《 Jimin 》

Desde que Taehyung había llegado todo había cambiado, tanto para bien como para mal.

Nunca había conocido una persona más alocada que Hobie. Tae es simpático, carismático, entretenido y sobretodo alguien confiable.

Tenía todos los puntos a favor para ser alguien importante en mi vida, alguien a quién podía considerar mi mejor amigo.

Al contrario que con el resto del grupo había una conexión especial, se podía ver la complicidad en nuestros actos absurdos, en las pullas que nos hacíamos, en el mismo día a día.

Él ya me lo había comentado antes, entre él y Jungkook pasaba algo, algo muy raro, nunca había visto al maknae hacer tanto el vacío a una persona.

¡Aigo! La estúpida preocupación de Tae es contagiosa...

Lo mejor sería preguntarle directamente.

-¿Alguien ha visto a Jungkook?-pregunté a los chicos que se encontraban en el salón descansando.

-Creo que se ha ido a la sala de grabaciones-contesto Hobie, el cual se encontraba en el suelo haciendo la croqueta.- Pero recuerda que no le gusta que le molesten.-advirtió antes de seguir dando vueltas por el suelo.

Seguramente estaría escribiendo una nueva letra o componiendo algo, a saber. Lo mejor sería ir a comprobarlo y molestarlo un rato. Un pasatiempo peligroso, pero divertido

Parece ser que estaba escribiendo algo, toqué a la puerta y entré, él me miró con ojitos aegyos del gatito de Shrek y mi corazón se fundió.

-¿Qué... qué pasa Jungkook?-me acerqué a él sentándome a su lado, no esperaba esta clase de actitud en él, sé que soy hermoso y que con sólo verme la gente se derrite, pero de ahí a que se emocionará de esta manera.

-No es nada Jimin-me dijo secándose las lágrimas que podían haber salido, me sonrió y guardó el papel que estaba escribiendo. Yo lo miré preocupado, puse una mano en su hombro y le regalé mi mejor sonrisa.-Enserio, no es nada, ya se me pasará.-aclaró, cogiendo mi mano con cariño.

-¿Recuerdas cuando antes veníamos aquí?, me divertía mucho contigo Jungkook, eres una persona muy especial para mi y no quiero verte mal, estoy preocupado, yo y todos, pero... en especial Tae, ya que... -

-¡No quiero saber nada de él!-su interrupción me descolocó por completo, parecía que las preocupaciones que tenía Tae estaban bien infundadas y que realmente pasaba algo malo entre ellos, pero cómo podía ser si entró sólo hace unos meses, no comprendía nada.

-No sé qué ha pasado entre vosotros, pero no es bueno que esto continúe así.-Me puse severo su actitud era demasiado infantil y aquí estamos para ser un grupo y con su actitud sólo nos estábamos distanciando.-No puedes mantener esa actitud inmadura, si tienes algún problema con él debes enfrentarlo.-en mis ojos se podía reflejar su fragilidad y mi preocupación, aquello no iba bien.

-Es que... él... él no es del todo el problema, soy yo... yo y mis inseguridades-comenzó a sollozar- no quiero... no quiero perderos, no quiero separarme de vosotros, pero desde que él está aquí, me he distanciado...-aclaró sincerándose y acabando por dejar salir sus lagrimas sin poder evitarlas.

Le abracé y siguió llorando en mi pecho, noté como la humedad de mi hombro se estaba extendiendo, pero no me importo. Alcé mi mano hasta su cabeza y la sumergí en su pelo, acariciándolo lentamente intentando tranquilizarlo.

-Nadie te va a dejar de lado por qué él haya entrado, nunca lo haríamos, así que borra esa estúpida idea de tu cabeza, ¿vale?-me separé de él, y mirándole con cariño a los ojos le di un pequeño golpe en la frente y le limpie las lágrimas.- Será mejor que resuelvas esto ya, todos queremos que vuelvas a ser como antes, queremos verte sonreír.-Y aquello era verdad, todos extrañábamos su risa, su calidez.

Asintió con la cabeza, volvió a abrazarme, pero esta vez con seguridad, sin lagrimas en los ojos y decidido, fue a afrontar su destino.

Días después me contó que se arreglaron las cosas. Jungkook se disculpó un montón de veces y que sin problema aquello se había resuelto, aunque aún su sonrisa no era del todo como antes, poco a poco la estaba recuperando y ya no era por nosotros, si no por él, él mismo se daba cuenta de lo que estaba haciendo mal, mal para él mismo, y también para el resto del grupo, pero por suerte, supieron encontrar un punto medio en sus vacías cabezas.

Y así con el tiempo, su sonrisa volvió a ser cálida, como lo era antes, como lo fue siempre.

Quizá después de eso he tenido un poco de celos de ellos dos, nunca me han dejado de lado, pero su relación se hizo mucho más fuerte, se unieron más de lo que yo me uní nunca a él y me daba envidia, pero por otra parte, su sonrisa había vuelto y el ambiente era incluso mejor que antes.

Y entonces me pregunto, ¿qué hubiera pasado si no me hubiera entrometido aquel día?

La amistad esta por encima de todos, pero para hacer felices a otros has de ser feliz tú, ya que de esta manera tu felicidad se transmitirá y todo lo que te rodea tendrá ese mismo aura~