafas así que no podría jurar que fuera exacto.

Para desilusión y alivio de Yuri, Sooyoung parecía estar sola de nuevo. ¿Se molesta siquiera Yoona en vender su propio material?

Debatió largo y tendido si debía acercarse la mesa o no. Pero la mera noción mandaba su corazón a una mega maratón que Yuri temía acabaría en un masivo ataque cardíaco.

Tomando una profunda inspiración, decidió tragarse sus miedos y arriesgarse. Se puso de pie, sintiéndose orgullosa de ese pequeño logro. Pasitos de bebé. Vamos, ¿eres una famosa estrella de cine y ni puedes recorrer unos metros para ver una pintura? Eso no hizo mucho por aliviar el pánico que se asentaba sobre ella pero, de algún modo, forzó adelante sus vacilantes miembros.

A medio camino de su destino, se paró en seco.

Sooyoung ya no estaba sola. Había otra chica de pie al lado de ella.

Yuri pestañeó, sabiendo bien que estaba mirando fijamente. ¿Es ella?

La chica estaba intentando equilibrar un par de perritos calientes, una botella de agua, una bolsa de galletitas y una lata de refresco, y casi dejó caer los cinco artículos sobre la cabeza de Sooyoung. Sooyung aceptó los dos perritos calientes y el refresco, mientras su compañera se quedaba la bolsa y el agua para ella. Dejó caer ambos artículos en la mesa y tomó asiento.

Oh, Dios. Si es Yoona, tengo un serio problema. Yuri temía desmayarse en cualquier momento. Había esperado que Yoona fuera mona, quizá incluso semi bien parecida. Pero esto era algo completamente diferente. Lo primero que Yuri notó fueron los ojos. Y tuvo que bajarse levemente las gafas para poder descifrar su color real y aun no podía realmente decidirse. Eran castaño, verde y oro todo mezclado en uno. Bondadosos, cálidos e invitadores. Se iluminaron cuando rio.

El largo y sedoso cabello castaño claro tenía reflejos rubios, que Yuri supuso eran cortesía del sol, y enmarcaba su hermoso rostro. Así que es bellísima. Está bien. Estás bien. Sólo respira. Dentro. Fuera. Bien.

Estoy tan jodida.

Arrastrándose adelante, logró ir acercándose a la mesa, aunque ahora no estaba completamente segura de llegar hasta allí. ¿Qué infiernos diría? No puedo muy bien presentarme como Yul.

En lo que parecía cámara lenta, logró alcanzar su destino de algún modo. Un momento estaba a miles de millas y al siguiente estaba justo allí. Atrapada por una avalancha de recuerdos que consistían en correos sueltos y conversaciones online. Todo terminaba en este momento. Tenía que decir algo ingenioso. Algo que asombrase a Yoona. Algo como… "Hola."

Sooyoung levantó la vista de su perrito caliente.

"¿Estás interesada en algo?" preguntó Yoona, sonriendo en una forma que Yuri encontró desarmante.

El idioma inglés abandonó a Yuri en ese instante y le quedó un único método de comunicación. Apuntar. Así que apuntó un artículo al azar de la mesa, que terminó siendo un boceto a lápiz de un ángel. Imagínate.

Yoona miró el dibujo un momento y atribulados ojos se alzaron para encontrar los de Yuri. "Lo siento," se disculpó. "No quería tener ése en exposición." Ojeó a Sooyoung y le lanzó una mirada indescifrable, una que Yuri supuso era de significativo disgusto.

Yuri rápidamente miró por la mesa. "Está bien," dijo rápidamente, quizá demasiado rápidamente. Se sintió sonrojar. Soy toda una boba. "Um, ¿qué tal ése?" Apuntó una pintura del amanecer. ¿Amanecer? "¿Te quedaste, uh, levantada para pintar ése?"

Yoona se encogió de hombros y sonrió ligeramente. "¿Parece que lo hice?" preguntó.

Pregunta trampa. Pregunta trampa. Piensa antes de hablar. "Bueno," Yuri empezó, estudiando la pintura cuidadosamente, "no soy quién para cuestionar tus métodos artísticos, pero diría que parece lo bastante realista para ser una fotografía. Aunque, no estoy segura que haya película lo bastante buena para capturar la vibración de esos colores." Su mirada volvió vacilantemente a Yoona, mientras esperaba una reacción.

Para su sorpresa, Yoona se ruborizó. "Gracias," dijo, "es una de las cosas más agradables que nadie me ha dicho nunca. ¿Eres artista?"

"Ah, no," contestó Yuri. "Sólo sé apreciar un buen amanecer cuando lo veo. ¿Cuánto?"

"Quince," contestó Yoona.

Yuri estaba a punto de ir por su cartera, cuando recordó que estaba vacía. ¡¡Joder!! "Uh, ¿no supongo que aceptas tarjetas del crédito?" preguntó torpemente. Porque puedes darle la tarjeta de crédito de Yuri Kwon y ella no lo notará.

Yoona agitó la cabeza. "Lo siento," dijo. "No tengo uno de esos cachivaches."

Yuri no podía recordar haber estado nunca más avergonzada. ¿¡Soy una puñetera millonaria y ni siquiera tengo quince dólares?!

Yoona pareció darse cuenta de la zozobra de Yuri porque habló. "Te diré algo," dijo, buscando algo detrás de ella. Se dio la vuelta sosteniendo una de sus tarjetas. "Llévate la pintura. Puedes mandarme luego el dinero por correo."

Yuri aceptó la tarjeta, una réplica exacta de la que llevaba en su cartera. "¿Realmente confías en que lo haga?" preguntó.

"Claro," le respondió, lanzándole de nuevo esa sonrisa matadora. "No puedes equivocarte confiando en quien le gustan los amaneceres."

Yuri se sintió como para llorar con esa simple declaración. "Gracias," dijo. "Tendrás tu dinero mañana," prometió, tomando la pintura.

"Disfruta," le gritó Yoona.

Cuando estuvo lo bastante lejos, Yuri miró la pintura. Sonrió ante la luminosa mezcla de colores en el lienzo, tan representativa de la artista que los había puesto allí. Eso sí que es bondad.

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Comments

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minogue
#1
Chapter 65: la verdad me encanto y espero la siguiente versión de esta historia :D saludos y ya estoy leyendo tu otra historia
minogue
#2
terminaste esta historia?
sabes me gusto mucho, tuve que volverla a leer porque perdí la secuencia y de que se trataba. Pero no se si ya la terminaste.
yorbelis #3
Chapter 64: Noooooo, dios mio de mi vida, terminala por amor a Jesús cristo, creí que la historia estaba completa, estaba tan emocionada en que iba a leer el final de esta historia tan buena en esta pagina (por primera vez en la historia). Que estres tengo ahora, quiero saber que pasa? Hay o no lemon? Jajajaja, por los dioses estare pendiente de la actualización
yub1ozan #4
Chapter 64: Entre pensando que ya estaría terminada la historia :c ya no la terminarás? </3
LuisaRK #5
Chapter 64: creo ser la unica que comenta XD... aqui esperando el siguiente capitulo.. :´3 ...seria bueno que continuaras con la versión 2.5... lo espero con ganas y paciencia :3
LuisaRK #6
Chapter 64: ... ohh!! estas dos ya me estaban desesperando... por fin UN beso!!! jajaja, (para su comeback me amanecí :3 baile toda la madrugada XD) continúa la esta cool tu historia uu
LuisaRK #7
Chapter 63: Me encanta <3 ... sigue, por favor!!!
LuisaRK #8
Chapter 61: Me encanta esta historia. .(Y recién la conocí ;-;) . Me gustaría que siguiera viva Hasta que termine 7~7 .... Es. ..tann emocionante... Por favor continúa...
yub1ozan #9
Chapter 61: Ya no la piensas continuar? :c
minogue
#10
Chapter 61: Me desesperan esta dos....
buen capitulo