Un golpe de algo solido me hace empezar a despertar, la tarea parece difícil porque es como si estuviera atrapada dentro de un capullo y como la sensación de inmovilidad no me gusta salgo de golpe por el miedo del mundo de los sueños y me incorporo, grave error porque parece que todo mi cuerpo ha sido golpeado por dentro y por fuera, trato de abrir los ojos pero la luz del día se siente como cuchillos, con cuidado empiezo a levantarme para ir por algo de tomar para el dolor lo necesito con urgencia, saco los pies de la cama y al tocar el piso frio noto dos cosas, la primera es que me duele al pisar y la segunda que mas me asusta es que no estoy en casa, hago memoria por un momento y no reconozco este lugar, parece que estoy sola en esa habitación, camino con cuidado hasta salir de ahí, me encuentro un pasillo y lo sigo, los recuerdos van llegando de a poco, se que salí a beber anoche con Natasha, acaso esta será su casa?, llego a la sala de estar y luego está la cocina, rebusco en los cajones alguna medicina pero no hay nada, el dolor ante la impotencia se hace más fuerte, mi cabeza y pierna están retumbando y el cuerpo empieza a doler más aun

-Noona, que haces?- me preguntan a mi espalda

-Oho rayos me asustaste…!- me quejo volteando hacia el –Zelo que haces tú aquí?-  él se cruza de brazos, parece muy molesto

-Esta es mi casa, estas en nuestro dormitorio!- me regaña, yo entrecierro los ojos tratando de recordar como llegue ahí pero el solo acto me hace palpitar las sienes

-Oho, yo no sabía, lo siento, tomare mis cosas y…- le estoy hablando pero el levantar la mirada tan rápido me hace empezar a ver destellos de luces y el mareo me hace trastabillar

-Noona, que tienes?- interroga Zelo tomándome de los brazos

-Mi cabeza va a estallar, porque me siento tan mal, auch… Porque me duele tanto mi pie!- me quejo sin molestarme en que el me este sujetando

-Deberías haberme dicho que estabas mal, pensé que el soju ya no te hacia tanto daño en vista de lo mucho que bebiste con Tasha Noona  anoche, ella se veía bien esta mañana…!- me dice y me levanta en sus brazos como si yo no pesara nada, me lleva a la sala y me acomoda en el sofá recostándome, me cubre con una manta   –Quédate ahí, iré por medicina…!- me explica y desaparece un momento, el cielo de la sala sigue dando vueltas, así que no puedo más que obedecer, el regresa con una botella de agua y una píldora, al verlo trato de enderezarme pero él lo evita poniendo una de sus manos en mi hombro -Quédate quieta yo me encargare de esto…!- dice y yo niego y vuelvo a tratar de enderezarme –Noona!- regaña alzando la voz y yo cierro los ojos de dolor

-Como quieres que tome el remedio si estoy recostada Zelo?- respondo y abro los ojos, el está dándome la espalda, escucho abrir la botella de agua, el se vuelve hacia mí y sin miedo se inclina y pone sus labios sobre los míos, el shock me dura unos minutos, trato de separarlo pero él me sostiene los brazos y presiona más fuerte en mis labios forzando, no entiendo que trata de hacer, su mano libre presiona en mis costillas y yo abro los labios asustada de su conducta, en ese momento siento que él me pasa de su boca un liquido, la sensación es extraña, el se aleja y me mira

-Trágalo, es la medicina!- explica, mi cuerpo hace lo que el ordena y yo me quedo viéndolo asustada aun de todo lo que hizo, el no quería intentar besarme otra vez, solo estaba dándome el medicamento, los ojos pesados no me dejan seguir viéndolo mucho más tiempo porque me vence el sueño.

Cuando abrí al fin los ojos nuevamente Zelo seguía ahí frente a mí, el reloj detrás de él me dice que han pasado más de dos horas

-Yo, me dormí!- le digo como si fuera necesario explicarlo

-Te sientes mejor?...- consulta, yo asiento –Se que ahora no te sientes muy bien, pero Noona, debo preguntarte que fue todo eso que dijiste anoche?, yo no pude siquiera dormir imaginando cosas!- cuando él hace esa pregunta yo no tengo idea a que se refiere, de verdad mi mente esta en blanco

-Yo dije algo inapropiado?, yo…!- los recuerdos vuelven en parte –Dios Mío yo te golpee, oho Mi Dios lo siento, yo debí haberme descontrolado!- le digo alterada tratando de incorporarme otra vez pero él lo evita

-Olvida eso, me lo merecía, pero Ka Rhi no evites el tema, por favor dime que quisiste decir…!- me pide y me toma ambas manos, yo me encojo de hombros sin entenderle –Dijiste que si  tu y Jae Hyun saltában de ese roquerio todo acabaría fácil, que fue eso?- insiste y su mirada es tan penetrante, yo trato de retirar mis manos pero él lo evita, dejo escapar un suspiro

-Sí, es lo que tú crees…!- le explico y el palidece –Jae Hyun y yo nos conocimos cuando ambos estábamos viviendo una depresión muy profunda, su novia murió en un accidente de tránsito y estaba embarazada…!- la mirada siempre transparente de Zelo me hace saber que aunque eso no tenga nada que ver con él, igual lo lamenta –Un día muy oscuro para ambos fuimos a la playa, el uno siguió al otro y llegamos a un acantilado donde rompen las olas, los dos estábamos sentados ahí mirando y yo le pregunte si él creía que dolería mucho caer desde esa altura, lo pregunte solo por hablar, pero él me respondió así, que “si saltábamos de ese roquerio todo acabaría fácil”, lo pensé sabes, y lo desee también, quise hacerlo, pero hay caminos raros en la vida y ese día Jae Hyun se puso de pie y se acerco, me tomo la mano y dijo “Pero ninguno de los dos somos tan valientes, o tan cobardes Noona”, desde ese día ambos empezamos a despertar y nos hicimos casi hermanos!- le comento, lo miro y el esta mirándome como si yo le produjera mucho desagrado, agacho la mirada y me encojo hasta llevar las rodillas al pecho avergonzada, Zelo se pone de pie y camina hasta la ventana sin mirarme

-Debes odiarme tanto Noona, si fuiste capaz de querer eso!- dice sonando herido

-Si…!- respondo y el tiembla notoriamente –Pero esa desesperación fue por amor, no por odio!- le aclaro logrando hacerlo que voltee hacia mí, se me queda viendo un rato y después vuelve a voltearse.