Grupo: Lovelyz

Pareja: Mijoo x Jisoo

Extensión: 1270 palabras

Era un domingo de otoño muy temprano en la mañana, quizás demasiado para mi gusto, puede que por esa razón se me estaba haciendo tarde. Salté de la cama, rápidamente tomé la ropa que había preparado la noche anterior y me vestí; unas converse, unos jeans azules, y una blusa blanca con una camisa celeste que iba abierta encima, dejando al descubierto aquella prenda blanca que se ajustaba perfectamente a mi silueta. 

Me alisté y bajé a la cocina. Agarré una taza en la cual planeaba servirme café, pero al ver la hora en mi reloj, mi corazón casi salió de mi pecho y solo atiné a agarrar mi bolso, mi abrigo, y salir del departamento tan rápido como pude. Comencé a caminar, por no decir correr, hasta la estación de trenes. En el cielo había unas cuantas nubes, pero una parte del sol aún estaba descubierta y desprendía una luz tenue. Quizás hubiera preferido que el rayo del sol el día de hoy llegara sin intermediantes, pues la brisa de esta época del año no aporta precisamente calidez. Pero olvidé eso en poco tiempo cuando mi rápido caminar le aportó a mi cuerpo la temperatura necesaria para mantenerse en calor.

Con mi respiración agitada, llegué finalmente a mi destino. Me apresuré y caminé hasta la ventanilla de venta de boletos.  "Mijoo, buenos días." la vendedora al reconocerme me saludó con una sonrisa y me entregó el boleto. "Buenos días" respondí yo entre suspiros, intentando recobrar el aliento. La mujer me indicó que el tren que debía tomar partía en solo un par de minutos, y ahí estaba yo otra vez corriendo.

No tardé mucho en divisar el correspondido tren, y menos tardé en subirme al primer vagón al que mis pies me llevaron. Un domingo en la mañana...poca gente abordaba el tren en este horario, eso me gustaba. El vagón solo lo abordaban una pareja joven, un anciano y un hombre adulto, a quién creo ya haber visto en alguno de mis viajes... como sea, tomé el asiento que estaba indicado en mi boleto, era el primero. Dejé mi bolso a un costado,  eché mi cabeza hacia atrás sobre el respaldo y cerré mis ojos, lista para relajarme después de aquella corrida y disfrutar mi viaje en tren. Me encanta viajar en tren. De vez en cuando voy a visitar a mi abuelo, quien vive fuera de la ciudad, y el viaje en tren me despeja de todos los problemas y disturbios que haya tenido en la semana, lejos de mi trabajo, de la gente que me rodea todos los días, de corazones rotos.

Tras unos segundos abrí mis ojos nuevamente, observé a mi alrededor, estaba simplemente inmersa en mis pensamientos mientras mis ojos recorrían el familiar ambiente, aunque usualmente al mirar adelante tendría la vista de de otro asiento, al estar ubicada en el primero, lo que tenía frente a mi era la puerta, esta tenía ventanas de vidrio que permitían ver el vagón de adelante. Entonces fue ahí cuando mis pensamientos se vieron interrumpidos. Mis ojos se encontraban admirando a una mujer, una chica que estaba