Definitivamente eres mi Alicia

Love me right: viajando en el país de las maravillas

 

Love me right: viajando en el país de las maravillas

 

Definitivamente eres mi Alicia

 

 

"¿Alicia?" Un apuesto chico de piel morena y cabellos rojizos bloqueó su camino, en sus manos traía un bate lo cual preocupó un poco al protagonista de esta historia llena de maravillas.

El despejado cielo de tonalidad grisáceo se mostraba en todo su esplendor, el hermoso y verde paisaje a su derecha era digno de ser fotografiado, la estructura abandonada que a la orilla de un no muy profundo río se encontraba era similar a lo que pareció ser alguna vez un palacio o un castillo y que le recordaba en demasía a su hogar en el mundo real.

"Mi nombre es Kyungsoo, ¿por qué todos insisten en llamarme Alicia?" Unió sus acorazonados labios en una mueca de disgusto y su ceño se frunció ligeramente.

"Como olvidar esa mirada, esos inocentes ojos que me piden ayuda. Definitivamente eres mi Alicia." Sus manos tocaron con delicadeza la tersa piel de su rostro, un casto beso dejó sobre su frente. Rodeó con sus brazos al chico de menor estatura, sus manos recorrieron toda la extensión de su espalda; extrañaba tanto esa calidez que emanaba por cada poro de su cuerpo.

"¿Quién eres tú?" Kyungsoo (o Alicia) retrocedió un par de pasos, quería escapar lejos de ese desconocido pero sus piernas decidieron fallarle en el momento menos indicado, cayendo al suelo de los nervios como resultado. ¿Cómo no temerle a ese chico con sonrisa demente y un objeto que bien podría servirle como arma para dejarlo inconsciente? Tal vez sería secuestrado, desmembrado y vendido por partes en el mercado negro. Sí, la imaginación de Kyungsoo era infinita. Pero ¿cómo no creer incluso en esa extraña idea si cayó en un hoyo y luego cruzó una serie de puertas que lo transportaron a un mundo extraordinario?

Una ráfaga de viento voló las hojas caídas de la densa vegetación, los cabellos de ambos despeinados quedaron. Ayuda fue ofrecida a Kyungsoo para levantarse del suelo, éste la aceptó inseguro.

"Para ti, soy solo Jongin."

 

• • •

 

"¿Por qué está abandonado este lugar?" Sus pies descalzos tocaban la alfombra color vino, sus manos se deslizaban sobre todos aquellos objetos a su alcance. El elegante interior suponía que el espacio fue habitado por algún rey tiempo atrás.

"Porque me abandonaste." Susurró con desprecio, avanzó hasta la puerta al fondo del pasillo principal e ingresó en esa habitación.

Kyungsoo imitó su acción, una gran sorpresa se llevó. Una cama perfectamente arreglada al centro, los muros pintados en color rosa, las iluminación púrpura que los focos en el techo brindaban; no había nada más que eso en la habitación, ni siquiera ventanas.

De debajo de las almohadas Jongin sacó una fotografía un poco arrugada de las esquinas, esbozó una tenue sonrisa al contemplarla, sus dedos trazaron la figura de una de las personas que en ella aparecía.

"Esto te ayudará a recordar." Kyungsoo la tomó entre sus manos, sus ojos parecía se saldrían de sus cuencas debido a su estado de sorpresa y confusión. Plasmados en el papel se encontraban Jongin y Kyungsoo posando sonrientes frente a la cámara, ambos tomados de la mano y apoyados en el lateral del contrario; en la esquina inferior derecha se podía leer la cita < El Rey de Corazones Kai & su pareja Alicia. Nos hemos vuelto locos. . . Pero las mejores personas lo están >.

"Jongin, ¿qué es todo esto? ¿Kai? No entiendo, tu y yo nos conoce-"

"No digas nada, ven aquí." Jongin impidió a Kyungsoo terminar de hablar, jaló levemente de su brazo hasta quedar ambos recostados sobre el suave colchón. Pasó su brazo izquierdo sobre su pequeña cintura, sus rostros uno frente al otro les permitían ver más allá de una simple mirada llena de confusión y melancolía, respectivamente.

"Lo siento tanto, no sé cómo es que pude olvidarte a ti y a todo este mundo en general." Una oleada de recuerdos llegó de súbito a su mente.

"No digas lo siento, la última vez que lo hiciste te fuiste de mi lado."

 

Había una vez un joven que persiguió a un peludo y esponjoso animal de color blanco como la nieve, como consecuencia cayó por un hoyo e inexplicablemente se mantuvo descendiendo por lo que parecieron horas.

Finalmente, aterrizó en una habitación con una serie de puertas continuas que lo condujeron a un mundo irreal. Aunque parezca extraño, él disfrutaba la estadía en ese lugar repleto de cosas extraordinarias así como también de seres asombrosos. Entonces, la realidad lo golpeó de frente.

"El tiempo es para siempre."

"¿A qué te refieres?"

"¿Acaso olvidaste lo que dijo el Conejo Blanco? El tiempo es a veces tan solo un segundo, un minuto o una hora. En otras palabras, mientras estés aquí con nosotros no envejecerás, ¿no es eso maravilloso?" Jongin parecía feliz de ello, Kyungsoo no.

El tiempo no avanzaba en aquel sitio, las agujas del reloj permanecerían detenidas por siempre. Es cierto que había día y noche pero solo eran una secuencia sin sentido.

"Si me quedo aquí, ¿qué ocurrirá con mi familia en el mundo real?"

"Dejarán de buscarte. . . Para ellos te has perdido, no hay rastro alguno de ti."

"Tengo que volver con ellos, no puedo abandonarlos."

"Entonces ¿te irás? Creí que nosotros éramos tu familia ahora."

"Lo siento mucho Jongin, tengo que irme. No olvides que. . . Te quiero." Sus labios se unieron, sellaron con ello el amor que se profesaban y que perduraría por el resto de sus vidas.

Kyungsoo volvió a su ciudad de origen, dejó atrás toda una historia. No supo nada más de ese viaje al país de las maravillas y, eventualmente, fue quedando en el olvido. Algunos años pasaron. Durante una caminata por el bosque cercano a su hogar encontró un frondoso y viejo árbol, tras éste un peculiar hoyo se escondía.

Kyungsoo no recordaba nada en absoluto relacionado con aquel viaje que realizó tiempo atrás. . . Hasta ahora.

 

"¿Volverás a irte?"

"No, nunca me iré."

 

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