Capitulo 6

El Camino menos transitado
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  Las gradas que rodeaban la pista central se estaban llenando y abajo en la pista los jueces de línea y los recogepelotas iban ocupando sus puestos. Minhyun había observado el calentamiento de Byul con ojo crítico, asegurándose de que su estrella no daba muestras de dolor. La joven adversaria de Byul intentaba encontrar algún punto débil mientras ella también observaba el calentamiento de Kong. Si lo que se decía sobre el ataque fuera del restaurante era cierto, Mendela, su adversaria, no notaba que eso hubiera causado fisuras en el juego de Byul. Solar y Hyeong Eun estaban sentadas mirando al gentío que las rodeaba, esperando a que llegaran los otros invitados de Byul. Minhyun las había saludado agitando la mano antes de desaparecer por el túnel que llevaba a los vestuarios. Quería asegurarse de que el vendaje del pecho de Byul seguía en condiciones antes de que empezara el partido. —Espero que esté bien. Ese corte que tiene en el pecho tiene mal aspecto. —El comentario de Solar lo oyó alguien más que Hyeong Eun, y las dos se sobresaltaron al oír la voz grave que respondía. —Hará falta algo más que unos puntos para debilitar a Byulie. Nosotras auguramos que hacia el final de la tarde Mendela estará comiendo pelusa. —Solar y Hyeong Eun alzaron la mirada hacia las dos mujeres que se cernían por encima de ellas, tapando el sol—. Cuando tenía diez años, jugó un torneo con un brazo roto. Y el renacuajo quedó tercera —continuó New Sun, intentando tranquilizar a Solar. —Vosotras debéis de ser las hermanas de Byul. —Solar intentó levantarse, pero New Sun le puso la mano en el hombro, manteniendo a la menuda castaña en su asiento. —Yo soy Yoon Sun me conocen New Sun, y ésta es Eun Ae la conocen como D.ana. —La mayor de las tres hermanas alargó la mano y saludó a las dos amigas de Byul. Intentaban no hacer caso de la agitación de los fans que las rodeaban y que habían reconocido a las dos estrellas del voleibol. Hoy se trataba de Byul. —Encantada de conoceros. Yo soy Kimi Solar y ésta es mi amiga Kimi Hyeong Eun. Byul estaba contentísima de que pudierais venir a verla jugar. La última vez que vi a Byul, vosotras os ibais al sur de Florida para jugar un torneo. ¿Cómo os fue? —Por Dios, Solar, arrasaron. La Víbora y Terminator se llevaron el título y el premio sin sudar siquiera. Lo vi todo en ESPN II —dijo Hyeong Eun. Solar se dio cuenta de que a su amiga le estaba costando no caer de rodillas para adorar a las dos gigantas, que se habían sentado para que ellas no tuvieran que echar hacia atrás el cuello para mirarlas. Solar casi se echó a reír al ver la cara extasiada de Hyeong Eun. La ávida aficionada al deporte se iba a desmayar antes de que acabara el día si aparecía algún otro de sus ídolos. Primero conseguía entradas para la pista central del Abierto y ahora compartía asiento con dos de las mejores jugadoras de voleibol. —Te recomiendo que respires a intervalos regulares durante todo el día, porque si no te vas a perder el partido cuando te desmayes. —Solar susurró la advertencia como broma para conseguir que Hyeong Eun se calmara un poco. La mujer que era la compañera de entrenamiento de Byul estaba bajando por los escalones para unirse a ellas, y Solar se dio cuenta de que los ojos de D.ana no se apartaban de la alta figura. —New Sun, ¿qué tal si te sientas al lado de Hyeong Eun y dejas que Nahyun ocupe tu asiento? —propuso Solar. D. ana volvió la cabeza hacia la pequeña piloto y sonrió. —Gracias, Solar, ya veo que mi hermana pequeña empieza a ser más avispada en materia de mujeres. El presentador que anunció a Byul y a Mendela ayudó a desviar la atención de Solar y el rubor que el cumplido de D.ana le había causado. La gente se puso de pie cuando las dos jugadoras salieron a la pista y se sentaron a cada lado de la silla del juez. El bronceado de Byul parecía aún más oscuro en contraste con la ceñida camiseta blanca que llevaba, y parecía ansiosa por empezar. Las jugadoras cogieron sus raquetas y ocuparon sus puestos, asintiendo al juez para indicar que estaban preparadas para empezar. —Silencio, por favor. —El hombre señaló a Byul cuando la gente se quedó en silencio. La recogepelotas que estaba en el rincón detrás de Byul le lanzó dos pelotas nuevas. Las hizo botar en la raqueta y luego eligió una y le devolvió la otra a la joven que se las había lanzado. Byul irguió los hombros y soltó aliento con fuerza para expulsar el dolor y olvidarse de él durante las dos próximas horas. Tras botar la pelota cuatro veces, la lanzó al aire y la golpeó con el centro mismo de su raqueta. Pasó volando junto a su adversaria a tal velocidad que la chica ni se molestó en cambiar de posición la raqueta. Mendela cambió de postura cuando el juez de silla anunció: —Quince a nada. —Si los aficionados al deporte esperaban un juego más lento por parte de Moon Byul, se han equivocado de lugar —dijo muy contento el comentarista deportivo que seguía el partido por radio cuando el primer saque pasó por encima de la red. D.ana había tenido el detalle de traer auriculares para que todos pudieran escuchar el comentario durante el partido—. Creo que con ese cañonazo ha dado un aviso a Mendela. Esos puntos no le van a hacer hoy ningún favor a la española. —Silencio, por favor. Byul esperó a que el público cooperara antes de prepararse para el siguiente saque. Éste rozó la red al pasar, por lo que tuvo que servir de nuevo. El segundo servicio fue un poco más lento y Mendela lo devolvió. La joven jugadora lo mandó a la línea de fondo y luego corrió a la red para establecer bien pronto un juego agresivo contra la primera cabeza de serie del torneo. Fue un error, porque Byul contestó con un revés a dos manos que envió la pelota justo a la línea de fondo. Si alguien iba a jugar de volea en la red, no iba a ser Mendela. Durante los siguientes cuarenta minutos Solar vio cómo Byul eliminaba casi quirúrgicamente todos los aspectos del juego de su adversaria, sin apenas sudar. Cuando su adversaria subía a la red, Byul lanzaba un cañonazo hacia la línea de fondo con mortífera precisión. Cuando Mendela captaba la indirecta y se trasladaba al fondo, Byul hacía una dejada que dejaba la bola muerta nada más pasar la red, y a punto estuvo de hacer que su adversaria se despellejara cuando se lanzó en plancha para alcanzar una de ellas. Asistir al partido en el USTA Tennis Center fue toda una experiencia para Hyeong Eun y para ella. El ambiente y la energía de la pista central en vivo no se captaban fácilmente en la pequeña pantalla del televisor, y Solar seguía sonriendo mientras el gentío seguía entonando el cántico de "Kong". Con todo recogido y la bolsa de tenis al hombro, Byul se detuvo unos minutos al salir para firmar autógrafos a los aficionados que se inclinaban desde las gradas. En sus asientos, las hermanas Moon entrechocaron las palmas y luego se volvieron para abrazar a Yoon Min y Minhyun. En medio de la celebración, Minhyun no vio al asistente que estaba en el pasillo con un trozo de papel doblado. El entrenador se encogió cuando el joven le dio un golpecito en el hombro y le entregó la nota. Minhyun decidió que iba a cumplir su promesa de dimitir si era una orden de Byul para librarse de Solar. Por primera vez al abrir una de las breves notas de Byul, el rostro de su entrenador se iluminó con una sonrisa. —Vamos a visitar los vestuarios, chicas. Los dos hombres se movieron para acompañar a las otras cuatro para ver a Byul, y en ese momento los detuvo la última persona que se esperaban ver en el partido. Hae Ryung había asistido con su manager, pero sus asientos no eran tan buenos, al no contar con la ayuda de Byul. La joven rockera había concedido tres entrevistas al entrar cuando los reporteros la reconocieron, para que nadie malinterpretara lo que sentía por Byul. —Minhyun ¿le puedes decir a Byul que la espero fuera? He pensado que podríamos volver juntas a Manhattan en la limusina. —Hae miraba a la castaña, intentando recordar dónde la había visto. Pensaba hacer sufrir un poco a Byul por haberse olvidado de invitarla al partido. Esta vez, a la deportista no le iba a resultar tan fácil volver con ella. —Lo siento, Hae, Byul ya tiene cómo volver a la ciudad. Le diré que has venido a ver el partido. Los dos te lo agradecemos. A fin de cuentas, como ya sabes, todo gira en torno a los fans. —No quería ser grosero, pero empujó a su grupo hacia delante antes de que Hae tuviera oportunidad de montar una escena. Tal vez esta noche Byul podría cenar y mantenerse serca durante toda la comida. Solar se quedó atrás para dejar que Byul saludara a sus hermanas. Parecía que Hyeong Eun no paraba de pellizcarse para creerse la buena suerte que había tenido ese día. Ya habría sido suficiente con ver el partido, pero de camino a los vestuarios habían visto a varias otras jugadoras alrededor del vestuario, esperando su momento de jugar. —¿Tú crees que si te vas a la cama con ella, podremos volver este fin de semana? —le preguntó Hyeong Eun a Solar en un susurro. —Anoche me fui a la cama con ella y ya has conseguido entradas de palco, así que no te pases. Antes de que Hyeong Eun pudiera preguntarle nada sobre lo que había dicho, Byul las llamó. —Enhorabuena, has hecho un partido fantástico. Byul aceptó el abrazo de Solar y rodeó los hombros de la piloto con un largo brazo, esperando a ser presentada a la amiga de Solar. —Sí, un gran partido, señorita Moon. Muchísimas gracias por las entradas, ha sido una experiencia única en la vida —dijo Hyeong Eun efusivamente, al tiempo que estrechaba la mano de Byul sin soltarla. —Hyeong Eun, cielo, necesita esa mano para jugar esta semana —dijo Solar. Levantó la mirada sonriente hacia Byul, esperando que a la jugadora no le importaran los fans excesivos—. Byul, ésta es mi amiga Kim Hyeong Eun, y por si no lo has captado, es una gran aficionada al tenis femenino. —Ah, mi compañera de carrera. Mantuviste muy bien el tipo hasta los tres últimos kilómetros. —Byul se echó a reír al ver el rubor de la mujer alta. La amiga de Solar le parecía bien ahora que sabía que no se acostaban—. ¿Qué tal si os invito a las dos a cenar? —¿No quieres ir con tus hermanas? —preguntó Solar. —Esta noche tienen que hacer un anuncio para el canal deportivo local, así que no pueden venir, pero si tenéis planes, no importa. —No, yo encantada. ¿Qué te parece, Hyeong, quieres salir a cenar? —Solar se pegó más a Byul y le pasó el brazo por la cintura. —No quiero estar de más. —Hyeong  quería ir, pero no tenía ganas de hacer de convidada de piedra. Byul alargó la mano y le dio una palmada a Hyeong en el hombro. —Vamos, quiero que vengas. Así, si aquí la bombardera loca me tira más chocolate caliente encima, te puedo usar de escudo. Hyeong se paseó por el vestuario contemplando la multitud de fotografías que ilustraban torneos del pasado, dejando que Byul y Solar tuvieran un momento a solas. Lo único que tenía que hacer la ganadora era ponerse los zapatos para terminar de vestirse, y estaba sentada en uno de los bancos poniéndose los calcetines. —Gracias otra vez por las entradas, me ha encantado verte jugar. —Solar se sentó al lado de Byul, pues quería estar cerca de ella. Esa mañana se había sentido llena de felicidad al despertarse y sentir el largo cuerpo pegado a su espalda. Solar estaba tan a gusto que volvió a quedarse dormida con una sonrisa en los labios. —¿Vas a seguir en la ciudad el sábado? —preguntó Byul, atándose un zapato. —Sí, mi próximo vuelo no es hasta el domingo a mediodía, pero volveré esa misma noche. Tengo un horario ligero hasta que me instale. —Bien, entonces puedes venir al siguiente partido. O sea, si quieres. —Byul jugueteó con el otro zapato, esperando a que Solar dijera algo. La cercanía de la piloto estaba echando a perder su seguridad habitual. —Me encantaría. —La piloto se inclinó un poco más, alargando la mano para quitarle el zapato a Byul. El encanto de lo que habían descubierto en Florida empezaba a serle cada vez más atrayente. Byul se inclinó del todo y la besó. No fue erótico, pero las dos sintieron la sacudida. —¿Crees que podrá sobrevivir a otro partido? —Byul señaló a Hyeong, que estaba estudiando la pared como si fuese una fascinante obra de arte. —¿Sabes hacer reanimación cardiorrespiratoria? —Solar miró a Byul con toda seriedad. —Se me da mejor el boca a boca. —No me cabe duda. Vamos, estrella, tus fans te van a sacar a cenar. —Solar le devolvió el zapato a Byul y le robó otro beso antes de que Byul se agachara para ponérselo—. No hagas planes para el sábado, Hyeong Eun, que nos han vuelto a invitar. El baile de alegría que se marcó la mujer que estaba junto a la pared estuvo a punto de conseguir que Byul se cayera del banco, del ataque de risa que le dio. Hyeong se fue sola a casa en un taxi después de cenar, dejando que Byul y Solar se fueran caminando al nuevo piso de Solar. Habían optado por un pequeño restaurante chino donde la presencia de Byul causó sensación entre el personal. Solar estaba segura de que su fotografía estaría enmarcada y colgada de la pared la próxima vez que fuese a encargar comida para llevar. —¿Quieres subir un rato? —¿Aún no te has cansado de mí? —Byul levantó las manos que tenían unidas y besó el dorso de la de Solar. —Estaba pensando que serías tú la que a estas alturas estaría aburrida de mí. —Quería parecer segura de sí misma, pero ver a Hae Ryung de cerca esa tarde le había metido ideas raras en la cabeza. —Para ser alguien que ha ocupado gran parte de mis procesos mentales desde este verano, no eres muy inteligente. Solar se echó a reír por el insulto y se preparó para responder, pero Byul bajó la cabeza y la besó. La pasión de los suaves labios borró las dudas de Solar. Moon Byul era joven, pero era la persona que Solar había estado esperando. La que había despertado su alma, además de otras partes de su anatomía. —Buenas noches, dulce Solar. —Byul la besó de nuevo antes de soltarla. —Por favor, quédate. —Tómate un poco de tiempo y piensa en lo que quieres. Yo no tengo prisa, Solar, pero por una vez tampoco estoy jugando. La distancia que había entre ellas, aunque no llegaba a un metro, era inaceptable para Solar. —Mi problema hasta ahora es que pienso demasiado, ahora sólo quiero sentir lo que es estar viva. Sentirme como la persona que tú ves cuando me miras así. —Byul se olvidó de sus puntos y levantó a Solar del suelo—. Quédate y abrázame. No tenemos que ir más lejos por ahora —dijo Solar, abrazándose al cuello de Byul para el trayecto hasta arriba. —Venga, si he podido jugar al tenis después de anoche, una noche más en esa cama no me va a matar. La persona que iba a bordo del taxi que estaba en la esquina pidió esperar antes de llegar a su destino. Cuando la pareja subió, la puerta de atrás se abrió y el taxista recibió un billete de veinte dólares por el hueco de la mampara de plexiglás. En la acera resonó un suspiro de asco cuando la luz del dormitorio se apagó y el piso se quedó a oscuras. —Pronto, querida mía, pronto. Nadie oyó la promesa, pues el motor del taxi la apagó. Un hombre que paseaba a su perro se apartó de la persona al pasar, con la esperanza de que la amenaza que irradiaba no fuese dirigida contra él.         —No te olvides de llevar flores. A las mujeres les encantan —gritó D.ana desde el cuarto de baño. New Sun estaba ocupada colocándole bien el cuello de la camisa a Byul y cerciorándose de que su hermana pequeña tenía el mejor aspecto posible. —No estoy intentando marcarme tantos, Víbora, sólo intento que la chica quiera volver a verme. —Te tiene muy vista y la emoción aún no se ha pasado, así que algo debes de estar haciendo bien, niña. Creo que los de las cámaras se han enterado, a juzgar por todas las tomas del palco que hubo ayer. ¿Qué va a decir la capitana Solar cuando aparezca en la portada del Enquirer como la sustituta de Hae Ryung? —D.ana  lo decía en broma, pero la forma de actuar de Byul con Solar les indicaba a New Sun y a ella que ésta era distinta. —Espero que no diga adiós. —Byul suspiró, pues no sabía cómo se iba a tomar Solar el hecho de estar en el candelero simplemente por la persona con la que había decidido salir. —De eso nada, Byulie. Ve a buscar a la chica y salúdala de nuestra parte, y no salgáis hasta muy tarde. Mañana tienes trabajo y Marsha Cooper quiere hacerte comer pelotas de tenis. —New Sun sujetó la chaqueta de Byul para que ésta terminara de vestirse. El domingo había sido un día tranquilo, salvo por su sesión de entrenamiento por la mañana con Nahyun. Solar había salido esa mañana temprano hacia el aeropuerto para volar a Miami. Regresaba a las nueve y había quedado con Byul en la ciudad. Tras la victoria de Byul del sábado, Solar y Hyeong habían arreglado sus asuntos para poder asistir al partido del lunes por la tarde. Byul le había cogido cariño a Hyeong, y se echó a reír cuando la alta rubia le ofreció un riñón si alguna vez lo necesitaba como agradecimiento por el tenis fabuloso que había logrado presenciar. —¿Espero aquí, señorita? —La limusina se detuvo ante las puertas de y el conductor le abrió la puerta a Byul.  —Sí, muy bien, gracias. Ha sido un viaje de ida y vuelta, así que no creo que tenga equipaje, por lo que creo que saldremos enseguida. —Byul  cogió las dos docenas de rosas de tallo largo y color rosáceo que había encargado antes de salir del coche. —Muy bien, las veo dentro de unos minutos. Un representante de la aerolínea se reunió con ella en la entrada de seguridad y acompañó a Byul hasta la puerta de Solar. El joven le dijo que a causa de un sistema tormentoso sobre Georgia el vuelo se había tenido que adentrar más en el Atlántico, por lo que llevaba quince minutos de retraso. Los pasajeros empezaron a salir, corriendo para recoger su equipaje o hacia sus vuelos de conexión, mientras Byul esperaba a que desembarcara la tripulación. El primero que apareció en la terminal fue Willy, el auxiliar de vuelo que estaba en el avión de Londres con el que había vuelto a casa desde Wimbledon. La saludó levantando el pulgar y se acercó para estrecharle la mano todo sonriente al imaginarse a quién había venido a ver. Hizo un gesto al resto de sus compañeros para que se detuvieran un poco para ver cómo iba a ser la escena. Solar se merecía que su tripulación la viera con otros ojos y Willy no quería q
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Comments

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LyndaM #1
Chapter 9: Awww me gusto mucho la historia, y creeme no eres la unica que quiere que byul bese de una vez por todas a solar
KrySulDay17
#2
Chapter 9: woooooww geniaaaaallll... me encantó demasiado :D
merugoo #3
Chapter 8: D: termino? hay epilogo? jaja
sabrina528 #4
Chapter 8: Genial pero cuando llege a leer el fin quede en shock ....fue tan corto.....uff ahora con que nos deleitaras??
LyndaM #5
Chapter 8: Awwww me ha encantado, en verdad aun no estaba lista para el final, y si me.dejo en shock saber quien era el loco, pero bueno, muchas gracias por el fic, ay muy pocos moosun en español ojala puedas hacer otro
merugoo #6
Chapter 7: yay \o/ feliz cumpleaños atrasado, triángulo :) haha y joder, kimi estaba más loca de lo que imagine
merugoo #7
Chapter 4: wow has vuelto jajaja
merugoo #8
Chapter 3: Ah, que bueno llegar del trabajo a comer algo y relajarse leyendo algo aqui <3

che kimi está loca xd
sabrina528 #9
Chapter 3: La kimi ke planea...mmm esto esta bueno... ahora keda la tortura de esperar....
merugoo #10
Chapter 2: Wow, que bien lo que mencionaste al final. Muchas personas le dan toques romanticos a lo que es, sin lugar a duda, abuso. Basta de eso, mujer, eres hermosa y te mereces el sol <3