Jinki y los demás venia corriendo hacia donde Rin se encontraba con su amiga ahora muerta. Todos la miraban con pena. Suzy se acercó y trato de consolar a Rinsu.

“Recojan a la chica del suelo.” Ordeno Onew.

“No. Nadie la tocara.” Dijo Rin entre lagrimas.

“Tranquila, solo queremos ayudarte.”

“No quiero su ayuda. Váyanse.”

“Escúchame bien… si crees que ellos dejarán de seguirte te equivocas. Ellos te necesitan, no eres quien piensas que eres. Si vienes con nosotros te prometo que estarás bien, entrenaremos, te protegeremos… no digo que confíes en nosotros ahora. Danos algunos días y te daremos muchas razones para que confíes en nosotros… Que crees?” Rinsu lo dudo pero ya no tenía nada que perder, la única persona que tenía que proteger estaba muerta, había fallado, así que aún dudosa acepto.

Los que habían asesinado a Taejung yacían muertos en el suelo. Rinsu los observo con odio. Jinki hizo una señal a dos chicos que recogiera el cuerpo de Tae. Una camioneta apareció frente a ellos. “Sube.” Dijo Jinki a Rin.  

 Emprendieron su camino, mientras Rin se sumergía en sus pensamientos. Era extraño como su vida cambio en varios minutos, su amiga con la que imagino estar por siempre ya no estaría con ella, nunca más, y ella no pudo hacer nada para evitarlo. Una lágrima corrió por su mejilla.

“Todo mejorara.” Le hablo un chico con una sonrisa. “Soy Jongdae, pero mis amigos me llaman Chen.” Rin fingió una sonrisa, solo porque sonreír en ese momento era difícil.

“Soy Rinsu.” El chico sonrió nuevamente y volvió a su asiento.

Luego de un rato se adentraron en un bosque. Condujeron por una carretera oscura, hasta llegar a una cabaña grande.

“Dónde estamos?” Rin pregunto.

“Aquí nos refugiamos la mayor parte del tiempo.” Contesto Chen, que se encontraba a lado de Rin.

Todos bajaron de la camioneta.

“Sepultaremos a tu amiga.” Le dijo Jinki. Por un momento Rin había olvidado que Tae había muerto, y cuando volvió a la realidad sintió ganas de llorar nuevamente. Onew dio unas palmadas en su hombro, para luego alejarse.

Poco después regreso con algunas palas. Chen y otro chico cargaban el cadáver de Tae. Rin los siguió.

Rin se sorprendió al ver que Tae no sería la primera persona sepultada ahí. Ellos también habían perdido a sus seres queridos. Quienes eran? Por qué necesitaban un refugio, y por qué tenían un cementerio privado? Todas esas preguntas rondaban en la mente de Rin una y otra vez.

Se despidió de su amiga por última vez antes de dejarla ir, Rin noto que Tae tenía en su puño cerrado el collar de sus padres. Lo tomo y lo guardo en su bolsillo. “Te quiero, Tae.”…

Se adentraron en la cabaña. Rin se sorprendió ver lo espaciosa que era aunque no había lujos del todo. Un chico de rostro bonito se acercó con tranquilidad. Mucha tranquilidad pensó Rinsu.

“¿Sucedió algo?” pregunto tranquilamente a Onew.

“La encontramos a tiempo.” Rin recordó al chico de cabello oscuro y mirada controladora, y se preguntó porque era ella tan importante. Ella no era nadie, solo una huérfana, que vivió toda su vida alejada del mundo exterior, soñando con ser alguien más.

“Son buenas noticias.” Dijeron al unísono unos mellizos que acababan de aparecer. Rin los miro con curiosidad. Era evidente que eran mellizos pero aun así eran algo diferentes. “Soy Taemin.”

“Y yo Jongin, o Kai.” Dijeron con voz seductora.

“¿Ustedes no estuvieron en la pelea?”

“No… nosotros no peleamos solo hacemos el amor.” Dijo Kai guiñando un ojo a Rin. Luego se volvió hacia su hermano para acariciar su cabello teñido de blanco. “Que par más raro.” Dijo Rin para sus adentros.

“Ya nos presentaremos en la mañana.” Dijo Jinki, aclarando su garganta para interrumpir el momento de los mellizos. “Chicas lleven a Rinsu a un cuarto, denle lo que necesite.” Ordeno. “Ve y descansa, mañana te explicaremos lo que paso allá.” Rinsu asintió, una de las chicas la tomo de la mano haciendo la sentir incomoda. Nunca había tenido contacto físico con nadie aparte de Taejung, y luego deseo que su amiga estuviera con ella.

Subieron las escaleras y llegaron a un pasillo con varias puertas.

“Estos son los cuartos de las chicas… Por cierto soy Eunji.” Rin sonrió levemente.

“¿y los cuartos de los chicos?”

“Están en el sótano.” “¿Sótano?” Rin pensó lo grande que era aquel lugar, aunque desde afuera no lo parecía.

Entraron en un cuarto que tenía dos camas, una a cada lado, y una pequeña ventana en el medio, por la cual se observaba la completa oscuridad del bosque. Eunji vio a Rinsu observando fijamente la ventana.

“¿da un poco de miedo, no?” Rin asintió. “De día es una hermosa vista hacia el bosque, y cuando llueve es un paraíso.” Continuo Eunji mientras rebuscaba en una gaveta, ropa para que Rin se quitara la ropa llena de sangre de Taejung. “Esto debería de servirte.” Dijo dándole la ropa a Rinsu.

Rin tomo una ducha, los últimos días habían sido fuertes… incluso podría llamarles malos. Luego del largo baño que tomo, se dirigió a la habitación Eunji estaba sentada en el borde de la cama. Había una bandeja con algunas galletas y dos vasos. “Come, debes de estar hambrienta.” Era cierto Rin no lo había notado hasta que vio la comida. Corrió hacia la bandeja y agarro dos galletas y sintió que eran las mejores galletas que había comido en toda su vida, o talvez estaba demasiado hambrienta. Bebió su vaso de leche, y se tumbó en la cama. Contemplo en techo por un rato pensado que es